Editorial / La excusa de aportar herramientas para la gobernabilidad

El tradicional análisis del fin de semana, con la información política de Chubut y el país.

Otros tonos. Figueroa, Rodríguez Chirillo y Torres, el viernes pasado firmando acuerdos por el Gasoducto Patagónico Cordillerano.
04 MAY 2024 - 17:54 | Actualizado 04 MAY 2024 - 23:09

La Ley Bases y el Paquete Fiscal que el Gobierno de Javier Milei logró imponer la semana pasada en la Cámara de Diputados con la ayuda inestimable del PRO, gran parte del radicalismo y el “Peronismo Dialoguista SA”, comenzará desde este lunes su derrotero final en el Senado.

Si hace algunas semanas parecía existir alguna probabilidad de que al menos uno de los dos proyectos naufragara en el Congreso, precisamente era en la Cámara Alta, en donde hay sólo 72 voluntades y los gobernadores tiene mayor influencia. De hecho, son los que movieron sus muñecas para rechazar hace pocas semanas el DNU-70, en lo que pareció ser una primera “declaración de guerra” que con el correr de las semanas se transformó en apenas una escaramuza. Tanto, que el DNU-70 ni siquiera fue tratado aun por los diputados y dormirá en un cajón hasta que haya un claro viento a favor o hasta que ya no importe su vigencia porque la Ley Bases hará todo el trabajo sucio.

Pichetto y Randazzo escuchando a Ritondo. La "rosca" en estado puro.


El Senado, un trámite

La aprobación en el Senado de la ley ómnibus de Milei será un trámite -con números probablemente ajustados, pero trámite al fin- y el Paquete Fiscal tiene grandes chances de pasar en su gran mayoría, salvo la reversión del Impuesto a las Ganancias, la única bandera que parecen seguir sosteniendo los cada vez menos combativos gobernadores patagónicos.

Con el argumento de que “hay que darle herramientas al Gobierno”, primero los diputados y en pocos días los senadores, le darán legalidad -y combustible- a la "motosierra" y a la "licuadora" libertaria, que ya empezó a arrasar todo a su alrededor en nombre de un falso “déficit cero” y prometiendo una “nueva Argentina” que, se sabe, no va a ser un país para todos. Ya no lo era antes de la invasión libertaria por la sucesión de tibiezas y torpezas de Alberto Fernández y por la soberbia ideológica y dialéctica del kirchnerismo, menos lo será ahora.

En esa tierra arrasada germinaron los brotes de un gobierno libertario que no deja de asombrar por el estrambótico relato que construye día a día, pero también por la capacidad de convencimiento que aún tiene sobre buena parte de la sociedad, esa que sigue sosteniendo que es mejor sufrir estos azotes antes que seguir votando a “la casta”.

La grieta que empezaron a abrir algunos hace ya 15 años para tratar de sacar de la cancha al kirchnerismo a favor del “cambio” que representaba el PRO de Mauricio Macri, no sólo hizo fracasar a los ideólogos de ese falso cambio, sino que terminó causando efectos adversos sobre los que consumieron con pasión descontrolada las dosis de antiperonismo que les fueron inoculando los mercaderes de la comunicación concentrada. Son los mismos que ahora evitan hablar del perro muerto de Milei porque para el Presidente su “hijito” Conan no sólo está vivito y coleando sino que además le marca el paso junto a las Fuerzas del Cielo.

Javier Milei, antes de ser presidente, juntos a sus "hijitos de cuatro patas".


Rebeldes sin causa

En este contexto político cambiante y hasta inaudito, en el cual Milei maltrata a sus aliados “dialoguistas” cuando dudan y los castiga aún con mayor dureza cuando consigue su sumisión, se viene moviendo el país desde hace cinco meses.

Los únicos que hasta ahora parecían tener cierta prescindencia y juego propio eran los gobernadores, que aun divididos parecían haber entendido el poder parlamentario que por primera vez en mucho tiempo exponían.

Pero fue apenas el sueño de una noche de verano. Rápidamente, los mandatarios provinciales empezaron a desfilar por la Casa Rosada -ni siquiera los recibía Milei, sino sus gerentes Nicolás Posse y Guillermo Francos- y a cerrar acuerdos de “gobernabilidad” que son más importantes para sus futuros políticos que para sus comprovincianos.

Los patagónicos siguen siendo, aunque ya con baja intensidad, los últimos en someterse mansamente a la Casa Rosada. Pasaron apenas dos meses desde aquella fuerte puesta en escena y dura declaración conjunta de Puerto Madryn, cuando nacieron formalmente las “Provincias Unidas del Sur” e instituyeron al chubutense Nacho Torres como “presidente” de ese bloque variopinto de agendas comunes.

El viernes, el gobernador de Chubut y su par de Neuquén, Rolando Figueroa, se mostraron juntos firmando un acuerdo con el Gobierno nacional y la empresa Camuzzi para reactivar la obra de ampliación de la capacidad de transporte del Gasoducto Cordillerano Patagónico, una obra que financiarán tres provincias patagónicas y que costará unos $ 7 mil millones.

Rodríguez Chirillo recibió a Torres y Figueroa. Ausente, Weretilneck.

Faltó a la cita la tercera pata de esta historia, el rionegrino Alberto Weretilneck, que se excusó porque estaba en los actos por el aniversario de Bariloche y evitó la foto amigable con el secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, que demostró que la rebeldía patagónica fue buena mientras duró y ahora se vienen tiempos de amable gobernabilidad. Los gobernadores necesitan empezar a dar respuestas puertas adentro de sus provincias y, además, las parlamentarias de 2025 quedan cada vez más cerca.

Por este y otros gestos, el paso de la Ley Bases por el Senado no tendrá demasiados contratiempos para ser aprobada en general, a pesar de que el peronismo (todavía identificado bajo el cada vez más desteñido sello de “Unión por la Patria”) tiene una fuerza un poco más influyente que en Diputados.

Ganancias, la última bandera

El único interrogante es saber si la reversión del Impuesto a las Ganancias que devolverá como contribuyentes de este tributo a casi un millón de trabajadores, pasará como está o, en su defecto, se le introducen cambios que al menos protejan a los trabajadores más expuestos, que en esta caso son -precisamente- muchos de los patagónicos vinculados a las industrias petrolera, la minería y la pesca, entre otros.

Los comportamientos que tuvieron los diputados nacionales patagónicos que responden a los gobernadores son una señal de lo que podría ocurrir en el Senado. Por ejemplo, a los santacruceños que responden al gobernador Claudio Vidal los mandaron a jugar de manera dispar: mientras Sergio Acevedo se opuso a la restitución de Ganancias, su compañero de bancada, José Luis Garrido, se ausentó a la hora de votar.

Vidal no da puntada sin hilo y no tuvo empacho en jugar para la Casa Rosada en otro tema candente como el de las concesiones de empresas públicas. La privatización parcial de Yacimientos Carboníferos Río Turbio (YCRT), que entró bajo el régimen de ingreso de capital privado con mayoría pública y acción de oro, terminó allanando el camino para que Garrido esta vez votara a favor y se diera la sugestiva ausencia de Acevedo. Los dos senadores propios de Vidal también podrían jugar a las escondidas en lo que viene y terminar dando el “apoyo crítico” que parece estar de moda. El cordobés Rodrigo de Loredo, ya casi convertido en un meme, es el máximo exponente de la sumisión disfrazada con discursos críticos.

En Diputados, también rechazaron el proyecto de Ganancias los legisladores Agustín Domingo (Innovación Federal Río Negro) y Osvaldo Llancafilo (Movimiento Popular Neuquino), pero se abre un enorme signo de interrogación sobre el papel que le harán jugar Weretilneck y Figueroa a sus senadores. El rionegrino aparenta ser un hueso más duro de roer; pero el neuquino es el pragmatismo con gomina. Algunos no se olvidan que el día de “La Patagonia Rebelde” en Madryn, “Rolo” ni siquiera quiso hablar como lo hicieron el resto de sus pares en contra del Gobierno nacional. Y hasta bostezó cuando el presentador de turno leyó el documento con duras críticas al presidente Milei.

Las manos de Chubut

Torres, por su parte, ya viene dando señales de cómo jugará sus fichas en el Senado y aunque no había dicho nada sobre la jugada en Diputados, Ana Clara Romero salió a dejar en claro -por si algunos tenían dudas- que todos los votos de ella y de Jorge "Loma"Ávila en Diputados habían sido consensuados con el gobernador.

En el Senado, Nacho tiene dos espadas a su disposición para aportar: Edith Terenzi y Andrea Cristina. La primera ya adelantó que votará a favor de la Ley Bases: “Ya lo conversamos con el gobernador; queríamos por ahí un pequeño diferencial en Ganancias para la zona patagónica, pero por supuesto vamos a acompañar todo el paquete, no podría ser de otra forma”, sentenció Terenzi, que hace menos de dos meses luego de votar en contra del DNU-70, denunció amenazas de muerte de parte de los trolls de Milei y, como era de esperar, logró el amplio respaldo de todo el arco político. De Loredo hace escuela.

La senadora Cristina es todo un caso. Aunque se descuenta que esta vez hará lo que le pida el gobernador, sigue siendo la misma que en marzo pasado votó en contra de un proyecto para coparticipar el Impuesto al Cheque que impulsaba Torres, lo que fue explicado como un “error”. Si Ganancias se vota aparte, como en Diputados, habrá que atarle las manos a Cristina antes de apretar verde o rojo, ironizan algunos.

Andrea Cristina y Ana Clara Romero, "bullrichistas" de la primera hora. También coinciden en su apoyo irrestricto a Milei.


El segundo paro

En medio de este alineamiento de la oposición cada vez más notable, el próximo jueves habrá un paro nacional convocado por la CGT, la que antes era cuestionada como actor político de relevancia y ahora debe rendir cuentas por su falta de presión al Gobierno de Milei. Ni antes ni ahora la CGT dejó de ser nada más que un protagonista de la escena política, con aciertos y errores, con presencia activa o ruidosos silencios, como todo el arco de la oposición actual y la pasada.

El paro nacional del 9 de mayo será una muestra de dónde quieren -o pueden- estar parados las trabajadoras y los trabajadores organizados, pero no habría que pedirle al sindicalismo la pócima mágica para acabar con el engendro que cierta dirigencia política y buena parte de la sociedad ayudaron a concebir y dar a luz.

La CGT tuvo que salir a aclarar que no se levantaba el paro del jueves.

Los facilismos críticos de algunos opinadores profesionales, que caen rendidos a la tentación de deformar la realidad según les convenga, y de cara a los tiempos que se avecinan prontamente y que se presumen serán aún más crueles de los que ya están pasando hoy jubilados, los enfermos y los trabajadores, terminan por confundir las críticas a ciertos dirigentes con las críticas a la organización a las que esos mismos dirigentes pertenecen.

Pedirle a la estructura sindical que haga lo que no puede hacer la estructura política, es por lo menos injusto. Habría que preguntarse por qué pasó lo que está y sigue pasando, y recordar que el creador del movimiento popular más importante de la Argentina, Juan Domingo Perón, incorporó a los representantes de trabajadores organizados como un tercio de la representatividad de su partido, junto a la rama femenina y la rama política.

Sin embargo, los actuales y pasados “dirigentes políticos”, que se autodenominan y se autoperciben como parte de la misma fuerza política, fueron y continúan siendo refractarios al ingreso de representantes de los trabajadores en las listas de concejales, diputados y senadores provinciales y nacionales.

Otro capítulo -y van-del viejo juego de “animémonos todos, pero vayan ustedes.”

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Otros tonos. Figueroa, Rodríguez Chirillo y Torres, el viernes pasado firmando acuerdos por el Gasoducto Patagónico Cordillerano.
04 MAY 2024 - 17:54

La Ley Bases y el Paquete Fiscal que el Gobierno de Javier Milei logró imponer la semana pasada en la Cámara de Diputados con la ayuda inestimable del PRO, gran parte del radicalismo y el “Peronismo Dialoguista SA”, comenzará desde este lunes su derrotero final en el Senado.

Si hace algunas semanas parecía existir alguna probabilidad de que al menos uno de los dos proyectos naufragara en el Congreso, precisamente era en la Cámara Alta, en donde hay sólo 72 voluntades y los gobernadores tiene mayor influencia. De hecho, son los que movieron sus muñecas para rechazar hace pocas semanas el DNU-70, en lo que pareció ser una primera “declaración de guerra” que con el correr de las semanas se transformó en apenas una escaramuza. Tanto, que el DNU-70 ni siquiera fue tratado aun por los diputados y dormirá en un cajón hasta que haya un claro viento a favor o hasta que ya no importe su vigencia porque la Ley Bases hará todo el trabajo sucio.

Pichetto y Randazzo escuchando a Ritondo. La "rosca" en estado puro.


El Senado, un trámite

La aprobación en el Senado de la ley ómnibus de Milei será un trámite -con números probablemente ajustados, pero trámite al fin- y el Paquete Fiscal tiene grandes chances de pasar en su gran mayoría, salvo la reversión del Impuesto a las Ganancias, la única bandera que parecen seguir sosteniendo los cada vez menos combativos gobernadores patagónicos.

Con el argumento de que “hay que darle herramientas al Gobierno”, primero los diputados y en pocos días los senadores, le darán legalidad -y combustible- a la "motosierra" y a la "licuadora" libertaria, que ya empezó a arrasar todo a su alrededor en nombre de un falso “déficit cero” y prometiendo una “nueva Argentina” que, se sabe, no va a ser un país para todos. Ya no lo era antes de la invasión libertaria por la sucesión de tibiezas y torpezas de Alberto Fernández y por la soberbia ideológica y dialéctica del kirchnerismo, menos lo será ahora.

En esa tierra arrasada germinaron los brotes de un gobierno libertario que no deja de asombrar por el estrambótico relato que construye día a día, pero también por la capacidad de convencimiento que aún tiene sobre buena parte de la sociedad, esa que sigue sosteniendo que es mejor sufrir estos azotes antes que seguir votando a “la casta”.

La grieta que empezaron a abrir algunos hace ya 15 años para tratar de sacar de la cancha al kirchnerismo a favor del “cambio” que representaba el PRO de Mauricio Macri, no sólo hizo fracasar a los ideólogos de ese falso cambio, sino que terminó causando efectos adversos sobre los que consumieron con pasión descontrolada las dosis de antiperonismo que les fueron inoculando los mercaderes de la comunicación concentrada. Son los mismos que ahora evitan hablar del perro muerto de Milei porque para el Presidente su “hijito” Conan no sólo está vivito y coleando sino que además le marca el paso junto a las Fuerzas del Cielo.

Javier Milei, antes de ser presidente, juntos a sus "hijitos de cuatro patas".


Rebeldes sin causa

En este contexto político cambiante y hasta inaudito, en el cual Milei maltrata a sus aliados “dialoguistas” cuando dudan y los castiga aún con mayor dureza cuando consigue su sumisión, se viene moviendo el país desde hace cinco meses.

Los únicos que hasta ahora parecían tener cierta prescindencia y juego propio eran los gobernadores, que aun divididos parecían haber entendido el poder parlamentario que por primera vez en mucho tiempo exponían.

Pero fue apenas el sueño de una noche de verano. Rápidamente, los mandatarios provinciales empezaron a desfilar por la Casa Rosada -ni siquiera los recibía Milei, sino sus gerentes Nicolás Posse y Guillermo Francos- y a cerrar acuerdos de “gobernabilidad” que son más importantes para sus futuros políticos que para sus comprovincianos.

Los patagónicos siguen siendo, aunque ya con baja intensidad, los últimos en someterse mansamente a la Casa Rosada. Pasaron apenas dos meses desde aquella fuerte puesta en escena y dura declaración conjunta de Puerto Madryn, cuando nacieron formalmente las “Provincias Unidas del Sur” e instituyeron al chubutense Nacho Torres como “presidente” de ese bloque variopinto de agendas comunes.

El viernes, el gobernador de Chubut y su par de Neuquén, Rolando Figueroa, se mostraron juntos firmando un acuerdo con el Gobierno nacional y la empresa Camuzzi para reactivar la obra de ampliación de la capacidad de transporte del Gasoducto Cordillerano Patagónico, una obra que financiarán tres provincias patagónicas y que costará unos $ 7 mil millones.

Rodríguez Chirillo recibió a Torres y Figueroa. Ausente, Weretilneck.

Faltó a la cita la tercera pata de esta historia, el rionegrino Alberto Weretilneck, que se excusó porque estaba en los actos por el aniversario de Bariloche y evitó la foto amigable con el secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, que demostró que la rebeldía patagónica fue buena mientras duró y ahora se vienen tiempos de amable gobernabilidad. Los gobernadores necesitan empezar a dar respuestas puertas adentro de sus provincias y, además, las parlamentarias de 2025 quedan cada vez más cerca.

Por este y otros gestos, el paso de la Ley Bases por el Senado no tendrá demasiados contratiempos para ser aprobada en general, a pesar de que el peronismo (todavía identificado bajo el cada vez más desteñido sello de “Unión por la Patria”) tiene una fuerza un poco más influyente que en Diputados.

Ganancias, la última bandera

El único interrogante es saber si la reversión del Impuesto a las Ganancias que devolverá como contribuyentes de este tributo a casi un millón de trabajadores, pasará como está o, en su defecto, se le introducen cambios que al menos protejan a los trabajadores más expuestos, que en esta caso son -precisamente- muchos de los patagónicos vinculados a las industrias petrolera, la minería y la pesca, entre otros.

Los comportamientos que tuvieron los diputados nacionales patagónicos que responden a los gobernadores son una señal de lo que podría ocurrir en el Senado. Por ejemplo, a los santacruceños que responden al gobernador Claudio Vidal los mandaron a jugar de manera dispar: mientras Sergio Acevedo se opuso a la restitución de Ganancias, su compañero de bancada, José Luis Garrido, se ausentó a la hora de votar.

Vidal no da puntada sin hilo y no tuvo empacho en jugar para la Casa Rosada en otro tema candente como el de las concesiones de empresas públicas. La privatización parcial de Yacimientos Carboníferos Río Turbio (YCRT), que entró bajo el régimen de ingreso de capital privado con mayoría pública y acción de oro, terminó allanando el camino para que Garrido esta vez votara a favor y se diera la sugestiva ausencia de Acevedo. Los dos senadores propios de Vidal también podrían jugar a las escondidas en lo que viene y terminar dando el “apoyo crítico” que parece estar de moda. El cordobés Rodrigo de Loredo, ya casi convertido en un meme, es el máximo exponente de la sumisión disfrazada con discursos críticos.

En Diputados, también rechazaron el proyecto de Ganancias los legisladores Agustín Domingo (Innovación Federal Río Negro) y Osvaldo Llancafilo (Movimiento Popular Neuquino), pero se abre un enorme signo de interrogación sobre el papel que le harán jugar Weretilneck y Figueroa a sus senadores. El rionegrino aparenta ser un hueso más duro de roer; pero el neuquino es el pragmatismo con gomina. Algunos no se olvidan que el día de “La Patagonia Rebelde” en Madryn, “Rolo” ni siquiera quiso hablar como lo hicieron el resto de sus pares en contra del Gobierno nacional. Y hasta bostezó cuando el presentador de turno leyó el documento con duras críticas al presidente Milei.

Las manos de Chubut

Torres, por su parte, ya viene dando señales de cómo jugará sus fichas en el Senado y aunque no había dicho nada sobre la jugada en Diputados, Ana Clara Romero salió a dejar en claro -por si algunos tenían dudas- que todos los votos de ella y de Jorge "Loma"Ávila en Diputados habían sido consensuados con el gobernador.

En el Senado, Nacho tiene dos espadas a su disposición para aportar: Edith Terenzi y Andrea Cristina. La primera ya adelantó que votará a favor de la Ley Bases: “Ya lo conversamos con el gobernador; queríamos por ahí un pequeño diferencial en Ganancias para la zona patagónica, pero por supuesto vamos a acompañar todo el paquete, no podría ser de otra forma”, sentenció Terenzi, que hace menos de dos meses luego de votar en contra del DNU-70, denunció amenazas de muerte de parte de los trolls de Milei y, como era de esperar, logró el amplio respaldo de todo el arco político. De Loredo hace escuela.

La senadora Cristina es todo un caso. Aunque se descuenta que esta vez hará lo que le pida el gobernador, sigue siendo la misma que en marzo pasado votó en contra de un proyecto para coparticipar el Impuesto al Cheque que impulsaba Torres, lo que fue explicado como un “error”. Si Ganancias se vota aparte, como en Diputados, habrá que atarle las manos a Cristina antes de apretar verde o rojo, ironizan algunos.

Andrea Cristina y Ana Clara Romero, "bullrichistas" de la primera hora. También coinciden en su apoyo irrestricto a Milei.


El segundo paro

En medio de este alineamiento de la oposición cada vez más notable, el próximo jueves habrá un paro nacional convocado por la CGT, la que antes era cuestionada como actor político de relevancia y ahora debe rendir cuentas por su falta de presión al Gobierno de Milei. Ni antes ni ahora la CGT dejó de ser nada más que un protagonista de la escena política, con aciertos y errores, con presencia activa o ruidosos silencios, como todo el arco de la oposición actual y la pasada.

El paro nacional del 9 de mayo será una muestra de dónde quieren -o pueden- estar parados las trabajadoras y los trabajadores organizados, pero no habría que pedirle al sindicalismo la pócima mágica para acabar con el engendro que cierta dirigencia política y buena parte de la sociedad ayudaron a concebir y dar a luz.

La CGT tuvo que salir a aclarar que no se levantaba el paro del jueves.

Los facilismos críticos de algunos opinadores profesionales, que caen rendidos a la tentación de deformar la realidad según les convenga, y de cara a los tiempos que se avecinan prontamente y que se presumen serán aún más crueles de los que ya están pasando hoy jubilados, los enfermos y los trabajadores, terminan por confundir las críticas a ciertos dirigentes con las críticas a la organización a las que esos mismos dirigentes pertenecen.

Pedirle a la estructura sindical que haga lo que no puede hacer la estructura política, es por lo menos injusto. Habría que preguntarse por qué pasó lo que está y sigue pasando, y recordar que el creador del movimiento popular más importante de la Argentina, Juan Domingo Perón, incorporó a los representantes de trabajadores organizados como un tercio de la representatividad de su partido, junto a la rama femenina y la rama política.

Sin embargo, los actuales y pasados “dirigentes políticos”, que se autodenominan y se autoperciben como parte de la misma fuerza política, fueron y continúan siendo refractarios al ingreso de representantes de los trabajadores en las listas de concejales, diputados y senadores provinciales y nacionales.

Otro capítulo -y van-del viejo juego de “animémonos todos, pero vayan ustedes.”


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