Merino aseguró que va a demoler La Calera para combatir la delincuencia

El intendente de Trelew confirmó que el Tribunal de Faltas ordenó la demolición. Si el apoderado de la ex fábrica no lo hace el corto plazo, la Municipalidad se va a encargar de ejecutarla. El plazo estimado sería entre 15 y 30 días, confiaron las fuentes a Jornada. Hace años que el lugar se convirtió en un aguantadero que no deja vivir en paz a los vecinos

La Calera en el barrio Corradi, un aguantadero de delincuentes. Foto: Alberto Evans
16 ABR 2024 - 17:51 | Actualizado 16 ABR 2024 - 19:03

El intendente Gerardo Merino aseguró a Jornada que él se va a encargar de demoler la ex Calera en el barrio Corradi de Trelew, una fábrica que supo simbolizar el progreso de la ciudad en los '60 y '70, y hace más de dos décadas que se convirtió en un aguantadero.

La decisión ya fue comunicada a la vecinal del Barrio Corradi, que hacía años que venía reclamando que tiren abajo este edificio. La demolición se llevaría adelante en un plazo no mayor a 30 días. Si los apoderados no lo ejecutan por su cuenta,la Municipalidad queda habilitada para demolerla y el particular deberá cargar los costos, señalaron las fuentes.

El Tribunal de Faltasemitió un dictamen para que los apoderados de la ex fábrica lleven adelante la demolición de la estructura abandonada, algo que se viene demorando hace por lo menos dos años, confiaron fuentes municipales. Las partes serán notificadas en las próximas horas.

Al ser consultado, Merino confirmó que si los apoderados, la familia Marzullo, no llevan adelante la demolición del predio la Municipalidad va a tirar abajo toda la estructura, que hoy es un punto de reunión de delincuentes que se juntan para robar, tomar alcohol y drogarse.

En su mejor época, La Calera supo ser una fábrica pujante, supo tener 80 empleados, abastecía a Trelew, Comodoro Rivadavia y el mercado de San Antonio Oeste en Río Negro. Concentraba la extracción de piedra caliza hasta la comercialización de la cal y el yeso.

La fábrica se vino abajo entre finales de los 90 y comienzos de los 2000, y de ahí empezó un proceso gradual de deterioro que no tuvo vuelta atrás. Primero vandalizaron las paredes, se robaron los cercos perimetrales, los portones, los hornos y las estructuras de hierro hasta desmantelarlo por completo.

Hace varios años que los vecinos vienen reclamando que demuelan este edificio destruido, que se llena de vagabundos, delincuentes y menores que se juntan a tomar alcohol y drogarse.

En 2013 y en 2020 ocurrieron dos muertes en ese edificio en ruinas con las paredes pintadas donde se pueden encontrar botellas de cerveza, latas de cerveza, colchones, frazadas y todo lo que uno se pueda imaginar.

Desde las alturas, los delincuentes tienen una vista panorámica de la zona y eligen a casas de familia y comercios como blancos predilectos.

“Es complicado, vivir renegando porque se juntan a tomar, a drogarse, tenemos que aguantar los pendejos que se ponen a hacer cagadas, revolean piedras, te rompen todo en la casa. Cada tanto los policías vienen, los corren y al rato se meten otra vez”, cuenta José, un vecino que padece este drama todos los días.

Cuando el sol empieza a caer, el edificio se llena de chicos y chicas que tiran piedras a los que pasan, se emborrachan, se drogan, salen a robar y se esconden de la Policía.

“Hace años que venimos pidiendo que se tire esto. No tiene otra solución que demolerlo, es una lástima, pero es así. Es un aguantadero esto. No se puede vivir tranquilos. Tengo hijas adolescentes que salen de la escuela y tienen miedo”, concluyóel vecino que está cansando de vivir asediado por delincuentes.

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La Calera en el barrio Corradi, un aguantadero de delincuentes. Foto: Alberto Evans
16 ABR 2024 - 17:51

El intendente Gerardo Merino aseguró a Jornada que él se va a encargar de demoler la ex Calera en el barrio Corradi de Trelew, una fábrica que supo simbolizar el progreso de la ciudad en los '60 y '70, y hace más de dos décadas que se convirtió en un aguantadero.

La decisión ya fue comunicada a la vecinal del Barrio Corradi, que hacía años que venía reclamando que tiren abajo este edificio. La demolición se llevaría adelante en un plazo no mayor a 30 días. Si los apoderados no lo ejecutan por su cuenta,la Municipalidad queda habilitada para demolerla y el particular deberá cargar los costos, señalaron las fuentes.

El Tribunal de Faltasemitió un dictamen para que los apoderados de la ex fábrica lleven adelante la demolición de la estructura abandonada, algo que se viene demorando hace por lo menos dos años, confiaron fuentes municipales. Las partes serán notificadas en las próximas horas.

Al ser consultado, Merino confirmó que si los apoderados, la familia Marzullo, no llevan adelante la demolición del predio la Municipalidad va a tirar abajo toda la estructura, que hoy es un punto de reunión de delincuentes que se juntan para robar, tomar alcohol y drogarse.

En su mejor época, La Calera supo ser una fábrica pujante, supo tener 80 empleados, abastecía a Trelew, Comodoro Rivadavia y el mercado de San Antonio Oeste en Río Negro. Concentraba la extracción de piedra caliza hasta la comercialización de la cal y el yeso.

La fábrica se vino abajo entre finales de los 90 y comienzos de los 2000, y de ahí empezó un proceso gradual de deterioro que no tuvo vuelta atrás. Primero vandalizaron las paredes, se robaron los cercos perimetrales, los portones, los hornos y las estructuras de hierro hasta desmantelarlo por completo.

Hace varios años que los vecinos vienen reclamando que demuelan este edificio destruido, que se llena de vagabundos, delincuentes y menores que se juntan a tomar alcohol y drogarse.

En 2013 y en 2020 ocurrieron dos muertes en ese edificio en ruinas con las paredes pintadas donde se pueden encontrar botellas de cerveza, latas de cerveza, colchones, frazadas y todo lo que uno se pueda imaginar.

Desde las alturas, los delincuentes tienen una vista panorámica de la zona y eligen a casas de familia y comercios como blancos predilectos.

“Es complicado, vivir renegando porque se juntan a tomar, a drogarse, tenemos que aguantar los pendejos que se ponen a hacer cagadas, revolean piedras, te rompen todo en la casa. Cada tanto los policías vienen, los corren y al rato se meten otra vez”, cuenta José, un vecino que padece este drama todos los días.

Cuando el sol empieza a caer, el edificio se llena de chicos y chicas que tiran piedras a los que pasan, se emborrachan, se drogan, salen a robar y se esconden de la Policía.

“Hace años que venimos pidiendo que se tire esto. No tiene otra solución que demolerlo, es una lástima, pero es así. Es un aguantadero esto. No se puede vivir tranquilos. Tengo hijas adolescentes que salen de la escuela y tienen miedo”, concluyóel vecino que está cansando de vivir asediado por delincuentes.


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