La Tierra está bajo el impacto de una tormenta geomagnética severa provocada por una eyección de masa coronal que ha golpeado directamente nuestro planeta. Esta situación ha disparado las alertas del Centro de Predicción del Clima Espacial (SWPC) de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), que ha estado monitoreando el fenómeno y emitiendo advertencias desde el sábado. Los efectos de este evento espacial son múltiples, desde la posibilidad de avistamiento de auroras boreales en latitudes insólitas, hasta potenciales perturbaciones en las redes de comunicaciones y sistemas de navegación.
Según la científica Delores Knipp, profesora de investigación en el Departamento de Ciencias Aeroespaciales de la Universidad de Colorado Boulder, es crucial emitir alertas ante actividad solar mayor para prevenir a operadores de sistemas críticos.
La actual tormenta geomagnética representa una de las mayores perturbaciones en el campo magnético terrestre, con “variaciones de intensidad entre niveles inferiores y condiciones severas durante el evento”. Aunque inicialmente se esperaba que alcanzara niveles G2 (“moderados”) y G3 (“fuertes”), la situación escaló rápidamente, sobrepasando las expectativas de investigadores y científicos.
El interés público ha girado en torno a la posibilidad de observar lasauroras borealesen regiones inusuales como Alabama y California del Norte. Eric Snitil, meteorólogo jefe de Nexstar’s WROC, declaró que “es posible que las mejores condiciones se desperdicien en Estados Unidos porque aún es de día”. A pesar de la frustración por la coincidencia del evento con las horas diurnas, existía la esperanza de que, con la continuidad de la tormenta hasta la noche, las oportunidades de avistamiento mejoraran.
Las tormentas geomagnéticas, importantes perturbaciones de la magnetosfera terrestre, se presentan cuando la energía del viento solar se transfiere de manera eficaz al entorno espacial que rodea la Tierra. Estos fenómenos ocurren a causa de variaciones en el viento solar que provocan cambios considerables en las corrientes, plasmas y campos dentro de la magnetosfera del planeta. Los periodos prolongados de viento solar de alta velocidad y, especialmente, un campo magnético solar dirigido hacia el sur (opuesto al campo de la Tierra) en el lado diurno de la magnetosfera, son condiciones propicias para que se transfiera energía del viento solar a la magnetosfera terrestre.
Durante estas tormentas, se generan corrientes intensas en la magnetosfera, cambios en los cinturones de radiación y en la ionosfera. Esto incluye el calentamiento de la ionosfera y la región de la atmósfera superior conocida como termosfera.
Las corrientes generadas tanto en la magnetosfera como en las corrientes de alineación de campo, que conectan con intensas corrientes en la ionosfera auroral, provocan grandes perturbaciones magnéticas. Estas corrientes y las desviaciones magnéticas que producen en la superficie terrestre, se utilizan para generar un índice de perturbación geomagnética planetaria llamado Kp. Este índice es la base para una de las tres Escalas de Clima Espacial de la NOAA, la escala G o Escala de Tormenta Geomagnética, empleada para describir el clima espacial capaz de interferir con sistemas en la Tierra.
La Tierra está bajo el impacto de una tormenta geomagnética severa provocada por una eyección de masa coronal que ha golpeado directamente nuestro planeta. Esta situación ha disparado las alertas del Centro de Predicción del Clima Espacial (SWPC) de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), que ha estado monitoreando el fenómeno y emitiendo advertencias desde el sábado. Los efectos de este evento espacial son múltiples, desde la posibilidad de avistamiento de auroras boreales en latitudes insólitas, hasta potenciales perturbaciones en las redes de comunicaciones y sistemas de navegación.
Según la científica Delores Knipp, profesora de investigación en el Departamento de Ciencias Aeroespaciales de la Universidad de Colorado Boulder, es crucial emitir alertas ante actividad solar mayor para prevenir a operadores de sistemas críticos.
La actual tormenta geomagnética representa una de las mayores perturbaciones en el campo magnético terrestre, con “variaciones de intensidad entre niveles inferiores y condiciones severas durante el evento”. Aunque inicialmente se esperaba que alcanzara niveles G2 (“moderados”) y G3 (“fuertes”), la situación escaló rápidamente, sobrepasando las expectativas de investigadores y científicos.
El interés público ha girado en torno a la posibilidad de observar lasauroras borealesen regiones inusuales como Alabama y California del Norte. Eric Snitil, meteorólogo jefe de Nexstar’s WROC, declaró que “es posible que las mejores condiciones se desperdicien en Estados Unidos porque aún es de día”. A pesar de la frustración por la coincidencia del evento con las horas diurnas, existía la esperanza de que, con la continuidad de la tormenta hasta la noche, las oportunidades de avistamiento mejoraran.
Las tormentas geomagnéticas, importantes perturbaciones de la magnetosfera terrestre, se presentan cuando la energía del viento solar se transfiere de manera eficaz al entorno espacial que rodea la Tierra. Estos fenómenos ocurren a causa de variaciones en el viento solar que provocan cambios considerables en las corrientes, plasmas y campos dentro de la magnetosfera del planeta. Los periodos prolongados de viento solar de alta velocidad y, especialmente, un campo magnético solar dirigido hacia el sur (opuesto al campo de la Tierra) en el lado diurno de la magnetosfera, son condiciones propicias para que se transfiera energía del viento solar a la magnetosfera terrestre.
Durante estas tormentas, se generan corrientes intensas en la magnetosfera, cambios en los cinturones de radiación y en la ionosfera. Esto incluye el calentamiento de la ionosfera y la región de la atmósfera superior conocida como termosfera.
Las corrientes generadas tanto en la magnetosfera como en las corrientes de alineación de campo, que conectan con intensas corrientes en la ionosfera auroral, provocan grandes perturbaciones magnéticas. Estas corrientes y las desviaciones magnéticas que producen en la superficie terrestre, se utilizan para generar un índice de perturbación geomagnética planetaria llamado Kp. Este índice es la base para una de las tres Escalas de Clima Espacial de la NOAA, la escala G o Escala de Tormenta Geomagnética, empleada para describir el clima espacial capaz de interferir con sistemas en la Tierra.