Ante la falta de dinero, el trueque volvió a ser una realidad

Tal como había ocurrido durante la crisis económica del 2001, los vecinos se organizan en cada barrio y en cada pueblo para intercambiar productos y servicios de forma directa. En coincidencia, las nuevas tecnologías aportan lo suyo y hacen mucho más eficiente el sistema.

05 FEB 2024 - 18:45 | Actualizado 05 FEB 2024 - 19:01

Debido al contexto económico actual que atraviesa el país, donde la falta de dinero se profundiza cada vez más, los vecinos de la Comarca Andina recurrieron a la vieja práctica del truque para poder afrontar las necesidades de cada día.

“Tengo para trocar zapatillas chatitas número 37 en buen estado por ocho kilos de polenta”, es uno de los avisos publicados este lunes en un grupo de WhatsApp administrado por Liliana Cristaldo, una vecina de Lago Puelo, que en pocos días alcanzó cientos de adherentes.

Puntualizó que “la idea surgió por la necesidad que estamos viviendo los ciudadanos de este país y de la comarca en particular, en la urgencia de buscar las mejores alternativas para garantizar necesidades básicas como alimentarse y vestirse, además de la higiene y la demanda a esta altura del año de mandar a los hijos a la escuela”.

“Hay toda una generación –agregó-, que solo había visto el trueque en los libros de historia. Parece increíble que hoy tengamos que cambiar un corte de pelo por fruta, sin necesidad de que medie el dinero”.

Otro hombre avisó que “permuto carcasa con chasis completo. Veo todo”, mostrando la foto de un viejo Renault 12 arrumbado en el fondo de su casa. Más puntillosa, una mujer dijo que “troco una crema ligera de 50 ml. facial hidratante de Amway, por una leche en polvo y avena”.

Minutos después, se publicó (con su respectiva fotografía) que “troco este teléfono fijo andando por una lavandina, un detergente, un Cif chico, un 1 jabón blanco y un jabón en polvo de 800 gramos”.

Redes sociales

Según estadísticas recientes, en la región andina una familia promedio necesita al menos $600.000 para no ser pobre. Distintos analistas valoran que “una vez que se termine la temporada turística y la cosecha en las chacras, la crisis se notará con toda su crudeza”, a lo que suman “las complicaciones propias del invierno, donde la prioridad para muchos hogares será contar con gas envasado y leña para la calefacción”.

En ese marco, una de las herramientas de subsistencia es precisamente el trueque: “En esta oportunidad, y a diferencia del 2001, contamos con las redes sociales y las podemos aprovechar para una economía más solidaria, para poder ayudarnos unos a otros. Esto no es un grupo de compraventa, pero sí para intercambiar entre los propios vecinos”, adelantó Liliana Cristaldo.

Sumó que el grupo “también puede servir para intercambiar información: si me entero de una oferta en un supermercado, aviso al resto. Muchas veces pasa que, si una mercadería está por vencer, bajan el precio”.

Sumó que “la gente ya está pasando necesidades en lo básico, en los alimentos”, aunque criticó que “a los argentinos nos falta cultura financiera. En países del primer mundo, cuando sube mucho el tomate, nadie compra hasta que se les pudre y lo tienen que bajar”.

Volver a la huerta

De igual manera, la coordinadora del trueque aconsejó a sus vecinos “volver a hacer la huerta familiar, porque en esta zona todo crece. Tampoco hace falta una gran superficie, muchas veces con solo un cajón o una maceta podemos generar nuestra propia comida”.

“Ahora también viene la época de las murras, las manzanas y las ciruelas, que se pueden cosechar sin costo y hacer un dulce para intercambiar luego por algo de mi interés. Lo mismo pasa con las nueces, que tienen un alto valor proteico y se pueden guardar para el invierno. Solo hay que salir de la zona de confort y agudizar la imaginación, es cuestión de organizarse”, concluyó.

05 FEB 2024 - 18:45

Debido al contexto económico actual que atraviesa el país, donde la falta de dinero se profundiza cada vez más, los vecinos de la Comarca Andina recurrieron a la vieja práctica del truque para poder afrontar las necesidades de cada día.

“Tengo para trocar zapatillas chatitas número 37 en buen estado por ocho kilos de polenta”, es uno de los avisos publicados este lunes en un grupo de WhatsApp administrado por Liliana Cristaldo, una vecina de Lago Puelo, que en pocos días alcanzó cientos de adherentes.

Puntualizó que “la idea surgió por la necesidad que estamos viviendo los ciudadanos de este país y de la comarca en particular, en la urgencia de buscar las mejores alternativas para garantizar necesidades básicas como alimentarse y vestirse, además de la higiene y la demanda a esta altura del año de mandar a los hijos a la escuela”.

“Hay toda una generación –agregó-, que solo había visto el trueque en los libros de historia. Parece increíble que hoy tengamos que cambiar un corte de pelo por fruta, sin necesidad de que medie el dinero”.

Otro hombre avisó que “permuto carcasa con chasis completo. Veo todo”, mostrando la foto de un viejo Renault 12 arrumbado en el fondo de su casa. Más puntillosa, una mujer dijo que “troco una crema ligera de 50 ml. facial hidratante de Amway, por una leche en polvo y avena”.

Minutos después, se publicó (con su respectiva fotografía) que “troco este teléfono fijo andando por una lavandina, un detergente, un Cif chico, un 1 jabón blanco y un jabón en polvo de 800 gramos”.

Redes sociales

Según estadísticas recientes, en la región andina una familia promedio necesita al menos $600.000 para no ser pobre. Distintos analistas valoran que “una vez que se termine la temporada turística y la cosecha en las chacras, la crisis se notará con toda su crudeza”, a lo que suman “las complicaciones propias del invierno, donde la prioridad para muchos hogares será contar con gas envasado y leña para la calefacción”.

En ese marco, una de las herramientas de subsistencia es precisamente el trueque: “En esta oportunidad, y a diferencia del 2001, contamos con las redes sociales y las podemos aprovechar para una economía más solidaria, para poder ayudarnos unos a otros. Esto no es un grupo de compraventa, pero sí para intercambiar entre los propios vecinos”, adelantó Liliana Cristaldo.

Sumó que el grupo “también puede servir para intercambiar información: si me entero de una oferta en un supermercado, aviso al resto. Muchas veces pasa que, si una mercadería está por vencer, bajan el precio”.

Sumó que “la gente ya está pasando necesidades en lo básico, en los alimentos”, aunque criticó que “a los argentinos nos falta cultura financiera. En países del primer mundo, cuando sube mucho el tomate, nadie compra hasta que se les pudre y lo tienen que bajar”.

Volver a la huerta

De igual manera, la coordinadora del trueque aconsejó a sus vecinos “volver a hacer la huerta familiar, porque en esta zona todo crece. Tampoco hace falta una gran superficie, muchas veces con solo un cajón o una maceta podemos generar nuestra propia comida”.

“Ahora también viene la época de las murras, las manzanas y las ciruelas, que se pueden cosechar sin costo y hacer un dulce para intercambiar luego por algo de mi interés. Lo mismo pasa con las nueces, que tienen un alto valor proteico y se pueden guardar para el invierno. Solo hay que salir de la zona de confort y agudizar la imaginación, es cuestión de organizarse”, concluyó.


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