El polémico reductor de velocidad "experimental", ¿llega para quedarse?

Trabajan con material reciclado en cosas que se necesitan para el barrio. Diseñaron un reductor para obligar a los conductores a bajar la velocidad donde juegan los niños. Hace tiempo que vienen pidiendo respuestas. “No tuvimos un accidente fatal hasta ahora porque tuvimos suerte”, dijo Franco Reyes, vecino del barrio Malvinas.

02 FEB 2024 - 15:51 | Actualizado 02 FEB 2024 - 17:56

Un vecino del barrio Malvinas Argentinas, de Puerto Madryn, inventó un curioso reductor de velocidad hecho de cubiertas recicladas y lo probó en un cruce para ver que respuesta obtenía de los conductores.

El experimento generó adhesiones y algunos rechazos de conductores que, más allá de que no es legal, temen que le suceda algo al vehículo.

El inventor, Franco Reyes, contó a Jornada Web las razones de este ensayo a prueba y error que no busca otra cosa que los automovilistas disminuyan la velocidad en la avenida del Trabajo frente a una plaza donde juegan los niños.

Hace cinco años que la organización del barrio Malvinas Argentinas viene trabajando con los vecinos para conseguir cosas para la ciudad. Cuentan con una sede, una plaza y tienen un emprendimiento de limpieza y reciclaje con el que fabrican juegos y otros accesorios,

“Esta idea nace a raíz de la necesidad de que se baje la velocidad en la zona de avenida del Trabajo. Es una forma de hacerse visualizar para ver la problemática y atacarla”, comentó Franco quien mencionó que golpearon puertas en la Municipalidad y la Policía, pero no tuvieron respuestas hasta el momento.

El barrio Malvinas Argentinas, que tiene unos 12 años de vida, cuenta con unos 600 terrenos de los cuales 500 están habitados y la organización del barrio tiene contabilizadas unas 1200 personas que colaboran.

Según el vecino, en el primer testeo realizado, la mayoría de los conductores respondió “bastante bien” al reductor de velocidad, aunque un 10 por ciento de ellos se quejaron porque “tienen que bajar la velocidad o bien tienen miedo de que les pase algo”.

Franco asume que esto es un prototipo, un experimento, sabe que no es legal y está lejos de él querer tener problemas con los vecinos y mucho menos con las autoridades.

En realidad, lo que él busca con esto es hacerse escuchar y concientizar a la comunidad del peligro que significa que pasen a toda velocidad.

“No lo vamos a dejar a largo plazo, lo vamos a mejorar y a tirar cada vez que haya una actividad con niños en la plaza. Los autos andan a mucha la velocidad y da miedo”, comentó.

Además, mencionó que pusieron una rueda en el medio de la avenida para marcar los carriles, ya que hay vehículos que sobrepasan a otros a una gran velocidad. “Hemos tenido suerte de no tener un accidente”, contó.

De acá en más Reyes proyecta mejorar el reductor de velocidad colocándole ojos de gato para que lo puedan divisar de noche.

La idea es colocarlo cada vez que haya una actividad con niños en el barrio y ver si pueden llamar la atención de las autoridades para que coloquen un reductor como marca la ley.

02 FEB 2024 - 15:51

Un vecino del barrio Malvinas Argentinas, de Puerto Madryn, inventó un curioso reductor de velocidad hecho de cubiertas recicladas y lo probó en un cruce para ver que respuesta obtenía de los conductores.

El experimento generó adhesiones y algunos rechazos de conductores que, más allá de que no es legal, temen que le suceda algo al vehículo.

El inventor, Franco Reyes, contó a Jornada Web las razones de este ensayo a prueba y error que no busca otra cosa que los automovilistas disminuyan la velocidad en la avenida del Trabajo frente a una plaza donde juegan los niños.

Hace cinco años que la organización del barrio Malvinas Argentinas viene trabajando con los vecinos para conseguir cosas para la ciudad. Cuentan con una sede, una plaza y tienen un emprendimiento de limpieza y reciclaje con el que fabrican juegos y otros accesorios,

“Esta idea nace a raíz de la necesidad de que se baje la velocidad en la zona de avenida del Trabajo. Es una forma de hacerse visualizar para ver la problemática y atacarla”, comentó Franco quien mencionó que golpearon puertas en la Municipalidad y la Policía, pero no tuvieron respuestas hasta el momento.

El barrio Malvinas Argentinas, que tiene unos 12 años de vida, cuenta con unos 600 terrenos de los cuales 500 están habitados y la organización del barrio tiene contabilizadas unas 1200 personas que colaboran.

Según el vecino, en el primer testeo realizado, la mayoría de los conductores respondió “bastante bien” al reductor de velocidad, aunque un 10 por ciento de ellos se quejaron porque “tienen que bajar la velocidad o bien tienen miedo de que les pase algo”.

Franco asume que esto es un prototipo, un experimento, sabe que no es legal y está lejos de él querer tener problemas con los vecinos y mucho menos con las autoridades.

En realidad, lo que él busca con esto es hacerse escuchar y concientizar a la comunidad del peligro que significa que pasen a toda velocidad.

“No lo vamos a dejar a largo plazo, lo vamos a mejorar y a tirar cada vez que haya una actividad con niños en la plaza. Los autos andan a mucha la velocidad y da miedo”, comentó.

Además, mencionó que pusieron una rueda en el medio de la avenida para marcar los carriles, ya que hay vehículos que sobrepasan a otros a una gran velocidad. “Hemos tenido suerte de no tener un accidente”, contó.

De acá en más Reyes proyecta mejorar el reductor de velocidad colocándole ojos de gato para que lo puedan divisar de noche.

La idea es colocarlo cada vez que haya una actividad con niños en el barrio y ver si pueden llamar la atención de las autoridades para que coloquen un reductor como marca la ley.


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