Un maestro embargado por las emociones y los recuerdos

Hugo Santos visitó los estudios de Cadena Tiempo para desandar una trayectoria que comenzó como eximio jugador del fútbol, luego convertido en director técnico, y que se trasladó al atletismo a partir de una primera experiencia escolar. Su máximo orgullo, el olímpico Leonardo Price, de quien fue el primer entrenador.

02 NOV 2023 - 18:49 | Actualizado 03 NOV 2023 - 11:27

Fotos: Sergio Esparza (Jornada).

NOTA COMPLETA ACÁ.

Historia viviente, del fútbol en primer lugar, pero también con un rol protagónico en varias décadas del atletismo.

Jugador distinto, autodidacta, con una personalidad sobria, pero firme. Lejos de los conflictos y las polémicas, Hugo siempre se ganó el respeto de todos.

Santos, de 80 años, comenzó el diálogo en Tiempo Deportivo totalmente embargado, emocionado.
“Sandro Giménez, fuera de micrófono me hizo recordar algunas cosas, cosas que emocionan. Por ejemplo, que me llevara a Germinal y me dieran el trabajo de toda la vida, que Germinal le pagara a Ameghino 10 mil pesos que en el ’61 era mucha plata, yo no sé cómo la pagó porque yo no era un jugador de tanto nivel, no era un consagrado. Pero además le arregló la cancha que Ameghino tenía donde hoy está el shopping”, argumentó sobre su estadio emocional.

“La idea era que yo entrara en Vialidad, pero como no había ninguna vacante, entré en la Policía de la Provincia. Tuve la suerte de tener jefes germinalistas como Goycochea, Leal, Pedro Gutiérrez que venía de jugar en la selección de Esquel. José Ismael, que integró el famoso equipo de Zubeldía en Estudiantes de La Plata, aunque suplente. Cuando volvió, jugó en Independiente de Trelew, era de esos jugadores que muchas veces no se terminan de reconocer”, evocó.

“Yo tenía temperamento, incluso se lo transmití a todos los equipos que dirigí, no para decirte que vayas a pegar, pero sí que había que meter y que yo fuera de la cancha era el encargado de decirte tranquilo, controlate, pero no te tenía que decir que metieras. Pero los que me vieron también decían que me gustaba tirar caños, un sombrerito”, describió sobre sus cualidades de futbolista y entrenador.

“Por eso tal vez en Germinal me llevaba tan bien con jugadores como Sandunga Sánchez o cuando años después fui a Gaiman, estuve dos años y salimos campeones, me gustaba asociarme con Luis y Hugo Género, el Patito Figueroa, René Calderón. Siempre me preguntaba que hacían esos jugadores acá”, remarcó.

“Empecé jugando de cinco, pero en Ameghino lo hice de ocho porque teníamos un cinco, Alberto Segundo Dellacha que jugaba un montón. El diez era un chico que murió hace un tiempo ya, de Comodoro, Víctor Alderete, que también andaba muy bien”, memoró.

“Ameghino armó con esos jugadores que llevó Cipriano Domínguez una Cuarta división que estuvo 44 partidos invicta: Ñancunao: Maldonado, Tomy Hughes, Alberto López y Tachuela Martín; Santos, Del Hacha y Alderete; Miranda, Schnering y Alberto Armango. El técnico era mi viejo o Cacho Díaz, el Zapatero”, precisó con una memoria impecable.

“Era tiempos en que no entrenábamos, el único entrenamiento era juntarnos a jugar un picadito”, advirtió.

Inmediatamente comparó que “cuando fui a Germinal había que correr hasta la orilla del mar y volver a la cancha, hacer saltos, hacer abdominales. Era otro nivel, fui en el ´62 y estuve hasta el ´72, diez años”.

“Tuve suerte porque en aquel entonces se armaba la selección del Valle, que era elegida por la gente, además del técnico. La mayoría de las veces hacían un concurso, por ejemplo en el LU20, en el que la gente votaba, no sé si daban algún premio. De los diez años en Germinal, estuve nueve en la selección del Valle”, demostró sobre su liderazgo.

“Me quisieron mucho en Germinal, incluso ahora, que me llaman y me recuerdan cosas”, señaló, otra vez con la voz entrecortada.

“Jugué hasta los 36 años, un día terminé de jugar en Gaiman, llegué a mi casa y me senté como de costumbre a tomar mate con mi señora y le dije que no iba a jugar más. Jugué en Las Estrellas de los Veteranos, algún torneo de barrio, salí campeón con Barrio Corradi en el torneo Interbarrio más grande que se hizo acá”, recordó.

Respecto de su trayectoria como preparador físico, puntualizó que “empecé de instructor en la escuela 125, estuve cinco años, me llevó la señora Santos Vega de Belzunce, un día me llamó y me dijo que quería que le diera gimnasia a los chicos de la escuela. Incluso me pagaban”.

“Mi única preparación era la de futbolista, pero impulsamos los torneos intercolegiales de atletismo, en Infantiles y Juveniles, eran torneos hermosos, con 600, 700 chicos. En las finales venían de Esquel y Comodoro, ya era la década del ´70”, destacó con nostalgia.

“Primero daba educación física y después dirigí el equipo de baby fútbol de la Escuela 123 que salió campeón. Después empezaron los intercolegiales de atletismo y no sabía mucho, casi nada, soy alumno del profesor Leandro Del Villar de la Enet, él me enseñó la mayoría de las cosas, aunque después hice cursos con Zabala, Barissa, varios entrenadores de nivel nacional y de la selección argentina, que me fueron mejorando y corrigiéndome cosas”, ponderó.

“En el ´82 empecé a entrenar a Independiente de Trelew, pero antes me llevaron de Independiente Deportivo de Esquel. Pedí una cifra para que me dijeran que no, pero al otro día el presidente Horacio del Blanco me llamó por teléfono para preguntarme cuando empezaba”, indicó.

“Me dieron un bungalow, que era de Menen Fernández, la comida y el sueldo. Estábamos muy bien cuando erupcionó un volcán chileno, salí a comprar algo al centro y no se veía nada por la ceniza. Suspendieron el campeonato por dos meses, se deshizo el acuerdo y no pude volver, pero tengo muy buenos recuerdos de Bobadilla, Jorge Aleuy, los hermanos Fernández, los Del Blanco, Cachano Barría, que después vino a entrenar conmigo”, dijo agradecido.

REITERADOS ÉXITOS
“Hubo atletas con muchos títulos repetidos, por ejemplo Gabriel Barchetta debe tener cinco, seis títulos; subcampeón sudamericano, campeón argentino de Cadetes, Menores, Juveniles. Sus hermanos Silvia y Daniel, lo mismo. Juan Felipe Gómez, que hoy es contador, también anduvo muy bien. De las chicas, Patricia Antonio, Marisol Besada, Alicia Meloni, Alicia Furlan. Todos ellos eran de primer nivel, cuando íbamos a un torneo peleábamos arriba”, destacó.

ORGULLO OLÍMPICO
“Yo tenía un grupo lindo con las hermanas Balzi, Mariana Fois, Pablo Gauna. Leo apareció un día a entrenar, le expliqué como era el tema, y otro día me apareció rengo, y le pregunté que le pasaba. Me contó que jugaba al fútbol en Racing y lo habían golpeado. Entonces le dije que tenía que elegir, porque sabía que era buen futbolista, pero mucho mejor atleta, y no nos equivocamos”, refirió sobre los inicios del atleta olímpico Leonardo Price.

“El Goro se jubiló, pero no sé qué le pasó que no apareció más en la pista”, aludió sobre uno de sus acostumbrados laderos.

“Era muy buen atleta, pero en su época había pesos pesados como Manquel, el Mono Ibáñez después. Con los avances de hoy, Manquel hubiera sido todavía mejor, era un fenómeno”, resaltó.

“Los dos chicos que fueron a los Juegos OIímpicos (Joaquín Arbe y Coco Muñoz) son buenísimos. Lo de Joaquín es extraordinario porque tiene el récord de maratón, pero te corre 400 metros con la misma facilidad, lo mismo que las carreras con vallas”, elogió.

“Vanshi también era una monstrua, si hubiera estado puesta en otro nivel de competencia, no sé dónde hubiera llegado. Pero si bien todavía es joven, el tiempo pasa para todos. Yo antes corría para divertirme hasta el Puente Hendre y ahora apenas puedo ir solamente hasta la carnicería que está a dos cuadras de casa”, analizó.

“Yo hacía la preparación física de Germinal, con Luis Bastida como técnico. Y cuando él viajaba por cuestiones de trabajo, yo me quedaba a cargo del equipo”, señaló sobre sus comienzos como entrenador de fútbol.

“Lo hice debutar a Claudio Lemes, y justo contra Independiente. Yo le había dicho varias veces a Miguel González que no se frenara, que desbordara y tirara los centros para la llegada de Patricio Barriga, que también era muy rápido. Pero como no me hacía caso, cuando terminó el primer tiempo le dije a Miguel que se cambiara y lo hice entrar al “Chaca” e hizo cinco goles en 45 minutos”, dijo con el pecho inflado.

“Mi yerno Julio Thomas me hizo venir a Independiente, pero con la mala suerte que cuando llegué el club había decidido no jugar el Regional para el que se había clasificado y la mayoría de los jugadores, que eran semi profesionales, se habían ido. Me quedó Daniel Caminos, Cachi Viegas, Pichón Ramírez y los chicos como Claudio Mac Burney, Roberto Saavedra, Carlos Amado, José García, Daniel Sosa, Facundo Huenchual, y después salimos campeones”, rescató.

“A Racing también lo dirigí, lo mismo a Gaiman, Huracán, Foderami. No me acuerdo quien hizo un raconto y Jaime Giordanella me ganaba por un campeonato. Pero en atletismo tengo más de 60 títulos, pero muchas veces repetidos. También entrené al equipo de hockey femenino de Racing, con el que también salimos campeones”, subrayó.

“Además entrené a boxeadores como Raúl Medina, Walter Matthysse, Claudia López, siempre la parte física, el resto lo hacía el “Pelado” Montesino”, sostuvo.

“Ya me cuesta ir a la pista, estoy pensando en sí voy a seguir, por ahí te dan más ganas de quedarte en casa mirando televisión o tomando mates. Ahora miro a Germinal por cable, pero ni siquiera voy a la cancha”, admitió.

“He hecho de todo, me queda atender más a mi familia, porque sobre todo en atletismo me iba días a días y no sabían de mí. Ahora trato de juntarlos todos los sábados, cada uno lleva un poquito y nos juntamos. Hasta cantamos”, celebró.

Recordó a su padre: “mi viejo era panadero, pero cundo nos vinimos a venir de vuelta de Dolavon a Trelew consiguió trabajo en la Casa Ayuso, en el depósito, se encargaba de los pedidos”.

“El logro deportivo que me llena de orgullo fue la clasificación de Leo Price a los Juegos Olímpicos. Me llamó el Coco Manquel para felicitarme, le contesté que estaba entrenando en Mar del Plata. Y me respondió: “pero lo hiciste vos”.

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02 NOV 2023 - 18:49

Fotos: Sergio Esparza (Jornada).

NOTA COMPLETA ACÁ.

Historia viviente, del fútbol en primer lugar, pero también con un rol protagónico en varias décadas del atletismo.

Jugador distinto, autodidacta, con una personalidad sobria, pero firme. Lejos de los conflictos y las polémicas, Hugo siempre se ganó el respeto de todos.

Santos, de 80 años, comenzó el diálogo en Tiempo Deportivo totalmente embargado, emocionado.
“Sandro Giménez, fuera de micrófono me hizo recordar algunas cosas, cosas que emocionan. Por ejemplo, que me llevara a Germinal y me dieran el trabajo de toda la vida, que Germinal le pagara a Ameghino 10 mil pesos que en el ’61 era mucha plata, yo no sé cómo la pagó porque yo no era un jugador de tanto nivel, no era un consagrado. Pero además le arregló la cancha que Ameghino tenía donde hoy está el shopping”, argumentó sobre su estadio emocional.

“La idea era que yo entrara en Vialidad, pero como no había ninguna vacante, entré en la Policía de la Provincia. Tuve la suerte de tener jefes germinalistas como Goycochea, Leal, Pedro Gutiérrez que venía de jugar en la selección de Esquel. José Ismael, que integró el famoso equipo de Zubeldía en Estudiantes de La Plata, aunque suplente. Cuando volvió, jugó en Independiente de Trelew, era de esos jugadores que muchas veces no se terminan de reconocer”, evocó.

“Yo tenía temperamento, incluso se lo transmití a todos los equipos que dirigí, no para decirte que vayas a pegar, pero sí que había que meter y que yo fuera de la cancha era el encargado de decirte tranquilo, controlate, pero no te tenía que decir que metieras. Pero los que me vieron también decían que me gustaba tirar caños, un sombrerito”, describió sobre sus cualidades de futbolista y entrenador.

“Por eso tal vez en Germinal me llevaba tan bien con jugadores como Sandunga Sánchez o cuando años después fui a Gaiman, estuve dos años y salimos campeones, me gustaba asociarme con Luis y Hugo Género, el Patito Figueroa, René Calderón. Siempre me preguntaba que hacían esos jugadores acá”, remarcó.

“Empecé jugando de cinco, pero en Ameghino lo hice de ocho porque teníamos un cinco, Alberto Segundo Dellacha que jugaba un montón. El diez era un chico que murió hace un tiempo ya, de Comodoro, Víctor Alderete, que también andaba muy bien”, memoró.

“Ameghino armó con esos jugadores que llevó Cipriano Domínguez una Cuarta división que estuvo 44 partidos invicta: Ñancunao: Maldonado, Tomy Hughes, Alberto López y Tachuela Martín; Santos, Del Hacha y Alderete; Miranda, Schnering y Alberto Armango. El técnico era mi viejo o Cacho Díaz, el Zapatero”, precisó con una memoria impecable.

“Era tiempos en que no entrenábamos, el único entrenamiento era juntarnos a jugar un picadito”, advirtió.

Inmediatamente comparó que “cuando fui a Germinal había que correr hasta la orilla del mar y volver a la cancha, hacer saltos, hacer abdominales. Era otro nivel, fui en el ´62 y estuve hasta el ´72, diez años”.

“Tuve suerte porque en aquel entonces se armaba la selección del Valle, que era elegida por la gente, además del técnico. La mayoría de las veces hacían un concurso, por ejemplo en el LU20, en el que la gente votaba, no sé si daban algún premio. De los diez años en Germinal, estuve nueve en la selección del Valle”, demostró sobre su liderazgo.

“Me quisieron mucho en Germinal, incluso ahora, que me llaman y me recuerdan cosas”, señaló, otra vez con la voz entrecortada.

“Jugué hasta los 36 años, un día terminé de jugar en Gaiman, llegué a mi casa y me senté como de costumbre a tomar mate con mi señora y le dije que no iba a jugar más. Jugué en Las Estrellas de los Veteranos, algún torneo de barrio, salí campeón con Barrio Corradi en el torneo Interbarrio más grande que se hizo acá”, recordó.

Respecto de su trayectoria como preparador físico, puntualizó que “empecé de instructor en la escuela 125, estuve cinco años, me llevó la señora Santos Vega de Belzunce, un día me llamó y me dijo que quería que le diera gimnasia a los chicos de la escuela. Incluso me pagaban”.

“Mi única preparación era la de futbolista, pero impulsamos los torneos intercolegiales de atletismo, en Infantiles y Juveniles, eran torneos hermosos, con 600, 700 chicos. En las finales venían de Esquel y Comodoro, ya era la década del ´70”, destacó con nostalgia.

“Primero daba educación física y después dirigí el equipo de baby fútbol de la Escuela 123 que salió campeón. Después empezaron los intercolegiales de atletismo y no sabía mucho, casi nada, soy alumno del profesor Leandro Del Villar de la Enet, él me enseñó la mayoría de las cosas, aunque después hice cursos con Zabala, Barissa, varios entrenadores de nivel nacional y de la selección argentina, que me fueron mejorando y corrigiéndome cosas”, ponderó.

“En el ´82 empecé a entrenar a Independiente de Trelew, pero antes me llevaron de Independiente Deportivo de Esquel. Pedí una cifra para que me dijeran que no, pero al otro día el presidente Horacio del Blanco me llamó por teléfono para preguntarme cuando empezaba”, indicó.

“Me dieron un bungalow, que era de Menen Fernández, la comida y el sueldo. Estábamos muy bien cuando erupcionó un volcán chileno, salí a comprar algo al centro y no se veía nada por la ceniza. Suspendieron el campeonato por dos meses, se deshizo el acuerdo y no pude volver, pero tengo muy buenos recuerdos de Bobadilla, Jorge Aleuy, los hermanos Fernández, los Del Blanco, Cachano Barría, que después vino a entrenar conmigo”, dijo agradecido.

REITERADOS ÉXITOS
“Hubo atletas con muchos títulos repetidos, por ejemplo Gabriel Barchetta debe tener cinco, seis títulos; subcampeón sudamericano, campeón argentino de Cadetes, Menores, Juveniles. Sus hermanos Silvia y Daniel, lo mismo. Juan Felipe Gómez, que hoy es contador, también anduvo muy bien. De las chicas, Patricia Antonio, Marisol Besada, Alicia Meloni, Alicia Furlan. Todos ellos eran de primer nivel, cuando íbamos a un torneo peleábamos arriba”, destacó.

ORGULLO OLÍMPICO
“Yo tenía un grupo lindo con las hermanas Balzi, Mariana Fois, Pablo Gauna. Leo apareció un día a entrenar, le expliqué como era el tema, y otro día me apareció rengo, y le pregunté que le pasaba. Me contó que jugaba al fútbol en Racing y lo habían golpeado. Entonces le dije que tenía que elegir, porque sabía que era buen futbolista, pero mucho mejor atleta, y no nos equivocamos”, refirió sobre los inicios del atleta olímpico Leonardo Price.

“El Goro se jubiló, pero no sé qué le pasó que no apareció más en la pista”, aludió sobre uno de sus acostumbrados laderos.

“Era muy buen atleta, pero en su época había pesos pesados como Manquel, el Mono Ibáñez después. Con los avances de hoy, Manquel hubiera sido todavía mejor, era un fenómeno”, resaltó.

“Los dos chicos que fueron a los Juegos OIímpicos (Joaquín Arbe y Coco Muñoz) son buenísimos. Lo de Joaquín es extraordinario porque tiene el récord de maratón, pero te corre 400 metros con la misma facilidad, lo mismo que las carreras con vallas”, elogió.

“Vanshi también era una monstrua, si hubiera estado puesta en otro nivel de competencia, no sé dónde hubiera llegado. Pero si bien todavía es joven, el tiempo pasa para todos. Yo antes corría para divertirme hasta el Puente Hendre y ahora apenas puedo ir solamente hasta la carnicería que está a dos cuadras de casa”, analizó.

“Yo hacía la preparación física de Germinal, con Luis Bastida como técnico. Y cuando él viajaba por cuestiones de trabajo, yo me quedaba a cargo del equipo”, señaló sobre sus comienzos como entrenador de fútbol.

“Lo hice debutar a Claudio Lemes, y justo contra Independiente. Yo le había dicho varias veces a Miguel González que no se frenara, que desbordara y tirara los centros para la llegada de Patricio Barriga, que también era muy rápido. Pero como no me hacía caso, cuando terminó el primer tiempo le dije a Miguel que se cambiara y lo hice entrar al “Chaca” e hizo cinco goles en 45 minutos”, dijo con el pecho inflado.

“Mi yerno Julio Thomas me hizo venir a Independiente, pero con la mala suerte que cuando llegué el club había decidido no jugar el Regional para el que se había clasificado y la mayoría de los jugadores, que eran semi profesionales, se habían ido. Me quedó Daniel Caminos, Cachi Viegas, Pichón Ramírez y los chicos como Claudio Mac Burney, Roberto Saavedra, Carlos Amado, José García, Daniel Sosa, Facundo Huenchual, y después salimos campeones”, rescató.

“A Racing también lo dirigí, lo mismo a Gaiman, Huracán, Foderami. No me acuerdo quien hizo un raconto y Jaime Giordanella me ganaba por un campeonato. Pero en atletismo tengo más de 60 títulos, pero muchas veces repetidos. También entrené al equipo de hockey femenino de Racing, con el que también salimos campeones”, subrayó.

“Además entrené a boxeadores como Raúl Medina, Walter Matthysse, Claudia López, siempre la parte física, el resto lo hacía el “Pelado” Montesino”, sostuvo.

“Ya me cuesta ir a la pista, estoy pensando en sí voy a seguir, por ahí te dan más ganas de quedarte en casa mirando televisión o tomando mates. Ahora miro a Germinal por cable, pero ni siquiera voy a la cancha”, admitió.

“He hecho de todo, me queda atender más a mi familia, porque sobre todo en atletismo me iba días a días y no sabían de mí. Ahora trato de juntarlos todos los sábados, cada uno lleva un poquito y nos juntamos. Hasta cantamos”, celebró.

Recordó a su padre: “mi viejo era panadero, pero cundo nos vinimos a venir de vuelta de Dolavon a Trelew consiguió trabajo en la Casa Ayuso, en el depósito, se encargaba de los pedidos”.

“El logro deportivo que me llena de orgullo fue la clasificación de Leo Price a los Juegos Olímpicos. Me llamó el Coco Manquel para felicitarme, le contesté que estaba entrenando en Mar del Plata. Y me respondió: “pero lo hiciste vos”.


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