Transfirió $ 75.000 por error, eligió creer y la vida le dio una recompensa

Una vecina de Playa Unión cometió un error que le complicó la vida. Arrojó una botella al mar para dar con la persona indicada. Todos le decían que no lo iba a ver más. Pero ella confió que "todavía queda gente buena". Una feriante del barrio San Martín de Trelew la estaba esperando

Verónica, trabajadora de salud, de Playa Unión, eternamente agradecida y feliz
09 OCT 2023 - 19:26 | Actualizado 10 OCT 2023 - 0:42

Verónica, empleada de la salud de Playa Unión, transfirió por Mercado Pago unos $75.000 de un trámite, pagó los servicios y se quedó tranquila.

Al día siguiente, le llegó un mensaje de la propietaria, Norma. “¿Te podés fijar la transferencia? Porque no me llegó nada”.

La mujer, tomando unos mates, mientras hacía la lista del supermercado, pensó que a ella se le había pasado. “Yo se la hice anoche a la transferencia”, le avisó.

Enseguida, para despejar toda duda, le envió el comprobante y se olvidó del tema. “Fijate a quién se la mandaste”, le respondió ella.

Cuando Verónica, madre de tres hijos, recibió el mensaje, se quedó helada.

La mujer chequeó en la lista de contactos de Mercado Pago que le había enviado el dinero a otra Norma G. cuyo apellido era muy similar al de la otra que tenía que recibirlo.

“Se me bajó la presión, me agarró taquicardia, me quería morir. ¿Quién es? No la tengo agendada, ¿cómo la ubico?”, contó Verónica a Jornada Web la desesperación que vivió en ese instante.

Lo primero que hizo fue publicar el mensaje en las redes sociales, como si arrojara una botella al mar. Los mensajes que le devolvieron no fueron para nada alentadores. “Lo primero que me decían es lo perdiste, si te equivocas olvidate”, contó.

Contra todo lo pensado, ella abrigaba la esperanza de que “todavía queda gente buena en el mundo”. Pero al mismo tiempojunto con su esposo, que es remisero, empezaron a diseñar un plan para pagar el dinero del alquiler.

Cuando Verónica había perdido la esperanza sobrevino lo inesperado. Una chica se comunicó y le dijo que conocía a la mujer que estaba buscando.

Cayó en la cuenta de lo que había sucedido. La historia empezó a cerrarle. “Ella vende ojotas y zapatillas en la feria de San Martín de Trelew y en la Laguna Chiquichano”, le dijo la chica.

Hacía unos 20 días Verónica había comprado un par de zapatillas para su hijo en la feria del barrio San Martín de Trelew y las había abonado con Mercado Pago.

“Estuve 20 minutos llorando en casa”, contó la mujer que a esa altura ya casi había dado los 75.000 por perdidos.

“¿En serio me va devolver la plata?”, le dijo incrédula.

“Quedate tranquila que no toqué ni diez centavos”, le respondió la feriante. Quedaron en encontrarse en Trelew esa misma tarde.

Verónica fue a la feria del barrio San Martín y allí estaba la mujer, firme en el puesto, a pesar del dolor de muelas. No tardaron en reconocerse.

Nos abrazamos, lloré, ella me pedía perdón”, cuenta Verónica que recuperó el dinero y se evitó unos cuantos trastornos.

La mujer se acordaba de ella y de su hijo, que le habían comprado unas zapatillas.

“Él era el que quería una zapatilla blanca y una negra”, le dijo como si lo estuviera viendo en ese momento.

Verónica, trabajadora de salud, de Playa Unión, eternamente agradecida y feliz
09 OCT 2023 - 19:26

Verónica, empleada de la salud de Playa Unión, transfirió por Mercado Pago unos $75.000 de un trámite, pagó los servicios y se quedó tranquila.

Al día siguiente, le llegó un mensaje de la propietaria, Norma. “¿Te podés fijar la transferencia? Porque no me llegó nada”.

La mujer, tomando unos mates, mientras hacía la lista del supermercado, pensó que a ella se le había pasado. “Yo se la hice anoche a la transferencia”, le avisó.

Enseguida, para despejar toda duda, le envió el comprobante y se olvidó del tema. “Fijate a quién se la mandaste”, le respondió ella.

Cuando Verónica, madre de tres hijos, recibió el mensaje, se quedó helada.

La mujer chequeó en la lista de contactos de Mercado Pago que le había enviado el dinero a otra Norma G. cuyo apellido era muy similar al de la otra que tenía que recibirlo.

“Se me bajó la presión, me agarró taquicardia, me quería morir. ¿Quién es? No la tengo agendada, ¿cómo la ubico?”, contó Verónica a Jornada Web la desesperación que vivió en ese instante.

Lo primero que hizo fue publicar el mensaje en las redes sociales, como si arrojara una botella al mar. Los mensajes que le devolvieron no fueron para nada alentadores. “Lo primero que me decían es lo perdiste, si te equivocas olvidate”, contó.

Contra todo lo pensado, ella abrigaba la esperanza de que “todavía queda gente buena en el mundo”. Pero al mismo tiempojunto con su esposo, que es remisero, empezaron a diseñar un plan para pagar el dinero del alquiler.

Cuando Verónica había perdido la esperanza sobrevino lo inesperado. Una chica se comunicó y le dijo que conocía a la mujer que estaba buscando.

Cayó en la cuenta de lo que había sucedido. La historia empezó a cerrarle. “Ella vende ojotas y zapatillas en la feria de San Martín de Trelew y en la Laguna Chiquichano”, le dijo la chica.

Hacía unos 20 días Verónica había comprado un par de zapatillas para su hijo en la feria del barrio San Martín de Trelew y las había abonado con Mercado Pago.

“Estuve 20 minutos llorando en casa”, contó la mujer que a esa altura ya casi había dado los 75.000 por perdidos.

“¿En serio me va devolver la plata?”, le dijo incrédula.

“Quedate tranquila que no toqué ni diez centavos”, le respondió la feriante. Quedaron en encontrarse en Trelew esa misma tarde.

Verónica fue a la feria del barrio San Martín y allí estaba la mujer, firme en el puesto, a pesar del dolor de muelas. No tardaron en reconocerse.

Nos abrazamos, lloré, ella me pedía perdón”, cuenta Verónica que recuperó el dinero y se evitó unos cuantos trastornos.

La mujer se acordaba de ella y de su hijo, que le habían comprado unas zapatillas.

“Él era el que quería una zapatilla blanca y una negra”, le dijo como si lo estuviera viendo en ese momento.


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