Por Maru Ortiz/Cadena Tiempo
Patricia Pedrerol nació en Córdoba Capital el 16 de mayo de 1959. La tonada no oculta su origen de provincia mediterránea. El Barrio de Villa Cabrera la vio crecer. Estudió bachiller comercial y perito mercantil.
Recuerda que fue parte de la última promoción de 6 años antes del cambio de plan de estudios. Promoción de egresados que al día de hoy se siguen juntando para recordar aquellos años de juventud cordobesa. “Pato” fue la mayor de tres hermanos. Siempre buena alumna y hasta portadora de la bandera nacional.
“En casa siempre nos inculcaron que el estudio era lo que más nos iba a abrir puertas. El estudio da libertades de elección y hoy a mis pacientes les digo que estudien”, contó en el programa Por El Aire.
La decisión familiar de venir a vivir al sur llegó con un traslado laboral de Agustín. Se conocieron en el secundario, llevan (saca cuentas…) 42 años de casados y tienen dos hijos. “Llegué a la Patagonia en septiembre. No conocía nada. Recuerdo aquel viaje, bajando por Loma María… y comenzar a ver Trelew. Me encanta esta ciudad y todo lo que he logrado fue gracias al Pueblo de Luis”, repasó con el orgullo de una elección sin arrepentimiento.
Comenzó a trabajar ad honorem en el Hospital. En el tiempo de esos primeros pasillos recorridos en el Adolfo Margara sólo cobraba las Guardias. “Fue muy grato. Éramos un grupo que trabajaba con todo el corazón y con un Hospital muy bien provisto”.
Tiene todos los dibujos de sus pacientes guardados, con nombre y fecha. Las redes sociales la tienen en contacto con algunos niños ya grandes y no faltan saludos por cumpleaños y fechas especiales. “En la pediatría se crea una relación muy familiar que cuesta soltar. A veces la transición al médico de adultos es difícil”.
“Yo trato de conectarme con el chico, que esa relación sea lo más fluida posible. Volvería a ser pediatra siempre. Las puertas del consultorio estarán abiertas. La pediatría es mi logro y felicidad”, destacó Patricia Pedrerol.
La decisión de qué es lo que uno va a ser en la vida, tiene que tomarse con pasión. Patricia lo sabe. Y ha dejado una huella sin darse cuenta.
Por Maru Ortiz/Cadena Tiempo
Patricia Pedrerol nació en Córdoba Capital el 16 de mayo de 1959. La tonada no oculta su origen de provincia mediterránea. El Barrio de Villa Cabrera la vio crecer. Estudió bachiller comercial y perito mercantil.
Recuerda que fue parte de la última promoción de 6 años antes del cambio de plan de estudios. Promoción de egresados que al día de hoy se siguen juntando para recordar aquellos años de juventud cordobesa. “Pato” fue la mayor de tres hermanos. Siempre buena alumna y hasta portadora de la bandera nacional.
“En casa siempre nos inculcaron que el estudio era lo que más nos iba a abrir puertas. El estudio da libertades de elección y hoy a mis pacientes les digo que estudien”, contó en el programa Por El Aire.
La decisión familiar de venir a vivir al sur llegó con un traslado laboral de Agustín. Se conocieron en el secundario, llevan (saca cuentas…) 42 años de casados y tienen dos hijos. “Llegué a la Patagonia en septiembre. No conocía nada. Recuerdo aquel viaje, bajando por Loma María… y comenzar a ver Trelew. Me encanta esta ciudad y todo lo que he logrado fue gracias al Pueblo de Luis”, repasó con el orgullo de una elección sin arrepentimiento.
Comenzó a trabajar ad honorem en el Hospital. En el tiempo de esos primeros pasillos recorridos en el Adolfo Margara sólo cobraba las Guardias. “Fue muy grato. Éramos un grupo que trabajaba con todo el corazón y con un Hospital muy bien provisto”.
Tiene todos los dibujos de sus pacientes guardados, con nombre y fecha. Las redes sociales la tienen en contacto con algunos niños ya grandes y no faltan saludos por cumpleaños y fechas especiales. “En la pediatría se crea una relación muy familiar que cuesta soltar. A veces la transición al médico de adultos es difícil”.
“Yo trato de conectarme con el chico, que esa relación sea lo más fluida posible. Volvería a ser pediatra siempre. Las puertas del consultorio estarán abiertas. La pediatría es mi logro y felicidad”, destacó Patricia Pedrerol.
La decisión de qué es lo que uno va a ser en la vida, tiene que tomarse con pasión. Patricia lo sabe. Y ha dejado una huella sin darse cuenta.