Pionera
Después de la vergüenza que significó que la primera división del fútbol femenino de Argentino de Rosario renunciara en pleno cansada de una discriminación y de la humillante frase “si quieren inversores pónganse calzas y salgan a buscarlos” de la dirigencia de ese club; de que en muchos clubes la consideren de segunda jugando en canchas pésimas, de tener que conseguir su indumentaria y su transporte y de no admitir que es inevitable su avance, habrá que recordar que hoy, 21 de agosto, se celebra el Día de la futbolista en Argentina; por si alguien no está enterado.
La fecha es en homenaje a una pionera. Que es zurda. Muy. Hasta para masticar, dicen. La que ocultó su pasión después de su gesta durante 47 años. Hoy tiene 77. Se llama Elba Selva y un 21 de agosto de 1971 le metió cuatro goles a Inglaterra en un mundial de fútbol femenino que nadie le dio pelota y que se dio en México. Allí, donde el Diego se inmortalizó. También frente a los británicos. Y en donde se demuestra que nada es casual.
Por ese entonces, a las mujeres no les correspondía del derecho natural de tener su lugar en el mundo del balompié, estigmatizadas en otros deportes, como si alguna disciplina tuviese género, llevando la estupidez humana demasiado lejos y haciendo perder a varias generaciones del juego que más amaban. Tanto ellas como sus compañeras la galguearon para disputar ese torneo. Algunas cantaron en bares mexicanos para recaudar dinero y hablar con su familia. Ella también. Tenía un bebé que quedó al cuidado de su pareja, que siempre la bancó. Como corresponde.
Cuando volvió. Ella y sus compañeras, no la fue a recibir nadie. Nada de nadita.No hubo ni bocinazos ni ovación. Sólo los suyos. Perdió su trabajo en una fábrica de medias. Por haber ido a representar al fútbol argentino. Y su historia quedó negada. Casi medio siglo después, sus compañeras la convencieron. Y volvió.
Muchos se preguntaron porque gritaban. Porque eran invisibles. Esperaba que ya no; pero parece que no es así, aunque algún día, la celeste y blanca estará en el podio, como este fin de semana estuvieron las españolas.
Elba Selva. Pionera del fútbol nacional. Por sus goles y su pasión, se conmemora el día de la futbolista argentina. Como aquel 21 de agosto, cuando vacunó a Inglaterra y se le aflojaron las piernas al percibir que desde las tribunas del Azteca el grito de ¡Argentina! ¡Argentina!. Igualito que al Diego.
Después de la vergüenza que significó que la primera división del fútbol femenino de Argentino de Rosario renunciara en pleno cansada de una discriminación y de la humillante frase “si quieren inversores pónganse calzas y salgan a buscarlos” de la dirigencia de ese club; de que en muchos clubes la consideren de segunda jugando en canchas pésimas, de tener que conseguir su indumentaria y su transporte y de no admitir que es inevitable su avance, habrá que recordar que hoy, 21 de agosto, se celebra el Día de la futbolista en Argentina; por si alguien no está enterado.
La fecha es en homenaje a una pionera. Que es zurda. Muy. Hasta para masticar, dicen. La que ocultó su pasión después de su gesta durante 47 años. Hoy tiene 77. Se llama Elba Selva y un 21 de agosto de 1971 le metió cuatro goles a Inglaterra en un mundial de fútbol femenino que nadie le dio pelota y que se dio en México. Allí, donde el Diego se inmortalizó. También frente a los británicos. Y en donde se demuestra que nada es casual.
Por ese entonces, a las mujeres no les correspondía del derecho natural de tener su lugar en el mundo del balompié, estigmatizadas en otros deportes, como si alguna disciplina tuviese género, llevando la estupidez humana demasiado lejos y haciendo perder a varias generaciones del juego que más amaban. Tanto ellas como sus compañeras la galguearon para disputar ese torneo. Algunas cantaron en bares mexicanos para recaudar dinero y hablar con su familia. Ella también. Tenía un bebé que quedó al cuidado de su pareja, que siempre la bancó. Como corresponde.
Cuando volvió. Ella y sus compañeras, no la fue a recibir nadie. Nada de nadita.No hubo ni bocinazos ni ovación. Sólo los suyos. Perdió su trabajo en una fábrica de medias. Por haber ido a representar al fútbol argentino. Y su historia quedó negada. Casi medio siglo después, sus compañeras la convencieron. Y volvió.
Muchos se preguntaron porque gritaban. Porque eran invisibles. Esperaba que ya no; pero parece que no es así, aunque algún día, la celeste y blanca estará en el podio, como este fin de semana estuvieron las españolas.
Elba Selva. Pionera del fútbol nacional. Por sus goles y su pasión, se conmemora el día de la futbolista argentina. Como aquel 21 de agosto, cuando vacunó a Inglaterra y se le aflojaron las piernas al percibir que desde las tribunas del Azteca el grito de ¡Argentina! ¡Argentina!. Igualito que al Diego.