Salvador empezó una nueva vida este viernes cuando un vecino de Trelew lo adoptó tras haber escapado del maltrato de su antiguo dueño.
El perro apareció hace unos días en el patio de una vecina, hambriento, desnutrido y agresivo.
Aunque parezca increíble, se tiró del techo de una casa del barrio Padre Juan, donde pasó los últimos años sometido a toda clase de maltratos.
Según contaron vecinos a Jornada Web, el perro dormía en un auto y luego lo subieron a un techo donde permanecía cautivo, sin ninguna escapatoria.
El instinto lo llevó a saltar desde las alturas y estrellarse contra el suelo, donde una vecina lo rescató y lo llevó a un refugio de Trelew.
El animal se muestra agresivo con otros perros, además de estar flaco, lo que lleva a pensar que padeció sufrimiento por largos años de encierro.
El perro tiene dificultades para caminar, se le marcan las costillas y mira con ojos desconfiados, a la defensiva.
Del refugio lo llevaron a Zoonosis y este viernes al mediodía vencía el plazo para que le consiguieran una nueva familia, si no iba a quedar a la deriva.
Este viernes, antes del mediodía, vencía el plazo para que alguien se dignara a darle un hogar y apareció un hombre dispuesto a cuidarlo.
Lo bautizaron “Salvador” y la vida le regaló una segunda oportunidad. Ahora empezarán por llevarlo al veterinario y darle un abundante plato de comida.
Salvador empezó una nueva vida este viernes cuando un vecino de Trelew lo adoptó tras haber escapado del maltrato de su antiguo dueño.
El perro apareció hace unos días en el patio de una vecina, hambriento, desnutrido y agresivo.
Aunque parezca increíble, se tiró del techo de una casa del barrio Padre Juan, donde pasó los últimos años sometido a toda clase de maltratos.
Según contaron vecinos a Jornada Web, el perro dormía en un auto y luego lo subieron a un techo donde permanecía cautivo, sin ninguna escapatoria.
El instinto lo llevó a saltar desde las alturas y estrellarse contra el suelo, donde una vecina lo rescató y lo llevó a un refugio de Trelew.
El animal se muestra agresivo con otros perros, además de estar flaco, lo que lleva a pensar que padeció sufrimiento por largos años de encierro.
El perro tiene dificultades para caminar, se le marcan las costillas y mira con ojos desconfiados, a la defensiva.
Del refugio lo llevaron a Zoonosis y este viernes al mediodía vencía el plazo para que le consiguieran una nueva familia, si no iba a quedar a la deriva.
Este viernes, antes del mediodía, vencía el plazo para que alguien se dignara a darle un hogar y apareció un hombre dispuesto a cuidarlo.
Lo bautizaron “Salvador” y la vida le regaló una segunda oportunidad. Ahora empezarán por llevarlo al veterinario y darle un abundante plato de comida.