“Yo siempre me vi ganador y me estoy comiendo un garrón”

Luego de que los empleados deslizaran sospechas de un concurso “arreglado” para ser fiscal de Lago Puelo, el secretario del organismo, Diego Cruceño, se bajó de ese deseo y advirtió que su seguridad personal de que sería elegido se malinterpretó. “Sólo buscaba una posibilidad profesional”.

Renuncia. Cruceño rompió el silencio, se bajó de cualquier cargo en Lago Puelo y lamentó no haber podido desplegar todo lo que estudió.
25 JUN 2023 - 20:19 | Actualizado 25 JUN 2023 - 20:21

Por Rolando Tobarez / @rtobarez

Yo siempre me vi ganador, es cierto que era muy vehemente y estaba muy entusiasmado y tenía todas las pilas. Pero me había roto el alma y lamentablemente no lo pude demostrar”.

Lo dijo Diego Cruceño, el secretario del Consejo de la Magistratura suspendido y bajo sumario luego del escándalo del concurso para fiscal de Lago Puelo, que ese organismo debió anular tras sospechas de favoritismo. Según empleados y magistrados de Puelo, Cruceño se presentó ante ellos casi como si fuese el nuevo fiscal cuando ni había rendido ni examen.

El funcionario pidió hablar en la última sesión de Puerto Madryn. Aseguró que nunca habló de “acomodos” pero admitió que en sus charlas con los trabajadores mostró mucha confianza en ganar el cargo. Deslizó que tanta seguridad pudo malinterpretarse.

“Si me preguntan, me siento ahora a la mesa y al concurso lo gano –les dijo a los consejeros-. Y les doy la mejor entrevista personal que hayan escuchado en los últimos tiempos. Me sentía ganador y perdónenme si fue un pecado presentarme y decir ´Sí, si Dios quiere soy el próximo fiscal de Puelo”.

“Si mi seguridad ofendió a alguien pido disculpas, no puedo hacerme cargo de lo que interpreten o de las fantasías de otros, pero jamás dije que mi concurso estaba acomodado ni mencioné ningún consejero”, aclaró en un testimonio de 50 minutos.

En sus charlas con los empleados de Puelo “tenía ganas y me sentía y me siento seguro porque para eso estudié; no quería perder tiempo y no tenía otra oportunidad, no puedo ser secretario del Consejo y rendir 20 veces, estar excusándome pidiendo licencia. Una persona que trabaja en otro lugar puede venir dos o tres veces al Consejo con más tranquilidad, yo no porque trabajo acá. Evidentemente a alguien le cayó mal”.

Cambio de vida

Hace tiempo que Cruceño por decisión profesional y familiar busca otro trabajo. “Al Consejo lo quiero mucho y podría dar ejemplos de las cosas que soporté y me banqué para cuidarlo”, dijo. “Puedo demostrar en dos minutos que no hice las cosas que se dicen”.

Desde 2018 buscó un proyecto profesional. Primero dejó pasar la oportunidad de “un concurso muy difícil” como subdirector de la Oficina Judicial de Esquel. “A veces hay que encontrar los momentos y no me quiero ir mal de acá sino por una decisión legitima, válida y entendible. No me estoy escapando de nada, simplemente busco mi camino. Si coincide con lo familiar mejor, y si no tendrá que ser sólo profesionalmente”.

Nunca dejó de estudiar. En febrero de este año falleció su madre y una semana antes había perdido a una exsuegra. “Estaba solo en Sarmiento, mi esposa estaba en Puelo, mi hijo en Trevelin y mi otra hija con su mamá en Buenos Aires. Para ellos fue un golpe fuerte en una semana perder a sus abuelas, quería abrazarlos pero hace años estamos todos desparramados”.

El episodio lo terminó de decidirse a inscribirse para concursar. “No quise seguir esperando porque las oportunidades no son muchas y los trenes no pasan todos los días”. Ser fiscal en Puelo le convenía por su posición geográfica. “No era la ideal pero al menos iba a convivir con mi esposa y no iba a estar tan lejos de mi hijo. Ser itinerante te genera mucha sangría a nivel familiar”.

“Me preparé con muchísima responsabilidad; sabía que podía porque cada vez que me presenté llegué a la recta final. Tengo muchísima experiencia y buscaba hacer la diferencia, pararme y dejar a la gente con la boca abierta”. Estaba tan seguro de superar la instancia técnica que se preparaba para la entrevista personal.

Sobre sus polémicas charlas con los empleados, Cruceño aseguró tener “miles de proyectos e ideas para la Fiscalía. Hasta sé cuántos habitantes hay en las localidades de la comarca y los horarios de micro entre una y otra. La extensión es un inconveniente y tengo que saber cuándo puedo llegar a la víctima o cuando ella a mí. La circunscripción, la Oficina Judicial y los juzgados son Puelo pero la Fiscalía es en El Hoyo y la gente a veces no tiene acceso y son muchos kilómetros”.

Tomó experiencias de haber estado adscripto en Trelew y Rawson. Según su versión, esas ideas son las que charló con los empleados para preguntarles “cómo sería en la realidad”.

Otra sorprendida fue la jueza Silvana Vélez, quien dijo Cruceño se le presentó como el futuro fiscal. “Simplemente le hice una consulta técnica para saber qué pensaba –refutó el secretario-; la había consultado con magistrados de otras circunscripciones y había tenido respuestas disímiles. Fue la única razón: preguntas técnicas relacionadas con oportunidad, reparación y conciliación”.

Según los empleados, Cruceño les anticipaba que los funcionarios comenzarían a ir a las comisarías. “Quien no está dispuesto a ir a una picadora de carne no puede presentarse como fiscal –justificó-. De un funcionario aprendí que estando de turno pasaba por la comisaría, hablaba con el oficial de servicio y ya instruía para hacer entrevista o citar a alguien”. Así ya depuraba causas. Si no, debía hacerlo 5 días después en la oficina. “No le resuelve el problema a la víctima porque ya padeció pero adelanta la gestión. En Puelo se puede hacer parcialmente y en ciertas épocas, por el clima y la distancia. No se puede ir a Cholila o El Maitén todos los días pero la idea era explotar un poco más los viajes de Fiscalía”.

“Hay algo que tengo clarísimo –graficó Cruceño-. Puedo tener 350 ideas pero decide el fiscal jefe. No voy a entrar a una oficina a patear sillas y decir ´Esto se hace así a partir de ahora´, porque tampoco tendría la jerarquía ni el poder”.
El secretario consideró que “tener proyectos que mejoren la vida a la víctima del delito no me parece ningún defecto. Habla bien de mí”.

También adelantó a los empleados un cambio en el sistema de turnos. “En otra Fiscalía observé que los funcionarios estaban felices porque sabían con un año de antelación que día estaban de turno. Buscaba mejorar la calidad de vida del funcionario”.

Cruceño definió al personal de la Fiscalía de Puelo como “un grupo de trabajo excepcional y extraordinario, mis proyectos no eran criticando nada, simplemente quería aportar ideas y ver si podíamos transformar ese grupo en un equipo. Hace mucho que tienen un solo fiscal y está todo el año pendiente de un teléfono. Nada de lo que quería aportar era en desmedro de los trabajadores”.

El secretario insistió con que “no está mal tener una visión de afuera y decir ´Podemos mejorar´. Pido perdón y mil disculpas si ofendí a alguien pensando en las víctimas del delito, no sé por qué un acto noble en la preparación de un concurso puede molestar”.

Cruceño les anunció a los consejeros en Madryn que “por mi honor bajo ninguna circunstancia y de ninguna manera volvería a inscribirme a un concurso para fiscal en Puelo. Es una pretensión cerrada en mi vida. Lo que ocurrió para mí no es gratis. Esta decisión me lleva a tener que seguir viviendo lejos de mi familia, pero no voy a participar de un concurso donde se ponga en tela de juicio absolutamente nada”.

Si algún magistrado, funcionario o empleado de Puelo “me hubiera dicho ´No nos gusta tu perfil o tu vehemencia, las ideas guárdatelas en un bolsillo´, o si el Consejo me hubiese dicho ´Hay una sospecha”, con todo el dolor del alma me hubiese bajado. Ahora me bajo pase lo que pase y desisto de ir a Puelo porque no voy a permitir que no se le hagan ni cosquillas a este organismo en un concurso”.

Ahora pidió un tiempo con su familia. “Le diré a mi hijo que haga lo que haga no voy a poder vivir cerca de él, hablar con mi esposa y ver qué rumbo tomar. Ya estoy castigado, me causaron un daño grandísimo familiarmente y la verdad que no hice nada malo en ir a preguntarle a un magistrado ´Tengo esta idea, ¿te parece bien?´ Quizás fui muy seguro, no lo voy a negar, pero no es un pecado”.

Cruceño quizás se anote en otro concurso en otro lugar. “Pero no tengo porque seguir recibiendo estas cuestiones injustas ni soportar dudas de mi honorabilidad. De mi parte nunca jamás salió nada para perjudicar a nadie de este organismo”.

“Soy un buen tipo y solo buscaba posibilidad profesional. Me estoy comiendo un garrón sin haber hecho nada. Por haber intentado preparar algo de una manera distinta y haber estudiado muchos proyectos. Estoy muy sorprendido pero la única verdad es la realidad. Si había alguien que se había roto el alma y no quería que esto pasara era Diego Cruceño”. #

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Renuncia. Cruceño rompió el silencio, se bajó de cualquier cargo en Lago Puelo y lamentó no haber podido desplegar todo lo que estudió.
25 JUN 2023 - 20:19

Por Rolando Tobarez / @rtobarez

Yo siempre me vi ganador, es cierto que era muy vehemente y estaba muy entusiasmado y tenía todas las pilas. Pero me había roto el alma y lamentablemente no lo pude demostrar”.

Lo dijo Diego Cruceño, el secretario del Consejo de la Magistratura suspendido y bajo sumario luego del escándalo del concurso para fiscal de Lago Puelo, que ese organismo debió anular tras sospechas de favoritismo. Según empleados y magistrados de Puelo, Cruceño se presentó ante ellos casi como si fuese el nuevo fiscal cuando ni había rendido ni examen.

El funcionario pidió hablar en la última sesión de Puerto Madryn. Aseguró que nunca habló de “acomodos” pero admitió que en sus charlas con los trabajadores mostró mucha confianza en ganar el cargo. Deslizó que tanta seguridad pudo malinterpretarse.

“Si me preguntan, me siento ahora a la mesa y al concurso lo gano –les dijo a los consejeros-. Y les doy la mejor entrevista personal que hayan escuchado en los últimos tiempos. Me sentía ganador y perdónenme si fue un pecado presentarme y decir ´Sí, si Dios quiere soy el próximo fiscal de Puelo”.

“Si mi seguridad ofendió a alguien pido disculpas, no puedo hacerme cargo de lo que interpreten o de las fantasías de otros, pero jamás dije que mi concurso estaba acomodado ni mencioné ningún consejero”, aclaró en un testimonio de 50 minutos.

En sus charlas con los empleados de Puelo “tenía ganas y me sentía y me siento seguro porque para eso estudié; no quería perder tiempo y no tenía otra oportunidad, no puedo ser secretario del Consejo y rendir 20 veces, estar excusándome pidiendo licencia. Una persona que trabaja en otro lugar puede venir dos o tres veces al Consejo con más tranquilidad, yo no porque trabajo acá. Evidentemente a alguien le cayó mal”.

Cambio de vida

Hace tiempo que Cruceño por decisión profesional y familiar busca otro trabajo. “Al Consejo lo quiero mucho y podría dar ejemplos de las cosas que soporté y me banqué para cuidarlo”, dijo. “Puedo demostrar en dos minutos que no hice las cosas que se dicen”.

Desde 2018 buscó un proyecto profesional. Primero dejó pasar la oportunidad de “un concurso muy difícil” como subdirector de la Oficina Judicial de Esquel. “A veces hay que encontrar los momentos y no me quiero ir mal de acá sino por una decisión legitima, válida y entendible. No me estoy escapando de nada, simplemente busco mi camino. Si coincide con lo familiar mejor, y si no tendrá que ser sólo profesionalmente”.

Nunca dejó de estudiar. En febrero de este año falleció su madre y una semana antes había perdido a una exsuegra. “Estaba solo en Sarmiento, mi esposa estaba en Puelo, mi hijo en Trevelin y mi otra hija con su mamá en Buenos Aires. Para ellos fue un golpe fuerte en una semana perder a sus abuelas, quería abrazarlos pero hace años estamos todos desparramados”.

El episodio lo terminó de decidirse a inscribirse para concursar. “No quise seguir esperando porque las oportunidades no son muchas y los trenes no pasan todos los días”. Ser fiscal en Puelo le convenía por su posición geográfica. “No era la ideal pero al menos iba a convivir con mi esposa y no iba a estar tan lejos de mi hijo. Ser itinerante te genera mucha sangría a nivel familiar”.

“Me preparé con muchísima responsabilidad; sabía que podía porque cada vez que me presenté llegué a la recta final. Tengo muchísima experiencia y buscaba hacer la diferencia, pararme y dejar a la gente con la boca abierta”. Estaba tan seguro de superar la instancia técnica que se preparaba para la entrevista personal.

Sobre sus polémicas charlas con los empleados, Cruceño aseguró tener “miles de proyectos e ideas para la Fiscalía. Hasta sé cuántos habitantes hay en las localidades de la comarca y los horarios de micro entre una y otra. La extensión es un inconveniente y tengo que saber cuándo puedo llegar a la víctima o cuando ella a mí. La circunscripción, la Oficina Judicial y los juzgados son Puelo pero la Fiscalía es en El Hoyo y la gente a veces no tiene acceso y son muchos kilómetros”.

Tomó experiencias de haber estado adscripto en Trelew y Rawson. Según su versión, esas ideas son las que charló con los empleados para preguntarles “cómo sería en la realidad”.

Otra sorprendida fue la jueza Silvana Vélez, quien dijo Cruceño se le presentó como el futuro fiscal. “Simplemente le hice una consulta técnica para saber qué pensaba –refutó el secretario-; la había consultado con magistrados de otras circunscripciones y había tenido respuestas disímiles. Fue la única razón: preguntas técnicas relacionadas con oportunidad, reparación y conciliación”.

Según los empleados, Cruceño les anticipaba que los funcionarios comenzarían a ir a las comisarías. “Quien no está dispuesto a ir a una picadora de carne no puede presentarse como fiscal –justificó-. De un funcionario aprendí que estando de turno pasaba por la comisaría, hablaba con el oficial de servicio y ya instruía para hacer entrevista o citar a alguien”. Así ya depuraba causas. Si no, debía hacerlo 5 días después en la oficina. “No le resuelve el problema a la víctima porque ya padeció pero adelanta la gestión. En Puelo se puede hacer parcialmente y en ciertas épocas, por el clima y la distancia. No se puede ir a Cholila o El Maitén todos los días pero la idea era explotar un poco más los viajes de Fiscalía”.

“Hay algo que tengo clarísimo –graficó Cruceño-. Puedo tener 350 ideas pero decide el fiscal jefe. No voy a entrar a una oficina a patear sillas y decir ´Esto se hace así a partir de ahora´, porque tampoco tendría la jerarquía ni el poder”.
El secretario consideró que “tener proyectos que mejoren la vida a la víctima del delito no me parece ningún defecto. Habla bien de mí”.

También adelantó a los empleados un cambio en el sistema de turnos. “En otra Fiscalía observé que los funcionarios estaban felices porque sabían con un año de antelación que día estaban de turno. Buscaba mejorar la calidad de vida del funcionario”.

Cruceño definió al personal de la Fiscalía de Puelo como “un grupo de trabajo excepcional y extraordinario, mis proyectos no eran criticando nada, simplemente quería aportar ideas y ver si podíamos transformar ese grupo en un equipo. Hace mucho que tienen un solo fiscal y está todo el año pendiente de un teléfono. Nada de lo que quería aportar era en desmedro de los trabajadores”.

El secretario insistió con que “no está mal tener una visión de afuera y decir ´Podemos mejorar´. Pido perdón y mil disculpas si ofendí a alguien pensando en las víctimas del delito, no sé por qué un acto noble en la preparación de un concurso puede molestar”.

Cruceño les anunció a los consejeros en Madryn que “por mi honor bajo ninguna circunstancia y de ninguna manera volvería a inscribirme a un concurso para fiscal en Puelo. Es una pretensión cerrada en mi vida. Lo que ocurrió para mí no es gratis. Esta decisión me lleva a tener que seguir viviendo lejos de mi familia, pero no voy a participar de un concurso donde se ponga en tela de juicio absolutamente nada”.

Si algún magistrado, funcionario o empleado de Puelo “me hubiera dicho ´No nos gusta tu perfil o tu vehemencia, las ideas guárdatelas en un bolsillo´, o si el Consejo me hubiese dicho ´Hay una sospecha”, con todo el dolor del alma me hubiese bajado. Ahora me bajo pase lo que pase y desisto de ir a Puelo porque no voy a permitir que no se le hagan ni cosquillas a este organismo en un concurso”.

Ahora pidió un tiempo con su familia. “Le diré a mi hijo que haga lo que haga no voy a poder vivir cerca de él, hablar con mi esposa y ver qué rumbo tomar. Ya estoy castigado, me causaron un daño grandísimo familiarmente y la verdad que no hice nada malo en ir a preguntarle a un magistrado ´Tengo esta idea, ¿te parece bien?´ Quizás fui muy seguro, no lo voy a negar, pero no es un pecado”.

Cruceño quizás se anote en otro concurso en otro lugar. “Pero no tengo porque seguir recibiendo estas cuestiones injustas ni soportar dudas de mi honorabilidad. De mi parte nunca jamás salió nada para perjudicar a nadie de este organismo”.

“Soy un buen tipo y solo buscaba posibilidad profesional. Me estoy comiendo un garrón sin haber hecho nada. Por haber intentado preparar algo de una manera distinta y haber estudiado muchos proyectos. Estoy muy sorprendido pero la única verdad es la realidad. Si había alguien que se había roto el alma y no quería que esto pasara era Diego Cruceño”. #


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