La clave del día / El cascabel al cuello

13 JUL 2022 - 21:25 | Actualizado 13 JUL 2022 - 21:35

Según los datos oficiales del Ministerio de Salud, los 8 cirujanos del Hospital Zonal de Trelew practican en promedio una intervención quirúrgica por día. En cambio un nosocomio mucho más chico, como el de El Maitén, que cuenta con un cirujano y un anestesista, opera más de tres veces por semana. La estadística no miente. Algo está pasando en el sistema de salud pública del Valle. Hace tiempo que el ministro de Salud Fabián Puratich y estos profesionales libran una discusión que genera decisiones, como las renuncias masivas, que afectan a los vecinos.

Es imprescindible ordenar el Estado. Hay mucha gente que se aprovecha de él y de las grietas de la administración pública, que durante años “dejó hacer” porque en última instancia, alguien pagaría. Tomar determinaciones fuertes nunca es gratis. En tal sentido, Puratich ya advirtió que no sólo no faltan profesionales sino que con este ritmo de “trabajo”, sobran. El ministro no se dejó apretar y anunció además que se aceptarán las renuncias de dos de los cirujanos. Ayer ninguno fue a trabajar.

Parece que en este escenario, el gato tiene el cascabel al cuello. El Gobierno debe tener en claro que si avanza ya no podrá retroceder. Hacerlo sería un signo de debilidad. Darle para adelante, un síntoma de fortaleza para emprolijar el sistema de salud y una señal para otros sectores que aún hoy se nutren de lo público sin dar demasiado a cambio.

En tanto, del otro lado del mostrador deberán entender que así no va más. Se necesita un cambio rotundo. Se llama ir a trabajar. #

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13 JUL 2022 - 21:25

Según los datos oficiales del Ministerio de Salud, los 8 cirujanos del Hospital Zonal de Trelew practican en promedio una intervención quirúrgica por día. En cambio un nosocomio mucho más chico, como el de El Maitén, que cuenta con un cirujano y un anestesista, opera más de tres veces por semana. La estadística no miente. Algo está pasando en el sistema de salud pública del Valle. Hace tiempo que el ministro de Salud Fabián Puratich y estos profesionales libran una discusión que genera decisiones, como las renuncias masivas, que afectan a los vecinos.

Es imprescindible ordenar el Estado. Hay mucha gente que se aprovecha de él y de las grietas de la administración pública, que durante años “dejó hacer” porque en última instancia, alguien pagaría. Tomar determinaciones fuertes nunca es gratis. En tal sentido, Puratich ya advirtió que no sólo no faltan profesionales sino que con este ritmo de “trabajo”, sobran. El ministro no se dejó apretar y anunció además que se aceptarán las renuncias de dos de los cirujanos. Ayer ninguno fue a trabajar.

Parece que en este escenario, el gato tiene el cascabel al cuello. El Gobierno debe tener en claro que si avanza ya no podrá retroceder. Hacerlo sería un signo de debilidad. Darle para adelante, un síntoma de fortaleza para emprolijar el sistema de salud y una señal para otros sectores que aún hoy se nutren de lo público sin dar demasiado a cambio.

En tanto, del otro lado del mostrador deberán entender que así no va más. Se necesita un cambio rotundo. Se llama ir a trabajar. #


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