De Trelew a Los Ángeles
Stefanía Ayelén González Henriquez fue seleccionada para capacitarse en Estados Unidos en Danzas Urbanas.
Stefanía Ayelén González Henriquez nació en Ushuaia, Tierra del Fuego pero a los 5 años se radicó en Trelew. Un año más tarde despertó su pasión por la danza. Se formó como bailarina en esta ciudad. Terminó sus estudios secundarios y los continúa en Buenos Aires, en la UBA. Allí siguió con su vocación de bailar. Fue seleccionada en un certamen de un prestigioso estudio de Danzas para capacitarse en “Danzas Urbanas” en Los Ángeles. Allí viajará el 27 de julio. “La danza para mí es una desconexión” dijo.
El sueño de Stefanía está a punto de cumplirse. Hoy tiene 21 años y sueña con todo lo que está a punto de sucederle. Luego de presentarse en la selección del Estudio de Laura Raffino en Buenos Aires quedó entre las 4 mejores y ganó una beca en Los Angeles y Phoenix que incluye entre otras cosas 20 clases en reconocidos estudios de danzas tales como: Movement Lifestyle, Debbie Reynolds, Edge, Millenium Dance Complex e ingresos a Universal Hollywood Studios, World of Dance y Hip Hop International (preliminares, semifinales y final). Su intención, es capacitarse y una vez terminados sus estudios universitarios en la metrópoli volver a Trelew y volcar todo lo aprendido a través de clases que estará habilitada para dar.
Stefanía egresó del Colegio 7720. Cursó también en María Auxiliadora. En una entrevista con Jornada relató sus inicios en el mundo de la Danza. “Comencé a los 6 años en el Instituto Grace. Pasando los años, seguí con Norma Vittores en el rubro Clásico. Luego con la profesora Soraya. Terminé la secundaria y me fui a Buenos Aires a estudiar. Dije en ese momento que iba a abandonar la danza por el estudio hasta que tuve la oportunidad de ingresar en la academia de Reina Reech”.
Selección
El ingreso a la academia de la famosa bailarina y couch le abrió las puertas para su presentación en un certamen mediante el cual, seleccionaban bailarines con el objetivo de capacitarlos en Los Angeles: el del Estudio de Laura Rafiino en donde se accede a certificados títulos y permisos de docencia. “Me presenté en el seminario y la selección. Quedé entre las 4 mejores. En enero, me mandaron un correo con todos los datos diciéndome que había quedado seleccionada. Que la chica que estaba adelante mío se había tenido que bajar por problemas personales y yo subí en su lugar. Empecé a movilizarme para juntar la plata. Hice venta de comidas, etcétera. La beca cubre los aéreos, transporte y clases y el 50% para 15 días completos en Los Ángeles y Fenix”.
Destacó Stefanía que este viaje se centra en Danzas Urbanas. Se capacitará en varios estilos. Habló de su vida y la importancia del baile más allá de sus obligaciones diarias personales. “La danza es una deconexión. Por más que esté estresada con la universidad y llegue al límite, hacer danza es desconectarme y me sirve para centrarme y seguir adelante. Mi intención es poder terminar la carrera de bailarina y profesora y volver a Trelew. Poder poner una academia y demostrar lo que aprendí afuera”, expresó.
Hay dos personas que mencionó todo el tiempo como ejes principales de su formación en el baile. La prestigiosa profesora Norma Vittores y su hija Soraya Estigarribia que heredó el talento de su madre en el área artística y docente. “Soraya me empezó a preparar. Me demostró que yo siempre podía dar más de lo que daba. Siempre me dijo que iba a ser alguien más y triunfar en la danza” dijo, ponderando los valores humanos de su profesora.
“Las clases”
La figura de Norma es indeleble para Stefanía. Con una sonrisa en su rostro y con toda la seguridad que fue el estilo y la metodología de trabajo de Vittores las cosas que la llevaron a avanzar, relató anécdotas que le vinieron a su memoria. “Cuando Norma daba las clases recuerdo que usaba un bastón para marcar y corregir. Cuando la veíamos con el bastón ya sabíamos que se venía una clase intensa” recordó.
Destacó además a Soraya como profesional. “Ella hacía las coreografías en 1 o 2 semanas. Las presentábamos y salían perfectas como si hiciera un año que las preparabas. La intensidad de Norma con el profesionalismo de Soraya fueron siempre un excelente complemento”
Y agregó: “Norma tuvo que ver mucho con mi formación. La disciplina es constante. En la danza te dicen: si duele, está bien. Se trata de la exigencia de todos los días, es estiramiento y la preparación. A eso se le suma el hecho que te digan qué cosas aún faltan y terminás con los pies con callos, las puntas, etcétera” , resumió.
La joven está a punto de embarcarse en uno de los sueños más grandes de su vida. Casi por lograrlo. Para que esto suceda agradeció a sus profesoras antes nombradas, a las personas que en Buenos Aires le dieron la posibilidad de llegar hasta Los Angeles, a la Secretaría de Cultura de Provincia ante quien está gestionando la cobertura de la última de las capacitaciones en Fénix y a sus padres, quienes con amor y esfuerzo hicieron que la danza siga siendo uno de los ejes más importantes de su existencia.
Stefanía Ayelén González Henriquez nació en Ushuaia, Tierra del Fuego pero a los 5 años se radicó en Trelew. Un año más tarde despertó su pasión por la danza. Se formó como bailarina en esta ciudad. Terminó sus estudios secundarios y los continúa en Buenos Aires, en la UBA. Allí siguió con su vocación de bailar. Fue seleccionada en un certamen de un prestigioso estudio de Danzas para capacitarse en “Danzas Urbanas” en Los Ángeles. Allí viajará el 27 de julio. “La danza para mí es una desconexión” dijo.
El sueño de Stefanía está a punto de cumplirse. Hoy tiene 21 años y sueña con todo lo que está a punto de sucederle. Luego de presentarse en la selección del Estudio de Laura Raffino en Buenos Aires quedó entre las 4 mejores y ganó una beca en Los Angeles y Phoenix que incluye entre otras cosas 20 clases en reconocidos estudios de danzas tales como: Movement Lifestyle, Debbie Reynolds, Edge, Millenium Dance Complex e ingresos a Universal Hollywood Studios, World of Dance y Hip Hop International (preliminares, semifinales y final). Su intención, es capacitarse y una vez terminados sus estudios universitarios en la metrópoli volver a Trelew y volcar todo lo aprendido a través de clases que estará habilitada para dar.
Stefanía egresó del Colegio 7720. Cursó también en María Auxiliadora. En una entrevista con Jornada relató sus inicios en el mundo de la Danza. “Comencé a los 6 años en el Instituto Grace. Pasando los años, seguí con Norma Vittores en el rubro Clásico. Luego con la profesora Soraya. Terminé la secundaria y me fui a Buenos Aires a estudiar. Dije en ese momento que iba a abandonar la danza por el estudio hasta que tuve la oportunidad de ingresar en la academia de Reina Reech”.
Selección
El ingreso a la academia de la famosa bailarina y couch le abrió las puertas para su presentación en un certamen mediante el cual, seleccionaban bailarines con el objetivo de capacitarlos en Los Angeles: el del Estudio de Laura Rafiino en donde se accede a certificados títulos y permisos de docencia. “Me presenté en el seminario y la selección. Quedé entre las 4 mejores. En enero, me mandaron un correo con todos los datos diciéndome que había quedado seleccionada. Que la chica que estaba adelante mío se había tenido que bajar por problemas personales y yo subí en su lugar. Empecé a movilizarme para juntar la plata. Hice venta de comidas, etcétera. La beca cubre los aéreos, transporte y clases y el 50% para 15 días completos en Los Ángeles y Fenix”.
Destacó Stefanía que este viaje se centra en Danzas Urbanas. Se capacitará en varios estilos. Habló de su vida y la importancia del baile más allá de sus obligaciones diarias personales. “La danza es una deconexión. Por más que esté estresada con la universidad y llegue al límite, hacer danza es desconectarme y me sirve para centrarme y seguir adelante. Mi intención es poder terminar la carrera de bailarina y profesora y volver a Trelew. Poder poner una academia y demostrar lo que aprendí afuera”, expresó.
Hay dos personas que mencionó todo el tiempo como ejes principales de su formación en el baile. La prestigiosa profesora Norma Vittores y su hija Soraya Estigarribia que heredó el talento de su madre en el área artística y docente. “Soraya me empezó a preparar. Me demostró que yo siempre podía dar más de lo que daba. Siempre me dijo que iba a ser alguien más y triunfar en la danza” dijo, ponderando los valores humanos de su profesora.
“Las clases”
La figura de Norma es indeleble para Stefanía. Con una sonrisa en su rostro y con toda la seguridad que fue el estilo y la metodología de trabajo de Vittores las cosas que la llevaron a avanzar, relató anécdotas que le vinieron a su memoria. “Cuando Norma daba las clases recuerdo que usaba un bastón para marcar y corregir. Cuando la veíamos con el bastón ya sabíamos que se venía una clase intensa” recordó.
Destacó además a Soraya como profesional. “Ella hacía las coreografías en 1 o 2 semanas. Las presentábamos y salían perfectas como si hiciera un año que las preparabas. La intensidad de Norma con el profesionalismo de Soraya fueron siempre un excelente complemento”
Y agregó: “Norma tuvo que ver mucho con mi formación. La disciplina es constante. En la danza te dicen: si duele, está bien. Se trata de la exigencia de todos los días, es estiramiento y la preparación. A eso se le suma el hecho que te digan qué cosas aún faltan y terminás con los pies con callos, las puntas, etcétera” , resumió.
La joven está a punto de embarcarse en uno de los sueños más grandes de su vida. Casi por lograrlo. Para que esto suceda agradeció a sus profesoras antes nombradas, a las personas que en Buenos Aires le dieron la posibilidad de llegar hasta Los Angeles, a la Secretaría de Cultura de Provincia ante quien está gestionando la cobertura de la última de las capacitaciones en Fénix y a sus padres, quienes con amor y esfuerzo hicieron que la danza siga siendo uno de los ejes más importantes de su existencia.