Lo que desde el espacio se ve como un gran punto de tonalidades naranjas y rojizas es en realidad una gigantesca tormenta. Tal es su dimensión que hasta el adjetivo gigantesca se queda corto: tiene un tamaño que duplica al de la Tierra y sus vientos tumultuosos superan los 640 km/h.
Los ocho instrumentos de la sonda así como también la cámara JunoCam estarán enfocando hacia la mancha. La sonda -que viaja a unos 50 km por segundo- pasará a una distancia de 9.000 km y recogerá información crucial para entender este fenómeno que astrónomos han estado observando desde principios del siglo XIX.
Inmensa, antigua y en vías de achicarse
Las incógnitas que los investigadores buscan resolver en esta sexta vuelta que la sonda le da al planeta (la primera tuvo lugar el 27 de agosto del año pasado) son muchas. Pero recordemos primero todo lo que se sabe sobre la Gran Mancha Roja:
Tiene un diámetro de 16.000 km.
Tiene por lo menos 150 años, pero, posiblemente, varios siglos más.
Las primeras observaciones datan de 1830. Sin embargo, astrónomos observaron hacia fines de 1600 una mancha roja sobre Júpiter que podría ser la misma tormenta.
Es anticiclónica (es decir, gira en dirección contraria a la mayoría de las tormentas.
Se está achicando: después de años de observación, la tormenta parece estar disminuyendo en tamaño.
Las duas que existen
Una de las grandes dudas es a qué le debe su color. Según estudios, es muy probable que la atmósfera superior tenga nubes formadas por amoníaco, ácido sulfhídrico y agua. Sin embargo, científicos desconocen si estos compuestos químicos reaccionan para darle este color.
Otro interrogante es por qué la tormenta continúa golpeando a Júpiter desde hace cientos de años. Algunos científicos creen que se debe a que la tormenta tiene raíces profundas. Por esta razón, investigar qué hay debajo de las nubes podría permitirles a los investigadores establecer si esto es así.
El fin de semana
Durante el acercamiento, la antena principal de Juno no estará mirando hacia nuestro planeta, eso quiere decir que pasarán varias horas hasta que se reciba confirmación de que la nave sobrevivió a esta misión sin problemas.
Dado el éxito de los acercamientos anteriores, todo hace pensar que transcurrirá sin inconvenientes. Pero Bolton no quiere darlo como un hecho.
"Vamos a estar en el borde del asiento, con los dedos cruzados para que todo funcione y consigamos las imágenes en primer plano que todos queremos", señaló el investigador de la NASA.
Estas -junto con la información científica recogida- tardarán varios días hasta llegar a la Tierra: probablemente, tendremos los primeros retratos de la Gran Mancha Roja el fin de semana.
Fuente: diario La Nación.
Lo que desde el espacio se ve como un gran punto de tonalidades naranjas y rojizas es en realidad una gigantesca tormenta. Tal es su dimensión que hasta el adjetivo gigantesca se queda corto: tiene un tamaño que duplica al de la Tierra y sus vientos tumultuosos superan los 640 km/h.
Los ocho instrumentos de la sonda así como también la cámara JunoCam estarán enfocando hacia la mancha. La sonda -que viaja a unos 50 km por segundo- pasará a una distancia de 9.000 km y recogerá información crucial para entender este fenómeno que astrónomos han estado observando desde principios del siglo XIX.
Inmensa, antigua y en vías de achicarse
Las incógnitas que los investigadores buscan resolver en esta sexta vuelta que la sonda le da al planeta (la primera tuvo lugar el 27 de agosto del año pasado) son muchas. Pero recordemos primero todo lo que se sabe sobre la Gran Mancha Roja:
Tiene un diámetro de 16.000 km.
Tiene por lo menos 150 años, pero, posiblemente, varios siglos más.
Las primeras observaciones datan de 1830. Sin embargo, astrónomos observaron hacia fines de 1600 una mancha roja sobre Júpiter que podría ser la misma tormenta.
Es anticiclónica (es decir, gira en dirección contraria a la mayoría de las tormentas.
Se está achicando: después de años de observación, la tormenta parece estar disminuyendo en tamaño.
Las duas que existen
Una de las grandes dudas es a qué le debe su color. Según estudios, es muy probable que la atmósfera superior tenga nubes formadas por amoníaco, ácido sulfhídrico y agua. Sin embargo, científicos desconocen si estos compuestos químicos reaccionan para darle este color.
Otro interrogante es por qué la tormenta continúa golpeando a Júpiter desde hace cientos de años. Algunos científicos creen que se debe a que la tormenta tiene raíces profundas. Por esta razón, investigar qué hay debajo de las nubes podría permitirles a los investigadores establecer si esto es así.
El fin de semana
Durante el acercamiento, la antena principal de Juno no estará mirando hacia nuestro planeta, eso quiere decir que pasarán varias horas hasta que se reciba confirmación de que la nave sobrevivió a esta misión sin problemas.
Dado el éxito de los acercamientos anteriores, todo hace pensar que transcurrirá sin inconvenientes. Pero Bolton no quiere darlo como un hecho.
"Vamos a estar en el borde del asiento, con los dedos cruzados para que todo funcione y consigamos las imágenes en primer plano que todos queremos", señaló el investigador de la NASA.
Estas -junto con la información científica recogida- tardarán varios días hasta llegar a la Tierra: probablemente, tendremos los primeros retratos de la Gran Mancha Roja el fin de semana.
Fuente: diario La Nación.