Por Esteban Gallo
El dasnevismo volvió a demostrar que su capacidad de movilización está intacta tras la gran convocatoria al acto realizado en Trelew. Hay una mística militante de alto impacto y un sentido de la espectacularidad que Chubut Somos Todos maneja con maestría.
Todo se resolvió en una reunión realizada el jueves pasado en la privada del gobernador, a instancias del círculo más íntimo de Mario Das Neves y con la anuencia del propio mandatario que en todo momento estuvo al tanto de las decisiones que se estaban ejecutando.
El Frente para la Victoria le mojó la oreja al dasnevismo y la respuesta fue un encuentro popular y multitudinario, en un gimnasio colmado de militantes.
Podríamos discutir un rato largo sobre si la postura de los diputados de la mayoría constituye o no un intento de desestabilizar al gobierno provincial pero hay situaciones que quedan expuestas a la vista de todo el mundo. No se necesita ser un erudito de la actualidad provincial para darse cuenta que ha habido desde el principio de la tercera gestión de Das Neves una clara intención opositora de entorpecer la labor del Ejecutivo con piedras de todos los colores y tamaños. Tampoco nadie puede ignorar el descalabro económico y financiero que dejó la gestión de Martín Buzzi después de cuatro años de desmanejo, ni las responsabilidades que les cabe a muchos de los referentes del Frente para la Victoria por esa performance paupérrima que hundió a la provincia en una de sus crisis más profundas. Ver y escuchar a dirigentes como Blas Meza Evans o Gabriela Dufour transformados en arietes de la embestida opositora, provoca una corriente de indignación muy fuerte, pero no solo en el dasnevismo, sino en el conjunto de la sociedad que sabe perfectamente quién es quién en la provincia.
La clase dirigente tiene que estar siempre a la altura de las circunstancias, pero es en momentos de dificultades extremas cuando nuestros políticos deben exhibir sus mejores cualidades en beneficio del conjunto de la comunidad. Apostar al fracaso del gobierno es no interpretar lo que la gente está pidiendo. Es un tiempo para que afloren actitudes generosas y responsables para que entre todos podamos salir de la crisis en la que nos encontramos.
En esa sintonía parecen caminar los legisladores que responden a Gustavo Mac karty quienes han actuado con una alta cuota de mesura, acompañando varias de las iniciativas del Ejecutivo. Ojalá el tiempo nos demuestre que la motivación pasa por el deseo sincero de extender una mano y no por una mera estrategia política en el reparto de futuros cargos.
Una actitud de madurez es también lo que están reclamando los intendentes que respondieron mayoritariamente a la convocatoria del gobierno. A los jefes políticos de las ciudades de la provincia no les entra en la cabeza especular con el fracaso del gobierno provincial. Entre otras cosas, porque saben que la resolución de los innumerables problemas que tienen, está ligada al éxito del gobierno de Das Neves. No habrá municipios fuertes con una provincia débil.
Sin embargo, no pasó desapercibido el mensaje del intendente de Trelew en el acto en el Club Huracán. Adrián Maderna brindó un fuerte apoyo a la figura del gobernador Das Neves pero aclarando que “hay funcionarios que dejan mucho que desear”.
Las potentes declaraciones, que no se pueden vincular a ninguna mala intención, ponen al desnudo que no todos los funcionarios cumplen con su papel y que algunos deberán poner las barbas en remojo para estar a la altura de las circunstancias. No es un dato menor que la irritación brote del intendente de una ciudad tan importante como Trelew, que además fue un baluarte de la victoria del dasnevismo en la provincia. En este festival de posicionamientos, emerge la ambigüedad de los dirigentes políticos de Comodoro Rivadavia que empuñan un discurso confrontativo en su ciudad que morigeran radicalmente cuando llegan a la capital provincial. Haciendo una analogía canina, en Comodoro se comportan como rotweilers pero cuando cruzan Garayalde son más buenos que Lassie. Y la misma postura del doble discurso es la que esgrimen sus legisladores.
Para mencionar un caso concreto. Por un lado, Néstor Di Pierro expresa su apoyo a Das Neves elogiando la capacidad y la entrega del gobernador y casi al mismo tiempo, el diputado Sergio Brúscoli, que responde al exintendente de Comodoro, firma el polémico proyecto de ley para modificar la forma de distribución del 15 por ciento del bono de Chubut. Una cosa muy extraña. El líder del sector dice una cosa y su delfín patea para el otro lado.
En medio está la salud del gobernador Mario Das Neves. Una cuestión demasiado sensible como para que algún sector de la oposición lo utilice para sacar algún rédito político.
Les guste o no, Das Neves es el dirigente más importante de la historia de Chubut. No solamente porque es el único que fue elegido tres veces para gobernar la provincia. Hay cientos de logros que ni se discuten ni se empardan y hay una relación de afecto con la comunidad que no se construye por arte de magia. Los porcentajes de adhesión a su figura lo ubican por arriba del 70 por ciento y demuestran que el vínculo entre el gobernador y la gente está intacto y que a pesar de sus problemas de salud, los chubutenses lo ven como un líder capaz de derrotar cualquier adversidad. Especular con la salud del gobernador es un acto de la más baja calaña, pero además es escoger el camino diametralmente opuesto al elegido por la gran mayoría de los chubutenses, que pone la mayor energía y los mejores pensamientos para que Das Neves se recupere y vuelva a ocupar el rol de conductor para el que fue elegido.
Por Esteban Gallo
El dasnevismo volvió a demostrar que su capacidad de movilización está intacta tras la gran convocatoria al acto realizado en Trelew. Hay una mística militante de alto impacto y un sentido de la espectacularidad que Chubut Somos Todos maneja con maestría.
Todo se resolvió en una reunión realizada el jueves pasado en la privada del gobernador, a instancias del círculo más íntimo de Mario Das Neves y con la anuencia del propio mandatario que en todo momento estuvo al tanto de las decisiones que se estaban ejecutando.
El Frente para la Victoria le mojó la oreja al dasnevismo y la respuesta fue un encuentro popular y multitudinario, en un gimnasio colmado de militantes.
Podríamos discutir un rato largo sobre si la postura de los diputados de la mayoría constituye o no un intento de desestabilizar al gobierno provincial pero hay situaciones que quedan expuestas a la vista de todo el mundo. No se necesita ser un erudito de la actualidad provincial para darse cuenta que ha habido desde el principio de la tercera gestión de Das Neves una clara intención opositora de entorpecer la labor del Ejecutivo con piedras de todos los colores y tamaños. Tampoco nadie puede ignorar el descalabro económico y financiero que dejó la gestión de Martín Buzzi después de cuatro años de desmanejo, ni las responsabilidades que les cabe a muchos de los referentes del Frente para la Victoria por esa performance paupérrima que hundió a la provincia en una de sus crisis más profundas. Ver y escuchar a dirigentes como Blas Meza Evans o Gabriela Dufour transformados en arietes de la embestida opositora, provoca una corriente de indignación muy fuerte, pero no solo en el dasnevismo, sino en el conjunto de la sociedad que sabe perfectamente quién es quién en la provincia.
La clase dirigente tiene que estar siempre a la altura de las circunstancias, pero es en momentos de dificultades extremas cuando nuestros políticos deben exhibir sus mejores cualidades en beneficio del conjunto de la comunidad. Apostar al fracaso del gobierno es no interpretar lo que la gente está pidiendo. Es un tiempo para que afloren actitudes generosas y responsables para que entre todos podamos salir de la crisis en la que nos encontramos.
En esa sintonía parecen caminar los legisladores que responden a Gustavo Mac karty quienes han actuado con una alta cuota de mesura, acompañando varias de las iniciativas del Ejecutivo. Ojalá el tiempo nos demuestre que la motivación pasa por el deseo sincero de extender una mano y no por una mera estrategia política en el reparto de futuros cargos.
Una actitud de madurez es también lo que están reclamando los intendentes que respondieron mayoritariamente a la convocatoria del gobierno. A los jefes políticos de las ciudades de la provincia no les entra en la cabeza especular con el fracaso del gobierno provincial. Entre otras cosas, porque saben que la resolución de los innumerables problemas que tienen, está ligada al éxito del gobierno de Das Neves. No habrá municipios fuertes con una provincia débil.
Sin embargo, no pasó desapercibido el mensaje del intendente de Trelew en el acto en el Club Huracán. Adrián Maderna brindó un fuerte apoyo a la figura del gobernador Das Neves pero aclarando que “hay funcionarios que dejan mucho que desear”.
Las potentes declaraciones, que no se pueden vincular a ninguna mala intención, ponen al desnudo que no todos los funcionarios cumplen con su papel y que algunos deberán poner las barbas en remojo para estar a la altura de las circunstancias. No es un dato menor que la irritación brote del intendente de una ciudad tan importante como Trelew, que además fue un baluarte de la victoria del dasnevismo en la provincia. En este festival de posicionamientos, emerge la ambigüedad de los dirigentes políticos de Comodoro Rivadavia que empuñan un discurso confrontativo en su ciudad que morigeran radicalmente cuando llegan a la capital provincial. Haciendo una analogía canina, en Comodoro se comportan como rotweilers pero cuando cruzan Garayalde son más buenos que Lassie. Y la misma postura del doble discurso es la que esgrimen sus legisladores.
Para mencionar un caso concreto. Por un lado, Néstor Di Pierro expresa su apoyo a Das Neves elogiando la capacidad y la entrega del gobernador y casi al mismo tiempo, el diputado Sergio Brúscoli, que responde al exintendente de Comodoro, firma el polémico proyecto de ley para modificar la forma de distribución del 15 por ciento del bono de Chubut. Una cosa muy extraña. El líder del sector dice una cosa y su delfín patea para el otro lado.
En medio está la salud del gobernador Mario Das Neves. Una cuestión demasiado sensible como para que algún sector de la oposición lo utilice para sacar algún rédito político.
Les guste o no, Das Neves es el dirigente más importante de la historia de Chubut. No solamente porque es el único que fue elegido tres veces para gobernar la provincia. Hay cientos de logros que ni se discuten ni se empardan y hay una relación de afecto con la comunidad que no se construye por arte de magia. Los porcentajes de adhesión a su figura lo ubican por arriba del 70 por ciento y demuestran que el vínculo entre el gobernador y la gente está intacto y que a pesar de sus problemas de salud, los chubutenses lo ven como un líder capaz de derrotar cualquier adversidad. Especular con la salud del gobernador es un acto de la más baja calaña, pero además es escoger el camino diametralmente opuesto al elegido por la gran mayoría de los chubutenses, que pone la mayor energía y los mejores pensamientos para que Das Neves se recupere y vuelva a ocupar el rol de conductor para el que fue elegido.