Penetrantes sonidos de sirenas en una plena noche de verano y calles súbitamente desiertas: Múnich vivió un verdadero estado de sitio la noche del viernes al sábado tras el ataque que causó nueve muertos en un gran centro comercial de la capital bávara y cuyo autor se suicidó.
Las fuerzas del orden creyeron durante un tiempo, en base a los testimonios, que se trataba de tres tiradores que se habían dado a la fuga. Finalmente, fue uno solo, un joven germano-iraní de 18 años, que también causó 16 heridos, todo ello por motivos no dilucidados, antes de suicidarse.
A la vista de la situación, la policía de Múnich pidió a los habitantes de la tercera ciudad de Alemania, con millón y medio de habitantes, que no salieran de casa.
Las calles se vaciaron mientras los transportes urbanos se interrumpían temporalmente en esta ciudad normalmente muy animada, en la que tienen su sede muchos estandartes de la economía alemana.
Las fuerzas de seguridad bloquearon los accesos de la ciudad y cancelaron el transporte público para dar con los atacantes que se dieron a la fuga.
Los medios alemanes creen que podría tratarse de un ataque de grupos de extrema derecha, como los que en el pasado han incendiado centros de recepción de refugiados y que han protestado repetidas veces contra la política migratoria de la canciller alemana, Ángela Merkel, quien el año pasado abrió las puertas -por un tiempo- a los refugiados e inmigrantes provenientes de Medio Oriente.
La policía de Munich ya indicó en un comunicado que no existían indicios de que el atentado, sobre cuyos detalles hubo inicialmente una gran confusión, hubiera sido perpetrado por yihadistas islámicos.
El tiroteo empezó en un restaurante de comida rápida y tuvo lugar en un sitio cercano al parque olímpico, indicó el ministro de Interior de Baviera ante la cadena alemana NTV.
Alrededor de dos horas después, la misma fuerza de seguridad, que inicialmente había hablado de "tiradores locos", pasó a plantear que "el tiroteo parece un ataque terrorista" perpetrado por tres personas, que, alertó luego, portaban "armas largas", y declaró el "alta alerta" correspondiente.
El ministro del interior de Alemania, Thomas de Maizière, que al momento del atentado se encontraba en un avión que lo llevaba a los Estados Unidos, donde iba a iniciar sus vacaciones de verano, retornó inmediatamente al país.
Cerca de las 21:00, hora local (16:00 hora argentina), la cancillería federal convocó a una reunión de crisis para seguir la evolución de la situación. La canciller, Angela Merkel, no se encontraba presente, informó la agencia DPA.
Al principio, la situación era muy confusa, y diversos videos y fotos empezaron a circular por las redes sociales mostrando escenas de pánico, con personas corriendo por el centro comercial a la búsqueda de un refugio, policías ingresando a los estacionamientos, e incluso posibles tomas de los tiradores saliendo del lugar.
Otros archivos que circulaban por las redes sociales dejaban oír el sonido de los disparos, que empezaron en el local de la hamburguesería McDonalds integrado al shopping.
La policía de Munich pidió a la población que evite plazas públicas de la ciudad y que no difunda videos o imágenes del hecho para no darle información a los sospechosos, que estaban en fuga.
Desde el inicio de los hechos, la policía acordonó el área, poco después se desplegó en el centro de la ciudad y sus helicópteros empezaron a patrullar los cielos de la capital de Baviera.
Al mismo tiempo, inició la evacuación de la estación ferroviaria central de la ciudad, informó la agencia de noticias DPA.
Previamente, se habían interrumpido diversas líneas de tranvía, colectivo y tren o se mantuvieron controlados los accesos a las paradas y estaciones. En tanto, según el portal de la revista Bild, "unidades policiales de toda Baviera del Sur convergían sobre Munich" y la policía solicitaba a la población que despejara las autopistas perimetrales.
Posteriormente, las fuerzas de seguridad confirmaron que había sospechosos sin capturar, informó la cadena CNN.
La policía informó también oficialmente en su cuenta Twitter que acordonó y cerró la zona y puso en marcha una gran operación en torno al centro comercial, situado en el norte de la ciudad y simultáneamente estaba en marcha otro operativo, de gran magnitud, en el centro.
Además solicitó a la población que no se aproxime a la zona. "Por favor eviten la zona en torno al centro comercial", dice el comunicado. Diversos medios empezaron a anunciar cifras no confirmadas de muertos y heridos, superiores a las oficiales.
Al mismo tiempo, los medios alemanes informaron que se dirigían a la capital bávara "unidades policiales del Sur de Baviera".
Los trabajadores del shopping no podían abandonar sus puestos de trabajo. También fueron suspendidos los servicios de colectivos y el subterráneo que pasan por la zona. Los autores huyeron, según algunos medios alemanes, por el subterráneo.
Hay más de un centenar de agentes desplegados, a los que se han sumado las fuerzas especiales alemanas.
El país está en alerta desde el lunes, cuando un refugiado afgano de 17 años, supuestamente vinculado al Estado Islámico, atacó con un hacha un tren en Baviera.
Penetrantes sonidos de sirenas en una plena noche de verano y calles súbitamente desiertas: Múnich vivió un verdadero estado de sitio la noche del viernes al sábado tras el ataque que causó nueve muertos en un gran centro comercial de la capital bávara y cuyo autor se suicidó.
Las fuerzas del orden creyeron durante un tiempo, en base a los testimonios, que se trataba de tres tiradores que se habían dado a la fuga. Finalmente, fue uno solo, un joven germano-iraní de 18 años, que también causó 16 heridos, todo ello por motivos no dilucidados, antes de suicidarse.
A la vista de la situación, la policía de Múnich pidió a los habitantes de la tercera ciudad de Alemania, con millón y medio de habitantes, que no salieran de casa.
Las calles se vaciaron mientras los transportes urbanos se interrumpían temporalmente en esta ciudad normalmente muy animada, en la que tienen su sede muchos estandartes de la economía alemana.
Las fuerzas de seguridad bloquearon los accesos de la ciudad y cancelaron el transporte público para dar con los atacantes que se dieron a la fuga.
Los medios alemanes creen que podría tratarse de un ataque de grupos de extrema derecha, como los que en el pasado han incendiado centros de recepción de refugiados y que han protestado repetidas veces contra la política migratoria de la canciller alemana, Ángela Merkel, quien el año pasado abrió las puertas -por un tiempo- a los refugiados e inmigrantes provenientes de Medio Oriente.
La policía de Munich ya indicó en un comunicado que no existían indicios de que el atentado, sobre cuyos detalles hubo inicialmente una gran confusión, hubiera sido perpetrado por yihadistas islámicos.
El tiroteo empezó en un restaurante de comida rápida y tuvo lugar en un sitio cercano al parque olímpico, indicó el ministro de Interior de Baviera ante la cadena alemana NTV.
Alrededor de dos horas después, la misma fuerza de seguridad, que inicialmente había hablado de "tiradores locos", pasó a plantear que "el tiroteo parece un ataque terrorista" perpetrado por tres personas, que, alertó luego, portaban "armas largas", y declaró el "alta alerta" correspondiente.
El ministro del interior de Alemania, Thomas de Maizière, que al momento del atentado se encontraba en un avión que lo llevaba a los Estados Unidos, donde iba a iniciar sus vacaciones de verano, retornó inmediatamente al país.
Cerca de las 21:00, hora local (16:00 hora argentina), la cancillería federal convocó a una reunión de crisis para seguir la evolución de la situación. La canciller, Angela Merkel, no se encontraba presente, informó la agencia DPA.
Al principio, la situación era muy confusa, y diversos videos y fotos empezaron a circular por las redes sociales mostrando escenas de pánico, con personas corriendo por el centro comercial a la búsqueda de un refugio, policías ingresando a los estacionamientos, e incluso posibles tomas de los tiradores saliendo del lugar.
Otros archivos que circulaban por las redes sociales dejaban oír el sonido de los disparos, que empezaron en el local de la hamburguesería McDonalds integrado al shopping.
La policía de Munich pidió a la población que evite plazas públicas de la ciudad y que no difunda videos o imágenes del hecho para no darle información a los sospechosos, que estaban en fuga.
Desde el inicio de los hechos, la policía acordonó el área, poco después se desplegó en el centro de la ciudad y sus helicópteros empezaron a patrullar los cielos de la capital de Baviera.
Al mismo tiempo, inició la evacuación de la estación ferroviaria central de la ciudad, informó la agencia de noticias DPA.
Previamente, se habían interrumpido diversas líneas de tranvía, colectivo y tren o se mantuvieron controlados los accesos a las paradas y estaciones. En tanto, según el portal de la revista Bild, "unidades policiales de toda Baviera del Sur convergían sobre Munich" y la policía solicitaba a la población que despejara las autopistas perimetrales.
Posteriormente, las fuerzas de seguridad confirmaron que había sospechosos sin capturar, informó la cadena CNN.
La policía informó también oficialmente en su cuenta Twitter que acordonó y cerró la zona y puso en marcha una gran operación en torno al centro comercial, situado en el norte de la ciudad y simultáneamente estaba en marcha otro operativo, de gran magnitud, en el centro.
Además solicitó a la población que no se aproxime a la zona. "Por favor eviten la zona en torno al centro comercial", dice el comunicado. Diversos medios empezaron a anunciar cifras no confirmadas de muertos y heridos, superiores a las oficiales.
Al mismo tiempo, los medios alemanes informaron que se dirigían a la capital bávara "unidades policiales del Sur de Baviera".
Los trabajadores del shopping no podían abandonar sus puestos de trabajo. También fueron suspendidos los servicios de colectivos y el subterráneo que pasan por la zona. Los autores huyeron, según algunos medios alemanes, por el subterráneo.
Hay más de un centenar de agentes desplegados, a los que se han sumado las fuerzas especiales alemanas.
El país está en alerta desde el lunes, cuando un refugiado afgano de 17 años, supuestamente vinculado al Estado Islámico, atacó con un hacha un tren en Baviera.