Una muy dura carta con las renuncias

Se leyó en los hospitales de toda la provincia.

11 SEP 2015 - 22:20 | Actualizado

“Atento a que el hostigamiento permanente al que nos viene sometiendo el Sr. Ministro a los médicos cirujanos que nos desempeñamos en el área de la Salud Pública del Chubut, constituye un evidente y manifiesto acoso laboral, considerando que los constantes y sistemáticos ataques mediáticos que con malicia viene desplegando en contra nuestra -presentando una realidad sesgada y distorsionada que no se compadece con la verdad y que por momentos entran en la mendacidad- persiguen la inocultable pretensión de descalificarnos y desacreditarnos ante la opinión pública y en el entendimiento que semejante maltrato deviene arbitrario, irrazonable y no ajustado a derecho, le notifico y hago saber que renuncio al cargo y función que vengo desempeñando en el Hospital SubZonal de Rawson a partir de los treinta días de recepcionada la presente”.

Se trata de la carta de renuncia. Se agrega que “le intimo a que tome los recaudos necesarios y conducentes, conforme al derecho vigente, para asegurar y preservar convenientemente la salud pública, responsabilizándolo desde ya por las eventuales circunstancias que pudiesen afectarla. Ello así, por cuanto mi renuncia y el consiguiente alejamiento de la función que vengo desempeñando obedece y es la resultante de sus injurias y de su persecución laboral, que ha sido de una magnitud tal que me ha provocado una natural situación de estrés”.

Luego sigue: “A mayor abundamiento y para mayor claridad, es insoslayable que le destaque que su intento de ocultar o disimular la ausencia de una adecuada política sanitaria con su agresividad y con el hostigamiento diario a quienes debemos llevar adelante nuestra labor en un muy difícil marco circunstancial, marcado por carencias, omisiones e inacciones, constituye una maniobra lisa y llanamente burda e indisimulable”.

El último párrafo es el más duro contra Corchuelo Blasco: “Desde su llegada a la cartera ministerial su política ha estado impregnada de demagogia y populismo y a nosotros se nos ha utilizado como los “chivos expiatorios”. Hemos debido soportar maltratos e imputaciones infamantes. Y ha sido la denuncia maliciosa y temeraria que formulara contra colegas probos e intachables, como culminación de una persecución absurda, la que ha constituido la gota que rebalsó el vaso. Ya no podemos seguir trabajando siendo Ud. Ministro de Salud, puesto que no es admisible ni tolerable que haya llegado a jugar con nuestra honra, en una maniobra a la que le ha dado espectacularidad en búsqueda de un pretenso rédito proselitista”.

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11 SEP 2015 - 22:20

“Atento a que el hostigamiento permanente al que nos viene sometiendo el Sr. Ministro a los médicos cirujanos que nos desempeñamos en el área de la Salud Pública del Chubut, constituye un evidente y manifiesto acoso laboral, considerando que los constantes y sistemáticos ataques mediáticos que con malicia viene desplegando en contra nuestra -presentando una realidad sesgada y distorsionada que no se compadece con la verdad y que por momentos entran en la mendacidad- persiguen la inocultable pretensión de descalificarnos y desacreditarnos ante la opinión pública y en el entendimiento que semejante maltrato deviene arbitrario, irrazonable y no ajustado a derecho, le notifico y hago saber que renuncio al cargo y función que vengo desempeñando en el Hospital SubZonal de Rawson a partir de los treinta días de recepcionada la presente”.

Se trata de la carta de renuncia. Se agrega que “le intimo a que tome los recaudos necesarios y conducentes, conforme al derecho vigente, para asegurar y preservar convenientemente la salud pública, responsabilizándolo desde ya por las eventuales circunstancias que pudiesen afectarla. Ello así, por cuanto mi renuncia y el consiguiente alejamiento de la función que vengo desempeñando obedece y es la resultante de sus injurias y de su persecución laboral, que ha sido de una magnitud tal que me ha provocado una natural situación de estrés”.

Luego sigue: “A mayor abundamiento y para mayor claridad, es insoslayable que le destaque que su intento de ocultar o disimular la ausencia de una adecuada política sanitaria con su agresividad y con el hostigamiento diario a quienes debemos llevar adelante nuestra labor en un muy difícil marco circunstancial, marcado por carencias, omisiones e inacciones, constituye una maniobra lisa y llanamente burda e indisimulable”.

El último párrafo es el más duro contra Corchuelo Blasco: “Desde su llegada a la cartera ministerial su política ha estado impregnada de demagogia y populismo y a nosotros se nos ha utilizado como los “chivos expiatorios”. Hemos debido soportar maltratos e imputaciones infamantes. Y ha sido la denuncia maliciosa y temeraria que formulara contra colegas probos e intachables, como culminación de una persecución absurda, la que ha constituido la gota que rebalsó el vaso. Ya no podemos seguir trabajando siendo Ud. Ministro de Salud, puesto que no es admisible ni tolerable que haya llegado a jugar con nuestra honra, en una maniobra a la que le ha dado espectacularidad en búsqueda de un pretenso rédito proselitista”.


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