Según sostiene la investigación de Mariana Sacchi, Analía Castro y María Luz Funes, en su trabajo Los pobladores de El Chalía, su memoria y el registro arqueológico. Rutas indígenas y transmisión del conocimiento, “la colonia indígena del Chalía es la única que se reconoce como tehuelche, si bien existen otras colonias, éstas se reconocen y son reconocidas por la gente de los alrededores como mapuches (por ejemplo: Loma Redonda, y la ya disgregada Pastos Blancos). Los pobladores del Chalía son descendientes directos, en su mayoría, de los grupos tehuelches que habitaban la región en el siglo XIX”. Hay más, “de las 60.000 hectáreas que ostentó la comunidad en 1916 sólo quedaban 32.902 hacia 1990 debido a las sucesivas usurpaciones de estancieros vecinos que redujeron considerablemente el área de la reserva a su dimensión actual”, destacan.
Entre el 15 y 16 de marzo afiliados e integrantes de la comisión directiva del Sindicato de Trabajadores Camioneros del Chubut llegaron a la comunidad de El Chalía. Por tercer año consecutivo acercaron alimentos y leña para que la comunidad Tehuelche soporte otro invierno. Jorge Taboada, secretario general de Camioneros Chubut, habló con Prensa del Tercer Mileno de esa otra realidad.
-¿Cómo arranca esta historia?
-Esta historia empieza tomando mate en el sindicato. Un camionero nos cuenta que es descendiente de tehuelches y que gran parte de la familia vivía en la reserva tehuelche de El Chalía. Me sorprendió lo que me contaba, porque pensé que estaba exagerando, por todo lo que me decía que pasaban ahí y le dije: “Mirá, no vaya a ser que vayamos hasta El Chalía y me dé cuenta que me estás mintiendo, que estás exagerando”. Armamos un viaje y a la semana fuimos. La realidad no era como la contaba el camionero con el que había hablado, era peor. Ahí empezamos a trabajar para asistirlos.
-¿Con qué se encontraron?
-Con una desolación, con un abandono absoluto de parte del Estado. Fuimos a visitar a varias familias, mayormente ancianos, cuando fuimos a ver al cacique vimos a un hombre que estaba muy inflamado, muy hinchado, lo llevamos al hospital en Río Mayo donde el médico que lo atiende decide dejarlo internado porque el hombre estaba pasado de frío, ese era el diagnóstico.
Lo dejamos en el hospital, dejamos un muchacho en Río Mayo para que lo acompañe y cada tanto preguntamos cómo andaba.
El asunto es que al hombre le dan el alta, vuelve a El Chalía y al próximo invierno muere congelado. Esa es la realidad de los pueblos originarios de la provincia del Chubut.
-¿Reciben algún tipo de asistencia de parte del gobierno?
-En algún momento recibían unos ladrillos que hacían los presos de la Unidad 6 de Rawson.
Eran unos ladrillos que servían para calefaccionarse que se hacían con cartón mojado hecho bloque. Esa era la asistencia que recibían.
-¿Qué les falta?
-Una de las grandes necesidades que tienen es el tema de la leña para pasar el invierno. Es una zona donde el invierno es muy crudo. Asistimos a todas las familias con la leña y con ropa de abrigo, con víveres y este año fue diferente así que surgió la idea de que cada trabajador camionero done parte de su salario para ayudar. Se juntaron algo más de 100 mil pesos para llevarles leña y comida y que pasen el invierno. Este año tuvo esa variante.
-¿Por qué no llega la asistencia?
-En la provincia sé que hay muchísimo petróleo y hace poquito discutieron la nueva Ley de Hidrocarburos donde repartieron dinero para todos lados y nadie se acordó de los pueblos originarios que son los reales dueños de la tierra. Me hubiese gustado que hubiese salido un porcentual dirigido a comunidades. Camioneros hoy asiste a la comunidad de Aldea Epulef, la de Pocitos de Quichaura. Nadie en el gobierno se acuerda de los pueblos originarios y las condiciones que padecen son tantas como las necesidades que tienen. No sé por qué no llega la asistencia. Debería ser más fácil la vida de estas comunidades. Mirá, por la comunidad de El Chalía - por el medio - pasa una línea de media tensión que llega hasta Lago Blanco y la gente de ahí no tiene luz. No les costaría nada hacer la obra para que esas familias tengan luz y no lo hacen. No lo hacen.
-¿Cuándo vuelven?
-Tenemos un asado pendiente con el cacique y con toda la comunidad y en esa les vamos a llevar una ambulancia de nuestra obra social donde vamos a llevar odontólogos, médicos clínicos y especialistas para empezar a hacer los tratamientos necesarios. En eso vamos a dar una mano.
Según sostiene la investigación de Mariana Sacchi, Analía Castro y María Luz Funes, en su trabajo Los pobladores de El Chalía, su memoria y el registro arqueológico. Rutas indígenas y transmisión del conocimiento, “la colonia indígena del Chalía es la única que se reconoce como tehuelche, si bien existen otras colonias, éstas se reconocen y son reconocidas por la gente de los alrededores como mapuches (por ejemplo: Loma Redonda, y la ya disgregada Pastos Blancos). Los pobladores del Chalía son descendientes directos, en su mayoría, de los grupos tehuelches que habitaban la región en el siglo XIX”. Hay más, “de las 60.000 hectáreas que ostentó la comunidad en 1916 sólo quedaban 32.902 hacia 1990 debido a las sucesivas usurpaciones de estancieros vecinos que redujeron considerablemente el área de la reserva a su dimensión actual”, destacan.
Entre el 15 y 16 de marzo afiliados e integrantes de la comisión directiva del Sindicato de Trabajadores Camioneros del Chubut llegaron a la comunidad de El Chalía. Por tercer año consecutivo acercaron alimentos y leña para que la comunidad Tehuelche soporte otro invierno. Jorge Taboada, secretario general de Camioneros Chubut, habló con Prensa del Tercer Mileno de esa otra realidad.
-¿Cómo arranca esta historia?
-Esta historia empieza tomando mate en el sindicato. Un camionero nos cuenta que es descendiente de tehuelches y que gran parte de la familia vivía en la reserva tehuelche de El Chalía. Me sorprendió lo que me contaba, porque pensé que estaba exagerando, por todo lo que me decía que pasaban ahí y le dije: “Mirá, no vaya a ser que vayamos hasta El Chalía y me dé cuenta que me estás mintiendo, que estás exagerando”. Armamos un viaje y a la semana fuimos. La realidad no era como la contaba el camionero con el que había hablado, era peor. Ahí empezamos a trabajar para asistirlos.
-¿Con qué se encontraron?
-Con una desolación, con un abandono absoluto de parte del Estado. Fuimos a visitar a varias familias, mayormente ancianos, cuando fuimos a ver al cacique vimos a un hombre que estaba muy inflamado, muy hinchado, lo llevamos al hospital en Río Mayo donde el médico que lo atiende decide dejarlo internado porque el hombre estaba pasado de frío, ese era el diagnóstico.
Lo dejamos en el hospital, dejamos un muchacho en Río Mayo para que lo acompañe y cada tanto preguntamos cómo andaba.
El asunto es que al hombre le dan el alta, vuelve a El Chalía y al próximo invierno muere congelado. Esa es la realidad de los pueblos originarios de la provincia del Chubut.
-¿Reciben algún tipo de asistencia de parte del gobierno?
-En algún momento recibían unos ladrillos que hacían los presos de la Unidad 6 de Rawson.
Eran unos ladrillos que servían para calefaccionarse que se hacían con cartón mojado hecho bloque. Esa era la asistencia que recibían.
-¿Qué les falta?
-Una de las grandes necesidades que tienen es el tema de la leña para pasar el invierno. Es una zona donde el invierno es muy crudo. Asistimos a todas las familias con la leña y con ropa de abrigo, con víveres y este año fue diferente así que surgió la idea de que cada trabajador camionero done parte de su salario para ayudar. Se juntaron algo más de 100 mil pesos para llevarles leña y comida y que pasen el invierno. Este año tuvo esa variante.
-¿Por qué no llega la asistencia?
-En la provincia sé que hay muchísimo petróleo y hace poquito discutieron la nueva Ley de Hidrocarburos donde repartieron dinero para todos lados y nadie se acordó de los pueblos originarios que son los reales dueños de la tierra. Me hubiese gustado que hubiese salido un porcentual dirigido a comunidades. Camioneros hoy asiste a la comunidad de Aldea Epulef, la de Pocitos de Quichaura. Nadie en el gobierno se acuerda de los pueblos originarios y las condiciones que padecen son tantas como las necesidades que tienen. No sé por qué no llega la asistencia. Debería ser más fácil la vida de estas comunidades. Mirá, por la comunidad de El Chalía - por el medio - pasa una línea de media tensión que llega hasta Lago Blanco y la gente de ahí no tiene luz. No les costaría nada hacer la obra para que esas familias tengan luz y no lo hacen. No lo hacen.
-¿Cuándo vuelven?
-Tenemos un asado pendiente con el cacique y con toda la comunidad y en esa les vamos a llevar una ambulancia de nuestra obra social donde vamos a llevar odontólogos, médicos clínicos y especialistas para empezar a hacer los tratamientos necesarios. En eso vamos a dar una mano.