Aprendiendo nuevos guiños con el blues del sur

La presencia de Ricardo Tapia, la voz del blues en la Argentina, le dio un toque distintivo al show del quinteto trelewense. Presentaron nuevas canciones, algunos invitados y se reencontró con su público, fiel y heterogéneo.

03 NOV 2013 - 22:31 | Actualizado

La música está donde quiere estar. Y el viernes por la noche estuvo un rato en el escenario de la Asociación Cultural El Árbol. Allí, Los Zorros de Florindo fueron los anfitriones y desarrollaron su set de quinteto por algo más de una hora. Luego, todo subió al siguiente nivel con la presencia de Ricardo Tapia, el líder de La Mississipi. Dos horas de buenas canciones con interpretaciones dinámicas, intensas y emotivas. Muy buenas intervenciones de Leo Morales en guitarra y el “Chueco” Morales en la armónica. El invitado local destacado fue Emir cuyo dueto con Peto Ruiz fue para recordar.

Ricardo Tapia subió al escenario para las primeras estrofas del “El funky del regreso”, al que le puso una capa de flauta traversa. Por momentos, dejó de ser el invitado para ser un Zorro más. Pero no un Zorro cualquiera, sino el más viejo y el más sabio de todos. El show no bajó los decibeles hasta el final. En el futuro, alguien podrá decir, “yo escucho blues de la Patagonia”. Todo está allí. Está esa languidez de la meseta, el delay del sonido viajando por la planicie, el punch de la ola rota contra el risco o la arena, la palabra larga y pausada, la historia urbana y sencilla. Y está el sonido compacto que completa la idea.

Por el antagonismo de ser el que viene de afuera y por el protagonismo de ser el referente indicado, y quizás el único de la actualidad, la presencia de Ricardo Tapia le ha significado a Los Zorros de Florindo el encuentro con su destino.

Tapia los presentó en Buenos Aires como la banda patagónica y trelewense, una de las tres más importantes y mejores de la Argentina. “Después de 25 años de tocar con los mismos tipos, (por sus compañeros de La Mississipi), con los que te conocés todos los guiños, es muy agradable estar con una banda nueva, con amigos, aprendiendo nuevos guiños”, dijo, en un momento de la noche Tapia.

Si hay algo que caracteriza a la gente del sur, probablemente, sea la gran facilidad para abrirle su corazón a un par, a ese alguien que se puede reconocer que es como uno. Los Zorros de Florindo y Ricardo Tapia experimentan y viven eso. Y de eso está hecha la música de blues. De la experiencia de vivir y de la capacidad de compartir un sentimiento que fluye, que nunca es el mismo y por eso la canción de blues nunca se toca dos veces de la misma manera. Los Zorros de Florindo ya dieron su paso profesional más importante: el primero en la industria musical. Y el viernes por la noche estuvieron en un cruce de caminos. Fue la noche apropiada, el lugar adecuado, ante la gente correcta. Y si vendieron el alma, fue a la música. Porque la música está donde quiere estar. Y donde ella está todo es sentimental, simple, sincero y verdadero.#

03 NOV 2013 - 22:31

La música está donde quiere estar. Y el viernes por la noche estuvo un rato en el escenario de la Asociación Cultural El Árbol. Allí, Los Zorros de Florindo fueron los anfitriones y desarrollaron su set de quinteto por algo más de una hora. Luego, todo subió al siguiente nivel con la presencia de Ricardo Tapia, el líder de La Mississipi. Dos horas de buenas canciones con interpretaciones dinámicas, intensas y emotivas. Muy buenas intervenciones de Leo Morales en guitarra y el “Chueco” Morales en la armónica. El invitado local destacado fue Emir cuyo dueto con Peto Ruiz fue para recordar.

Ricardo Tapia subió al escenario para las primeras estrofas del “El funky del regreso”, al que le puso una capa de flauta traversa. Por momentos, dejó de ser el invitado para ser un Zorro más. Pero no un Zorro cualquiera, sino el más viejo y el más sabio de todos. El show no bajó los decibeles hasta el final. En el futuro, alguien podrá decir, “yo escucho blues de la Patagonia”. Todo está allí. Está esa languidez de la meseta, el delay del sonido viajando por la planicie, el punch de la ola rota contra el risco o la arena, la palabra larga y pausada, la historia urbana y sencilla. Y está el sonido compacto que completa la idea.

Por el antagonismo de ser el que viene de afuera y por el protagonismo de ser el referente indicado, y quizás el único de la actualidad, la presencia de Ricardo Tapia le ha significado a Los Zorros de Florindo el encuentro con su destino.

Tapia los presentó en Buenos Aires como la banda patagónica y trelewense, una de las tres más importantes y mejores de la Argentina. “Después de 25 años de tocar con los mismos tipos, (por sus compañeros de La Mississipi), con los que te conocés todos los guiños, es muy agradable estar con una banda nueva, con amigos, aprendiendo nuevos guiños”, dijo, en un momento de la noche Tapia.

Si hay algo que caracteriza a la gente del sur, probablemente, sea la gran facilidad para abrirle su corazón a un par, a ese alguien que se puede reconocer que es como uno. Los Zorros de Florindo y Ricardo Tapia experimentan y viven eso. Y de eso está hecha la música de blues. De la experiencia de vivir y de la capacidad de compartir un sentimiento que fluye, que nunca es el mismo y por eso la canción de blues nunca se toca dos veces de la misma manera. Los Zorros de Florindo ya dieron su paso profesional más importante: el primero en la industria musical. Y el viernes por la noche estuvieron en un cruce de caminos. Fue la noche apropiada, el lugar adecuado, ante la gente correcta. Y si vendieron el alma, fue a la música. Porque la música está donde quiere estar. Y donde ella está todo es sentimental, simple, sincero y verdadero.#