"Es un orgullo ir a juicio por denunciar corrupción"

El juez del Superior Tribunal, Alejandro Panizzi, dijo que se irá con la frente alta. Y confesó su relación personal con la titular de la Oficina de la Mujer.

06 AGO 2013 - 22:28 | Actualizado

Por Rolando Tobarez

Ayer a las 12, el ministro Alejandro Panizzi fue notificado de su suspensión en el cargo, sin goce de haberes, para enfrentar el juicio político. Antes del 5 de setiembre volverá al Superior Tribunal de Justicia a trabajar o bien a desocupar su oficina, destituido. Son tres cargos: lo acusan de desatar una crisis institucional por aquella polémica entrevista con este diario, de agredir y acosar a otros funcionarios judiciales y de desconocimiento del Derecho.

-La titular de la Oficina de la Mujer, Carolina Arrigone, lo acusó de acoso laboral. ¿Cómo lo explica?

-Tuve una relación con ella cuando estuve separado. Regresé con mi familia, ella se disgustó conmigo y debimos dejar de trabajar juntos, pero jamás hubo una mínima disputa dentro del ámbito laboral ni fue regañada en malos términos ni fue maltratada de ninguna manera. Al contrario, siempre la traté con cariño y respeto.

-Según los cargos, ella dice lo contrario…

-Ella da a entender que se tuvo que ir porque le hacía hacer las cosas tres veces o porque tenía faltas de ortografía. Lo cierto es que no me hablaba, no trabajaba bien y estaba a disgusto, entonces de común acuerdo resolvimos conceder el pase. Buscamos el pase con los ministros Daniel Rebagliati Russell y Jorge Pfleger, para que cambiemos de relatores; no quisieron. Entonces se hizo el pase a la Sala Civil, los 6 ministros estuvimos de acuerdo, prestó su consentimiento por escrito y jamás mencionó que yo la hubiera maltratado. Resulta que ahora aparece mágicamente, porque no está en la denuncia, un acoso laboral a una persona que había sido mi pareja.

-¿Lo sorprendió?

-Me sorprende, porque para mí es una buena persona, que haya mentido ante la Comisión Investigadora, incluso que haya ocultado esta circunstancia, que es central. Pfleger, con mucha delicadeza, dice en su declaración que tuvimos una desavenencia y decidimos dejar de trabajar juntos. Explica perfectamente que se trató de una desavenencia personal, no hubo acoso laboral, no hubo nada. Lo sabe todo el mundo, no fue una relación clandestina.

-La Sala Civil lo acusó de “violencia de género”…

-Arteramente ponen “violencia de género” porque no fui a su juramento como titular de la Oficina. Violencia hubiese sido si hubiera ido al juramento delante de su familia, ¿cómo le hubiera caído a ella y a su familia que un exnovio esté en su juramento? Fue un gesto de delicadeza de mi parte no asistir. Lamento que haya mentido en Legislatura y ocultado esta circunstancia que parece una cosa, pero dicho esto, es otra bien distinta.

-Si mintió, ¿por qué lo hizo?

-No lo sé, espero que no haya sido inducida por los denunciantes. Como sea, mentir es una cosa mala, sea por despecho o porque fue inducida. Volví con mi esposa, con mi familia. Ella se enojó y lo entiendo, pero hablamos de un hecho que pasó hace 5 años, ¿y ahora que me denuncian aparece?, ¿cómo nunca lo dijo?, ¿por qué prestó el consentimiento por escrito si ni siquiera se lo pedí?

María y Susana

-Pero usted fue muy duro con ella cuando la designaron para la Oficina…

-No, de ninguna manera. Aclaremos: ellos (la Sala Civil) dicen que le dije “Susanita” y no es verdad. Mi reproche es a ellos. Dije que el perfil para una Oficina de la Mujer es para una militante de género y puse a María Rachid como ejemplo y a Susanita como ejemplo contrario. Pero no me refería a ella. En las declaraciones la dejo a salvo porque es muy buena funcionaria, me consta. Que quede claro que la dejo a salvo de lo que digo sobre la designación sin concurso. Eso se lo dije a mis colegas, no a ella. No hay dureza ahí, al contrario: jamás hablé mal de ella, yo soy un caballero.

-Hay cargos que quedaron fuera de la acusación…

-La denuncia es absolutamente maliciosa, artera y armada artificialmente. Fíjense cuál es la idea y la concepción que tienen mis colegas de lo que es la independencia del Poder Judicial: me denunciaron por hechos que son actos de defensa de la independencia, como el discurso en Legislatura reclamando a los diputados; reclamar que no se escrache a jueces y fiscales en sus domicilios, o haber dicho que no son modales apropiados a los de un gobernador decir que esto es un gallinero y que está repodrido del Poder Judicial. Con eso después ampliaron la denuncia. Y con la Oficina dijeron lo mismo: “Cometió violencia de género porque no fue al juramento”, ¡por favor! Obviamente Legislatura no compró semejante disparate. Fue un problema personal con una pareja que fracasó y quedó un resentimiento, o llamálo como quieras.

-¿Qué pasa con el retraso de su voto en la Megacausa?

-Se comprobó que no había ningún retraso y ellos mismos lo ponen en la denuncia: dicen que “si bien esta causa no tiene plazos perentorios, se atrasó y escribió un libro, así que tiempo tuvo”. Fíjese qué pueril el argumento. Hice un voto de más de dos mil páginas de la Megacausa, no es que me quedé en mi casa mirando Batman. Y en el medio hicimos cientos de sentencias, ellos lo saben y cuando me denunciaron sabían que el voto estaba listo. Fue muy malicioso y como declaró Pfleger, esto llenó la causa de recusaciones; el daño lo produjo la denuncia. No hubo demora y esto pone seriamente en riesgo la continuidad de la causa porque si me llegan a desplazar del cargo, no habrá tiempo para hacer una nueva sentencia antes de la prescripción.

-¿Por qué?

-La sentencia que revisamos es de 2009, si pasaran los mismos tiempos nos vamos a 2019, 5 años más para otrasentencia del Superior. Prescribe en 2015, o sea que la causa se cae indefectiblemente. Hay que formar otro tribunal, hacer una nueva audiencia y hacer un nuevo voto. Si computamos todo lo que pasó hasta ahora desde la sentencia, son 5 años más. Y la causa está atestada de peticiones e incidencias de las defensas, cosa que se repetirá. Nos costó un año integrar el tribunal. Es la causa más dificultosa porque hacer un voto en esa sentencia no puede llevar menos de un año. Es imposible: son 70 cuerpos, 28 mil páginas y sólo el acta de una audiencia que duró 14 meses tiene casi mil páginas. Ni hablar de la sentencia, que es kilométrica y hay que analizar punto por punto, hay infinidad de planteos y hay que dar respuesta adecuada. La causa, si me desplazan, se cae. Eso lo puedo decir con verdad

Fuego

-¿Su voto está terminado?

-Está finiquitado y ya se los pasé a mis dos colegas, Pasutti y Pfleger. A nadie más, por supuesto, porque el voto es secreto.

-Usted dijo que el fiscal de Estado, Blas Meza Evans, ya lo conoce…

-Así me dijeron, lo cual es lamentable.

-¿Cómo le consta?

-Me dieron datos muy puntuales del voto. Que no pueden ser inventados, por empezar el número de páginas.

-¿Cómo se filtró?

-Estoy seguro de que Pfleger no se lo dio. O se lo dio otra persona o nos hackearon las computadoras a alguno de los tres. Pero pongo mis manos en el fuego por Pfleger.

-¿Y por José Luis Pasutti?

-Pasutti se comprobó que es mendaz: dijo que amenacé con agredirlo, que me había atrasado en la Megacausa y que tiraba papelitos en los acuerdos. Es todo falso. .

-O sea que no le extrañaría…

-No, no me extrañaría. Arteramente armó una denuncia absolutamente artificial y de hecho la mayoría de los cargos quedaron fuera de la imputación. Dijo que cometí violencia de género, que es mentira: si hay un militante de género aquí dentro soy yo, no otro.

-Lo acusan de violento por agredir a un fiscal, Ricardo Fores…

-Hubo una denuncia penal por una riña que no existió y fui sobreseído hace 15 años. No se puede enjuiciar a un juez por actos ocurridos antes de que asuma en el cargo. Lo dice la Corte Suprema, el tribunal de enjuiciamiento de la Nación y todos los organismos de juicios políticos, es doctrina universalmente aceptada, no hay disidencias ni discrepancias al respecto. La causa se archivó por inexistencia del hecho. El hecho estaría prescripto pero además me enjuician dos veces por lo mismo.

-Hay un testigo llamado Juan Carlos Ronan, ¿de qué lo acusa?

-Declaro que un día lo saludé mal y eso es todo. También hace 15 años. No sé por qué lo pusieron de testigo, pobre hombre, porque más que eso no podía decir.

-¿Es todo anterior a ser ministro?

-Absolutamente, y bastante anterior: después de eso tuve dos acuerdos legislativos: para fiscal anticorrupción y para ministro. Legislatura no puede revisar la designación de un ministro.

-¿Cómo se defiende de sus dichos públicos?

-Los jueces tienen inmunidad de opinión y libertad de expresión. Los hechos de los que di cuenta en esas notas fueron acreditados por el propio sistema, una fiscal dictaminó que lo que dije es cierto y si bien para ella no constituye delito, sí son infracciones a la ley de ética y transparencia de la función pública.

-Le imputan desconocimiento del Derecho, por no avalar resoluciones del Superior sin fundamentar por qué…

-Lo que exige la Constitución como causal de mal desempeño es error inexcusable del Derecho. Ellos lo califican como “cierto desconocimiento”, con lo cual ya no sería causal de remoción. No es ninguna infracción, son disidencias que hice en resoluciones administrativas y dicen que como no las fundamenté, tengo “cierto desconocimiento”. Pero la disidencia se hace para que vaya al pleno y se discuta allí, que es donde se vierten los fundamentos. Es lo normal y lo que siempre sucedió: cuando uno no está de acuerdo con una resolución firma en disidencia. El propio Pfleger dice “Yo también lo hago”. Lo hacemos todos y todas esas resoluciones fueron al pleno, se discutieron y salieron. Lo explicaron perfectamente Pfleger y el secretario (José) Maidana al declarar ante la Comisión. Sin embargo se hizo caso omiso

-¿Por qué lo quieren desplazar?

-Me quieren sacar porque quiero cambiar el Poder Judicial, democratizarlo y hacerlo transparente; quiero tener autocontrol y que todos nuestros gastos, licencias y remuneraciones se publiquen. La corporación judicial es muy conservadora, estos ministros también lo son y realmente se ofuscaron mucho cuando el año pasado planteé un plan para implementar los principios de transparencia, escrupulosidad y de autolimitación. Eso los disgustó mucho y también los disgustó la nota con Jornada, cuando di cuenta de una acumulación exacerbada de licencias, muchas contrarias al reglamento; que cuando se jubiló se le pagaron a Bissio (el exprocurador general) licencias acumuladas que no debieron pagarse; que el jefe de compras del Superior vendió el auto a la mañana como funcionario y lo compró a la tarde en la misma agencia como particular. Esas cosas molestan, entonces al que es molesto y denuncia la corrupción, lo quieren sacar. La Megacausa tiene mucha presencia en esto. Son especulaciones políticas, verosímiles si uno ve el elenco de Legislatura que propició mi juicio. Uno conoce el ADN de todos ellos. Son cosas que no puedo probar pero tampoco puedo dejar de inferir. Los ministros me denuncian porque di cuenta de manejos torcidos, contrarios a la ética; si no lo hubiera dicho no me hubiesen enjuiciado ni denunciado. Es un dato de la realidad.

Hijos

-¿No se arrepiente?

-¿Cómo me voy a arrepentir? Hablé con mis hijos y les dije que yo les puedo contar sin avergonzarme por qué me van a echar; y les dije que los que me denunciaron no pueden decirle a nadie por qué no los enjuician a ellos. Me voy de acá con la frente alta, porque me provoca hasta cierto orgullo que me enjuicien por haber denunciado hechos de corrupción. Pero esto es el mundo del revés, patas arriba.

-¿Puede superar el jury?

-Sí, tengo confianza que los legisladores de la Sala de Juzgar juzguen razonablemente y entiendan que dos de los cargos no constituyen infracción y el tercero es una falsedad que no sólo no podrán probar, sino que yo mismo me encargaré de probar que es falsa.

-En una declaración mencionó una advertencia de Fernando Royer…

-Él dijo que si yo no me dejaba de joder con mis declaraciones, me iban a denunciar. Tengo un testigo hábil y calificado que va a aparecer en el juicio.

-¿Qué reflexión le queda?

-Desde que entramos con Pfleger y (Jorge) Cortelezzi a este tribunal empezó una batalla amigable y pacífica por cambiar algunas prácticas y costumbres, por tratar de transparentar el manejo de la información y del dinero público, de democratizar la justicia. El Superior tenía una deslegitimación de hecho y quisimos una justicia legítima para Chubut, que lamentablemente no prosperó. Con mi caso la corporación judicial ganó dolorosamente por puntos el primer round, pero la lucha por una justicia legítima recién comienza. Hay jueces muy buenos y valiosos que nada tienen que ver con la burocracia o con esa concepción aristocrática o castrense que se tiene del Poder Judicial. Pero por desdicha es un Poder muy conservador, casi inaccesible a los cambios; “cambios” es casi una mala palabra y especialmente cuando uno procura suprimir los privilegios. Uno es visto con muy malos ojos y me denunciaron por eso, por suprimir los privilegios. Los ministros cambiamos los autos todos los años, a veces hasta tres veces por año, y los jueces de Esquel, Sarmiento o Comodoro Rivadavia andan en una Toyota ´95 o en un Fiat Cargo, que ni siquiera tiene asientos atrás. Son autos en mal estado y nosotros en cambio, con la misma partida de automotores, cambiamos los autos para nosotros pero no para los jueces del interior que son quienes realmente los necesitan, porque son los que se trasladan a Gan Gan, Lagunita Salada, Ricardo Rojas o Río Senguer. Realmente es muy doloroso creer que por estar en una corte pertenecemos a una casta privilegiada: es conceptualmente falso e ideológicamente repudiable.

-¿Su relación con la Sala Civil está quebrada?

-Nuestra relación está quebrada hace bastante en lo personal. Pero no es bilateral: en varias reuniones plenarias propuse recobrar la concordia, incluso después de que me denunciaron. Propicié que tratáramos de reconciliarnos. Parecía el Papa Francisco. Pero decían “No, ya no hay marcha atrás”. La decisión de denunciarme se tomó durante la feria y es tan artificial que me denunciaron por hechos posteriores a esa decisión.

-¿Vale la pena quedarse?

-Vale la pena quedarse y seguir luchando por las convicciones, y tratar de que el Poder Judicial sea realmente independiente y mejor que ahora. Está en crisis su fiabilidad, la sociedad no cree en sus jueces y son blanco de críticas y modales públicos muy reprobables. Eso hay que revertirlo y si no soy yo, que sea quien me suceda. Pero hay que cambiarlo.

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06 AGO 2013 - 22:28

Por Rolando Tobarez

Ayer a las 12, el ministro Alejandro Panizzi fue notificado de su suspensión en el cargo, sin goce de haberes, para enfrentar el juicio político. Antes del 5 de setiembre volverá al Superior Tribunal de Justicia a trabajar o bien a desocupar su oficina, destituido. Son tres cargos: lo acusan de desatar una crisis institucional por aquella polémica entrevista con este diario, de agredir y acosar a otros funcionarios judiciales y de desconocimiento del Derecho.

-La titular de la Oficina de la Mujer, Carolina Arrigone, lo acusó de acoso laboral. ¿Cómo lo explica?

-Tuve una relación con ella cuando estuve separado. Regresé con mi familia, ella se disgustó conmigo y debimos dejar de trabajar juntos, pero jamás hubo una mínima disputa dentro del ámbito laboral ni fue regañada en malos términos ni fue maltratada de ninguna manera. Al contrario, siempre la traté con cariño y respeto.

-Según los cargos, ella dice lo contrario…

-Ella da a entender que se tuvo que ir porque le hacía hacer las cosas tres veces o porque tenía faltas de ortografía. Lo cierto es que no me hablaba, no trabajaba bien y estaba a disgusto, entonces de común acuerdo resolvimos conceder el pase. Buscamos el pase con los ministros Daniel Rebagliati Russell y Jorge Pfleger, para que cambiemos de relatores; no quisieron. Entonces se hizo el pase a la Sala Civil, los 6 ministros estuvimos de acuerdo, prestó su consentimiento por escrito y jamás mencionó que yo la hubiera maltratado. Resulta que ahora aparece mágicamente, porque no está en la denuncia, un acoso laboral a una persona que había sido mi pareja.

-¿Lo sorprendió?

-Me sorprende, porque para mí es una buena persona, que haya mentido ante la Comisión Investigadora, incluso que haya ocultado esta circunstancia, que es central. Pfleger, con mucha delicadeza, dice en su declaración que tuvimos una desavenencia y decidimos dejar de trabajar juntos. Explica perfectamente que se trató de una desavenencia personal, no hubo acoso laboral, no hubo nada. Lo sabe todo el mundo, no fue una relación clandestina.

-La Sala Civil lo acusó de “violencia de género”…

-Arteramente ponen “violencia de género” porque no fui a su juramento como titular de la Oficina. Violencia hubiese sido si hubiera ido al juramento delante de su familia, ¿cómo le hubiera caído a ella y a su familia que un exnovio esté en su juramento? Fue un gesto de delicadeza de mi parte no asistir. Lamento que haya mentido en Legislatura y ocultado esta circunstancia que parece una cosa, pero dicho esto, es otra bien distinta.

-Si mintió, ¿por qué lo hizo?

-No lo sé, espero que no haya sido inducida por los denunciantes. Como sea, mentir es una cosa mala, sea por despecho o porque fue inducida. Volví con mi esposa, con mi familia. Ella se enojó y lo entiendo, pero hablamos de un hecho que pasó hace 5 años, ¿y ahora que me denuncian aparece?, ¿cómo nunca lo dijo?, ¿por qué prestó el consentimiento por escrito si ni siquiera se lo pedí?

María y Susana

-Pero usted fue muy duro con ella cuando la designaron para la Oficina…

-No, de ninguna manera. Aclaremos: ellos (la Sala Civil) dicen que le dije “Susanita” y no es verdad. Mi reproche es a ellos. Dije que el perfil para una Oficina de la Mujer es para una militante de género y puse a María Rachid como ejemplo y a Susanita como ejemplo contrario. Pero no me refería a ella. En las declaraciones la dejo a salvo porque es muy buena funcionaria, me consta. Que quede claro que la dejo a salvo de lo que digo sobre la designación sin concurso. Eso se lo dije a mis colegas, no a ella. No hay dureza ahí, al contrario: jamás hablé mal de ella, yo soy un caballero.

-Hay cargos que quedaron fuera de la acusación…

-La denuncia es absolutamente maliciosa, artera y armada artificialmente. Fíjense cuál es la idea y la concepción que tienen mis colegas de lo que es la independencia del Poder Judicial: me denunciaron por hechos que son actos de defensa de la independencia, como el discurso en Legislatura reclamando a los diputados; reclamar que no se escrache a jueces y fiscales en sus domicilios, o haber dicho que no son modales apropiados a los de un gobernador decir que esto es un gallinero y que está repodrido del Poder Judicial. Con eso después ampliaron la denuncia. Y con la Oficina dijeron lo mismo: “Cometió violencia de género porque no fue al juramento”, ¡por favor! Obviamente Legislatura no compró semejante disparate. Fue un problema personal con una pareja que fracasó y quedó un resentimiento, o llamálo como quieras.

-¿Qué pasa con el retraso de su voto en la Megacausa?

-Se comprobó que no había ningún retraso y ellos mismos lo ponen en la denuncia: dicen que “si bien esta causa no tiene plazos perentorios, se atrasó y escribió un libro, así que tiempo tuvo”. Fíjese qué pueril el argumento. Hice un voto de más de dos mil páginas de la Megacausa, no es que me quedé en mi casa mirando Batman. Y en el medio hicimos cientos de sentencias, ellos lo saben y cuando me denunciaron sabían que el voto estaba listo. Fue muy malicioso y como declaró Pfleger, esto llenó la causa de recusaciones; el daño lo produjo la denuncia. No hubo demora y esto pone seriamente en riesgo la continuidad de la causa porque si me llegan a desplazar del cargo, no habrá tiempo para hacer una nueva sentencia antes de la prescripción.

-¿Por qué?

-La sentencia que revisamos es de 2009, si pasaran los mismos tiempos nos vamos a 2019, 5 años más para otrasentencia del Superior. Prescribe en 2015, o sea que la causa se cae indefectiblemente. Hay que formar otro tribunal, hacer una nueva audiencia y hacer un nuevo voto. Si computamos todo lo que pasó hasta ahora desde la sentencia, son 5 años más. Y la causa está atestada de peticiones e incidencias de las defensas, cosa que se repetirá. Nos costó un año integrar el tribunal. Es la causa más dificultosa porque hacer un voto en esa sentencia no puede llevar menos de un año. Es imposible: son 70 cuerpos, 28 mil páginas y sólo el acta de una audiencia que duró 14 meses tiene casi mil páginas. Ni hablar de la sentencia, que es kilométrica y hay que analizar punto por punto, hay infinidad de planteos y hay que dar respuesta adecuada. La causa, si me desplazan, se cae. Eso lo puedo decir con verdad

Fuego

-¿Su voto está terminado?

-Está finiquitado y ya se los pasé a mis dos colegas, Pasutti y Pfleger. A nadie más, por supuesto, porque el voto es secreto.

-Usted dijo que el fiscal de Estado, Blas Meza Evans, ya lo conoce…

-Así me dijeron, lo cual es lamentable.

-¿Cómo le consta?

-Me dieron datos muy puntuales del voto. Que no pueden ser inventados, por empezar el número de páginas.

-¿Cómo se filtró?

-Estoy seguro de que Pfleger no se lo dio. O se lo dio otra persona o nos hackearon las computadoras a alguno de los tres. Pero pongo mis manos en el fuego por Pfleger.

-¿Y por José Luis Pasutti?

-Pasutti se comprobó que es mendaz: dijo que amenacé con agredirlo, que me había atrasado en la Megacausa y que tiraba papelitos en los acuerdos. Es todo falso. .

-O sea que no le extrañaría…

-No, no me extrañaría. Arteramente armó una denuncia absolutamente artificial y de hecho la mayoría de los cargos quedaron fuera de la imputación. Dijo que cometí violencia de género, que es mentira: si hay un militante de género aquí dentro soy yo, no otro.

-Lo acusan de violento por agredir a un fiscal, Ricardo Fores…

-Hubo una denuncia penal por una riña que no existió y fui sobreseído hace 15 años. No se puede enjuiciar a un juez por actos ocurridos antes de que asuma en el cargo. Lo dice la Corte Suprema, el tribunal de enjuiciamiento de la Nación y todos los organismos de juicios políticos, es doctrina universalmente aceptada, no hay disidencias ni discrepancias al respecto. La causa se archivó por inexistencia del hecho. El hecho estaría prescripto pero además me enjuician dos veces por lo mismo.

-Hay un testigo llamado Juan Carlos Ronan, ¿de qué lo acusa?

-Declaro que un día lo saludé mal y eso es todo. También hace 15 años. No sé por qué lo pusieron de testigo, pobre hombre, porque más que eso no podía decir.

-¿Es todo anterior a ser ministro?

-Absolutamente, y bastante anterior: después de eso tuve dos acuerdos legislativos: para fiscal anticorrupción y para ministro. Legislatura no puede revisar la designación de un ministro.

-¿Cómo se defiende de sus dichos públicos?

-Los jueces tienen inmunidad de opinión y libertad de expresión. Los hechos de los que di cuenta en esas notas fueron acreditados por el propio sistema, una fiscal dictaminó que lo que dije es cierto y si bien para ella no constituye delito, sí son infracciones a la ley de ética y transparencia de la función pública.

-Le imputan desconocimiento del Derecho, por no avalar resoluciones del Superior sin fundamentar por qué…

-Lo que exige la Constitución como causal de mal desempeño es error inexcusable del Derecho. Ellos lo califican como “cierto desconocimiento”, con lo cual ya no sería causal de remoción. No es ninguna infracción, son disidencias que hice en resoluciones administrativas y dicen que como no las fundamenté, tengo “cierto desconocimiento”. Pero la disidencia se hace para que vaya al pleno y se discuta allí, que es donde se vierten los fundamentos. Es lo normal y lo que siempre sucedió: cuando uno no está de acuerdo con una resolución firma en disidencia. El propio Pfleger dice “Yo también lo hago”. Lo hacemos todos y todas esas resoluciones fueron al pleno, se discutieron y salieron. Lo explicaron perfectamente Pfleger y el secretario (José) Maidana al declarar ante la Comisión. Sin embargo se hizo caso omiso

-¿Por qué lo quieren desplazar?

-Me quieren sacar porque quiero cambiar el Poder Judicial, democratizarlo y hacerlo transparente; quiero tener autocontrol y que todos nuestros gastos, licencias y remuneraciones se publiquen. La corporación judicial es muy conservadora, estos ministros también lo son y realmente se ofuscaron mucho cuando el año pasado planteé un plan para implementar los principios de transparencia, escrupulosidad y de autolimitación. Eso los disgustó mucho y también los disgustó la nota con Jornada, cuando di cuenta de una acumulación exacerbada de licencias, muchas contrarias al reglamento; que cuando se jubiló se le pagaron a Bissio (el exprocurador general) licencias acumuladas que no debieron pagarse; que el jefe de compras del Superior vendió el auto a la mañana como funcionario y lo compró a la tarde en la misma agencia como particular. Esas cosas molestan, entonces al que es molesto y denuncia la corrupción, lo quieren sacar. La Megacausa tiene mucha presencia en esto. Son especulaciones políticas, verosímiles si uno ve el elenco de Legislatura que propició mi juicio. Uno conoce el ADN de todos ellos. Son cosas que no puedo probar pero tampoco puedo dejar de inferir. Los ministros me denuncian porque di cuenta de manejos torcidos, contrarios a la ética; si no lo hubiera dicho no me hubiesen enjuiciado ni denunciado. Es un dato de la realidad.

Hijos

-¿No se arrepiente?

-¿Cómo me voy a arrepentir? Hablé con mis hijos y les dije que yo les puedo contar sin avergonzarme por qué me van a echar; y les dije que los que me denunciaron no pueden decirle a nadie por qué no los enjuician a ellos. Me voy de acá con la frente alta, porque me provoca hasta cierto orgullo que me enjuicien por haber denunciado hechos de corrupción. Pero esto es el mundo del revés, patas arriba.

-¿Puede superar el jury?

-Sí, tengo confianza que los legisladores de la Sala de Juzgar juzguen razonablemente y entiendan que dos de los cargos no constituyen infracción y el tercero es una falsedad que no sólo no podrán probar, sino que yo mismo me encargaré de probar que es falsa.

-En una declaración mencionó una advertencia de Fernando Royer…

-Él dijo que si yo no me dejaba de joder con mis declaraciones, me iban a denunciar. Tengo un testigo hábil y calificado que va a aparecer en el juicio.

-¿Qué reflexión le queda?

-Desde que entramos con Pfleger y (Jorge) Cortelezzi a este tribunal empezó una batalla amigable y pacífica por cambiar algunas prácticas y costumbres, por tratar de transparentar el manejo de la información y del dinero público, de democratizar la justicia. El Superior tenía una deslegitimación de hecho y quisimos una justicia legítima para Chubut, que lamentablemente no prosperó. Con mi caso la corporación judicial ganó dolorosamente por puntos el primer round, pero la lucha por una justicia legítima recién comienza. Hay jueces muy buenos y valiosos que nada tienen que ver con la burocracia o con esa concepción aristocrática o castrense que se tiene del Poder Judicial. Pero por desdicha es un Poder muy conservador, casi inaccesible a los cambios; “cambios” es casi una mala palabra y especialmente cuando uno procura suprimir los privilegios. Uno es visto con muy malos ojos y me denunciaron por eso, por suprimir los privilegios. Los ministros cambiamos los autos todos los años, a veces hasta tres veces por año, y los jueces de Esquel, Sarmiento o Comodoro Rivadavia andan en una Toyota ´95 o en un Fiat Cargo, que ni siquiera tiene asientos atrás. Son autos en mal estado y nosotros en cambio, con la misma partida de automotores, cambiamos los autos para nosotros pero no para los jueces del interior que son quienes realmente los necesitan, porque son los que se trasladan a Gan Gan, Lagunita Salada, Ricardo Rojas o Río Senguer. Realmente es muy doloroso creer que por estar en una corte pertenecemos a una casta privilegiada: es conceptualmente falso e ideológicamente repudiable.

-¿Su relación con la Sala Civil está quebrada?

-Nuestra relación está quebrada hace bastante en lo personal. Pero no es bilateral: en varias reuniones plenarias propuse recobrar la concordia, incluso después de que me denunciaron. Propicié que tratáramos de reconciliarnos. Parecía el Papa Francisco. Pero decían “No, ya no hay marcha atrás”. La decisión de denunciarme se tomó durante la feria y es tan artificial que me denunciaron por hechos posteriores a esa decisión.

-¿Vale la pena quedarse?

-Vale la pena quedarse y seguir luchando por las convicciones, y tratar de que el Poder Judicial sea realmente independiente y mejor que ahora. Está en crisis su fiabilidad, la sociedad no cree en sus jueces y son blanco de críticas y modales públicos muy reprobables. Eso hay que revertirlo y si no soy yo, que sea quien me suceda. Pero hay que cambiarlo.


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