El cabo Nelson Godoy tenía que cumplir un servicio adicional con su padre Miguel, también policía la noche del viernes 20 de julio de 2012 en Comodoro Rivadavia. Pero el joven lo llamó y le dijo que no iba a ir porque se quedaba a comer un asado con uno de sus hermanos y un amigo. Y le aclaró que al otro adicional en el boliche Gigante sí lo iba a acompañar. Pero nunca llegó. Le pegaron un tiro en la estación de servicio donde intentó evitar un asalto. Murió después de dos días de agonía. Tenía 24 años. Estaba en pareja con Rocío de 18 y tenía un hijo de un año y medio.
Casi un año después, la policía detuvo al autor del disparo. Se llama Bruno Díaz y tiene apenas 22 años. Pero una larga carrera delictiva. La ironía del destino quiso que Miguel Godoy haya sido el policía que un tiempo antes detuvo a Díaz un día que realizó un impresionante raíd delictivo: robó a comerciantes, le pegó a un anciano y cometió varios asaltos a mano armada.
“Si hubiera estado preso como debía estarlo, mi hijo hoy estaría vivo. Pero no se por qué motivo esa causa se archivó y este delincuente andaba suelto, robando por las calles de Comodoro”, le dijo Miguel a Jornada. También contó cómo lo detuvo: “Iba en una moto con otro cómplice. Fue alrededor de las 8 de la noche creo. Venía de cometer varios hechos. Yo me tiré del patrullero y me abalancé sobre la moto. Logré desarmarlo y capturarlo”.
Miguel tiene 46 años y hace 22 que está en la policía. Padre de cinco hijos (tres mujeres y dos varones) un disparo mortal le arrebató a Nelson. Y no encuentra consuelo. “Sólo pido que quien lo mató pase una larga temporada en la cárcel de una vez por todas. Acá en Comodoro todos lo conocen. Se que mi hijo no volverá pero al menos ahora tenemos la tranquilidad que tanto Díaz como su cómplice están presos”.
Díaz y quien lo acompañaba en la trágica noche de julio, Pablo “Bizcocho” Barrientos de 18 años fueron identificados por testigos en una rueda de reconocimiento. Además hay otras pruebas contundentes que los incriminan como autores del asesinato de Nelson. Los propios compañeros y superiores del cabo aseguran que Díaz debió estar preso desde hacía mucho tiempo. “Hoy tendríamos a Nelson con nosotros”, aseguran.
Nelson nació en Sierra Grande pero su familia se trasladó a Rawson cuando era un bebé. En la capital de la provincia su padre inició la carrera policial. Allí fue protagonista de un hecho que tuvo importante difusión: detuvo a un ex diputado provincial que circulaba con una camioneta por la ruta 7. Ese hecho le valió dos meses de disponibilidad y el traslado. Recorrió Río Pico y Río Senguer, localidades donde sus hijos completaron los estudios. Y su último destino fue Comodoro Rivadavia. “Me siento orgulloso de vestir este uniforme pese a algunas cosas ingratas que me pasaron”, comentó a Jornada.
Nelson ingresó a la repartición cuando tenía 19 años. Prestó servicios en la seccional tercera hasta que nació su hijo con algunos problemas: vino al mundo con sólo cinco meses y medio de gestación. Entonces, después de hacer un curso, logró que lo trasladaran al sector de verificación de vehículos. De esa manera tenía más tiempo para cuidarlo en el hospital donde el bebé estuvo un largo tiempo internado. Se turnaban con Rocío, que prácticamente vivía en el nosocomio. “Era un pibe bárbaro, amaba la vida, a su hijo”, dijo Miguel.
También recordó la noche trágica: “Nosotros hacíamos permanentemente adicionales para poder llevar un peso más a nuestras casas. Esa noche con Nelson habíamos conseguido dos. El primero, en el gimnasio municipal donde había una velada boxística. Y de ahí, nos íbamos al boliche “Cemento”. Nelson me llamó y me dijo que al gimnasio no iba a venir porque prefería quedarse con su hermano y un amigo a comer un asado. Después de comer fueron a la estación de servicio del Barrio 13 de Diciembre. Cuando llegaron vieron que estaban asaltando al playero. Nelson bajó y se identificó. Le respondieron con un balazo en la cabeza”.
El hombre se encontraba a sólo tres cuadras del lugar, en el gimnasio. Le avisaron de un asalto pero nunca le dijeron que el herido era su hijo. “Fui en cuanto pude al lugar pero jamás imaginé que el herido grave era Nelson. Me enteré cuando llegué al hospital. Allí estuvo dos días y después murió”.
En el transcurso de la charla, Miguel no puede sacar de su cabeza el día en que detuvo a quien, tiempo después, le iba a quitar un hijo: “Fue el domingo 5 de diciembre de 2010 en Kennedy y Estados Unidos. Ya era de noche. Era un sujeto peligroso pese a su juventud. Y siempre robaba en moto”.
Hoy junto al resto de su familia quiere encontrar resignación. Nelson era policía como él y compartían muchas cosas juntos. Sus asesinos están presos y serán juzgados por ese crimen atroz. “Que la justicia actúe. Es lo único que pido”.
El cabo Nelson Godoy tenía que cumplir un servicio adicional con su padre Miguel, también policía la noche del viernes 20 de julio de 2012 en Comodoro Rivadavia. Pero el joven lo llamó y le dijo que no iba a ir porque se quedaba a comer un asado con uno de sus hermanos y un amigo. Y le aclaró que al otro adicional en el boliche Gigante sí lo iba a acompañar. Pero nunca llegó. Le pegaron un tiro en la estación de servicio donde intentó evitar un asalto. Murió después de dos días de agonía. Tenía 24 años. Estaba en pareja con Rocío de 18 y tenía un hijo de un año y medio.
Casi un año después, la policía detuvo al autor del disparo. Se llama Bruno Díaz y tiene apenas 22 años. Pero una larga carrera delictiva. La ironía del destino quiso que Miguel Godoy haya sido el policía que un tiempo antes detuvo a Díaz un día que realizó un impresionante raíd delictivo: robó a comerciantes, le pegó a un anciano y cometió varios asaltos a mano armada.
“Si hubiera estado preso como debía estarlo, mi hijo hoy estaría vivo. Pero no se por qué motivo esa causa se archivó y este delincuente andaba suelto, robando por las calles de Comodoro”, le dijo Miguel a Jornada. También contó cómo lo detuvo: “Iba en una moto con otro cómplice. Fue alrededor de las 8 de la noche creo. Venía de cometer varios hechos. Yo me tiré del patrullero y me abalancé sobre la moto. Logré desarmarlo y capturarlo”.
Miguel tiene 46 años y hace 22 que está en la policía. Padre de cinco hijos (tres mujeres y dos varones) un disparo mortal le arrebató a Nelson. Y no encuentra consuelo. “Sólo pido que quien lo mató pase una larga temporada en la cárcel de una vez por todas. Acá en Comodoro todos lo conocen. Se que mi hijo no volverá pero al menos ahora tenemos la tranquilidad que tanto Díaz como su cómplice están presos”.
Díaz y quien lo acompañaba en la trágica noche de julio, Pablo “Bizcocho” Barrientos de 18 años fueron identificados por testigos en una rueda de reconocimiento. Además hay otras pruebas contundentes que los incriminan como autores del asesinato de Nelson. Los propios compañeros y superiores del cabo aseguran que Díaz debió estar preso desde hacía mucho tiempo. “Hoy tendríamos a Nelson con nosotros”, aseguran.
Nelson nació en Sierra Grande pero su familia se trasladó a Rawson cuando era un bebé. En la capital de la provincia su padre inició la carrera policial. Allí fue protagonista de un hecho que tuvo importante difusión: detuvo a un ex diputado provincial que circulaba con una camioneta por la ruta 7. Ese hecho le valió dos meses de disponibilidad y el traslado. Recorrió Río Pico y Río Senguer, localidades donde sus hijos completaron los estudios. Y su último destino fue Comodoro Rivadavia. “Me siento orgulloso de vestir este uniforme pese a algunas cosas ingratas que me pasaron”, comentó a Jornada.
Nelson ingresó a la repartición cuando tenía 19 años. Prestó servicios en la seccional tercera hasta que nació su hijo con algunos problemas: vino al mundo con sólo cinco meses y medio de gestación. Entonces, después de hacer un curso, logró que lo trasladaran al sector de verificación de vehículos. De esa manera tenía más tiempo para cuidarlo en el hospital donde el bebé estuvo un largo tiempo internado. Se turnaban con Rocío, que prácticamente vivía en el nosocomio. “Era un pibe bárbaro, amaba la vida, a su hijo”, dijo Miguel.
También recordó la noche trágica: “Nosotros hacíamos permanentemente adicionales para poder llevar un peso más a nuestras casas. Esa noche con Nelson habíamos conseguido dos. El primero, en el gimnasio municipal donde había una velada boxística. Y de ahí, nos íbamos al boliche “Cemento”. Nelson me llamó y me dijo que al gimnasio no iba a venir porque prefería quedarse con su hermano y un amigo a comer un asado. Después de comer fueron a la estación de servicio del Barrio 13 de Diciembre. Cuando llegaron vieron que estaban asaltando al playero. Nelson bajó y se identificó. Le respondieron con un balazo en la cabeza”.
El hombre se encontraba a sólo tres cuadras del lugar, en el gimnasio. Le avisaron de un asalto pero nunca le dijeron que el herido era su hijo. “Fui en cuanto pude al lugar pero jamás imaginé que el herido grave era Nelson. Me enteré cuando llegué al hospital. Allí estuvo dos días y después murió”.
En el transcurso de la charla, Miguel no puede sacar de su cabeza el día en que detuvo a quien, tiempo después, le iba a quitar un hijo: “Fue el domingo 5 de diciembre de 2010 en Kennedy y Estados Unidos. Ya era de noche. Era un sujeto peligroso pese a su juventud. Y siempre robaba en moto”.
Hoy junto al resto de su familia quiere encontrar resignación. Nelson era policía como él y compartían muchas cosas juntos. Sus asesinos están presos y serán juzgados por ese crimen atroz. “Que la justicia actúe. Es lo único que pido”.