Hoy y mañana, Gabriela Arias Uriburu visita Trelew y Rawson, ciudades en las que presentará su último libro “Vínculos. Encontrándonos en el Amor”.
Esta tarde a las 19.00 horas, en las instalaciones del Museo Egidio Feruglio de la ciudad de Trelew, y mañana también a las 19 hs, en el Centro Cultural José Hernández de Rawson, se realizarán la mencionadas presentaciones de los textos.
Para quienes el nombre de Gabriela Arias Uriburu, no les resulte familiar, hay que retrotraerse hasta el año 1997 cuando, luego de desavenencias matrimoniales, con su ex marido Imad Shaban, y cuando el Juez de Familia le había otorgado la custodia de sus hijos a Gabriela Arias Uriburu, Shaban decide llevárselos sin anunciar adónde.
Por tres meses no se supo el paradero de ellos hasta que son ubicados en Jordania. Gabriela Arias Uriburu logró volver a ver a sus hijos en diciembre de 1998 gracias a su constante reclamo en los organismos internacionales y a que el gobierno argentino tomara el caso como una cuestión de estado obligando así a Jordania escuchar los reclamos por el derecho de los niños a ver nuevamente a su madre.
En 1999, la justicia jordana la reconoció como madre de los niños. En 2006, renunció a sus derechos, confió en la palabra de su ex marido y comenzó a visitar a sus hijos por fuera del acuerdo legal. Cerró todas las causas y los visita desde entonces dos veces al año y mantiene un vínculo permanente con sus hijos vía Internet y telefónica.
- ¿Cómo se dio la posibilidad de llegar a Trelew y Rawson para presentar el libro “VÍNCULOS. Encontrándonos en el Amor”?.
- La posibilidad de estar en el sur surgió cuando me conecto por la doctora Roger, que me comentó sobre su caso personal y que después de leer mis libros, el anterior y este “Vínculos”, ella logra dar un vuelco total a su situación. Esa situación hizo que sea posible estar en Trelew. Lo cual festejo ya que ha sido rarísimo, por que he viajado mucho al norte del país, pero no al sur. De todas maneras creo que es algo que siempre se da, tarde o temprano. Ahora se ha abierto la posibilidad de estar en Trelew y allí estaremos en lo próximos días.
- Su caso es reconocido como un caso líder, que abrió nuevas formas de abordar un tema tan complejo.
- Lo que logré con el caso es una resolución que sea favorable para los chicos más allá de las diferencias culturales y religiosas. Eso, ya es muy grande. En una situación de estas características hay que entender que el juez tiene que ser un posibilitante (de solución), no solucionador del conflicto. Hacer justicia es devolver a los hijos sus derechos. Es un enorme trabajo el que se hizo ya que en el transcurso alocado de la tragedia tuvimos que ingeniarnos un nuevo camino para poder resolver la historia de los chicos, dada la incompatibilidad de las leyes argentinas y jordanas.
- En un momento decide renunciar a su derecho de madre. ¿Por qué lo hizo?
- Esto fue en el 2006. Entonces proponemos un acuerdo y decido renunciar a los derechos de madre, que fue un acto muy valiente de mi parte, pero que lo hice para dejar de ser una mamá de derecho para ser sólo una mamá de hecho. Eso cambió toda la historia, dio un giro de 180 grados. Reestablecido el vínculo de los chicos con su familia, hoy tenemos una perfecta relación que ha crecido en su ámbito multicultural.
Mi idea fue no seguir con el conflicto. No ser la causa que condicione la situación de mis hijos.
Quiero decir algo que me parece muy importante. Yo creo que se comete un acto de sobreprotección cuando se trata con total rigidez la compleja condición de padres.
Ocurre cuando los chicos están en su adolescencia ocurre que en vez de ayudarlos a que tomen la etapa primera de adultez, los queremos mantener más en casa. Tenemos mucho miedo al crecimiento de los chicos.
Yo podría haberlos obligado a mis hijos que cuando cumplan 18 años se vinieran a vivir conmigo, pero decidí que lo mejor es que ellos sean quienes elijan qué es lo que quieren hacer y dónde quieren estar.
- Es tradicionalmente muy difícil poder aceptar esos cambios.
- Es una situación muy difícil, pero es uno de los procesos de la muerte vincular y hay que aprender a aceptarlo. Es cuando el hijo adolescente y que está bajo nuestra responsabilidad, deja de ser tal y pasa ser nuestro hijo adulto.
Esto lo vemos todo el tiempo y es uno de los momentos más complejos ya que se trata de la muerte vincular como padres. Esta situación la vemos y la vivimos a diario. Tenemos mucho para aprender y para crecer en lo que respecta a la aceptación de la muerte vincular. Y el hecho es que está en nuestra vida cotidiana, marcando también el límite de madurez como sociedad.
En mi opinión, creo que la forma en que me vinculo con mi padre, con mi mamá, con mi profesión, con la justicia, con la policía, está determinada por la capacidad comprender los límites de esos vínculos. Pero a su vez comprenderlos y crecer con ellos nos haría una sociedad más madura.
Hoy y mañana, Gabriela Arias Uriburu visita Trelew y Rawson, ciudades en las que presentará su último libro “Vínculos. Encontrándonos en el Amor”.
Esta tarde a las 19.00 horas, en las instalaciones del Museo Egidio Feruglio de la ciudad de Trelew, y mañana también a las 19 hs, en el Centro Cultural José Hernández de Rawson, se realizarán la mencionadas presentaciones de los textos.
Para quienes el nombre de Gabriela Arias Uriburu, no les resulte familiar, hay que retrotraerse hasta el año 1997 cuando, luego de desavenencias matrimoniales, con su ex marido Imad Shaban, y cuando el Juez de Familia le había otorgado la custodia de sus hijos a Gabriela Arias Uriburu, Shaban decide llevárselos sin anunciar adónde.
Por tres meses no se supo el paradero de ellos hasta que son ubicados en Jordania. Gabriela Arias Uriburu logró volver a ver a sus hijos en diciembre de 1998 gracias a su constante reclamo en los organismos internacionales y a que el gobierno argentino tomara el caso como una cuestión de estado obligando así a Jordania escuchar los reclamos por el derecho de los niños a ver nuevamente a su madre.
En 1999, la justicia jordana la reconoció como madre de los niños. En 2006, renunció a sus derechos, confió en la palabra de su ex marido y comenzó a visitar a sus hijos por fuera del acuerdo legal. Cerró todas las causas y los visita desde entonces dos veces al año y mantiene un vínculo permanente con sus hijos vía Internet y telefónica.
- ¿Cómo se dio la posibilidad de llegar a Trelew y Rawson para presentar el libro “VÍNCULOS. Encontrándonos en el Amor”?.
- La posibilidad de estar en el sur surgió cuando me conecto por la doctora Roger, que me comentó sobre su caso personal y que después de leer mis libros, el anterior y este “Vínculos”, ella logra dar un vuelco total a su situación. Esa situación hizo que sea posible estar en Trelew. Lo cual festejo ya que ha sido rarísimo, por que he viajado mucho al norte del país, pero no al sur. De todas maneras creo que es algo que siempre se da, tarde o temprano. Ahora se ha abierto la posibilidad de estar en Trelew y allí estaremos en lo próximos días.
- Su caso es reconocido como un caso líder, que abrió nuevas formas de abordar un tema tan complejo.
- Lo que logré con el caso es una resolución que sea favorable para los chicos más allá de las diferencias culturales y religiosas. Eso, ya es muy grande. En una situación de estas características hay que entender que el juez tiene que ser un posibilitante (de solución), no solucionador del conflicto. Hacer justicia es devolver a los hijos sus derechos. Es un enorme trabajo el que se hizo ya que en el transcurso alocado de la tragedia tuvimos que ingeniarnos un nuevo camino para poder resolver la historia de los chicos, dada la incompatibilidad de las leyes argentinas y jordanas.
- En un momento decide renunciar a su derecho de madre. ¿Por qué lo hizo?
- Esto fue en el 2006. Entonces proponemos un acuerdo y decido renunciar a los derechos de madre, que fue un acto muy valiente de mi parte, pero que lo hice para dejar de ser una mamá de derecho para ser sólo una mamá de hecho. Eso cambió toda la historia, dio un giro de 180 grados. Reestablecido el vínculo de los chicos con su familia, hoy tenemos una perfecta relación que ha crecido en su ámbito multicultural.
Mi idea fue no seguir con el conflicto. No ser la causa que condicione la situación de mis hijos.
Quiero decir algo que me parece muy importante. Yo creo que se comete un acto de sobreprotección cuando se trata con total rigidez la compleja condición de padres.
Ocurre cuando los chicos están en su adolescencia ocurre que en vez de ayudarlos a que tomen la etapa primera de adultez, los queremos mantener más en casa. Tenemos mucho miedo al crecimiento de los chicos.
Yo podría haberlos obligado a mis hijos que cuando cumplan 18 años se vinieran a vivir conmigo, pero decidí que lo mejor es que ellos sean quienes elijan qué es lo que quieren hacer y dónde quieren estar.
- Es tradicionalmente muy difícil poder aceptar esos cambios.
- Es una situación muy difícil, pero es uno de los procesos de la muerte vincular y hay que aprender a aceptarlo. Es cuando el hijo adolescente y que está bajo nuestra responsabilidad, deja de ser tal y pasa ser nuestro hijo adulto.
Esto lo vemos todo el tiempo y es uno de los momentos más complejos ya que se trata de la muerte vincular como padres. Esta situación la vemos y la vivimos a diario. Tenemos mucho para aprender y para crecer en lo que respecta a la aceptación de la muerte vincular. Y el hecho es que está en nuestra vida cotidiana, marcando también el límite de madurez como sociedad.
En mi opinión, creo que la forma en que me vinculo con mi padre, con mi mamá, con mi profesión, con la justicia, con la policía, está determinada por la capacidad comprender los límites de esos vínculos. Pero a su vez comprenderlos y crecer con ellos nos haría una sociedad más madura.