Rawson, corazón de río y viento

Rawson cumple hoy un nuevo año de historia -160, para ser más preciso- y lo festeja reafirmando aquello que la hace única: ser una ciudad nacida de la esperanza, donde el río Chubut y el viento patagónico se encuentran para dar identidad a toda una comunidad.

La iglesia de fondo, el puente de ingreso, un barco y el rio. Rawson sintetizado.
14 SEP 2025 - 17:51 | Actualizado 15 SEP 2025 - 1:00

Por Juan Miguel Bigrevich / Redacción Jornada

Hay ciudades que nacen de un simple trazado en un mapa, y hay otras que germinan como un sueño colectivo. Rawson pertenece a las segundas.

Aquí, en este rincón de la Patagonia, el río Chubut se estira como un brazo protector mientras el viento del Atlántico le susurra a los álamos su canción de eternidad.

Rawson no se fundó solo con maderas y ladrillos: se fundó con esperanza, coraje y encuentro.

En cada aniversario, la memoria se abre como las páginas de un libro querido.

Recordamos a los pioneros galeses que, cruzando océanos, eligieron esta tierra para sembrar un futuro.

Ellos trajeron no solo su lengua y sus costumbres, sino una forma de mirar el horizonte: con fe en lo que vendrá.

En su valentía, Rawson aprendió que el arraigo no depende del tiempo, sino de la decisión de amar un lugar hasta hacerlo propio.

El ferrocarril por las calles de la incipiente ciudad.

Las calles de la ciudad son como venas que llevan vida desde el valle hasta el mar.

Cada plaza es un corazón abierto, donde cada cosa compartida se mezclan con las risas de los niños.

Cada casa, una nota en la sinfonía del viento, que a veces ruge con fuerza y otras acaricia con suavidad.

El puerto, con sus barcos y su aroma a sal, nos recuerda que estamos unidos al mundo, pero que nuestras raíces laten aquí, firmes y profundas.

El histórico puerto capitalino, emblema de la ciudad.

Rawson es también puente de generaciones.

Los mayores transmiten historias de trabajo, de sacrificio, de tardes de río y amaneceres de campo.

Los jóvenes, con su energía, pintan murales de futuro, demuestran que la identidad se fortalece cuando se reinventa.

Sus esquinas, el almacén de los Macías, el piberío, los carnavales y sus bombitas de colores, el gordo Paradiso y Singarella, las fiestas de la hispanidad en las chacras, las uvas robadas de la Casa Bomba, la Madrileña con Coca y Gumer y Ricardo, la juguetería del Beto Papaiani, la búsqueda de El Gráfico los religiosos martes en lo de Cachin y Juan Carlos que ya no está, Walter con la pelota naranja y grandota picándola tres cuadras y media hasta el patio de la Escuela 1; el bar y el biógrafo del Rosselli y sus fantasmas irredentos con Boteta, Tupi, el “Mono” Santos y Miguelito con su Chevrolet 54 a cucharita y flojo de papeles y tres letras de un domingo soleado y frío colgado del alambrado en Germinal: gol. Los Constituyentes de noviembre yel puerto, con Mustafá, Lucía y el Víctor; las películas en el Español delos Peña que se cerraba para dar lugar a los pasodobles al revés de las agujas del reloj y Caho y Roberto con Vandar….y el amor hecho cerrojo con Karina.

Aquí, cada afecto, cada partido de fútbol en un club de barrio, cada feria de artesanos, es una prueba de que la comunidad es nuestro mayor patrimonio.

Hoy, al celebrar un nuevo año de vida, sentimos que Rawson no es solo un punto en el mapa.

Es una manera de sentir la Patagonia.

De mirar el cielo ancho y saber que la libertad es tan grande como las nubes,

De escuchar el río y recordar que la paciencia es la fuerza que todo lo transforma,

De caminar sus calles y descubrir que, aun en el silencio, el viento siempre tiene algo para decirnos.

Rawson: que este aniversario sea más que una fecha.

Que sea la certeza de que sigas construyendo, día a día, una ciudad que honra su pasado y se proyecta hacia el porvenir.

Que las nuevas generaciones encuentren en tus riberas un refugio para sus sueños y en tus vientos el impulso para hacerlos realidad.

Ciudad de río y de cielo, de raíces galesas y corazón argentino.

El icónico Puente del Poeta.

Que sigas creciendo como crecen los álamos en primavera: firmes, altos y siempre buscando el sol.

Porque quien camina sus veredas siente que el tiempo no se mide sólo en años, sino en corazones que se reconocen. Cada abrazo en la costanera, cada mate compartido en una tarde de viento, es una promesa de que la identidad sigue creciendo, como el río que jamás deja de fluir.

Hoy celebramos a Rawson, ciudad de raíces profundas y horizonte infinito, faro de quienes creen que la Patagonia no es sólo un paisaje, sino un modo de amar: firme como el canto de las mareas, suave como la luz de un atardecer en el Valle.

¡Feliz aniversario, Rawson!. ¡Felices 160!. Qué sigas siendo puente, refugio y sueño, para quienes te eligen cada día.

La iglesia de fondo, el puente de ingreso, un barco y el rio. Rawson sintetizado.
14 SEP 2025 - 17:51

Por Juan Miguel Bigrevich / Redacción Jornada

Hay ciudades que nacen de un simple trazado en un mapa, y hay otras que germinan como un sueño colectivo. Rawson pertenece a las segundas.

Aquí, en este rincón de la Patagonia, el río Chubut se estira como un brazo protector mientras el viento del Atlántico le susurra a los álamos su canción de eternidad.

Rawson no se fundó solo con maderas y ladrillos: se fundó con esperanza, coraje y encuentro.

En cada aniversario, la memoria se abre como las páginas de un libro querido.

Recordamos a los pioneros galeses que, cruzando océanos, eligieron esta tierra para sembrar un futuro.

Ellos trajeron no solo su lengua y sus costumbres, sino una forma de mirar el horizonte: con fe en lo que vendrá.

En su valentía, Rawson aprendió que el arraigo no depende del tiempo, sino de la decisión de amar un lugar hasta hacerlo propio.

El ferrocarril por las calles de la incipiente ciudad.

Las calles de la ciudad son como venas que llevan vida desde el valle hasta el mar.

Cada plaza es un corazón abierto, donde cada cosa compartida se mezclan con las risas de los niños.

Cada casa, una nota en la sinfonía del viento, que a veces ruge con fuerza y otras acaricia con suavidad.

El puerto, con sus barcos y su aroma a sal, nos recuerda que estamos unidos al mundo, pero que nuestras raíces laten aquí, firmes y profundas.

El histórico puerto capitalino, emblema de la ciudad.

Rawson es también puente de generaciones.

Los mayores transmiten historias de trabajo, de sacrificio, de tardes de río y amaneceres de campo.

Los jóvenes, con su energía, pintan murales de futuro, demuestran que la identidad se fortalece cuando se reinventa.

Sus esquinas, el almacén de los Macías, el piberío, los carnavales y sus bombitas de colores, el gordo Paradiso y Singarella, las fiestas de la hispanidad en las chacras, las uvas robadas de la Casa Bomba, la Madrileña con Coca y Gumer y Ricardo, la juguetería del Beto Papaiani, la búsqueda de El Gráfico los religiosos martes en lo de Cachin y Juan Carlos que ya no está, Walter con la pelota naranja y grandota picándola tres cuadras y media hasta el patio de la Escuela 1; el bar y el biógrafo del Rosselli y sus fantasmas irredentos con Boteta, Tupi, el “Mono” Santos y Miguelito con su Chevrolet 54 a cucharita y flojo de papeles y tres letras de un domingo soleado y frío colgado del alambrado en Germinal: gol. Los Constituyentes de noviembre yel puerto, con Mustafá, Lucía y el Víctor; las películas en el Español delos Peña que se cerraba para dar lugar a los pasodobles al revés de las agujas del reloj y Caho y Roberto con Vandar….y el amor hecho cerrojo con Karina.

Aquí, cada afecto, cada partido de fútbol en un club de barrio, cada feria de artesanos, es una prueba de que la comunidad es nuestro mayor patrimonio.

Hoy, al celebrar un nuevo año de vida, sentimos que Rawson no es solo un punto en el mapa.

Es una manera de sentir la Patagonia.

De mirar el cielo ancho y saber que la libertad es tan grande como las nubes,

De escuchar el río y recordar que la paciencia es la fuerza que todo lo transforma,

De caminar sus calles y descubrir que, aun en el silencio, el viento siempre tiene algo para decirnos.

Rawson: que este aniversario sea más que una fecha.

Que sea la certeza de que sigas construyendo, día a día, una ciudad que honra su pasado y se proyecta hacia el porvenir.

Que las nuevas generaciones encuentren en tus riberas un refugio para sus sueños y en tus vientos el impulso para hacerlos realidad.

Ciudad de río y de cielo, de raíces galesas y corazón argentino.

El icónico Puente del Poeta.

Que sigas creciendo como crecen los álamos en primavera: firmes, altos y siempre buscando el sol.

Porque quien camina sus veredas siente que el tiempo no se mide sólo en años, sino en corazones que se reconocen. Cada abrazo en la costanera, cada mate compartido en una tarde de viento, es una promesa de que la identidad sigue creciendo, como el río que jamás deja de fluir.

Hoy celebramos a Rawson, ciudad de raíces profundas y horizonte infinito, faro de quienes creen que la Patagonia no es sólo un paisaje, sino un modo de amar: firme como el canto de las mareas, suave como la luz de un atardecer en el Valle.

¡Feliz aniversario, Rawson!. ¡Felices 160!. Qué sigas siendo puente, refugio y sueño, para quienes te eligen cada día.