Un sueño revelador y una muerte impune

En 223, José Arturo Mansilla Raipane fue hallado muerto en su casa. Su familia dice que hay pistas de que lo asesinaron para robarle. Su insistencia logró que la Justicia exhume el cuerpo. Para Fiscalía no hay pruebas de violencia en su fallecimiento.

Lorena junto con la imagen de su padre.
27 ABR 2025 - 10:41 | Actualizado 27 ABR 2025 - 10:47

Las hijas de José Arturo Mansilla Raipane persiste en el afán de encontrar justicia y de poder esclarecer los hechos que derivaron en el fallecimiento de su padre, hallado sin vida el 7 de noviembre de 2023 en la vivienda donde residía, en Florencio Sánchez 2585 Departamento 1 del barrio Ceferino Namuncurá de Comodoro Rivadavia.

Lorena Beatriz Mansilla planteó a Jornada los interrogantes que rodean al hecho, la decisión de exhumar el cuerpo un año después del deceso y los planteos por un procedimiento “irregular” incluyendo al médico interviniente como al personal del Ministerio Público Fiscal.

José Mansilla Raipane, la víctima.

“Lamentablemente nunca tuvimos respuesta de Fiscalía. Cuando decidí acercarme el año pasado, tuve que esperar que me pudieran atender hasta que decidieron hacerlo. Cuando tomé contacto con Patricia Rivas, la fiscal interviniente, me atendió apurada y en la entrada”, reconoció.

“Lo más feo es que hayan dejado pasar un año para pedir una necropsia, porque no era una autopsia”, cuestionó. “La mayoría de los familiares creemos que a mi papá lamentablemente le quitaron la vida, porque había traído un dinero muy importante en septiembre de Chile, y lamentablemente quizás tenía mucha confianza con los dueños de la casa y ciertas personas escucharon cosas que no tenían que escuchar. Y le hicieron una cama”.

“A mi papá le quitaron la vida para robarle porque el dinero nunca apareció. Después de enterrarlo decidimos ir al departamento de nuevo y no estaba su billetera siendo que era muy ordenado. Al otro día, sí apareció”.

Mansilla Raipane tenía 81 años y era jubilado del petróleo, la construcción y como carpintero. Inclusive trabajó en las Islas Malvinas donde llegó a realizar reparaciones en el Aeropuerto y hasta habría mantenido una relación de pareja con una isleña. Vivió veinte años en Punta Arenas y habría generado ahorros por percibir una jubilación también en Chile.

Una de sus hijas reconoce que hablo con él por última vez el 31 de octubre del 2023 y que a juzgar por las cámaras, ese día salió del domicilio que alquilaba hacía diez años para tomar el colectivo y dirigirse al centro de la ciudad, para un cambio de dinero.

“En la cámara se ven sus movimientos, pero también una camioneta con vidrios polarizados estacionada en Florencio Sánchez. Desde el interior se observa a alguien que avisa de su salida”. Mansilla Raipane quien había amasado pan y desayunó en su domicilio no tenía problemas de salud, ni patología alguna que pudiera provocarle un fallecimiento repentino.

Sin embargo, las denuncias de una vecina ante la existencia de olores nauseabundos, hizo que en el lugar se diera cita personal policial donde constataron el fallecimiento que dataría de siete días. “No entiendo porqué dejaron tantos días a mi papá en ese departamento. Había un enfermero que en realidad asistía a los dueños de la casa y no a él. Cuando llegué al lugar junto a mi hijo no estaba ni la policía, ni el médico. Me entregaron el papel de defunción, que yo no entendía mucho, pero lo recibí. Supuestamente estaba todo normal para todas las personas que viven ahí. Ni siquiera se acercaron los dueños a hablar con nosotros”, aclaró Mansilla.

“En el procedimiento estuvo el enfermero que es amigo del médico que firmó el certificado de defunción cuando ni siquiera entró al departamento. Apenas ingresé noté cosas raras. Una mancha en la pared donde él dormía; mucha sangre y detergente y lavandina que se usó para limpiar la escena”.

“Los dueños del departamento –indicó- no le permitían recibir visitas porque supuestamente estaban enfermos. Y esta gente estuvo depositando dólares hace dos meses. Teníamos que avisarle cuando lo visitábamos para que nos abriera”.

Lorena se aferra a la búsqueda de la verdad y reafirma las sospechas a través de un sueño revelador. “Él me buscó y me llevó de la mano hasta su casa. Se sentó en la cama teniendo como una actitud de protección hacia mí. Vi a dos personas en el sueño. Y una de ellas lo ataca con un cuchillo”.

Aunque la Justicia ordenó exhumar el cuerpo, se encontraba en avanzado estado de descomposición con zonas “donde sólo era esqueleto y el resto con larvas” sin signos que permitan presumir actos de violencia en cráneo, ni tórax. También se analizaron los videos aportados por la familia, aunque según el MPF no ilustran circunstancias determinantes para el caso y no fue posible hallar indicios de una muerte violenta.

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Lorena junto con la imagen de su padre.
27 ABR 2025 - 10:41

Las hijas de José Arturo Mansilla Raipane persiste en el afán de encontrar justicia y de poder esclarecer los hechos que derivaron en el fallecimiento de su padre, hallado sin vida el 7 de noviembre de 2023 en la vivienda donde residía, en Florencio Sánchez 2585 Departamento 1 del barrio Ceferino Namuncurá de Comodoro Rivadavia.

Lorena Beatriz Mansilla planteó a Jornada los interrogantes que rodean al hecho, la decisión de exhumar el cuerpo un año después del deceso y los planteos por un procedimiento “irregular” incluyendo al médico interviniente como al personal del Ministerio Público Fiscal.

José Mansilla Raipane, la víctima.

“Lamentablemente nunca tuvimos respuesta de Fiscalía. Cuando decidí acercarme el año pasado, tuve que esperar que me pudieran atender hasta que decidieron hacerlo. Cuando tomé contacto con Patricia Rivas, la fiscal interviniente, me atendió apurada y en la entrada”, reconoció.

“Lo más feo es que hayan dejado pasar un año para pedir una necropsia, porque no era una autopsia”, cuestionó. “La mayoría de los familiares creemos que a mi papá lamentablemente le quitaron la vida, porque había traído un dinero muy importante en septiembre de Chile, y lamentablemente quizás tenía mucha confianza con los dueños de la casa y ciertas personas escucharon cosas que no tenían que escuchar. Y le hicieron una cama”.

“A mi papá le quitaron la vida para robarle porque el dinero nunca apareció. Después de enterrarlo decidimos ir al departamento de nuevo y no estaba su billetera siendo que era muy ordenado. Al otro día, sí apareció”.

Mansilla Raipane tenía 81 años y era jubilado del petróleo, la construcción y como carpintero. Inclusive trabajó en las Islas Malvinas donde llegó a realizar reparaciones en el Aeropuerto y hasta habría mantenido una relación de pareja con una isleña. Vivió veinte años en Punta Arenas y habría generado ahorros por percibir una jubilación también en Chile.

Una de sus hijas reconoce que hablo con él por última vez el 31 de octubre del 2023 y que a juzgar por las cámaras, ese día salió del domicilio que alquilaba hacía diez años para tomar el colectivo y dirigirse al centro de la ciudad, para un cambio de dinero.

“En la cámara se ven sus movimientos, pero también una camioneta con vidrios polarizados estacionada en Florencio Sánchez. Desde el interior se observa a alguien que avisa de su salida”. Mansilla Raipane quien había amasado pan y desayunó en su domicilio no tenía problemas de salud, ni patología alguna que pudiera provocarle un fallecimiento repentino.

Sin embargo, las denuncias de una vecina ante la existencia de olores nauseabundos, hizo que en el lugar se diera cita personal policial donde constataron el fallecimiento que dataría de siete días. “No entiendo porqué dejaron tantos días a mi papá en ese departamento. Había un enfermero que en realidad asistía a los dueños de la casa y no a él. Cuando llegué al lugar junto a mi hijo no estaba ni la policía, ni el médico. Me entregaron el papel de defunción, que yo no entendía mucho, pero lo recibí. Supuestamente estaba todo normal para todas las personas que viven ahí. Ni siquiera se acercaron los dueños a hablar con nosotros”, aclaró Mansilla.

“En el procedimiento estuvo el enfermero que es amigo del médico que firmó el certificado de defunción cuando ni siquiera entró al departamento. Apenas ingresé noté cosas raras. Una mancha en la pared donde él dormía; mucha sangre y detergente y lavandina que se usó para limpiar la escena”.

“Los dueños del departamento –indicó- no le permitían recibir visitas porque supuestamente estaban enfermos. Y esta gente estuvo depositando dólares hace dos meses. Teníamos que avisarle cuando lo visitábamos para que nos abriera”.

Lorena se aferra a la búsqueda de la verdad y reafirma las sospechas a través de un sueño revelador. “Él me buscó y me llevó de la mano hasta su casa. Se sentó en la cama teniendo como una actitud de protección hacia mí. Vi a dos personas en el sueño. Y una de ellas lo ataca con un cuchillo”.

Aunque la Justicia ordenó exhumar el cuerpo, se encontraba en avanzado estado de descomposición con zonas “donde sólo era esqueleto y el resto con larvas” sin signos que permitan presumir actos de violencia en cráneo, ni tórax. También se analizaron los videos aportados por la familia, aunque según el MPF no ilustran circunstancias determinantes para el caso y no fue posible hallar indicios de una muerte violenta.