Las usurpaciones, un dolor de cabeza que crece en Comodoro

Desde la Municipalidad explicaron que muchas tomas ilegales son ejecutadas por vecinos que ya tienen una casa pero buscan hacerse de un segundo terreno. También hay recién llegados a la ciudad que traen estas prácticas del conurbano bonaerense.

13 ABR 2025 - 12:43 | Actualizado 13 ABR 2025 - 12:47

El secretario de Ordenamiento Territorial de la Municipalidad de Comodoro Rivadavia, Carlos Jurich, advirtió sobre las usurpaciones ilegales levantadas y denunciadas en la zona norte. “Hicimos acciones en el barrio Manantial Rosales y requieren de diálogo previo ya que no se trata de ir y levantar. Se trabaja con la vecinal y observamos qué tipo de situaciones tenemos en el interior de estas construcciones. Había gente literalmente instalada arriba de un acueducto”, explicó Jurich.

En la medida que en las usurpaciones se colocan elementos, la Municipalidad los retira en una suerte de “juego de tensión” con personas que no tienen un problema de acceso a una vivienda digna sino que usurpa para hacerse de un segundo terreno. “Es muy generalizado y nos pasa en distintos sitios de la ciudad”, admitió Jurich. Quienes ejecutan estas tomas irregulares cuentan con medios económicos.


“Tenemos un sistema de control del espacio bastante articulado con las instituciones de cada barrio. Cuando nos desplazamos por el territorio, tomamos nota de todas las situaciones irregulares y vamos programando acciones que damos a conocer a través de las redes”.

El secretario reconoce que las personas que incurren en este tipo de situaciones asume los riesgos a los que se exponen. “La gente va comprendiendo que hay graves consecuencias ya que podemos aplicar sanciones de hasta la inhabilitación por veinte años para ser beneficiarios de tierra pública. De a poco los llevamos a hacer el trámite, esperar y recibir, invirtiendo y construyendo siempre dentro del marco de la legalidad”.


Se intervino en el casco céntrico, donde una persona había cercado un terreno en cercanías del Cuartel de Bomberos Voluntarios en calle Huergo. “Todos los días es una batalla contra personas que tienen malas prácticas urbanas. Hemos despejado invasiones sobre el espacio público y sobre calles. El mensaje para el ciudadano es que no es lo mismo aquel que obra bien, que aquel que lo hace mal. Hay una clara frontera”.

“Si le permitimos a todos –agregó el funcionario- hacer lo que quieran, la ciudad se vuelve “invivible”. El ordenamiento territorial nos va a llevar un tiempo largo”.


Jurich aclaró que los operativos de desalojo se realizan con diferentes metodologías. “Hay gente que es muy racional y levanta sus cosas antes de que las llevemos al corralón porque después tienen que presentar facturas para recuperarlas y después hay casos insólitos”. Hay situaciones que requieren de la intervención policial. “Hemos encontrado hasta plantaciones de marihuana en el lugar”, cuestionó.

“Hay usurpadores recurrentes que tratan de ocupar lugares para después venderlos y cambiarse a otro. Una persona colocó instalaciones petroleras en un predio que ya no le pertenecía y hubo otra que instaló una parrilla en una plaza. Para el Municipio remover cosas pesadas implica una complicación logística pero siempre tratamos de buscarle una solución”.


Jurich sostuvo que la mayoría de los casos corresponden a personas foráneas debido a la atracción que implica la matriz laboral. “Muchos acostumbrados a vivir en Conurbanos en ciudades del norte y traen estas prácticas que se refuerzan con el criterio histórico de la ciudad que considera que una forma válida de ocupar un espacio es en el más absoluto desorden”.

Esta irregularidad arrastra consecuencias ya que implica inundaciones y que el armado de las redes y los servicios públicos tengan un costo alto. “El desorden no le sirve a nadie. De a poco tenemos que hacer a Comodoro una ciudad para vivir mejor”, resaltó Jurich.

13 ABR 2025 - 12:43

El secretario de Ordenamiento Territorial de la Municipalidad de Comodoro Rivadavia, Carlos Jurich, advirtió sobre las usurpaciones ilegales levantadas y denunciadas en la zona norte. “Hicimos acciones en el barrio Manantial Rosales y requieren de diálogo previo ya que no se trata de ir y levantar. Se trabaja con la vecinal y observamos qué tipo de situaciones tenemos en el interior de estas construcciones. Había gente literalmente instalada arriba de un acueducto”, explicó Jurich.

En la medida que en las usurpaciones se colocan elementos, la Municipalidad los retira en una suerte de “juego de tensión” con personas que no tienen un problema de acceso a una vivienda digna sino que usurpa para hacerse de un segundo terreno. “Es muy generalizado y nos pasa en distintos sitios de la ciudad”, admitió Jurich. Quienes ejecutan estas tomas irregulares cuentan con medios económicos.


“Tenemos un sistema de control del espacio bastante articulado con las instituciones de cada barrio. Cuando nos desplazamos por el territorio, tomamos nota de todas las situaciones irregulares y vamos programando acciones que damos a conocer a través de las redes”.

El secretario reconoce que las personas que incurren en este tipo de situaciones asume los riesgos a los que se exponen. “La gente va comprendiendo que hay graves consecuencias ya que podemos aplicar sanciones de hasta la inhabilitación por veinte años para ser beneficiarios de tierra pública. De a poco los llevamos a hacer el trámite, esperar y recibir, invirtiendo y construyendo siempre dentro del marco de la legalidad”.


Se intervino en el casco céntrico, donde una persona había cercado un terreno en cercanías del Cuartel de Bomberos Voluntarios en calle Huergo. “Todos los días es una batalla contra personas que tienen malas prácticas urbanas. Hemos despejado invasiones sobre el espacio público y sobre calles. El mensaje para el ciudadano es que no es lo mismo aquel que obra bien, que aquel que lo hace mal. Hay una clara frontera”.

“Si le permitimos a todos –agregó el funcionario- hacer lo que quieran, la ciudad se vuelve “invivible”. El ordenamiento territorial nos va a llevar un tiempo largo”.


Jurich aclaró que los operativos de desalojo se realizan con diferentes metodologías. “Hay gente que es muy racional y levanta sus cosas antes de que las llevemos al corralón porque después tienen que presentar facturas para recuperarlas y después hay casos insólitos”. Hay situaciones que requieren de la intervención policial. “Hemos encontrado hasta plantaciones de marihuana en el lugar”, cuestionó.

“Hay usurpadores recurrentes que tratan de ocupar lugares para después venderlos y cambiarse a otro. Una persona colocó instalaciones petroleras en un predio que ya no le pertenecía y hubo otra que instaló una parrilla en una plaza. Para el Municipio remover cosas pesadas implica una complicación logística pero siempre tratamos de buscarle una solución”.


Jurich sostuvo que la mayoría de los casos corresponden a personas foráneas debido a la atracción que implica la matriz laboral. “Muchos acostumbrados a vivir en Conurbanos en ciudades del norte y traen estas prácticas que se refuerzan con el criterio histórico de la ciudad que considera que una forma válida de ocupar un espacio es en el más absoluto desorden”.

Esta irregularidad arrastra consecuencias ya que implica inundaciones y que el armado de las redes y los servicios públicos tengan un costo alto. “El desorden no le sirve a nadie. De a poco tenemos que hacer a Comodoro una ciudad para vivir mejor”, resaltó Jurich.