Con dolor se conoció en las últimas horas, el fallecimiento del ex boxeador Antonio René Juárez, un peleador que trascendió el ring y que se ganó el cariño de la gente sobre todo cuando decidió colgar los guantes. Es que el “Mono” era una figura entrañable, un maestro y un guerrero silencioso que eligió a Esquel para ser feliz.
Nació en Morteros el 18 de diciembre de 1956. Cerró su ciclo activo con 25 triunfos (solo 4 por la vía rápida), 31 derrotas y 13 empates.
Debutó como rentado en 1977 GP a Guillermo Acevedo en el Luna Park. Peleó 2 veces con Héctor “Yeyé” Hernández; 3 con Juan “Brujo” Cabral; 4 con Mario Edgardo Matthysse, 2 con el ídolo comodorense Celestino “Ratín” Pacheco y 2 con el platense Hugo "Popeye" Luero.
Llegó a la Cordillera casi de casualidad. El promotor de entonces fue a buscar a Pablo Ferreyra quien luego terminó siendo su rival. Y en marzó del ’82 junto a su esposa, conoció a la Patagonia para terminar enamorándose. Fue el referente boxístico de la región, una figura que se metió rápido en el corazón de todos.
En Esquel superó entre otros a Osmar Ochoa; Mario Guilloti, Nicolás Arkuszyn, Pedro Jofré Carrasco, el puntano y ex campeón argentino Simón Escobar; el santafecino Antonio Ricardo Juárez; el panameño Jorge Pino, Hugo Avila; Carlos Lobo y el chileno Manuel Roca entre otros. En Trelew, PP con Enrique Sallago. El 23 de agosto de 1.986 buscó sin suerte coronarse campeón argentino medio mediano al perder por nocaut técnico con el salteño Miguel “Puma” Arroyo. Antes empató con Ramón Abeldaño y perdió con Julio César Vázquez.A los 31 años hizo su última pelea, en Comodoro Rivadavia, el 24 de setiembre perdiendo por puntos en 10 rounds con Jorge Fernando Castro.
“Cuando me fueron a buscar para pelear con el “Roña” yo ya había dejado de boxear, tenía un gimnasio y enseñaba. Me la ofrecieron un viernes para pelear al viernes siguiente. Mi mujer no quería saber nada, había buena paga y al final fuimos” reconoció sobre aquella pelea que fue una “fiesta de despedida” en un lugar propicio: el escenario fue la discoteca Quasar, en pleno centro comodorense y hasta con un desfile de modas incluído.
El “Mono” tenía su corazón en el sur y recordaba con emoción a gente de los clubes San Martín y de Belgrano y la Escuela 713, donde trabajó como portero durante seis años. “Pensar en Esquel es para mí, un mimo al corazón”, decía el ex púgil ahora radicado en Morteros, Córdoba, donde trabajaba como empleado municipal. Con dos hijos y tres nietos, seguramente le dará el beso postergado a “su” Margarita, su compañera en la aventura esquelina que vivió sin tiempo.
Fue un gran referente del boxeo cordillerano. Un gladiador, arriba y abajo del ring. Sus peleas le permitieron al club San Martin construir parte de su gimnasio por el respaldo popular. El respeto por su trabajo social lo hace inolvidable.
Con dolor se conoció en las últimas horas, el fallecimiento del ex boxeador Antonio René Juárez, un peleador que trascendió el ring y que se ganó el cariño de la gente sobre todo cuando decidió colgar los guantes. Es que el “Mono” era una figura entrañable, un maestro y un guerrero silencioso que eligió a Esquel para ser feliz.
Nació en Morteros el 18 de diciembre de 1956. Cerró su ciclo activo con 25 triunfos (solo 4 por la vía rápida), 31 derrotas y 13 empates.
Debutó como rentado en 1977 GP a Guillermo Acevedo en el Luna Park. Peleó 2 veces con Héctor “Yeyé” Hernández; 3 con Juan “Brujo” Cabral; 4 con Mario Edgardo Matthysse, 2 con el ídolo comodorense Celestino “Ratín” Pacheco y 2 con el platense Hugo "Popeye" Luero.
Llegó a la Cordillera casi de casualidad. El promotor de entonces fue a buscar a Pablo Ferreyra quien luego terminó siendo su rival. Y en marzó del ’82 junto a su esposa, conoció a la Patagonia para terminar enamorándose. Fue el referente boxístico de la región, una figura que se metió rápido en el corazón de todos.
En Esquel superó entre otros a Osmar Ochoa; Mario Guilloti, Nicolás Arkuszyn, Pedro Jofré Carrasco, el puntano y ex campeón argentino Simón Escobar; el santafecino Antonio Ricardo Juárez; el panameño Jorge Pino, Hugo Avila; Carlos Lobo y el chileno Manuel Roca entre otros. En Trelew, PP con Enrique Sallago. El 23 de agosto de 1.986 buscó sin suerte coronarse campeón argentino medio mediano al perder por nocaut técnico con el salteño Miguel “Puma” Arroyo. Antes empató con Ramón Abeldaño y perdió con Julio César Vázquez.A los 31 años hizo su última pelea, en Comodoro Rivadavia, el 24 de setiembre perdiendo por puntos en 10 rounds con Jorge Fernando Castro.
“Cuando me fueron a buscar para pelear con el “Roña” yo ya había dejado de boxear, tenía un gimnasio y enseñaba. Me la ofrecieron un viernes para pelear al viernes siguiente. Mi mujer no quería saber nada, había buena paga y al final fuimos” reconoció sobre aquella pelea que fue una “fiesta de despedida” en un lugar propicio: el escenario fue la discoteca Quasar, en pleno centro comodorense y hasta con un desfile de modas incluído.
El “Mono” tenía su corazón en el sur y recordaba con emoción a gente de los clubes San Martín y de Belgrano y la Escuela 713, donde trabajó como portero durante seis años. “Pensar en Esquel es para mí, un mimo al corazón”, decía el ex púgil ahora radicado en Morteros, Córdoba, donde trabajaba como empleado municipal. Con dos hijos y tres nietos, seguramente le dará el beso postergado a “su” Margarita, su compañera en la aventura esquelina que vivió sin tiempo.
Fue un gran referente del boxeo cordillerano. Un gladiador, arriba y abajo del ring. Sus peleas le permitieron al club San Martin construir parte de su gimnasio por el respaldo popular. El respeto por su trabajo social lo hace inolvidable.