Julio Capandegui, el esquelense que combatió en Malvinas

Integró el grupo Alacrán junto a otros 64 hombres de élite de distintos escuadrones del país. Asegura que lo ocurrido en Malvinas “son recuerdos imborrables” y detalló cómo vivió él aquella Guerra en la que combatieron contra los ingleses a una distancia de 150 metros. “Íbamos en primera línea y cruzábamos campos minados”.

02 ABR 2025 - 12:00 | Actualizado 02 ABR 2025 - 12:15

Los argentinos llevamos en nuestras vidas el recuerdo permanente de la gesta de Malvinas, y se revitaliza cada 2 de abril. Han pasado 43 años y el sentimiento es de reafirmación de nuestra soberanía sobre las Islas. Un esquelense dio su testimonio sobre su combate en Malvinas. “Íbamos en primera línea y cruzábamos campos minados”, recordó.

Es que en Esquel y la zona, en esta fecha se hace como en todo el país, el justo homenaje a los excombatientes y los caídos en la guerra con los ingleses. En ese contexto tuvimos un mano a mano con Julio Oscar Gibbons Capandegui, quien integró el grupo “Alacrán” de Gendarmería, y nos contó cómo fueron el traslado a Malvinas y los preparativos, aunque hasta último momento no supieron que irían a combatir en aquellas tierras.

Él formó parte del grupo Alacrán que lo integraron 65 hombres de elite de distintos Escuadrones del país, en su caso perteneciente al Escuadrón 36 de Esquel. Rescató la importancia de la preparación a la que fueron sometidos, porque les sirvió para afrontar la guerra. En las Islas se registraban bajas temperaturas, neviscaba y llovía a la vez.

Manifestó que los de la guerra de Malvinas “son recuerdos imborrables, y los voy a llevar hasta el último día de mi vida”, y pasó a relatar la vivencia de la previa al viaje a las Islas. En 1981 se realizó en Esquel el primer Curso Comando, y los llevaron a las instalaciones de la presa Futaleufú, donde permanecieron desde fines de abril hasta septiembre.

“Fue muy bravo el curso, pero nos sirvió mucho”, contó Julio Oscar Gibbons Capandegui, que en esa época estaba cumpliendo sus tareas con el Escuadrón 36 Esquel de Gendarmería en el Lago Futalaufquen, y le transmitieron que tenía que estar bien físicamente y entrenado, y que saliera a correr todos los días, aunque “no sabíamos para qué era la preparación”. Recordó que el Curso Comando fue duro, con mucho frío, lluvia y nieve.

Con el padre de Villarruel

Luego el exgendarme narró cómo era la estadía en el campo de batalla en las Islas Malvinas, y contó que alrededor de las 16 horas recibían una misa del Padre Astolfo, y luego se juntaban con la Compañía 602 del Ejército, de la que formaban parte entre otros, el Mayor Aldo Rico Rico y en ese entonces Capitán Eduardo Marcelo Villarruel, padre de la actual vicepresidenta de la Nación, Victoria Villarruel. “Combatí junto a él en Monte Kent y Monte Dos Hermanas”, acotó.

Los combates con los ingleses se daban a una distancia de 150 metros y hasta 170 metros, no más, y los enfrentamientos eran nocturnos. “Íbamos en la primera línea, y cruzábamos los campos minados, con un detector de minas que llevaba un Oficial, y dónde él pisaba, lo hacíamos los 30 del grupo, y caminábamos un largo tramo hasta las once o doce de la noche que llegábamos”, siguió relatando Gibbons Capandegui.

Cuando las fuerzas argentinas llegaron, los ingleses ya habían tomado posición en distintos sectores. “Nos llevaban todos los días al Monte Kent, y la misión era combatir con los cuerpos de comando ingleses”.

El grupo Alacrán al segundo día de la contienda bélica sufrió 6 bajas, cuando el helicóptero en que se transportaban fue derribado. En esa circunstancia murió el Cabo Carlos Misael Pereyra, perteneciente al Escuadrón 36 de Esquel de Gendarmería Nacional. “La guerra es durísima. Pero estábamos preparados y habíamos hecho un juramento que ara: Dios, Patria y muerte”, siguió narrando el ex gendarme.

Fin de la guerra

El 14 de junio de 1982, hubo un cese al fuego, y los argentinos fueron tomados como prisioneros. Julio Oscar Gibbons Capandegui. Rememoró que un día mientras estaban custodiando el General Mario Benjamín Menéndez, quien había sido designado gobernador de las Islas, les ordenaron que abandonaran el lugar y se dirijan a la zona del aeropuerto porque se habrían infiltrado ingleses.

En la base aérea -Puerto Argentino-, ese 14 de junio Capandegui formó parte del grupo que recibió a oficiales de las fuerzas inglesas exactamente a las 9:05 horas de la mañana. Llegó un tanque, bajaron la bandera argentina, e izaron la de Inglaterra.

Estuvieron prisioneros en Puerto Argentino tres días (domingo, lunes y martes recuerda), y el miércoles los llevaron al puerto para abordar el barco Camberra, uno de los más grandes del mundo, que era turístico. “Me tocó el quinto piso y éramos 417 hombres. Ahí pudimos bañarnos; nos daban desayuno, comida y cigarrillos a los fumadores, hasta que después de tres días de viaje llegamos a Puerto Madryn, y se dio el día en que la ciudad se quedó sin pan”.

Después pasaron a Rawson para la atención de médicos, psicólogos y psiquiatras, para posteriormente viajar a la cordillera con sus compañeros del Escuadrón, en la empresa Don Otto. “Llegamos a la madrugada a Esquel, y en el Escuadrón nos esperaban con una formación”.

Aclaró el ex Alacrán que no fue una rendición, sino un cese al fuego, y la rendición recién se firmó en 1989, durante el gobierno de Carlos Menem. Preguntado si fue oportuno ir en esas circunstancias a Malvinas, contestó que “si no combatíamos, los ingleses se adueñaban de las Islas”.

Contra la OTAN

Gibbons Capandegui remarcó que “no peleamos sólo con los ingleses; lo hicimos contra la OTAN, y además tuvieron el apoyo de nuestros hermanos vecinos de Chile”, y reconoció si el apoyo recibido de Perú.

“Me siento orgulloso como todo veterano de guerra, de haber intentado defender a nuestra querida Patria y nuestra bandera. Gendarmería me dio la oportunidad de defender a mi Patria, que no es poco, y lo bueno que lo puedo contar”, sostuvo Julio Oscar Gibbons Capandegui.

En la comunidad local, Capandegui es muy apreciado, y asegura que si tuviera que ir nuevamente a defender las Malvinas lo haría. “Claro que volvería a las Malvinas, aunque los años van pasando y el organismo no es el mismo. Si me tocara volver para combatir lo haría, pero hay que estar bien de salud. En 1982 yo quería ir, quería estar y estuve”. Aseguró que físicamente está bien y se cuida. Se retiró hace cinco años con el grado de Suboficial Mayor, luego de permanecer 40 años en Gendarmería.

02 ABR 2025 - 12:00

Los argentinos llevamos en nuestras vidas el recuerdo permanente de la gesta de Malvinas, y se revitaliza cada 2 de abril. Han pasado 43 años y el sentimiento es de reafirmación de nuestra soberanía sobre las Islas. Un esquelense dio su testimonio sobre su combate en Malvinas. “Íbamos en primera línea y cruzábamos campos minados”, recordó.

Es que en Esquel y la zona, en esta fecha se hace como en todo el país, el justo homenaje a los excombatientes y los caídos en la guerra con los ingleses. En ese contexto tuvimos un mano a mano con Julio Oscar Gibbons Capandegui, quien integró el grupo “Alacrán” de Gendarmería, y nos contó cómo fueron el traslado a Malvinas y los preparativos, aunque hasta último momento no supieron que irían a combatir en aquellas tierras.

Él formó parte del grupo Alacrán que lo integraron 65 hombres de elite de distintos Escuadrones del país, en su caso perteneciente al Escuadrón 36 de Esquel. Rescató la importancia de la preparación a la que fueron sometidos, porque les sirvió para afrontar la guerra. En las Islas se registraban bajas temperaturas, neviscaba y llovía a la vez.

Manifestó que los de la guerra de Malvinas “son recuerdos imborrables, y los voy a llevar hasta el último día de mi vida”, y pasó a relatar la vivencia de la previa al viaje a las Islas. En 1981 se realizó en Esquel el primer Curso Comando, y los llevaron a las instalaciones de la presa Futaleufú, donde permanecieron desde fines de abril hasta septiembre.

“Fue muy bravo el curso, pero nos sirvió mucho”, contó Julio Oscar Gibbons Capandegui, que en esa época estaba cumpliendo sus tareas con el Escuadrón 36 Esquel de Gendarmería en el Lago Futalaufquen, y le transmitieron que tenía que estar bien físicamente y entrenado, y que saliera a correr todos los días, aunque “no sabíamos para qué era la preparación”. Recordó que el Curso Comando fue duro, con mucho frío, lluvia y nieve.

Con el padre de Villarruel

Luego el exgendarme narró cómo era la estadía en el campo de batalla en las Islas Malvinas, y contó que alrededor de las 16 horas recibían una misa del Padre Astolfo, y luego se juntaban con la Compañía 602 del Ejército, de la que formaban parte entre otros, el Mayor Aldo Rico Rico y en ese entonces Capitán Eduardo Marcelo Villarruel, padre de la actual vicepresidenta de la Nación, Victoria Villarruel. “Combatí junto a él en Monte Kent y Monte Dos Hermanas”, acotó.

Los combates con los ingleses se daban a una distancia de 150 metros y hasta 170 metros, no más, y los enfrentamientos eran nocturnos. “Íbamos en la primera línea, y cruzábamos los campos minados, con un detector de minas que llevaba un Oficial, y dónde él pisaba, lo hacíamos los 30 del grupo, y caminábamos un largo tramo hasta las once o doce de la noche que llegábamos”, siguió relatando Gibbons Capandegui.

Cuando las fuerzas argentinas llegaron, los ingleses ya habían tomado posición en distintos sectores. “Nos llevaban todos los días al Monte Kent, y la misión era combatir con los cuerpos de comando ingleses”.

El grupo Alacrán al segundo día de la contienda bélica sufrió 6 bajas, cuando el helicóptero en que se transportaban fue derribado. En esa circunstancia murió el Cabo Carlos Misael Pereyra, perteneciente al Escuadrón 36 de Esquel de Gendarmería Nacional. “La guerra es durísima. Pero estábamos preparados y habíamos hecho un juramento que ara: Dios, Patria y muerte”, siguió narrando el ex gendarme.

Fin de la guerra

El 14 de junio de 1982, hubo un cese al fuego, y los argentinos fueron tomados como prisioneros. Julio Oscar Gibbons Capandegui. Rememoró que un día mientras estaban custodiando el General Mario Benjamín Menéndez, quien había sido designado gobernador de las Islas, les ordenaron que abandonaran el lugar y se dirijan a la zona del aeropuerto porque se habrían infiltrado ingleses.

En la base aérea -Puerto Argentino-, ese 14 de junio Capandegui formó parte del grupo que recibió a oficiales de las fuerzas inglesas exactamente a las 9:05 horas de la mañana. Llegó un tanque, bajaron la bandera argentina, e izaron la de Inglaterra.

Estuvieron prisioneros en Puerto Argentino tres días (domingo, lunes y martes recuerda), y el miércoles los llevaron al puerto para abordar el barco Camberra, uno de los más grandes del mundo, que era turístico. “Me tocó el quinto piso y éramos 417 hombres. Ahí pudimos bañarnos; nos daban desayuno, comida y cigarrillos a los fumadores, hasta que después de tres días de viaje llegamos a Puerto Madryn, y se dio el día en que la ciudad se quedó sin pan”.

Después pasaron a Rawson para la atención de médicos, psicólogos y psiquiatras, para posteriormente viajar a la cordillera con sus compañeros del Escuadrón, en la empresa Don Otto. “Llegamos a la madrugada a Esquel, y en el Escuadrón nos esperaban con una formación”.

Aclaró el ex Alacrán que no fue una rendición, sino un cese al fuego, y la rendición recién se firmó en 1989, durante el gobierno de Carlos Menem. Preguntado si fue oportuno ir en esas circunstancias a Malvinas, contestó que “si no combatíamos, los ingleses se adueñaban de las Islas”.

Contra la OTAN

Gibbons Capandegui remarcó que “no peleamos sólo con los ingleses; lo hicimos contra la OTAN, y además tuvieron el apoyo de nuestros hermanos vecinos de Chile”, y reconoció si el apoyo recibido de Perú.

“Me siento orgulloso como todo veterano de guerra, de haber intentado defender a nuestra querida Patria y nuestra bandera. Gendarmería me dio la oportunidad de defender a mi Patria, que no es poco, y lo bueno que lo puedo contar”, sostuvo Julio Oscar Gibbons Capandegui.

En la comunidad local, Capandegui es muy apreciado, y asegura que si tuviera que ir nuevamente a defender las Malvinas lo haría. “Claro que volvería a las Malvinas, aunque los años van pasando y el organismo no es el mismo. Si me tocara volver para combatir lo haría, pero hay que estar bien de salud. En 1982 yo quería ir, quería estar y estuve”. Aseguró que físicamente está bien y se cuida. Se retiró hace cinco años con el grado de Suboficial Mayor, luego de permanecer 40 años en Gendarmería.


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