El agujero negro de la Vía Láctea no es tan oscuro

El telescopio espacial James Webb ha proporcionado una nueva y fascinante visión del entorno que rodea a Sagitario A, el agujero negro supermasivo* que se encuentra en el centro de nuestra galaxia. Un "parpadeo" constante de luces y destellos.

13 MAR 2025 - 14:42 | Actualizado 13 MAR 2025 - 14:47

Gracias a sus potentes instrumentos de observación infrarroja, los astrónomos han podido analizar, con un nivel de detalle sin precedentes, el comportamiento de su disco de acreción, una espiral de gas y polvo en constante movimiento.

Durante 48 horas de observación repartidas entre 2023 y 2024, los científicos han descubierto que este entorno es mucho más dinámico e impredecible de lo que se creía, con un incesante juego de luces y destellos energéticos.

Las imágenes captadas por el NIRCam, el instrumento de imagen del Webb, muestran un espectáculo similar al de una bola de discoteca cósmica, con un parpadeo constante interrumpido por erupciones de gran intensidad.

Un espectáculo de erupciones cósmicas

Estas emisiones tienen dos componentes principales: una débil y continua, atribuida a la turbulencia interna del disco de acreción, y otra mucho más brillante y fugaz, provocada por eventos de reconexión magnética.

En estos eventos, los campos magnéticos enredados colisionan y liberan enormes cantidades de energía, de forma similar a las llamaradas solares, pero a escalas inimaginablemente mayores.

Uno de los hallazgos más intrigantes de la investigación, publicada en The Astrophysical Journal Letters, es que los cambios de brillo observados en diferentes longitudes de onda no ocurren al mismo tiempo.

Las erupciones captadas en la longitud de onda más corta (2,1 micrómetros) aparecen unos segundos antes que las de la longitud más larga (4,8 micrómetros), un fenómeno conocido como enfriamiento sincrotrón, en el que las partículas altamente energéticas pierden energía conforme se enfrían.

“Es la primera vez que observamos este desfase entre longitudes de onda”, señala Farhad Yusef-Zadeh, autor principal del estudio.

A partir de este descubrimiento, los investigadores planean llevar a cabo observaciones aún más extensas, con sesiones de hasta 24 horas de monitoreo continuo de Sagitario A*.

Su objetivo es determinar si estas erupciones siguen un patrón recurrente o si se producen de manera completamente aleatoria.

Este tipo de estudios permitirá comprender mejor la interacción entre la gravedad extrema, el plasma y los campos magnéticos en el horizonte de sucesos, el límite más cercano que podemos explorar antes de que la materia sea tragada por el agujero negro.

13 MAR 2025 - 14:42

Gracias a sus potentes instrumentos de observación infrarroja, los astrónomos han podido analizar, con un nivel de detalle sin precedentes, el comportamiento de su disco de acreción, una espiral de gas y polvo en constante movimiento.

Durante 48 horas de observación repartidas entre 2023 y 2024, los científicos han descubierto que este entorno es mucho más dinámico e impredecible de lo que se creía, con un incesante juego de luces y destellos energéticos.

Las imágenes captadas por el NIRCam, el instrumento de imagen del Webb, muestran un espectáculo similar al de una bola de discoteca cósmica, con un parpadeo constante interrumpido por erupciones de gran intensidad.

Un espectáculo de erupciones cósmicas

Estas emisiones tienen dos componentes principales: una débil y continua, atribuida a la turbulencia interna del disco de acreción, y otra mucho más brillante y fugaz, provocada por eventos de reconexión magnética.

En estos eventos, los campos magnéticos enredados colisionan y liberan enormes cantidades de energía, de forma similar a las llamaradas solares, pero a escalas inimaginablemente mayores.

Uno de los hallazgos más intrigantes de la investigación, publicada en The Astrophysical Journal Letters, es que los cambios de brillo observados en diferentes longitudes de onda no ocurren al mismo tiempo.

Las erupciones captadas en la longitud de onda más corta (2,1 micrómetros) aparecen unos segundos antes que las de la longitud más larga (4,8 micrómetros), un fenómeno conocido como enfriamiento sincrotrón, en el que las partículas altamente energéticas pierden energía conforme se enfrían.

“Es la primera vez que observamos este desfase entre longitudes de onda”, señala Farhad Yusef-Zadeh, autor principal del estudio.

A partir de este descubrimiento, los investigadores planean llevar a cabo observaciones aún más extensas, con sesiones de hasta 24 horas de monitoreo continuo de Sagitario A*.

Su objetivo es determinar si estas erupciones siguen un patrón recurrente o si se producen de manera completamente aleatoria.

Este tipo de estudios permitirá comprender mejor la interacción entre la gravedad extrema, el plasma y los campos magnéticos en el horizonte de sucesos, el límite más cercano que podemos explorar antes de que la materia sea tragada por el agujero negro.