Por Ismael Tebes
REDACCIÓN JORNADA
ismatebes@grupojornada.com
En X: @IsmaTebes
“Nunca pensé que iba a ser dueño y que iba a botar un barco nuevo”, Luis Antonio Santander (44) destaca que el “Marlene del Carmen”, nombre elegido en homenaje a la memoria de su madre responde más a una “devolución” que a cualquier otro patrón empresarial. “Mi vieja falleció muy joven, tenía cincuenta años y con mi familia, tomamos la decisión de que con éste barco ella volvería a nacer”.
Destaca que el proyecto que incluye otro barco de similares características comenzó en el 2.021 y que era parte de un extenso listado para construir por parte del prestigioso astillero Contessi en Mar del Plata con más de 75 años de existencia y 151 barcos botados. “Yo vendía diarios cuando empecé a trabajar en el Puerto. Tenía diecisiete años. Como estibador trabajé desde la bodega de un barco hasta encargado de una empresa. Manejé grúas, montacargas, máquinas y aprendí rápido. Me crie en la calle y la verdad, ni siquiera sabía que existía un puerto en la ciudad”, indicó Santander quien hoy lidera la Cámara de Empresas de Pesca del Golfo San Jorge y tiene alrededor de quinientos trabajadores a su cargo, una planta pesquera y empresas de estibajes. “Nunca hubo alguien nacido y criado en la ciudad que hiciera un barco de estas características. Otros han ganado mucho dinero y lo han invertido en otro lado, nosotros seguimos empujando para la ciudad”.
Reconoció el valor del esfuerzo propio. Y el respaldo familiar para acompañar el proceso. “Le agradezco a mi señora y a mis hijos. Y a mi socio y amigo Daniel Antonio que está siempre cuando lo necesito. A veces, los emprendedores no necesitamos ayuda económica pero sí gente que piense igual que nosotros. En definitiva, lo único que sabemos hacer es trabajar. Siempre trabajamos y eso nos hace diferentes. La pesca es un poco ingrata, no hay horarios cuando surge un problema. Somos muy criticados pero dejamos parte de nuestras vidas acá”.
“Hicimos un esfuerzo muy grande para terminar éste proyecto en un momento muy difícil para la pesca. Hay dos barcos anteriores, similares a éste que se vendieron antes de botarlos”. Reconoce que priorizó un barco de doble cubierta y moderno que sale del modelo convencional.
“Pensé en un barco más cómodo y más grande; para que la gente esté más cómoda; que resiste más cuando hay mal tiempo; tiene doble cubierta, autonomía y una cinta en el entrepuente que permite que la tripulación pueda trabajar con comodidad. Será el barco más moderno de Comodoro Rivadavia”.
En sociedad con el marplatense Antonio adquirió en el 2018 el “Perla Negra” y posteriormente hizo lo propio con el “María Rita”, el más antiguo de su flota; el “Araucania” y el marplatense “Nddanddú”. Y aclaró que lejos del desguace, sus barcos continuarán trabajando y en actividad independientemente de la llegada del nuevo fresquero multipropósito.
El “Marlene del Carmen” es un prototipo 27 AC-AR que tiene 25,50 metros de eslora y 7,89 de manga; construido en chapa de acero con cabina de aluminio naval y acero inoxidable en su interior que por su versatilidad es apto para tareas de arrastre y media agua. La tripulación incluiría alrededor de doce a trece personas además del personal de relevo. “Después de la botadura, hay que superar una serie de inspecciones y trabajos en el agua. Hay que probarlo, hay una evaluación con una serie de viajes en cercanías de Mar del Plata, operaremos hasta ponerlo a punto y finalmente, veremos si trabajará en aguas nacionales para pescar langostino o viene para acá”.
“El barco tiene que trabajar –remarcó-, no hay otra manera. Seguramente tendremos un año muy difícil sino cambian algunas cuestiones de la pesca a nivel nacional como impuestos a la exportación y demás. Hoy estamos trabajando a pérdida. No es culpa de la gente, ni de los empresarios. La demanda sigue siendo importante según el producto. La merluza por ejemplo, pasó a un segundo plano”.
Con actividad en los puertos de Caleta Olivia, Camarones y Comodoro Rivadavia asume la necesidad de cambiar el perfil de la industria. “Nunca me dí cuenta que era empresario. Y si hubiera tomado conciencia, quizás no hubiera hecho lo que hice hasta hoy”, resaltó. “Hoy te atienden el teléfono y saben que Comodoro existe”, resumió.
“Antes daba vergüenza que se supiera en lo que invertimos. No es necesario tener una casa en Miami cuando se la puede tener acá, cerca del barrio donde nos criamos o en Rada Tilly. Mientras la calculadora te dé, no hay que esconder nada porque todo lo que ganamos, lo hicimos trabajando. Se han cambiado las formas y el perfil que tiene la industria. Y tiene que seguir cambiando, la presencia hoy es muy importante porque somos parte de la industria”.
Por Ismael Tebes
REDACCIÓN JORNADA
ismatebes@grupojornada.com
En X: @IsmaTebes
“Nunca pensé que iba a ser dueño y que iba a botar un barco nuevo”, Luis Antonio Santander (44) destaca que el “Marlene del Carmen”, nombre elegido en homenaje a la memoria de su madre responde más a una “devolución” que a cualquier otro patrón empresarial. “Mi vieja falleció muy joven, tenía cincuenta años y con mi familia, tomamos la decisión de que con éste barco ella volvería a nacer”.
Destaca que el proyecto que incluye otro barco de similares características comenzó en el 2.021 y que era parte de un extenso listado para construir por parte del prestigioso astillero Contessi en Mar del Plata con más de 75 años de existencia y 151 barcos botados. “Yo vendía diarios cuando empecé a trabajar en el Puerto. Tenía diecisiete años. Como estibador trabajé desde la bodega de un barco hasta encargado de una empresa. Manejé grúas, montacargas, máquinas y aprendí rápido. Me crie en la calle y la verdad, ni siquiera sabía que existía un puerto en la ciudad”, indicó Santander quien hoy lidera la Cámara de Empresas de Pesca del Golfo San Jorge y tiene alrededor de quinientos trabajadores a su cargo, una planta pesquera y empresas de estibajes. “Nunca hubo alguien nacido y criado en la ciudad que hiciera un barco de estas características. Otros han ganado mucho dinero y lo han invertido en otro lado, nosotros seguimos empujando para la ciudad”.
Reconoció el valor del esfuerzo propio. Y el respaldo familiar para acompañar el proceso. “Le agradezco a mi señora y a mis hijos. Y a mi socio y amigo Daniel Antonio que está siempre cuando lo necesito. A veces, los emprendedores no necesitamos ayuda económica pero sí gente que piense igual que nosotros. En definitiva, lo único que sabemos hacer es trabajar. Siempre trabajamos y eso nos hace diferentes. La pesca es un poco ingrata, no hay horarios cuando surge un problema. Somos muy criticados pero dejamos parte de nuestras vidas acá”.
“Hicimos un esfuerzo muy grande para terminar éste proyecto en un momento muy difícil para la pesca. Hay dos barcos anteriores, similares a éste que se vendieron antes de botarlos”. Reconoce que priorizó un barco de doble cubierta y moderno que sale del modelo convencional.
“Pensé en un barco más cómodo y más grande; para que la gente esté más cómoda; que resiste más cuando hay mal tiempo; tiene doble cubierta, autonomía y una cinta en el entrepuente que permite que la tripulación pueda trabajar con comodidad. Será el barco más moderno de Comodoro Rivadavia”.
En sociedad con el marplatense Antonio adquirió en el 2018 el “Perla Negra” y posteriormente hizo lo propio con el “María Rita”, el más antiguo de su flota; el “Araucania” y el marplatense “Nddanddú”. Y aclaró que lejos del desguace, sus barcos continuarán trabajando y en actividad independientemente de la llegada del nuevo fresquero multipropósito.
El “Marlene del Carmen” es un prototipo 27 AC-AR que tiene 25,50 metros de eslora y 7,89 de manga; construido en chapa de acero con cabina de aluminio naval y acero inoxidable en su interior que por su versatilidad es apto para tareas de arrastre y media agua. La tripulación incluiría alrededor de doce a trece personas además del personal de relevo. “Después de la botadura, hay que superar una serie de inspecciones y trabajos en el agua. Hay que probarlo, hay una evaluación con una serie de viajes en cercanías de Mar del Plata, operaremos hasta ponerlo a punto y finalmente, veremos si trabajará en aguas nacionales para pescar langostino o viene para acá”.
“El barco tiene que trabajar –remarcó-, no hay otra manera. Seguramente tendremos un año muy difícil sino cambian algunas cuestiones de la pesca a nivel nacional como impuestos a la exportación y demás. Hoy estamos trabajando a pérdida. No es culpa de la gente, ni de los empresarios. La demanda sigue siendo importante según el producto. La merluza por ejemplo, pasó a un segundo plano”.
Con actividad en los puertos de Caleta Olivia, Camarones y Comodoro Rivadavia asume la necesidad de cambiar el perfil de la industria. “Nunca me dí cuenta que era empresario. Y si hubiera tomado conciencia, quizás no hubiera hecho lo que hice hasta hoy”, resaltó. “Hoy te atienden el teléfono y saben que Comodoro existe”, resumió.
“Antes daba vergüenza que se supiera en lo que invertimos. No es necesario tener una casa en Miami cuando se la puede tener acá, cerca del barrio donde nos criamos o en Rada Tilly. Mientras la calculadora te dé, no hay que esconder nada porque todo lo que ganamos, lo hicimos trabajando. Se han cambiado las formas y el perfil que tiene la industria. Y tiene que seguir cambiando, la presencia hoy es muy importante porque somos parte de la industria”.