El Ministerio Público Fiscal decidió acusar a la docente Roxana Ortega del abuso simple de un nene y una nena de 7 años. La imputación se agrava por haber sido la encargada de su educación: era su maestra en la Escuela 201 Atilio Viglione del barrio Los Aromos de Trelew. Al dato lo confirmaron la fiscal Claudia Ibañez y la procuradora fiscal Guadalupe Serafini.
Esta semana venceel plazo y la Fiscalía evaluó que hay elementos para ir a un juicio oral. Además de las dos presuntas víctimas, un compañerito de 7 años habría sido testigo de los episodios en el aula de 2º grado. Los tres pasaron por la Cámara Gesell.
La docente está libre desde noviembre de 2024 tras cuatro meses de prisión domiciliaria preventiva. El caso explotó con su detención, en julio del año pasado. Y la opinión pública osciló entre el enojo de los padres y las marchas en apoyo a la sospechosa.
Con cautela para resguardar la intimidad de los nenes, las funcionarias precisaron que a uno de los involucrados le costó algo más relatar lo vivido. Lo trata una psicóloga particular, que colaboró para prepararlo para su declaración.
“Son momentos muy fuertes para los chicos más allá de estar acompañados por la Asesoría y los psicólogos –dijeron-. Pero lo pudieron pasar y es la única vez que vendrán a tribunales para hacer los informes. No los vamos a necesitar más y no vuelven a hablar”.
En la etapa de la pesquisa, a las investigadoras les llamó la atención la particular ubicación del aula en una escuela que es grande. “Al denunciar, los padres hablaron de un aula detrás de un escenario. En la inspección ocular se constatarondos aulas lejos de las otras, detrás de un telón, escondida”. Como antes funcionó un jardín de infantes, el baño está dentro del aula. “Nos llamó mucho la atención porque que no estamos acostumbrados a que estén separadas del resto y con estas condiciones, que en general no tienen las aulas de la primaria”.
El presunto abuso ocurrió en el recreo, cuando algunos chicos se quedaban en el aula. Ibañez y Serafini explicaron lo sensible de ocuparse de una denuncia así en una comunidad educativa. “Dentro de la escuela están las dos visiones: los testigos de la defensa que son los otros docentes, y la gente de Supervisión que les cree a los chicos, inicia los sumarios, son los primeros que impulsan la acción y vienen a declarar. Es muy difícil porque también hubo cambio de directivos”.
La Escuela hizo varios movimientos para aminorar lo traumático del episodio: cambiaron de aula a los chicos y los condujo un docente varón, por ejemplo. Los tres nenes terminaron el año escolar.
El examen psicodiagnóstico reveló indicadores de abuso infantil. “Hicimos hincapié de eso en varias audiencias y fundamentamos que la afectación en los dos niños es muy notoria. Esto también lo vio la psicóloga de la defensa”.
La acusación que preparan va de 3 hasta 10 años de prisión. Las funcionarias describieron que las familias están convencidas de lo sucedido. “Fueron a todas las audiencias y vimos lo mal que han estado; el Servicio de Atención a la Víctima debió contener tanto a padres como a niños, hay madres que estuvieron muy afectadas y fue muy difícil para las familias atravesar esto”.
Presentada la acusación las familias decidirán si serán querellantes. La audiencia preliminar no será antes de marzo. Allí la jueza Ivana González escuchará los argumentos y decidirá si eleva la causa a juicio oral unipersonal.
El Ministerio Público Fiscal decidió acusar a la docente Roxana Ortega del abuso simple de un nene y una nena de 7 años. La imputación se agrava por haber sido la encargada de su educación: era su maestra en la Escuela 201 Atilio Viglione del barrio Los Aromos de Trelew. Al dato lo confirmaron la fiscal Claudia Ibañez y la procuradora fiscal Guadalupe Serafini.
Esta semana venceel plazo y la Fiscalía evaluó que hay elementos para ir a un juicio oral. Además de las dos presuntas víctimas, un compañerito de 7 años habría sido testigo de los episodios en el aula de 2º grado. Los tres pasaron por la Cámara Gesell.
La docente está libre desde noviembre de 2024 tras cuatro meses de prisión domiciliaria preventiva. El caso explotó con su detención, en julio del año pasado. Y la opinión pública osciló entre el enojo de los padres y las marchas en apoyo a la sospechosa.
Con cautela para resguardar la intimidad de los nenes, las funcionarias precisaron que a uno de los involucrados le costó algo más relatar lo vivido. Lo trata una psicóloga particular, que colaboró para prepararlo para su declaración.
“Son momentos muy fuertes para los chicos más allá de estar acompañados por la Asesoría y los psicólogos –dijeron-. Pero lo pudieron pasar y es la única vez que vendrán a tribunales para hacer los informes. No los vamos a necesitar más y no vuelven a hablar”.
En la etapa de la pesquisa, a las investigadoras les llamó la atención la particular ubicación del aula en una escuela que es grande. “Al denunciar, los padres hablaron de un aula detrás de un escenario. En la inspección ocular se constatarondos aulas lejos de las otras, detrás de un telón, escondida”. Como antes funcionó un jardín de infantes, el baño está dentro del aula. “Nos llamó mucho la atención porque que no estamos acostumbrados a que estén separadas del resto y con estas condiciones, que en general no tienen las aulas de la primaria”.
El presunto abuso ocurrió en el recreo, cuando algunos chicos se quedaban en el aula. Ibañez y Serafini explicaron lo sensible de ocuparse de una denuncia así en una comunidad educativa. “Dentro de la escuela están las dos visiones: los testigos de la defensa que son los otros docentes, y la gente de Supervisión que les cree a los chicos, inicia los sumarios, son los primeros que impulsan la acción y vienen a declarar. Es muy difícil porque también hubo cambio de directivos”.
La Escuela hizo varios movimientos para aminorar lo traumático del episodio: cambiaron de aula a los chicos y los condujo un docente varón, por ejemplo. Los tres nenes terminaron el año escolar.
El examen psicodiagnóstico reveló indicadores de abuso infantil. “Hicimos hincapié de eso en varias audiencias y fundamentamos que la afectación en los dos niños es muy notoria. Esto también lo vio la psicóloga de la defensa”.
La acusación que preparan va de 3 hasta 10 años de prisión. Las funcionarias describieron que las familias están convencidas de lo sucedido. “Fueron a todas las audiencias y vimos lo mal que han estado; el Servicio de Atención a la Víctima debió contener tanto a padres como a niños, hay madres que estuvieron muy afectadas y fue muy difícil para las familias atravesar esto”.
Presentada la acusación las familias decidirán si serán querellantes. La audiencia preliminar no será antes de marzo. Allí la jueza Ivana González escuchará los argumentos y decidirá si eleva la causa a juicio oral unipersonal.