La costa patagónica argentina presenta, además de una biodiversidad muy rica, algunas zonas de muy difícil acceso, ya sea por las distancias, por el terreno, o por el clima hostil reinante en la región. Un claro ejemplo de ello lo representa el Parque Interjurisdiccional Marino Costero Patagonia Austral (PIMCPA), ubicado al norte del golfo San Jorge con sus más de 50 islas e islotes.
Es por ello que para poder estudiar gran parte de la biodiversidad de esa zona, la becaria del Centro para el Estudio de los Sistemas Marinos (CESIMAR-CONICET), Magalí Olmedo Masat, utiliza técnicas de teledetección satelital para obtener información de grandes extensiones geográficas durante largos períodos de tiempo.
“La idea surge porque queríamos hacer un proyecto que esté cercano al área, entonces decidimos tener como lugar de estudio al PIMCPA. Cuando me asocio con Noela Sánchez Carnero y Daniel Rodríguez Pérez, ellos me ofrecen trabajar con teledetección para monitorizar este sector del Parque a través de imágenes satelitales. En este lugar hay muchas islas a las que es muy difícil llegar en embarcaciones, entonces nuestra idea es tener una técnica de soporte para que los colegas que van al campo puedan monitorizar las poblaciones a las que no se puede llegar”, explica la científica del CENPAT.
A partir de allí, el proyecto se dividió en varias áreas: una de ellas era el estudio de las macroalgas junto a la especialista Paula Raffo; otra era la investigación de la vegetación terrestre y una tercera parte, que la realizamos en colaboración de Juan Pablo Pisoni, para estudiar y conocer los procesos oceanográficos y analizar de qué manera se mueven las masas de agua.
Para llevar adelante su proyecto, Olmedo Masat utiliza imágenes de los satélites Landsat y Spot que tienen resolución media y son de acceso libre y gratuito. “Por ejemplo, el Landsat pasa por la zona cada quince días, entonces cada dos semanas tengo una imagen del lugar, siempre y cuando no haya nubes”, aclara la especialista.
La teledetección ha permitido el mapeo y clasificación de aguas marinas poco profundas, la detección y monitoreo de bosques de algas durante largos períodos de tiempo, la diferenciación entre tipos de vegetación acuática (pastos marinos, sargazo, algas), la clasificación de macroalgas costeras, la detección de hábitats sumergidos de algas o incluso el mapeo de macroalgas bentónicas en aguas costeras turbias. “A través de este sistema y con el desarrollo de algoritmos, por ejemplo, se pueden detectar de manera remota algunos géneros y especies de algas para ver si tiempo atrás hubo arribazones de especies tóxicas. En esta zona, donde también hay especies que se cosechan para fines comestibles o de cosmética, se puede observar en qué lugar se distribuye más un tipo de especie. Además, esto también se puede transpolar a otras áreas, por ejemplo, al Golfo Nuevo”, indica la científica.
Con respecto a los procesos oceanográficos, Magalí Olmedo Masat, analizó un período de cinco años, utilizando 80 imágenes, a partir de las cuales, identificó más de 20 estructuras en el PIMCPA. Sin embargo, se centró en aquellas que son persistentes y de escala media para describir su ubicación y forma en detalle, y analizar su dependencia de variables como mareas, viento, batimetría y estacionalidad.
En su beca posdoctoral, que comenzó en este 2024, la especialista del CESIMAR se enfocará en la teledetección satelital de colonias de aves marinas y pinnípedos en la costa de Chubut: “En principio vamos a trabajar con lobos marinos y con cormoranes, que son especies que presentes en el área, por lo que se puede realizar los censos de sus poblaciones en temporada reproductiva. Se espera que, en un futuro, podamos encontrar metodologías que permitan la replicación para otros lugares”. Una de las intenciones de este nuevo proyecto es evaluar, también, la potencialidad y limitaciones de la teledetección satelital en fauna marina en áreas costeras.
La costa patagónica argentina presenta, además de una biodiversidad muy rica, algunas zonas de muy difícil acceso, ya sea por las distancias, por el terreno, o por el clima hostil reinante en la región. Un claro ejemplo de ello lo representa el Parque Interjurisdiccional Marino Costero Patagonia Austral (PIMCPA), ubicado al norte del golfo San Jorge con sus más de 50 islas e islotes.
Es por ello que para poder estudiar gran parte de la biodiversidad de esa zona, la becaria del Centro para el Estudio de los Sistemas Marinos (CESIMAR-CONICET), Magalí Olmedo Masat, utiliza técnicas de teledetección satelital para obtener información de grandes extensiones geográficas durante largos períodos de tiempo.
“La idea surge porque queríamos hacer un proyecto que esté cercano al área, entonces decidimos tener como lugar de estudio al PIMCPA. Cuando me asocio con Noela Sánchez Carnero y Daniel Rodríguez Pérez, ellos me ofrecen trabajar con teledetección para monitorizar este sector del Parque a través de imágenes satelitales. En este lugar hay muchas islas a las que es muy difícil llegar en embarcaciones, entonces nuestra idea es tener una técnica de soporte para que los colegas que van al campo puedan monitorizar las poblaciones a las que no se puede llegar”, explica la científica del CENPAT.
A partir de allí, el proyecto se dividió en varias áreas: una de ellas era el estudio de las macroalgas junto a la especialista Paula Raffo; otra era la investigación de la vegetación terrestre y una tercera parte, que la realizamos en colaboración de Juan Pablo Pisoni, para estudiar y conocer los procesos oceanográficos y analizar de qué manera se mueven las masas de agua.
Para llevar adelante su proyecto, Olmedo Masat utiliza imágenes de los satélites Landsat y Spot que tienen resolución media y son de acceso libre y gratuito. “Por ejemplo, el Landsat pasa por la zona cada quince días, entonces cada dos semanas tengo una imagen del lugar, siempre y cuando no haya nubes”, aclara la especialista.
La teledetección ha permitido el mapeo y clasificación de aguas marinas poco profundas, la detección y monitoreo de bosques de algas durante largos períodos de tiempo, la diferenciación entre tipos de vegetación acuática (pastos marinos, sargazo, algas), la clasificación de macroalgas costeras, la detección de hábitats sumergidos de algas o incluso el mapeo de macroalgas bentónicas en aguas costeras turbias. “A través de este sistema y con el desarrollo de algoritmos, por ejemplo, se pueden detectar de manera remota algunos géneros y especies de algas para ver si tiempo atrás hubo arribazones de especies tóxicas. En esta zona, donde también hay especies que se cosechan para fines comestibles o de cosmética, se puede observar en qué lugar se distribuye más un tipo de especie. Además, esto también se puede transpolar a otras áreas, por ejemplo, al Golfo Nuevo”, indica la científica.
Con respecto a los procesos oceanográficos, Magalí Olmedo Masat, analizó un período de cinco años, utilizando 80 imágenes, a partir de las cuales, identificó más de 20 estructuras en el PIMCPA. Sin embargo, se centró en aquellas que son persistentes y de escala media para describir su ubicación y forma en detalle, y analizar su dependencia de variables como mareas, viento, batimetría y estacionalidad.
En su beca posdoctoral, que comenzó en este 2024, la especialista del CESIMAR se enfocará en la teledetección satelital de colonias de aves marinas y pinnípedos en la costa de Chubut: “En principio vamos a trabajar con lobos marinos y con cormoranes, que son especies que presentes en el área, por lo que se puede realizar los censos de sus poblaciones en temporada reproductiva. Se espera que, en un futuro, podamos encontrar metodologías que permitan la replicación para otros lugares”. Una de las intenciones de este nuevo proyecto es evaluar, también, la potencialidad y limitaciones de la teledetección satelital en fauna marina en áreas costeras.