1 de cada 10 mujeres en la Argentina, deja de trabajar al tener un hijo, en tanto que 2 de cada 10, al tener 2 dos hijos. Así lo revela la última Encuesta Permanente de Hogares de 2024, publicado por la ONG Equipo Latinoamericano de Justicia y Género. Advierte además la investigación. que el desempleo afecta más a las mujeres que a los hombres, y es peor aún para aquellas que tienen hijos menores de 6 años.
El trabajo, se centra en la realización de mediciones del impacto económico, el tiempo, la tareas invisibles que implican para quienes tienen personas a cargo y la comparación con las licencia e paternidad en otros países. También, propuestas que podrían implementarse para mejorar la situación del país.Según datos del INDEC, en Argentina el 84% de las personas lleva adelante tareas invisibles de cuidado que se suman al esfuerzo laboral diario.
-1 de cada 10 mujeres, deja de trabajar al tener 1 hijo.
La ley de trabajo en Argentina se enfoca solo en el embarazo y el nacimiento. No toma en cuenta el cuidado después del nacimiento ni la participación de los padres en la crianza.
Los padres que tienen trabajo formal solo tienen dos días de licencia cuando nace su bebé. Después de eso, deben volver al trabajo, sin la posibilidad de estar con su hijo en sus primeros meses de vida.
En el caso de las madres, las licencias les permiten estar solo durante los primeros dos meses, aunque continúen amamantando, pero después deben conseguir alguien que cuide de su bebe cuando tiene que volver a trabajar.
¿Cómo cuidamos hoy?
Se asegura en la investigación realizada, que detrás de cada tarea de cuidado, hay un esfuerzo enorme que muchas veces se naturaliza. Eligiendo o no cuidar, muchas veces resulta muy cansador y genera estrés porque hay que hacer malabares para llegar con todo: el trabajo, la casa, la comida, la escuela de nuestros hijos, llegar a fin de mes. "Es mucho sobre nuestros hombros. ¿No podríamos cambiar algunas cosas para cuidar con más disfrute y menos estrés?", es la incógnita.
Y se remarca: "Es cierto que es parte de la tarea, muchas veces, pero también sucede porque no hay suficientes servicios, apoyos o tiempo para cuidar. Aunque suele pensarse que es algo privado, en realidad, cuidar es una responsabilidad que debería ser compartida entre las familias, las instituciones, las empresas y la comunidad.¿Por qué compartidas? Porque el cuidado es una necesidad básica para el bienestar de toda la sociedad. Todas las personas, en algún momento, necesitamos ser cuidados. Si esta responsabilidad es compartida, se garantiza que todos, sin importar las circunstancias, reciban la atención que necesitan para vivir de manera digna".
En se sentido, se hace especial hincapié que "al trabajar, las personas pagamos impuestos que se convierten en servicios. Cuando trabajamos o consumimos, generamos ganancias a empresas y estas también serían beneficiadas con un personal que no está abrumado por las tareas de cuidado. Y cuando cuidamos en comunidad, se fomenta la solidaridad y se fortalece el tejido social".
Distribuir la responsabilidad entre todos puede ayudarnos a construir una sociedad mejor. ¿Podríamos disfrutar más de cuidar?, es otra de las preguntas.“Creemos que sí pero, a menudo, las familias no tienen todas las herramientas necesarias para hacerlo. Y acá es donde entra la necesidad de fortalecer esa red de apoyos y servicios públicos y privados que complemente el trabajo de las familias y nos ayude a cuidar con el disfrute que nos merecemos", asegura Delfina Schenone Sienra, directora del área Políticas de ELA.
1 de cada 10 mujeres en la Argentina, deja de trabajar al tener un hijo, en tanto que 2 de cada 10, al tener 2 dos hijos. Así lo revela la última Encuesta Permanente de Hogares de 2024, publicado por la ONG Equipo Latinoamericano de Justicia y Género. Advierte además la investigación. que el desempleo afecta más a las mujeres que a los hombres, y es peor aún para aquellas que tienen hijos menores de 6 años.
El trabajo, se centra en la realización de mediciones del impacto económico, el tiempo, la tareas invisibles que implican para quienes tienen personas a cargo y la comparación con las licencia e paternidad en otros países. También, propuestas que podrían implementarse para mejorar la situación del país.Según datos del INDEC, en Argentina el 84% de las personas lleva adelante tareas invisibles de cuidado que se suman al esfuerzo laboral diario.
-1 de cada 10 mujeres, deja de trabajar al tener 1 hijo.
La ley de trabajo en Argentina se enfoca solo en el embarazo y el nacimiento. No toma en cuenta el cuidado después del nacimiento ni la participación de los padres en la crianza.
Los padres que tienen trabajo formal solo tienen dos días de licencia cuando nace su bebé. Después de eso, deben volver al trabajo, sin la posibilidad de estar con su hijo en sus primeros meses de vida.
En el caso de las madres, las licencias les permiten estar solo durante los primeros dos meses, aunque continúen amamantando, pero después deben conseguir alguien que cuide de su bebe cuando tiene que volver a trabajar.
¿Cómo cuidamos hoy?
Se asegura en la investigación realizada, que detrás de cada tarea de cuidado, hay un esfuerzo enorme que muchas veces se naturaliza. Eligiendo o no cuidar, muchas veces resulta muy cansador y genera estrés porque hay que hacer malabares para llegar con todo: el trabajo, la casa, la comida, la escuela de nuestros hijos, llegar a fin de mes. "Es mucho sobre nuestros hombros. ¿No podríamos cambiar algunas cosas para cuidar con más disfrute y menos estrés?", es la incógnita.
Y se remarca: "Es cierto que es parte de la tarea, muchas veces, pero también sucede porque no hay suficientes servicios, apoyos o tiempo para cuidar. Aunque suele pensarse que es algo privado, en realidad, cuidar es una responsabilidad que debería ser compartida entre las familias, las instituciones, las empresas y la comunidad.¿Por qué compartidas? Porque el cuidado es una necesidad básica para el bienestar de toda la sociedad. Todas las personas, en algún momento, necesitamos ser cuidados. Si esta responsabilidad es compartida, se garantiza que todos, sin importar las circunstancias, reciban la atención que necesitan para vivir de manera digna".
En se sentido, se hace especial hincapié que "al trabajar, las personas pagamos impuestos que se convierten en servicios. Cuando trabajamos o consumimos, generamos ganancias a empresas y estas también serían beneficiadas con un personal que no está abrumado por las tareas de cuidado. Y cuando cuidamos en comunidad, se fomenta la solidaridad y se fortalece el tejido social".
Distribuir la responsabilidad entre todos puede ayudarnos a construir una sociedad mejor. ¿Podríamos disfrutar más de cuidar?, es otra de las preguntas.“Creemos que sí pero, a menudo, las familias no tienen todas las herramientas necesarias para hacerlo. Y acá es donde entra la necesidad de fortalecer esa red de apoyos y servicios públicos y privados que complemente el trabajo de las familias y nos ayude a cuidar con el disfrute que nos merecemos", asegura Delfina Schenone Sienra, directora del área Políticas de ELA.