Por : Lorena Leeming / Redacción Jornada
La repercusión de la entrevista de Jornada en 2022 con Maira, (la “profe” de manejo de automóviles) bajo la denominación "Manos al volante" para mujeres visibilizó una gran demanda. Hizo que desde ese momento en que planteó públicamente que aprender a conducir no solo es una herramienta más en la vida, sino que significa entre otras cosas independencia y dejar de sufrir en varios casos, violencia; varias personas se sintieron identificadas y la llamaron. Hoy en día son más de un centenar quienes se animaron y ya manejan. Y no solo en Trelew desde donde surgió sino que también, mujeres de Rawson, Playa Unión, Gaiman y hasta una de ellas tomó clases para ir a radicarse a EE.UU. Puerto Madryn está en los planes. La perspectiva de género es el principal objetivo en el abordaje de la enseñanza. Y el éxito fue innegable. Las experiencias, únicas.
Maira confirmó que en la actualidad sigue (con menos intensidad) dando clases de manejo y nociones de mecánica a las mujeres. Remarca siempre que más que un emprendimiento comercial, se trata de empatizar con aquellas mujeres que por una u otra razón nunca pudieron estar frente a un volante, que dependieron de sus parejas o algún otro hombre de la familia y aportarles el conocimiento que puede darles una ayuda. Varias alumnas, (de todas las edades) en el proceso de aprender sufrieron violencia o malos tratos. Otras tantas, traumas relacionadas a situaciones de tránsito.
Aseguró que el 2022 fue el mejor año. “Luego de la entrevista fue un boom. Llegamos a tener una lista de espera. No alcanzaban los turnos porque muchas mujeres se sintieron identificadas. Decían que tenían el auto en la casa parado, que era salir a manejar con la pareja o algún miembro masculino, que era para pelea porque había demasiado confianza en esa relación. Muchas se sintieron identificadas. Con sus altos y bajos sigo haciendo el trabajo. A veces alguna mujer nos ve y nos llama. No solamente estoy en Trelew sino en Rawson, en Playa Unión, Gaiman y nos llamaron de Puerto Madryn también”, relató.
Recordó cómo es la modalidad de enseñanza para el manejo del automóvil. “Primero, cuando vamos a empezar las clases les pregunto si conocen su vehículo: medir el agua, el aceite, cubiertas. Si me dicen que no , les enseño cada cosa y revisar el propio vehículo, las cubiertas, si está todo ok vamos a la clase. También aunque parezca normalizado, les enseño el tema de cargar nafta. Para quien está perdiendo los miedos, es algo nuevo entrar a un surtidor”, ejemplificó graficando cuestiones que parecen mínimas, pero que son importantes al momento de tomar el mando de un automotor. “También les enseño cómo cargar el aire a las cubiertas. Todo conlleva al cuidado del vehículo”, sostuvo.
Sobre las experiencias vividas en estos dos años en esta actividad, Mayra subrayó que “me encontré con mujeres que tenían el derecho a su libertad vulnerado, porque el auto te da libertad, independencia para trabajar, para manejarse en familia, salir. Y es la pareja quien tiene el control de dónde vas”, remarcó.
Violencia de género
Indicó que hay casos en que “cuando las mujeres agarraban la confianza de salir solas, justo se les daba la casualidad que no les podían prestar el auto; y se quedaban sin practicar, y tenían que abandonar. Muchas veces me decían que no podían seguir por equis motivo, pero yo sabía que en realidad no era por eso, sino por la pareja, porque cuando llegábamos al domicilio la pareja me miraba raro, revisaba el auto, buscaba algún motivo como para decir: rompieron el auto no pueden seguir", describió.
Consultada respecto a cuánto tiempo se necesita para tomar el mando del auto y salir manejando, Maira contestó que “si una persona viene sin miedo, en 6 clases ya se anima a salir sola. Quien llega con algún trauma: puede ser que iba en un vehículo y chocó o algo, puede tardar 12 clases o más. Una alumna estuvo todo el año. El marido le había enseñado lo básico pero no aprendía, no se animaba. Estuvimos un año con nervios, lágrimas y no la abandoné. Yo le decía que iba a poder, que no íbamos a perder el tiempo y pudo. Hace un mes me la encontré en un semáforo. Nos saludamos. Fue una alegría enorme” relató sin poder contener las lágrimas de emoción. Claro, no es solo una cuestión de aprender a conducir, es superación propia, una independencia muchas veces impensada.
Admitió Maira que se emociona cada vez que obtiene un logro de estas características. “Me pasa de sentir mucha satisfacción cada vez que alguna alumna mía está en esa situación. Hay quienes ya piensan en vender el auto porque por ahí al separarse se lo quedan y no les sirve. Hoy son mujeres que manejan”, afirmó con una sonrisa.
Todo el Valle
¿Cuántas mujeres se animaron, aprendieron en estos dos años?. “Más de 100. En algún momento, Marisol y Lucia, dos compañeras más me tuvieron que dar una mano. Necesitaba una mujer con características similares. Confiaron en el proyecto. Me contaron su experiencia. Eramos 3 y trabajamos con mujeres de Trelew, Gaiman y zonas de chacras. También con estudiantes que en vacaciones venían a aprender y sacaban el carnet”, aseveró.
Habló de una experiencia en particular. “Una mujer debía irse por temas laborales a Estados Unidos y necesitaba aprender a manejar. Estuvo una semana en forma intensiva y ahora está manejando en otro país. Es una alumna internacional. Lo que yo hago no es algo comercial. Sentimos que acompañamos el proceso de cada mujer, que tiene una historia. Hacemos terapia. También les aconsejamos que vayan a un psicólogo. Con muchas de ellas, antes fueron alumnas y ahora de vez en cuando me invitan a tomar mate o me dan algunos regalitos. Una de ellas, en invierno me esperaba con un budín y café” ,explicó para darle contexto al trabajo que hizo y hace cada día para fortalecer la confianza en sí mismas de muchas mujeres que sufrieron algún tipo de vulneración.
El miedo
Aclaró Maira que no todas las alumnas van a aprender a manejar para sacar el carnet. Muchas de ellas, ya tienen carnet pero “no se animan” a manejar, tienen miedo. Y ese miedo las paraliza. “Vienen de otras partes y no pudieron aprender en ciudades más grandes y acá les cuesta sentarse frente al volante. Las que tienen carnet igual tienen miedo. No pueden. Piensan que algo malo va a pesar. Entonces yo les digo que deben confiar más en ellas mismas. Resolver según la situación de tránsito (si pasar un auto, frenar, qué decisión tomar, etcétera). Yo les doy el conocimiento. Les digo que se relajen y naturalicen. Algunas acompañan las clases con terapia psicológica”, ejemplificó.
¿Cómo es tu vida en la actualidad luego de la numerosa cantidad de mujeres que te buscaron para “animarse” a conducir?. “Sigo con las clases, sigo capacitándome. Los talleres son más reducidos y personales. Estamos dando clases en Trelew , Rawson, Playa Unión y Gaiman. Donde nos invitan a talleres vamos. Este año bajó la demanda. Hoy, antes de pagar un curso de manejo se prioriza comer, es la verdad. Pero cuando me quiero dar por vencida, aparece una alumna”, reveló.
Para finalizar, Maira se sinceró: “Mi sueño es poder tener un vehículo para quienes no tienen y quieren aprender. Es mucho gasto y está lejos de mi alcance. El apoyo de las mujeres es mucho. A veces me pongo mal pero sé que en algún momento voy a llegar. “Manos al volante” en mi cuenta de Facebook y por ahí se pueden comunicar conmigo”, concluyó.
Por : Lorena Leeming / Redacción Jornada
La repercusión de la entrevista de Jornada en 2022 con Maira, (la “profe” de manejo de automóviles) bajo la denominación "Manos al volante" para mujeres visibilizó una gran demanda. Hizo que desde ese momento en que planteó públicamente que aprender a conducir no solo es una herramienta más en la vida, sino que significa entre otras cosas independencia y dejar de sufrir en varios casos, violencia; varias personas se sintieron identificadas y la llamaron. Hoy en día son más de un centenar quienes se animaron y ya manejan. Y no solo en Trelew desde donde surgió sino que también, mujeres de Rawson, Playa Unión, Gaiman y hasta una de ellas tomó clases para ir a radicarse a EE.UU. Puerto Madryn está en los planes. La perspectiva de género es el principal objetivo en el abordaje de la enseñanza. Y el éxito fue innegable. Las experiencias, únicas.
Maira confirmó que en la actualidad sigue (con menos intensidad) dando clases de manejo y nociones de mecánica a las mujeres. Remarca siempre que más que un emprendimiento comercial, se trata de empatizar con aquellas mujeres que por una u otra razón nunca pudieron estar frente a un volante, que dependieron de sus parejas o algún otro hombre de la familia y aportarles el conocimiento que puede darles una ayuda. Varias alumnas, (de todas las edades) en el proceso de aprender sufrieron violencia o malos tratos. Otras tantas, traumas relacionadas a situaciones de tránsito.
Aseguró que el 2022 fue el mejor año. “Luego de la entrevista fue un boom. Llegamos a tener una lista de espera. No alcanzaban los turnos porque muchas mujeres se sintieron identificadas. Decían que tenían el auto en la casa parado, que era salir a manejar con la pareja o algún miembro masculino, que era para pelea porque había demasiado confianza en esa relación. Muchas se sintieron identificadas. Con sus altos y bajos sigo haciendo el trabajo. A veces alguna mujer nos ve y nos llama. No solamente estoy en Trelew sino en Rawson, en Playa Unión, Gaiman y nos llamaron de Puerto Madryn también”, relató.
Recordó cómo es la modalidad de enseñanza para el manejo del automóvil. “Primero, cuando vamos a empezar las clases les pregunto si conocen su vehículo: medir el agua, el aceite, cubiertas. Si me dicen que no , les enseño cada cosa y revisar el propio vehículo, las cubiertas, si está todo ok vamos a la clase. También aunque parezca normalizado, les enseño el tema de cargar nafta. Para quien está perdiendo los miedos, es algo nuevo entrar a un surtidor”, ejemplificó graficando cuestiones que parecen mínimas, pero que son importantes al momento de tomar el mando de un automotor. “También les enseño cómo cargar el aire a las cubiertas. Todo conlleva al cuidado del vehículo”, sostuvo.
Sobre las experiencias vividas en estos dos años en esta actividad, Mayra subrayó que “me encontré con mujeres que tenían el derecho a su libertad vulnerado, porque el auto te da libertad, independencia para trabajar, para manejarse en familia, salir. Y es la pareja quien tiene el control de dónde vas”, remarcó.
Violencia de género
Indicó que hay casos en que “cuando las mujeres agarraban la confianza de salir solas, justo se les daba la casualidad que no les podían prestar el auto; y se quedaban sin practicar, y tenían que abandonar. Muchas veces me decían que no podían seguir por equis motivo, pero yo sabía que en realidad no era por eso, sino por la pareja, porque cuando llegábamos al domicilio la pareja me miraba raro, revisaba el auto, buscaba algún motivo como para decir: rompieron el auto no pueden seguir", describió.
Consultada respecto a cuánto tiempo se necesita para tomar el mando del auto y salir manejando, Maira contestó que “si una persona viene sin miedo, en 6 clases ya se anima a salir sola. Quien llega con algún trauma: puede ser que iba en un vehículo y chocó o algo, puede tardar 12 clases o más. Una alumna estuvo todo el año. El marido le había enseñado lo básico pero no aprendía, no se animaba. Estuvimos un año con nervios, lágrimas y no la abandoné. Yo le decía que iba a poder, que no íbamos a perder el tiempo y pudo. Hace un mes me la encontré en un semáforo. Nos saludamos. Fue una alegría enorme” relató sin poder contener las lágrimas de emoción. Claro, no es solo una cuestión de aprender a conducir, es superación propia, una independencia muchas veces impensada.
Admitió Maira que se emociona cada vez que obtiene un logro de estas características. “Me pasa de sentir mucha satisfacción cada vez que alguna alumna mía está en esa situación. Hay quienes ya piensan en vender el auto porque por ahí al separarse se lo quedan y no les sirve. Hoy son mujeres que manejan”, afirmó con una sonrisa.
Todo el Valle
¿Cuántas mujeres se animaron, aprendieron en estos dos años?. “Más de 100. En algún momento, Marisol y Lucia, dos compañeras más me tuvieron que dar una mano. Necesitaba una mujer con características similares. Confiaron en el proyecto. Me contaron su experiencia. Eramos 3 y trabajamos con mujeres de Trelew, Gaiman y zonas de chacras. También con estudiantes que en vacaciones venían a aprender y sacaban el carnet”, aseveró.
Habló de una experiencia en particular. “Una mujer debía irse por temas laborales a Estados Unidos y necesitaba aprender a manejar. Estuvo una semana en forma intensiva y ahora está manejando en otro país. Es una alumna internacional. Lo que yo hago no es algo comercial. Sentimos que acompañamos el proceso de cada mujer, que tiene una historia. Hacemos terapia. También les aconsejamos que vayan a un psicólogo. Con muchas de ellas, antes fueron alumnas y ahora de vez en cuando me invitan a tomar mate o me dan algunos regalitos. Una de ellas, en invierno me esperaba con un budín y café” ,explicó para darle contexto al trabajo que hizo y hace cada día para fortalecer la confianza en sí mismas de muchas mujeres que sufrieron algún tipo de vulneración.
El miedo
Aclaró Maira que no todas las alumnas van a aprender a manejar para sacar el carnet. Muchas de ellas, ya tienen carnet pero “no se animan” a manejar, tienen miedo. Y ese miedo las paraliza. “Vienen de otras partes y no pudieron aprender en ciudades más grandes y acá les cuesta sentarse frente al volante. Las que tienen carnet igual tienen miedo. No pueden. Piensan que algo malo va a pesar. Entonces yo les digo que deben confiar más en ellas mismas. Resolver según la situación de tránsito (si pasar un auto, frenar, qué decisión tomar, etcétera). Yo les doy el conocimiento. Les digo que se relajen y naturalicen. Algunas acompañan las clases con terapia psicológica”, ejemplificó.
¿Cómo es tu vida en la actualidad luego de la numerosa cantidad de mujeres que te buscaron para “animarse” a conducir?. “Sigo con las clases, sigo capacitándome. Los talleres son más reducidos y personales. Estamos dando clases en Trelew , Rawson, Playa Unión y Gaiman. Donde nos invitan a talleres vamos. Este año bajó la demanda. Hoy, antes de pagar un curso de manejo se prioriza comer, es la verdad. Pero cuando me quiero dar por vencida, aparece una alumna”, reveló.
Para finalizar, Maira se sinceró: “Mi sueño es poder tener un vehículo para quienes no tienen y quieren aprender. Es mucho gasto y está lejos de mi alcance. El apoyo de las mujeres es mucho. A veces me pongo mal pero sé que en algún momento voy a llegar. “Manos al volante” en mi cuenta de Facebook y por ahí se pueden comunicar conmigo”, concluyó.