El Día de los no nacidos, Día de los Muertos, Halloween, en el País Vasco es: Gau Beltza. A fines de octubre el calendario marca esas efemérides, que, a la hora de la conmemoración, toman en cada sitio y, de acuerdo a la tradición, sus formas y características particulares.
En Euskal Herria, esta celebración, muy ligada al Euskera y a la zona rural vasca, se interrumpió a mediados del siglo pasado. Actualmente, se está intentando recuperar en sitios como Ondarroa, Mutriku, Lekeitio o Andoain. A imagen de lo que allí sucede, en Haraneko Euskal Etxea de Trelew, los vascos y vascas del Valle se dieron cita para recrear estos antiguos ritos. El pasado sábado 2 de noviembre celebraron su 'Gau Beltza' (Noche Negra) con un taller para txikis (niños y niñas), un recorrido mágico, bailes y cena compartida.
La propuesta del Taller de máscaras para txikis obtuvo una excelente respuesta y la cantidad de asistentes superó el cupo previsto. Hacia las 18:30, de la mano de la artista plástica Martina Mezzetti, 23 chicas y chicos se dedicaron a la confección de máscaras individuales, y a la realización de labores colectivas como pintar calabazas grandes, construir un espantapájaros y trabajar con las telas que visten las cabezas de los Trapuzar.
Además, sobre el final del taller, se adentraron en la cuestión de los miedos y temores. Sus dibujos y palabras en torno al tema se colocaron en una calabaza, a modo de caldero, y los miedos y temores fueron posteriormente quemados por las sorgiñas (brujas vascas) durante el recorrido.
Con la caída del sol, comenzó el recorrido mágico, de la mano de una sorgiña guía, interpretada por la docente y actriz Beatriz Baeza, acompañada por otras cinco sorgiñas.
Niños y adultos, a la luz de las velas, recorrieron varias estaciones, descubriendo historias cargadas de símbolos del mágico viejo mundo, tales como el altar de velas, personajes míticos, como el Trapuzar y las sorgiñak o hechiceras, para culminar con un ritual llamado “La Hoguera de los Temores” y la entrega de un eguzkilore a cada familia presente, a modo de poderoso amuleto solar protector. En la oscuridad de la noche, los sonidos e imágenes proyectadas en las paredes, las luces y las sombras, el fuego de la hoguera, la vestimenta, y todos los elementos, lograron recrear un ambiente verdaderamente mágico.
A medida que el público presente fue avanzando por el recorrido, fue viviendo una experiencia inmersiva, que conjugó lo lúdico con el significado profundo de la celebración y el rescate de distintos elementos de la Gau Beltza. La propuesta motivó una importante concurrencia de niños y niñas, y de la comunidad en general, que así tuvo la posibilidad de acercarse a la cultura vasca.
El Día de los no nacidos, Día de los Muertos, Halloween, en el País Vasco es: Gau Beltza. A fines de octubre el calendario marca esas efemérides, que, a la hora de la conmemoración, toman en cada sitio y, de acuerdo a la tradición, sus formas y características particulares.
En Euskal Herria, esta celebración, muy ligada al Euskera y a la zona rural vasca, se interrumpió a mediados del siglo pasado. Actualmente, se está intentando recuperar en sitios como Ondarroa, Mutriku, Lekeitio o Andoain. A imagen de lo que allí sucede, en Haraneko Euskal Etxea de Trelew, los vascos y vascas del Valle se dieron cita para recrear estos antiguos ritos. El pasado sábado 2 de noviembre celebraron su 'Gau Beltza' (Noche Negra) con un taller para txikis (niños y niñas), un recorrido mágico, bailes y cena compartida.
La propuesta del Taller de máscaras para txikis obtuvo una excelente respuesta y la cantidad de asistentes superó el cupo previsto. Hacia las 18:30, de la mano de la artista plástica Martina Mezzetti, 23 chicas y chicos se dedicaron a la confección de máscaras individuales, y a la realización de labores colectivas como pintar calabazas grandes, construir un espantapájaros y trabajar con las telas que visten las cabezas de los Trapuzar.
Además, sobre el final del taller, se adentraron en la cuestión de los miedos y temores. Sus dibujos y palabras en torno al tema se colocaron en una calabaza, a modo de caldero, y los miedos y temores fueron posteriormente quemados por las sorgiñas (brujas vascas) durante el recorrido.
Con la caída del sol, comenzó el recorrido mágico, de la mano de una sorgiña guía, interpretada por la docente y actriz Beatriz Baeza, acompañada por otras cinco sorgiñas.
Niños y adultos, a la luz de las velas, recorrieron varias estaciones, descubriendo historias cargadas de símbolos del mágico viejo mundo, tales como el altar de velas, personajes míticos, como el Trapuzar y las sorgiñak o hechiceras, para culminar con un ritual llamado “La Hoguera de los Temores” y la entrega de un eguzkilore a cada familia presente, a modo de poderoso amuleto solar protector. En la oscuridad de la noche, los sonidos e imágenes proyectadas en las paredes, las luces y las sombras, el fuego de la hoguera, la vestimenta, y todos los elementos, lograron recrear un ambiente verdaderamente mágico.
A medida que el público presente fue avanzando por el recorrido, fue viviendo una experiencia inmersiva, que conjugó lo lúdico con el significado profundo de la celebración y el rescate de distintos elementos de la Gau Beltza. La propuesta motivó una importante concurrencia de niños y niñas, y de la comunidad en general, que así tuvo la posibilidad de acercarse a la cultura vasca.