Universidad pública: ¿Por qué marchan hoy los argentinos?

02 OCT 2024 - 11:31 | Actualizado 02 OCT 2024 - 11:32

- Por Esteban Gallo

Rectorados, docentes, estudiantes y gremios universitarios se preparan para la movilización de esta tarde, en defensa de la universidad pública. De la marcha, participarán también sindicatos, organizaciones sociales, centros de estudiantes de universidades privadas y diversos sectores de la sociedad civil.

La protesta es contra el veto presidencial a la ley de financiamiento universitario que amenaza a la educación pública y en oposición a las políticas de vaciamiento a las universidades llevadas adelante por el Gobierno de Javier Milei.

Las consignas incluyen el rechazo a los recortes presupuestarios, la privatización de servicios y la eliminación de programas de becas, que garantizan el acceso a la educación de calidad en el país.

En medio de la disconformidad general, y lejos de apostar al diálogo como herramienta de paz, el gobierno de Milei dinamitó cualquier posibilidad de acercamiento con declaraciones infundadas cargadas de resentimiento y odio.

El propio presidente en su cuenta de twitter pidió auditorías para rastrear “alumnos inventados”, y compartió estimaciones infundadas sobre docentes con sueldos millonarios.

“Miente miente, que algo quedará” era el principio de la propaganda de Goebbels en la Alemania Nazi, y es también la estrategia del gobierno de Milei.

El que les tapó la boca fue el vicerrector de la UBA, Emiliano Yacobitti, con datos irrefutables que demuestran que más del 60 por ciento de los trabajadores de la universidad en todas las categorías están bajo la línea de pobreza y que un profesor adjunto que tiene dedicación exclusiva, ocho horas por día todos los días de la semana, está cobrando 840.000 pesos en mano.

Como consecuencia de esta realidad, la universidad pública está perdiendo a docentes de calidad que se van a trabajar a universidades privadas.

Hay otros perjuicios que vienen de la mano del anunciado veto presidencial, empezando por el funcionamiento mismo de las casas de estudios, que desde la llegada de este gobierno registra su nivel más bajo desde que se tiene registro.

Si un presupuesto adecuado, las universidades tampoco tendrán partidas para sostener un plan de becas que permita ayudar a los estudiantes de menores recursos. Ese siempre fue un valor de la educación pública y una herramienta de democratización y de igualdad que permite que las grandes mayorías accedan a la educación.

Para muchos jóvenes, tener o no tener una beca es la diferencia entre poder estudiar o no poder hacerlo, porque hoy se enfrentan al sogazo de un plan económico que los está matando y que incluye el aumento de los servicios, del transporte público y de los alquileres.

¿Por qué la universidad pública argentina es un faro para los países de América Latina y es admirada en muchas naciones desarrolladas del mundo?

Por su calidad académica, por la producción que genera en ciencia y tecnología, por la inclusión educativa, porque la formación de profesionales de excelencia, porque está abierta al mundo. Todo eso que Milei quiere destruir en nombre de un supuesto equilibrio fiscal que está haciendo pelota a todos los argentinos, como lo indican todos los índices de la economía argentina.

El cínico vocero presidencial Javier Adorni, que se regodea de dar malas noticias, dijo ayer que el veto de Milei a la ley de financiamiento universitario será publicado en el próximo boletín oficial.

La confirmación de la noticia no sorprende a nadie. No solo por la personalidad obtusa del presidente y su incapacidad para escuchar el reclamo de la comunidad sino por lo que la historia del país nos enseña.

La universidad argentina se construyó sobre las luchas populares. Es por eso que cada vez que llega al poder un gobierno antipopular arremete contra la universidad, la ataca, la golpea, la recorta, la vacía.

Lo que hoy está en discusión no solo es un presupuesto universitario. Está en juego el derecho a la universidad pública y a un proyecto de país igualitario y democrático.

En defensa de esos valores y conquistas, la gente sale hoy a la calle.

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02 OCT 2024 - 11:31

- Por Esteban Gallo

Rectorados, docentes, estudiantes y gremios universitarios se preparan para la movilización de esta tarde, en defensa de la universidad pública. De la marcha, participarán también sindicatos, organizaciones sociales, centros de estudiantes de universidades privadas y diversos sectores de la sociedad civil.

La protesta es contra el veto presidencial a la ley de financiamiento universitario que amenaza a la educación pública y en oposición a las políticas de vaciamiento a las universidades llevadas adelante por el Gobierno de Javier Milei.

Las consignas incluyen el rechazo a los recortes presupuestarios, la privatización de servicios y la eliminación de programas de becas, que garantizan el acceso a la educación de calidad en el país.

En medio de la disconformidad general, y lejos de apostar al diálogo como herramienta de paz, el gobierno de Milei dinamitó cualquier posibilidad de acercamiento con declaraciones infundadas cargadas de resentimiento y odio.

El propio presidente en su cuenta de twitter pidió auditorías para rastrear “alumnos inventados”, y compartió estimaciones infundadas sobre docentes con sueldos millonarios.

“Miente miente, que algo quedará” era el principio de la propaganda de Goebbels en la Alemania Nazi, y es también la estrategia del gobierno de Milei.

El que les tapó la boca fue el vicerrector de la UBA, Emiliano Yacobitti, con datos irrefutables que demuestran que más del 60 por ciento de los trabajadores de la universidad en todas las categorías están bajo la línea de pobreza y que un profesor adjunto que tiene dedicación exclusiva, ocho horas por día todos los días de la semana, está cobrando 840.000 pesos en mano.

Como consecuencia de esta realidad, la universidad pública está perdiendo a docentes de calidad que se van a trabajar a universidades privadas.

Hay otros perjuicios que vienen de la mano del anunciado veto presidencial, empezando por el funcionamiento mismo de las casas de estudios, que desde la llegada de este gobierno registra su nivel más bajo desde que se tiene registro.

Si un presupuesto adecuado, las universidades tampoco tendrán partidas para sostener un plan de becas que permita ayudar a los estudiantes de menores recursos. Ese siempre fue un valor de la educación pública y una herramienta de democratización y de igualdad que permite que las grandes mayorías accedan a la educación.

Para muchos jóvenes, tener o no tener una beca es la diferencia entre poder estudiar o no poder hacerlo, porque hoy se enfrentan al sogazo de un plan económico que los está matando y que incluye el aumento de los servicios, del transporte público y de los alquileres.

¿Por qué la universidad pública argentina es un faro para los países de América Latina y es admirada en muchas naciones desarrolladas del mundo?

Por su calidad académica, por la producción que genera en ciencia y tecnología, por la inclusión educativa, porque la formación de profesionales de excelencia, porque está abierta al mundo. Todo eso que Milei quiere destruir en nombre de un supuesto equilibrio fiscal que está haciendo pelota a todos los argentinos, como lo indican todos los índices de la economía argentina.

El cínico vocero presidencial Javier Adorni, que se regodea de dar malas noticias, dijo ayer que el veto de Milei a la ley de financiamiento universitario será publicado en el próximo boletín oficial.

La confirmación de la noticia no sorprende a nadie. No solo por la personalidad obtusa del presidente y su incapacidad para escuchar el reclamo de la comunidad sino por lo que la historia del país nos enseña.

La universidad argentina se construyó sobre las luchas populares. Es por eso que cada vez que llega al poder un gobierno antipopular arremete contra la universidad, la ataca, la golpea, la recorta, la vacía.

Lo que hoy está en discusión no solo es un presupuesto universitario. Está en juego el derecho a la universidad pública y a un proyecto de país igualitario y democrático.

En defensa de esos valores y conquistas, la gente sale hoy a la calle.


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