El Alzheimer, un desafío que involucra a la familia

La psicóloga Viviana Traversa reconoce como “central” el rol de la familia durante estos procesos y sobre todo en la instancia de planificación ante el primer diagnóstico de un paciente y las decisiones a tomar respecto a la evolución de la enfermedad.

La psicóloga Viviana Traversa remarcó que el Alzheimer no necesariamente afecta a las personas de mayor edad,
22 SEP 2024 - 15:32 | Actualizado 22 SEP 2024 - 15:36

El Alzheimer debe mirarse como un desafío familiar y si bien, es una enfermedad que no admite una evolución cognitiva permite identificar factores de riesgo que pueden retrasar su evolución. La psicóloga Viviana Traversa reconoce como “central” el rol de la familia durante estos procesos y sobre todo en la instancia de planificación ante el primer diagnóstico de un paciente y las decisiones a tomar respecto a la evolución de la enfermedad y en particular, cuando ya no pueda decidir por sí mismo. “Para la familia es una tranquilidad saber que su ser querido pudo ser parte de las decisiones que se van a tomar y que esto permitirá que el transcurso de esta enfermedad degenerativa sea mucho más amena para todos” y agregó que esto comprende por igual a quien padece Alzheimer como a su grupo familiar que también se encuentra íntimamente involucrado desde un punto de vista múltiple.

”Tiene que ver desde lo sentimental, lo económico y el impacto de la vida cotidiana también del familiar”.
Traversa sostuvo en Cadena Tiempo que durante la pandemia se pudo observar un considerable crecimiento del deterioro cognitivo y que personas “que podían haber llegado a un deterioro cognitivo o una demencia de una forma más tardía en su vida, pero esto se adelantó”, reflexionó.

Y reconoció que muchos factores que marcaron incidencia en estos casos extremos fueron “el aislamiento que sufrieron las personas mayores, el no poder estar en contacto con sus seres queridos y dejar de participar socialmente con situaciones simples como hacer las compras, un trámite, salir a divertirse o participar de un taller”.

En este aspecto, Viviana Traversa resaltó la importancia que implica en las personas, la participación social y el “sentirse parte” mediante la charla, el paseo o la distracción. “Esto es lo que permite que el cerebro trabaje y aprenda cosas nuevas. Se producen más conexiones cerebrales, productos del aprendizaje y debido a esto es menor y más lento el deterioro que puede producirse”.

La profesional especializada en adultos mayores adelantó que se avanzará con campañas de concientización preventivas con la participación de un equipo interdisciplinario. “Debemos pensar en cuáles son aquellas acciones protectoras para hacer que un deterioro cognitivo sea cada vez más lejano”. Admitió que las conversaciones a nivel familiar, no suelen plantearse con esta perspectiva y que la posibilidad de una enfermedad degenerativa se manifieste, simplemente genera miedo.

La psicóloga remarcó que el Alzheimer no necesariamente afecta a las personas de mayor edad, sino que ha evolucionado inclusive en términos de franja etarea. “En realidad depende del tipo de calidad de vida que vamos teniendo. Afecta la participación social y hasta si estamos o no en pareja. El tema de la soledad es peligroso. Poder compartir con otros es fundamental aunque a partir de los cincuenta años en adelante, uno tiene que empezar a potenciar el cuidado. Empezamos a envejecer a partir de los treinta. Esa es la realidad del ser humano aunque hemos ganado muchos años al deterioro y a la enfermedad producto del tipo de trabajo de menor impacto a la salud y por supuesto, todos los logros a nivel médico y farmacéutico que hacen que uno sienta que prospera”.

“Seamos sinceros –planteó Traversa- a los cuarenta años empezamos a perder la vista y a los treinta y cinco empezamos a tener problemas bucales. Esto va mostrando básicamente que vamos a envejeciendo. Esto no significa que esto terminará en una demencia. Hay personas de noventa y hasta de cien años, con su parte cognitiva fantástica. Tiene que ver con lo que hacemos con la vida y los cuidados tanto desde la salud cardiovascular como a nivel nutricional; la participación social y lo psicológico”, reconoció.

“A veces la depresión es un paso previo para una demencia temprana, entonces hay muchos aspectos para poder trabajar de modo preventivo”. Tras impulsar un Cine Debate en el Auditorio del Colegio Médico alentó a que la familia tenga una participación activa en el “antes” para afrontar un “después” no traumático. “Se reelaboran las emociones y los roles. De ser un hijo cuidado a ser cuidador, asumiendo responsabilidades hacia sus padres. Éstas no deben ser de sobreprotección sino de acompañamiento. Uno tiene que pensar que en el impacto que este tipo de enfermedad produce en la familia. Hay que transitarla con la mejor salud mental posible y para esto tenemos que hablar”.

La psicóloga Viviana Traversa remarcó que el Alzheimer no necesariamente afecta a las personas de mayor edad,
22 SEP 2024 - 15:32

El Alzheimer debe mirarse como un desafío familiar y si bien, es una enfermedad que no admite una evolución cognitiva permite identificar factores de riesgo que pueden retrasar su evolución. La psicóloga Viviana Traversa reconoce como “central” el rol de la familia durante estos procesos y sobre todo en la instancia de planificación ante el primer diagnóstico de un paciente y las decisiones a tomar respecto a la evolución de la enfermedad y en particular, cuando ya no pueda decidir por sí mismo. “Para la familia es una tranquilidad saber que su ser querido pudo ser parte de las decisiones que se van a tomar y que esto permitirá que el transcurso de esta enfermedad degenerativa sea mucho más amena para todos” y agregó que esto comprende por igual a quien padece Alzheimer como a su grupo familiar que también se encuentra íntimamente involucrado desde un punto de vista múltiple.

”Tiene que ver desde lo sentimental, lo económico y el impacto de la vida cotidiana también del familiar”.
Traversa sostuvo en Cadena Tiempo que durante la pandemia se pudo observar un considerable crecimiento del deterioro cognitivo y que personas “que podían haber llegado a un deterioro cognitivo o una demencia de una forma más tardía en su vida, pero esto se adelantó”, reflexionó.

Y reconoció que muchos factores que marcaron incidencia en estos casos extremos fueron “el aislamiento que sufrieron las personas mayores, el no poder estar en contacto con sus seres queridos y dejar de participar socialmente con situaciones simples como hacer las compras, un trámite, salir a divertirse o participar de un taller”.

En este aspecto, Viviana Traversa resaltó la importancia que implica en las personas, la participación social y el “sentirse parte” mediante la charla, el paseo o la distracción. “Esto es lo que permite que el cerebro trabaje y aprenda cosas nuevas. Se producen más conexiones cerebrales, productos del aprendizaje y debido a esto es menor y más lento el deterioro que puede producirse”.

La profesional especializada en adultos mayores adelantó que se avanzará con campañas de concientización preventivas con la participación de un equipo interdisciplinario. “Debemos pensar en cuáles son aquellas acciones protectoras para hacer que un deterioro cognitivo sea cada vez más lejano”. Admitió que las conversaciones a nivel familiar, no suelen plantearse con esta perspectiva y que la posibilidad de una enfermedad degenerativa se manifieste, simplemente genera miedo.

La psicóloga remarcó que el Alzheimer no necesariamente afecta a las personas de mayor edad, sino que ha evolucionado inclusive en términos de franja etarea. “En realidad depende del tipo de calidad de vida que vamos teniendo. Afecta la participación social y hasta si estamos o no en pareja. El tema de la soledad es peligroso. Poder compartir con otros es fundamental aunque a partir de los cincuenta años en adelante, uno tiene que empezar a potenciar el cuidado. Empezamos a envejecer a partir de los treinta. Esa es la realidad del ser humano aunque hemos ganado muchos años al deterioro y a la enfermedad producto del tipo de trabajo de menor impacto a la salud y por supuesto, todos los logros a nivel médico y farmacéutico que hacen que uno sienta que prospera”.

“Seamos sinceros –planteó Traversa- a los cuarenta años empezamos a perder la vista y a los treinta y cinco empezamos a tener problemas bucales. Esto va mostrando básicamente que vamos a envejeciendo. Esto no significa que esto terminará en una demencia. Hay personas de noventa y hasta de cien años, con su parte cognitiva fantástica. Tiene que ver con lo que hacemos con la vida y los cuidados tanto desde la salud cardiovascular como a nivel nutricional; la participación social y lo psicológico”, reconoció.

“A veces la depresión es un paso previo para una demencia temprana, entonces hay muchos aspectos para poder trabajar de modo preventivo”. Tras impulsar un Cine Debate en el Auditorio del Colegio Médico alentó a que la familia tenga una participación activa en el “antes” para afrontar un “después” no traumático. “Se reelaboran las emociones y los roles. De ser un hijo cuidado a ser cuidador, asumiendo responsabilidades hacia sus padres. Éstas no deben ser de sobreprotección sino de acompañamiento. Uno tiene que pensar que en el impacto que este tipo de enfermedad produce en la familia. Hay que transitarla con la mejor salud mental posible y para esto tenemos que hablar”.


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