Partido Integrar: Chubut, la soberanía energética y los servicios públicos

La agrupación política volvió a publicar otro documento, esta vez sobre la necesidad de un proceso de resolución progresiva y transformadora del sistema de prestación de Servicios Públicos Esenciales. "No considerar la política de servicios públicos en el debate de la política energética constituiría un grave error", aseguran desde Integrar.

20 SEP 2024 - 9:01 | Actualizado 20 SEP 2024 - 9:17

Desde hace décadas se debate circularmente en la provincia del Chubut sobre los llamados servicios públicos esenciales. Hacemos esa caracterización geométrica en tanto ese debate reproduce una inercia repetitiva, sin generar nunca una disrupción superadora que modifique de manera sustancial las condiciones estructurales que provocan la reiteración constante de los mismos problemas.

El abordaje se limita a reconocer la crítica situación, pero sin profundizar en una correcta y profunda comprensión de la problemática y desde alli generar la construcción de un proceso de resolución progresiva y transformadora del sistema de prestación de Servicios Públicos Esenciales.

Un mal diagnóstico puede llevar a implementar “exitosamente” la solución equivocada. Por ello no serían aconsejables soluciones intempestivas, para la tribuna, sin un profundo análisis que implique la participación efectiva de todos los actores directos del sistema.

Como primera medida, y en ese marco de análisis participativo, no podemos realizar un diagnóstico correcto sin una mirada profundamente sistémica.

Pensar en términos de autonomía, nos lleva a pretender eliminar la interdependencia sistémica que hay en las cadenas de valor y especialmente en la cadena de valor energética, caracterizada por la vinculación compleja del Sistema Argentino de Interconexión (SADI) y por la intermediación integral de CAMMESA en términos comerciales y administrativos.

Entendemos por ello, que resulta necesario comprender la existencia de un sistema provincial que articula, por un lado los vínculos, jurídicos, técnicos, comerciales y físicos del sistema provincial con el esquema federal, y por otro lado debe armonizar el esquema de responsabilidades entre el estado provincial y los estados municipales, conjuntamente con el derecho de la población a recibir un suministro de energía continuo, regular, uniforme y general que cumpla con las metas y niveles mínimos de calidad que determine la Autoridad de Aplicación.

Tarifas y facturación / De un sistema anárquico a un formato común

La mención de la generalidad del suministro indica el derecho de los usuarios de los servicios a una equiparación en cuanto a las condiciones de organización técnica y administrativa del sistema.

Este último aspecto sugiere que la elaboración de los cuadros tarifarios y los modos de facturación sean comunes a todos, un formato organizacional absolutamente diferente al disperso y anárquico esquema actualmente existente en Chubut.

Pensar en términos de soberanía nos permite pensar una interacción virtuosa entre la provincia, su propio territorio y el vínculo con las demás provincias en el marco de la unidad nacional, independientemente de cuales sean las figuras circunstanciales que administran lo técnico.

La causa de las fallas de los servicios públicos

Las fallas sistémicas en los servicios públicos de la provincia de Chubut nacen a partir de un antiguo, ineficiente e inadecuado esquema, en el marco del vetusto marco regulatorio derivado de la Ley Nacional 24065, al cual la provincia adhirió mediante la Ley I-N°159 y de cuya adhesión derivaron lo actuales marcos regulatorios provinciales materializados en las leyes I-N°191 y N°196.

Este añejo e ineficiente esquema de regulación, propone la división jurisdiccional y territorial de la provincia en nombre de un falso criterio de autonomía, que resulta impropio e inadecuado para la estructuración y organización de un esquema prestacional regulado en torno a una misma autoridad de aplicación.

Como consecuencia, se le quita capacidad de coordinación al sistema y a sus partes, para darse las herramientas necesarias tanto físicas, tecnológicas, comerciales y financieras, las cuales, desde su dinámica, puedan tornarse aptas para construir las soluciones que la realidad requiere.

Autonomía y soberanía no son lo mismo

Por último, la idea de autonomía como sustitutiva de soberanía, le quita potencia a la idea de integración territorial y por ende corre riesgo de ir hacia un esquema separatista, que solo toma sentido desde los objetivos disolutorios de la patria que persiguen los actores de la geopolítica global y se disputan los recursos naturales y sus derivados, como la energía, en el marco de sus propias estrategias de seguridad.

La integración territorial es la base esencial para la consolidación de la soberanía territorial.

Las denominaciones no son caprichosas, el contenido simbólico siempre es una parte fundamental de la construcción de sentido en la comunidad. Implementar el concepto de soberanía desde su amplio sentido político y no desde su mero y estricto significado jurídico es una clave para aferrarse a lo nacional y defenderlo, cuando ello es permanentemente atacado en nombre de la globalización, de la “seguridad jurídica” para las inversiones” y de un falso sentido de libertad.

Hablar de Soberanía Energética debe llevarnos a hablar de la integración territorial, de incluir a su población a un piso común de calidad de vida y de oportunidades de desarrollo material y espiritual, a partir de las cuales construir la felicidad del pueblo y la grandeza de la patria.

La política energética es hoy, en términos de geopolítica, una de las principales herramientas que los gobiernos disponen para alcanzar sus objetivos.

Sin una política energética no es posible una patria

No son anónimos los esfuerzos de los grupos de interés (o de lobby) extranjeros asociados a actores locales que pujan, en el marco de la denominada transición energética global por la construcción de una matriz energética desnacionalizada y dependiente de los flujos tecnológicos y financieros extranjeros.

Es casi imposible hoy, en el marco de la interdependencia que existe a nivel global y nacional en el marco de los sistema productivos y económicos, aspirar a una autonomía en términos de total autoabastecimiento, no obstante, esa autonomía, debe construirse en el marco de la soberanía como marco estratégico para la toma de decisiones.

En ese contexto, la idea de Soberanía Energética debe ser el enlace entre la política energética general como marco para la transformación de los recursos naturales en energía y la política de servicios públicos, como polea de transmisión entre esa política energética, que se sirve de los recursos del pueblo, para ponerlos al servicio del propio pueblo como destinatario de esa energía, eje transversal y fundamental de su desarrollo.

La provincia de Chubut no es la excepción en ese enlace entre soberanía, energía y territorio. Por eso, no considerar la política de servicios públicos en el debate de la política energética constituiría un grave error.

Hablar de soberanía energética, no implica discutir en términos jurídicos donde reside esta condición, si en el Estado nacional o en las Provincias. Hablar de soberanía energética implica abrazar, bajo esa denominación, una idea de destino común que nos lleve a poner nuestros recursos a disposición de la patria, de sus territorios y de cada uno de sus habitantes.

Integrar es la tarea.

Chubut, setiembre de 2024

INSTITUTO DE PLANIFICACIÓN AGENDA CHUBUT - OBSERVATORIO PRODUCTIVO, ECONOMICO y AMBIENTAL - INTEGRAR

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20 SEP 2024 - 9:01

Desde hace décadas se debate circularmente en la provincia del Chubut sobre los llamados servicios públicos esenciales. Hacemos esa caracterización geométrica en tanto ese debate reproduce una inercia repetitiva, sin generar nunca una disrupción superadora que modifique de manera sustancial las condiciones estructurales que provocan la reiteración constante de los mismos problemas.

El abordaje se limita a reconocer la crítica situación, pero sin profundizar en una correcta y profunda comprensión de la problemática y desde alli generar la construcción de un proceso de resolución progresiva y transformadora del sistema de prestación de Servicios Públicos Esenciales.

Un mal diagnóstico puede llevar a implementar “exitosamente” la solución equivocada. Por ello no serían aconsejables soluciones intempestivas, para la tribuna, sin un profundo análisis que implique la participación efectiva de todos los actores directos del sistema.

Como primera medida, y en ese marco de análisis participativo, no podemos realizar un diagnóstico correcto sin una mirada profundamente sistémica.

Pensar en términos de autonomía, nos lleva a pretender eliminar la interdependencia sistémica que hay en las cadenas de valor y especialmente en la cadena de valor energética, caracterizada por la vinculación compleja del Sistema Argentino de Interconexión (SADI) y por la intermediación integral de CAMMESA en términos comerciales y administrativos.

Entendemos por ello, que resulta necesario comprender la existencia de un sistema provincial que articula, por un lado los vínculos, jurídicos, técnicos, comerciales y físicos del sistema provincial con el esquema federal, y por otro lado debe armonizar el esquema de responsabilidades entre el estado provincial y los estados municipales, conjuntamente con el derecho de la población a recibir un suministro de energía continuo, regular, uniforme y general que cumpla con las metas y niveles mínimos de calidad que determine la Autoridad de Aplicación.

Tarifas y facturación / De un sistema anárquico a un formato común

La mención de la generalidad del suministro indica el derecho de los usuarios de los servicios a una equiparación en cuanto a las condiciones de organización técnica y administrativa del sistema.

Este último aspecto sugiere que la elaboración de los cuadros tarifarios y los modos de facturación sean comunes a todos, un formato organizacional absolutamente diferente al disperso y anárquico esquema actualmente existente en Chubut.

Pensar en términos de soberanía nos permite pensar una interacción virtuosa entre la provincia, su propio territorio y el vínculo con las demás provincias en el marco de la unidad nacional, independientemente de cuales sean las figuras circunstanciales que administran lo técnico.

La causa de las fallas de los servicios públicos

Las fallas sistémicas en los servicios públicos de la provincia de Chubut nacen a partir de un antiguo, ineficiente e inadecuado esquema, en el marco del vetusto marco regulatorio derivado de la Ley Nacional 24065, al cual la provincia adhirió mediante la Ley I-N°159 y de cuya adhesión derivaron lo actuales marcos regulatorios provinciales materializados en las leyes I-N°191 y N°196.

Este añejo e ineficiente esquema de regulación, propone la división jurisdiccional y territorial de la provincia en nombre de un falso criterio de autonomía, que resulta impropio e inadecuado para la estructuración y organización de un esquema prestacional regulado en torno a una misma autoridad de aplicación.

Como consecuencia, se le quita capacidad de coordinación al sistema y a sus partes, para darse las herramientas necesarias tanto físicas, tecnológicas, comerciales y financieras, las cuales, desde su dinámica, puedan tornarse aptas para construir las soluciones que la realidad requiere.

Autonomía y soberanía no son lo mismo

Por último, la idea de autonomía como sustitutiva de soberanía, le quita potencia a la idea de integración territorial y por ende corre riesgo de ir hacia un esquema separatista, que solo toma sentido desde los objetivos disolutorios de la patria que persiguen los actores de la geopolítica global y se disputan los recursos naturales y sus derivados, como la energía, en el marco de sus propias estrategias de seguridad.

La integración territorial es la base esencial para la consolidación de la soberanía territorial.

Las denominaciones no son caprichosas, el contenido simbólico siempre es una parte fundamental de la construcción de sentido en la comunidad. Implementar el concepto de soberanía desde su amplio sentido político y no desde su mero y estricto significado jurídico es una clave para aferrarse a lo nacional y defenderlo, cuando ello es permanentemente atacado en nombre de la globalización, de la “seguridad jurídica” para las inversiones” y de un falso sentido de libertad.

Hablar de Soberanía Energética debe llevarnos a hablar de la integración territorial, de incluir a su población a un piso común de calidad de vida y de oportunidades de desarrollo material y espiritual, a partir de las cuales construir la felicidad del pueblo y la grandeza de la patria.

La política energética es hoy, en términos de geopolítica, una de las principales herramientas que los gobiernos disponen para alcanzar sus objetivos.

Sin una política energética no es posible una patria

No son anónimos los esfuerzos de los grupos de interés (o de lobby) extranjeros asociados a actores locales que pujan, en el marco de la denominada transición energética global por la construcción de una matriz energética desnacionalizada y dependiente de los flujos tecnológicos y financieros extranjeros.

Es casi imposible hoy, en el marco de la interdependencia que existe a nivel global y nacional en el marco de los sistema productivos y económicos, aspirar a una autonomía en términos de total autoabastecimiento, no obstante, esa autonomía, debe construirse en el marco de la soberanía como marco estratégico para la toma de decisiones.

En ese contexto, la idea de Soberanía Energética debe ser el enlace entre la política energética general como marco para la transformación de los recursos naturales en energía y la política de servicios públicos, como polea de transmisión entre esa política energética, que se sirve de los recursos del pueblo, para ponerlos al servicio del propio pueblo como destinatario de esa energía, eje transversal y fundamental de su desarrollo.

La provincia de Chubut no es la excepción en ese enlace entre soberanía, energía y territorio. Por eso, no considerar la política de servicios públicos en el debate de la política energética constituiría un grave error.

Hablar de soberanía energética, no implica discutir en términos jurídicos donde reside esta condición, si en el Estado nacional o en las Provincias. Hablar de soberanía energética implica abrazar, bajo esa denominación, una idea de destino común que nos lleve a poner nuestros recursos a disposición de la patria, de sus territorios y de cada uno de sus habitantes.

Integrar es la tarea.

Chubut, setiembre de 2024

INSTITUTO DE PLANIFICACIÓN AGENDA CHUBUT - OBSERVATORIO PRODUCTIVO, ECONOMICO y AMBIENTAL - INTEGRAR


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