LAS 5 SENTENCIAS DE ESTEBAN sobre la dura derrota de Brown en el Conti
La "Banda" cayó de local frente a San Martín de Tucumán en tiempo de descuento. El equipo de Sialle jugó mal, asumió una postura timorata y lo pagó en la última jugada.
-Muy ordinario
Guillermo Brown y San Martin de Tucumán jugaron un partido de pobrísimo nivel, que hubiese terminado en cero, si no fuera por el penal sancionado a favor de los tucumanos, en el último minuto de juego.
El primer tiempo fue horrible, sin situaciones claras de gol para ninguno de los dos equipos. Con Brown priorizando el orden defensivo y un rival desconcentrado e impreciso, los 45 minutos iniciales fueron de lo peor que hemos visto en la temporada actual de la Primera Nacional.
-San Martin lo buscó
El puntero de la zona A jugó un partido discreto, pero tuvo la virtud de salir a jugar el segundo tiempo con el claro objetivo de conseguir los tres puntos. De la mano de Abregú, que se hizo patrón en la mitad de la cancha y la enjundia de Bettini, Diarte y Rodriguez, San Martín se adueñó de la pelota y fue a buscar el partido. Al final, Klusener, de penal, le dio el triunfo que merecía.
-Arbitraje irreprochable
Brown ha sido perjudicado por los árbitros en varios partidos del certamen, sobre todo en la primera ronda. Esta vez, el arbitraje de Juan Pafundi fue correcto y su performance no incidió en el resultado del partido, a pesar del enojo de Cacho Sialle y de algunos simpatizantes. A instancias del juez de línea anuló correctamente un gol convertido por Gonzalo Rodríguez, por offside de Junior Arias. En la jugada del penal, su decisión fue irreprochable. Hubo clara mano de Elías Martínez, que de ninguna manera podía ignorar.
-Juega a empatar
Brown no creó una sola situación de peligro en todo el partido. Hay carencias individuales muy notorias que se perciben desde el comienzo del campeonato, pero también hay una actitud conservadora que es marca registrada de este equipo conducido por Sialle. Una vez más, Brown cedió la pelota al rival, se refugió en el fondo, priorizó el orden táctico y renunció a atacar al rival, incluso a contragolpearlo. Los laterales no pasaron al ataque y los volantes nunca conectaron con Galeano, aislado y deglutido en soledad por los defensores tucumanos. Brown juega a empatar, como si sumar de a un punto fuera lo que necesita para conservar la categoría. Lo que suele ocurrir con los equipos que juegan a empatar es que pierden. Y eso es lo que sucedió.
-Se viene otra final
Brown visitará a Arsenal en la próxima fecha en una finalísima por no descender. A la ausencia de Mauro Fernández se sumará la de Camilo Machado, que llegó al límite de tarjetas amarillas, lo que implicará un desafío mayor para el cuerpo técnico de la Banda. Después enfrentará a rivales más riesgosos todavía, el poderoso San Martin de San Juan en el Conti, y a continuación el clásico con Madryn en el Coliseo. De pronto, si hay un partido que debe ganar, es el del domingo próximo. Brown no tiene margen para especular y teniendo en cuenta lo que viene después, frente a Arsenal no puede pensar en otra cosa que no sea la victoria.
-Muy ordinario
Guillermo Brown y San Martin de Tucumán jugaron un partido de pobrísimo nivel, que hubiese terminado en cero, si no fuera por el penal sancionado a favor de los tucumanos, en el último minuto de juego.
El primer tiempo fue horrible, sin situaciones claras de gol para ninguno de los dos equipos. Con Brown priorizando el orden defensivo y un rival desconcentrado e impreciso, los 45 minutos iniciales fueron de lo peor que hemos visto en la temporada actual de la Primera Nacional.
-San Martin lo buscó
El puntero de la zona A jugó un partido discreto, pero tuvo la virtud de salir a jugar el segundo tiempo con el claro objetivo de conseguir los tres puntos. De la mano de Abregú, que se hizo patrón en la mitad de la cancha y la enjundia de Bettini, Diarte y Rodriguez, San Martín se adueñó de la pelota y fue a buscar el partido. Al final, Klusener, de penal, le dio el triunfo que merecía.
-Arbitraje irreprochable
Brown ha sido perjudicado por los árbitros en varios partidos del certamen, sobre todo en la primera ronda. Esta vez, el arbitraje de Juan Pafundi fue correcto y su performance no incidió en el resultado del partido, a pesar del enojo de Cacho Sialle y de algunos simpatizantes. A instancias del juez de línea anuló correctamente un gol convertido por Gonzalo Rodríguez, por offside de Junior Arias. En la jugada del penal, su decisión fue irreprochable. Hubo clara mano de Elías Martínez, que de ninguna manera podía ignorar.
-Juega a empatar
Brown no creó una sola situación de peligro en todo el partido. Hay carencias individuales muy notorias que se perciben desde el comienzo del campeonato, pero también hay una actitud conservadora que es marca registrada de este equipo conducido por Sialle. Una vez más, Brown cedió la pelota al rival, se refugió en el fondo, priorizó el orden táctico y renunció a atacar al rival, incluso a contragolpearlo. Los laterales no pasaron al ataque y los volantes nunca conectaron con Galeano, aislado y deglutido en soledad por los defensores tucumanos. Brown juega a empatar, como si sumar de a un punto fuera lo que necesita para conservar la categoría. Lo que suele ocurrir con los equipos que juegan a empatar es que pierden. Y eso es lo que sucedió.
-Se viene otra final
Brown visitará a Arsenal en la próxima fecha en una finalísima por no descender. A la ausencia de Mauro Fernández se sumará la de Camilo Machado, que llegó al límite de tarjetas amarillas, lo que implicará un desafío mayor para el cuerpo técnico de la Banda. Después enfrentará a rivales más riesgosos todavía, el poderoso San Martin de San Juan en el Conti, y a continuación el clásico con Madryn en el Coliseo. De pronto, si hay un partido que debe ganar, es el del domingo próximo. Brown no tiene margen para especular y teniendo en cuenta lo que viene después, frente a Arsenal no puede pensar en otra cosa que no sea la victoria.