Solidaridad anónima que atravesó el corazón de los trelewenses

Una caja, una bolsa, varios elementos y carteles. Con estas donaciones a sus pies, amaneció la glorieta de la Plaza Independencia de Trelew el 27 de agosto. Un vecino con fines solidarios decidió aportar con quien más lo necesita con elementos que él no usaría: ropa, calzado y otras cosas; #porunmundomássolidario es el lema. La intención: ser imitado. Quiso ser anónimo pero su gesto trascendió por la nobleza y la empatía.

05 SEP 2024 - 13:57 | Actualizado 05 SEP 2024 - 22:57

Por Lorena Leeming / Redacción Jornada

No todo está perdido. En medio de la crisis que entristece y angustia a tanta gente, aún hay personas que piensan en el prójimo y aportan su granito de arena. Es el caso de David Tadé. Hace unos días, agarró un par de bolsas e incluyó elementos que ya no usaría, como ropa y calzado. Una mañana decidió dejarla en forma anónima en la plaza Independencia de Trelew con tan solo un cartelito: “Al que le sirva, se lo queda”. Para reforzar un acto que ojalá se replique en la comunidad lo publicó en su cuenta de Facebook y claro, dejó de ser anónimo y se animó (a pesar de aclarar que jamás fue su intención hacerlo público) a contar cómo nació su iniciativa. “Mi idea fue que esa mañana, alguien fuese feliz al tomar la bolsa”, dijo.

Junto al cartel, David puso un hashtag: #porunmundomássolidario. “Se me ocurrió hacerlo cuando estaba ordenando mi casa, sacando cosas que ya no uso ni voy a usar porque voy a reemplazar. Dije: todo esto lo voy a donar. Pero de una forma original, no llevándolo a un lugar. Lo puse en una bolsa y lo puse en un lugar público con la idea que alguien que le sirva lo encuentre y le pueda alegrar el día”, relató.

“Solidaridad y empatía es la clave” dijo a Jornada David. Es original, ameno, y lejos está su objetivo de ser él el protagonista, sino que solamente su acción impacte en alguna persona, que con honestidad, lo levante si realmente lo necesita. Pero claro, sorprendió a miles de vecinos esta clase de conducta porque es poco vista, casi no usada, parecida tal vez a alguna iniciativa asemejada a percheros anónimos que se ponían en lugares públicos para que quien necesitara un abrigo, lo retire y a quien le sobrara, lo dejara allí.

Entiende David que no tiene ningún sentido acumular elementos que ya no va a utilizar. Porque seguramente, hay alguien que los necesita. Una reflexión que bien vale la pena ser imitada y que tal vez, lo sea. “Es un granito de arena de mi parte a la comunidad” reveló.

Él es licenciado en Administración y estudiante de Ciencias Políticas. En la entrevista trató de ponerle palabras a su acción aún sorprendido por la repercusión. “En estos tiempos difíciles que vemos que está atravesando la ciudad, se ve que mucha gente necesita ayuda. Yo quiero demostrar que cualquier persona, con un poquito puede ayudar. Esa fue mi idea. Es fundamental ser solidarios para conseguir una sociedad mejor”, deslizó.

Admite David que lo tomó por sorpresa la cantidad de personas que reaccionó a su colaboración. “Yo ya lo había hecho un par de veces lo mismo. Doné varias cosas dejándolas en la calle un par de veces para que alguien aleatorio se la lleve y le alegre el día. Lo publicaba y quedaba ahí. Lo veían amigos. Esta vez, no sé, tuvo mucha repercusión”, dijo sonriendo y sin ocultar su felicidad por pensar solamente que alguien pueda sumarse o imitar la iniciativa.
Detalló en ese sentido que “dejé unas zapatillas para que alguien que le sirva y les venga bien, las pueda llevar. Yo sé que a alguien ayudé. No sé quién la llevó. El cartel lo inventé yo. Nunca me fijo quien lo levanta, lo que sé es que desapareció enseguida”, aclaró.

Habló del hasthtag. “El mensaje que puedo dejar en estos tiempos y por lo que está pasando la gente, es que es fundamental que seamos solidarios. Que nos ayudemos entre todos. Que seamos empáticos con la necesidad de cada uno y que todos con un poquito, puede ayudar a los demás. Todos tenemos algo que ya no usamos y que tal vez, acumulamos y hay alguien que la puede necesitar. Ponerlo a disposición puede hacer feliz a otro”.

Las palabras para este tipo de gestos, sobran. La mañana del 27 de agosto en Trelew fue diferente por un ratito. Fue un día en que en lugar de ser la glorieta noticia como tantas veces (por hechos vandálicos) o por alguna otra advertencia negativa, hoy se replica en medios de comunicación y redes sociales por la nobleza y empatía de un vecino que tiende a impulsar a otras personas en colaborar para quienes lo necesitan. David quiso ser anónimo pero no lo logró porque su iniciativa atravesó el corazón de muchos. Eso en estos tiempos, se agradece. Y si bien él se sorprendió, las “gracias” fueron públicas.

05 SEP 2024 - 13:57

Por Lorena Leeming / Redacción Jornada

No todo está perdido. En medio de la crisis que entristece y angustia a tanta gente, aún hay personas que piensan en el prójimo y aportan su granito de arena. Es el caso de David Tadé. Hace unos días, agarró un par de bolsas e incluyó elementos que ya no usaría, como ropa y calzado. Una mañana decidió dejarla en forma anónima en la plaza Independencia de Trelew con tan solo un cartelito: “Al que le sirva, se lo queda”. Para reforzar un acto que ojalá se replique en la comunidad lo publicó en su cuenta de Facebook y claro, dejó de ser anónimo y se animó (a pesar de aclarar que jamás fue su intención hacerlo público) a contar cómo nació su iniciativa. “Mi idea fue que esa mañana, alguien fuese feliz al tomar la bolsa”, dijo.

Junto al cartel, David puso un hashtag: #porunmundomássolidario. “Se me ocurrió hacerlo cuando estaba ordenando mi casa, sacando cosas que ya no uso ni voy a usar porque voy a reemplazar. Dije: todo esto lo voy a donar. Pero de una forma original, no llevándolo a un lugar. Lo puse en una bolsa y lo puse en un lugar público con la idea que alguien que le sirva lo encuentre y le pueda alegrar el día”, relató.

“Solidaridad y empatía es la clave” dijo a Jornada David. Es original, ameno, y lejos está su objetivo de ser él el protagonista, sino que solamente su acción impacte en alguna persona, que con honestidad, lo levante si realmente lo necesita. Pero claro, sorprendió a miles de vecinos esta clase de conducta porque es poco vista, casi no usada, parecida tal vez a alguna iniciativa asemejada a percheros anónimos que se ponían en lugares públicos para que quien necesitara un abrigo, lo retire y a quien le sobrara, lo dejara allí.

Entiende David que no tiene ningún sentido acumular elementos que ya no va a utilizar. Porque seguramente, hay alguien que los necesita. Una reflexión que bien vale la pena ser imitada y que tal vez, lo sea. “Es un granito de arena de mi parte a la comunidad” reveló.

Él es licenciado en Administración y estudiante de Ciencias Políticas. En la entrevista trató de ponerle palabras a su acción aún sorprendido por la repercusión. “En estos tiempos difíciles que vemos que está atravesando la ciudad, se ve que mucha gente necesita ayuda. Yo quiero demostrar que cualquier persona, con un poquito puede ayudar. Esa fue mi idea. Es fundamental ser solidarios para conseguir una sociedad mejor”, deslizó.

Admite David que lo tomó por sorpresa la cantidad de personas que reaccionó a su colaboración. “Yo ya lo había hecho un par de veces lo mismo. Doné varias cosas dejándolas en la calle un par de veces para que alguien aleatorio se la lleve y le alegre el día. Lo publicaba y quedaba ahí. Lo veían amigos. Esta vez, no sé, tuvo mucha repercusión”, dijo sonriendo y sin ocultar su felicidad por pensar solamente que alguien pueda sumarse o imitar la iniciativa.
Detalló en ese sentido que “dejé unas zapatillas para que alguien que le sirva y les venga bien, las pueda llevar. Yo sé que a alguien ayudé. No sé quién la llevó. El cartel lo inventé yo. Nunca me fijo quien lo levanta, lo que sé es que desapareció enseguida”, aclaró.

Habló del hasthtag. “El mensaje que puedo dejar en estos tiempos y por lo que está pasando la gente, es que es fundamental que seamos solidarios. Que nos ayudemos entre todos. Que seamos empáticos con la necesidad de cada uno y que todos con un poquito, puede ayudar a los demás. Todos tenemos algo que ya no usamos y que tal vez, acumulamos y hay alguien que la puede necesitar. Ponerlo a disposición puede hacer feliz a otro”.

Las palabras para este tipo de gestos, sobran. La mañana del 27 de agosto en Trelew fue diferente por un ratito. Fue un día en que en lugar de ser la glorieta noticia como tantas veces (por hechos vandálicos) o por alguna otra advertencia negativa, hoy se replica en medios de comunicación y redes sociales por la nobleza y empatía de un vecino que tiende a impulsar a otras personas en colaborar para quienes lo necesitan. David quiso ser anónimo pero no lo logró porque su iniciativa atravesó el corazón de muchos. Eso en estos tiempos, se agradece. Y si bien él se sorprendió, las “gracias” fueron públicas.


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