Una familia con dos pequeños a la que balearon y le mataron el perro, tiene a su agresor viviendo en la casa de enfrente.
El caso ocurrió el lunes a la tarde, en el barrio Amaya II, cuando el vecino irrumpió en una casa de familia donde estaban una pareja, los hijos y la suegra, y empezó a los tiros.
El agresor reclamaba al inquilino que se vayan de la casa, pero estos últimos desconocen que él sea el propietario.
El vecino, de unos 45 años, disparó a los pies al dueño de casa y antes de irse le mató el perro. La balacera pasó cerca de una beba de dos años que apareció gateando.
El vecino quedó detenido y le dieron un mes de prisión domiciliaria en la casa de enfrente.
La pareja atacada, ahora, convive con el agresor que les mató el perro, si bien pesa sobre este una restricción de acercamiento.
El perro muerto, Mirko, fue enterrado en el patio de la casa que es el motivo de las disputas con el vecino.
Mirko tenía seis años, se crio con la familia desde que tenía 45 días, y aseguran que no se querían con el vecino de enfrente.
Al parecer el perro era bueno con todos, pero desconfiaba del hombre que le disparó.
La causa quedó encuadrada como daños y abuso de arma, lo que no prevé una pena demasiado rigurosa.
La muerte del Miko, por ahora, quedó impune en la Justicia. El perro saltó a defender a su dueño cuando le dieron un balazo y murió minutos después.
Una familia con dos pequeños a la que balearon y le mataron el perro, tiene a su agresor viviendo en la casa de enfrente.
El caso ocurrió el lunes a la tarde, en el barrio Amaya II, cuando el vecino irrumpió en una casa de familia donde estaban una pareja, los hijos y la suegra, y empezó a los tiros.
El agresor reclamaba al inquilino que se vayan de la casa, pero estos últimos desconocen que él sea el propietario.
El vecino, de unos 45 años, disparó a los pies al dueño de casa y antes de irse le mató el perro. La balacera pasó cerca de una beba de dos años que apareció gateando.
El vecino quedó detenido y le dieron un mes de prisión domiciliaria en la casa de enfrente.
La pareja atacada, ahora, convive con el agresor que les mató el perro, si bien pesa sobre este una restricción de acercamiento.
El perro muerto, Mirko, fue enterrado en el patio de la casa que es el motivo de las disputas con el vecino.
Mirko tenía seis años, se crio con la familia desde que tenía 45 días, y aseguran que no se querían con el vecino de enfrente.
Al parecer el perro era bueno con todos, pero desconfiaba del hombre que le disparó.
La causa quedó encuadrada como daños y abuso de arma, lo que no prevé una pena demasiado rigurosa.
La muerte del Miko, por ahora, quedó impune en la Justicia. El perro saltó a defender a su dueño cuando le dieron un balazo y murió minutos después.