La Comarca Andina abre las puertas del invierno: “Una experiencia inolvidable donde todo es posible”
Esquiar en el cerro Perito Moreno, los paseos náuticos por el Parque Nacional Lago Puelo, el laberinto y las bodegas en El Hoyo; La Trochita en El Maitén, trekking hasta La Condorera en Epuyén y conocer la cabaña de Butch Cassidy en Cholila forman parte de la oferta.
Con los primeros rayos de sol, cada martes, jueves y sábado los artesanos y productores arman sus puestos en la plaza Pagano a la espera de los turistas, quienes tienen siempre su primera parada en la popular feria, única en Latinoamérica. “El Bolsón te abre las puertas del invierno, prepárate para vivir una experiencia inolvidable donde todo es posible”, anticipan desde la oficina de Turismo.
Para las vacaciones de julio ya hay centenares de reservas y consultas para esquiar en familia en el cerro Perito Moreno, donde la temporada arranca el 29 de junio y tiene singulares ventajas comparativas: el pase diario para los medios de elevación costará 50 dólares (en otros centros de esquí de Patagonia saldrá casi el triple), no hay que hacer colas, ofrece más de 24 km esquiables con 16 pistas y cinco puntos gastronómicos, además de descuentos importantes para quienes se queden varios días.
Además, el Plateau (en la cumbre a 2.800 msnm) brinda cientos de hectáreas de nieve virgen y la oportunidad de esquiar solo acompañado por los cóndores. Hay una aerosilla que trepa hasta una confitería con vistas de 360° y a la hora de divertirse la oferta incluye también una caminata en raquetas por los bosques de lengas.
Pero la Comarca Andina es mucho más que esquí: a 11 km del centro de El Bolsón aparece El Bosque Tallado en las estribaciones del cerro Piltriquitrón, aún con su explosión de ocres y nubes bajas y las 61 esculturas monumentales sobre troncos extraídos de un incendio y creadas por artistas locales y del mundo. Rappel en el cerro Amigo; escalada en las cascadas de hielo o una cabalgata por la costa del río Azul atravesando espesos bosques de cipreses son parte de las actividades preparadas para disfrutar de una tarde en familia.
Ya tomando el auto, la propuesta es disfrutar del circuito pavimentado por Mallín Ahogado, en medio de un escenario natural donde sobresale en toda su inmensidad el cordón montañoso que limita con Chile. Por allí aparecen impactantes cascadas y parques temáticos para que los chicos tengan una aventura inolvidable.
Paralelo 42°
Cruzando el paralelo 42°, el valle de El Hoyo es sinónimo de “buen descanso escuchando el murmullo del río Epuyén y a los pies del cerro Pirque”. Por estos días permanecen abiertas las bodegas locales con sus viñedos, que invitan “a conocer el fascinante mundo del vino patagónico”. Están ubicadas a pocos metros del laberinto “Patagonia” (el más grande de Sudamérica), donde el desafío es sortear los intrincados y atrapantes caminitos compuestos por 2.100 cipreses para encontrar la salida. Si los hijos quedaron con ganas de más adrenalina, a la entrada de la localidad está el parque temático “Arcosauria”, con todos los animales de la Era del Hielo. También se puede llegar hasta Puerto Patriada (lago Epuyén) y El Desemboque (lago Puelo), con la posibilidad de caminar por sus playas o simplemente contemplar la belleza natural sentado en la orilla.
Por su parte, en el Parque Nacional Lago Puelo se pueden hacer las excursiones lacustres costeras, alquilar un kayak para remar hasta La Playita o una cabalgata hasta los miradores del cerro Currumahuida.
En las vacaciones de invierno, El Maitén ofrece las excursiones en La Trochita con sus centenarias locomotoras Henschel y Baldwin que invitan a “un verdadero viaje por el tiempo”, además de conocer el museo ferroviario y los talleres. Cerca de las vías, aún se observan las viviendas levantadas con durmientes de quebracho colorado (traído desde el norte), que dan identidad a la arquitectura pueblerina.
Por su parte, Epuyén abre el Parque Municipal Puerto Bonito, con sus pequeñas caletas ideales para disfrutar de unos mates y conocer a sus artesanos. También se puede caminar hasta La Condorera o Bahía Las Percas, con un paisaje cordillerano que quedará para siempre en sus retinas.
En tanto, Cholila es sinónimo de “la mejor carne del mundo” y siempre está la posibilidad de un buen asado en alguna de las parrillas del pueblo. Además, es la tierra que aún encierra los misterios de antiguos bandoleros y cazadores tehuelches. A orillas del río Blanco, se puede visitar la cabaña de Butch Cassidy, que sigue de pie y es fiel testimonio de las andanzas de la misma “banda salvaje” que a finales del siglo XIX asoló trenes y bancos en el oeste norteamericano.
Camino a la Villa Lago Rivadavia, aparecen las pinturas rupestres de Cerro Pintado, que son un verdadero tesoro arqueológico y revela la presencia en el lugar hace dos mil años de la tribu de los “chulilasken” (de parentesco indígena con el mundo tehuelche).
Con los primeros rayos de sol, cada martes, jueves y sábado los artesanos y productores arman sus puestos en la plaza Pagano a la espera de los turistas, quienes tienen siempre su primera parada en la popular feria, única en Latinoamérica. “El Bolsón te abre las puertas del invierno, prepárate para vivir una experiencia inolvidable donde todo es posible”, anticipan desde la oficina de Turismo.
Para las vacaciones de julio ya hay centenares de reservas y consultas para esquiar en familia en el cerro Perito Moreno, donde la temporada arranca el 29 de junio y tiene singulares ventajas comparativas: el pase diario para los medios de elevación costará 50 dólares (en otros centros de esquí de Patagonia saldrá casi el triple), no hay que hacer colas, ofrece más de 24 km esquiables con 16 pistas y cinco puntos gastronómicos, además de descuentos importantes para quienes se queden varios días.
Además, el Plateau (en la cumbre a 2.800 msnm) brinda cientos de hectáreas de nieve virgen y la oportunidad de esquiar solo acompañado por los cóndores. Hay una aerosilla que trepa hasta una confitería con vistas de 360° y a la hora de divertirse la oferta incluye también una caminata en raquetas por los bosques de lengas.
Pero la Comarca Andina es mucho más que esquí: a 11 km del centro de El Bolsón aparece El Bosque Tallado en las estribaciones del cerro Piltriquitrón, aún con su explosión de ocres y nubes bajas y las 61 esculturas monumentales sobre troncos extraídos de un incendio y creadas por artistas locales y del mundo. Rappel en el cerro Amigo; escalada en las cascadas de hielo o una cabalgata por la costa del río Azul atravesando espesos bosques de cipreses son parte de las actividades preparadas para disfrutar de una tarde en familia.
Ya tomando el auto, la propuesta es disfrutar del circuito pavimentado por Mallín Ahogado, en medio de un escenario natural donde sobresale en toda su inmensidad el cordón montañoso que limita con Chile. Por allí aparecen impactantes cascadas y parques temáticos para que los chicos tengan una aventura inolvidable.
Paralelo 42°
Cruzando el paralelo 42°, el valle de El Hoyo es sinónimo de “buen descanso escuchando el murmullo del río Epuyén y a los pies del cerro Pirque”. Por estos días permanecen abiertas las bodegas locales con sus viñedos, que invitan “a conocer el fascinante mundo del vino patagónico”. Están ubicadas a pocos metros del laberinto “Patagonia” (el más grande de Sudamérica), donde el desafío es sortear los intrincados y atrapantes caminitos compuestos por 2.100 cipreses para encontrar la salida. Si los hijos quedaron con ganas de más adrenalina, a la entrada de la localidad está el parque temático “Arcosauria”, con todos los animales de la Era del Hielo. También se puede llegar hasta Puerto Patriada (lago Epuyén) y El Desemboque (lago Puelo), con la posibilidad de caminar por sus playas o simplemente contemplar la belleza natural sentado en la orilla.
Por su parte, en el Parque Nacional Lago Puelo se pueden hacer las excursiones lacustres costeras, alquilar un kayak para remar hasta La Playita o una cabalgata hasta los miradores del cerro Currumahuida.
En las vacaciones de invierno, El Maitén ofrece las excursiones en La Trochita con sus centenarias locomotoras Henschel y Baldwin que invitan a “un verdadero viaje por el tiempo”, además de conocer el museo ferroviario y los talleres. Cerca de las vías, aún se observan las viviendas levantadas con durmientes de quebracho colorado (traído desde el norte), que dan identidad a la arquitectura pueblerina.
Por su parte, Epuyén abre el Parque Municipal Puerto Bonito, con sus pequeñas caletas ideales para disfrutar de unos mates y conocer a sus artesanos. También se puede caminar hasta La Condorera o Bahía Las Percas, con un paisaje cordillerano que quedará para siempre en sus retinas.
En tanto, Cholila es sinónimo de “la mejor carne del mundo” y siempre está la posibilidad de un buen asado en alguna de las parrillas del pueblo. Además, es la tierra que aún encierra los misterios de antiguos bandoleros y cazadores tehuelches. A orillas del río Blanco, se puede visitar la cabaña de Butch Cassidy, que sigue de pie y es fiel testimonio de las andanzas de la misma “banda salvaje” que a finales del siglo XIX asoló trenes y bancos en el oeste norteamericano.
Camino a la Villa Lago Rivadavia, aparecen las pinturas rupestres de Cerro Pintado, que son un verdadero tesoro arqueológico y revela la presencia en el lugar hace dos mil años de la tribu de los “chulilasken” (de parentesco indígena con el mundo tehuelche).