El 24 de abril de 1982 el buque con 1.093 tripulantes zarpó desde el puerto de Ushuaia con la misión de mantenerse fuera del área de exclusión vigilando las intenciones de las fuerzas enemigas.
Cuatro días más tarde, el día 28, se reunió al norte de Isla de los Estados con los destructoresPiedrabuenayBouchardy el petrolero de YPFPuerto Rosales, conformando así el Grupo de Tareas 79.3 Los destructores tenían la función de protegerlo, formar una cortina y tratar de ponerlo a salvo, tanto de enemigos de superficie, como aéreos o submarinos.
El General Belgrano, como nave capitana del grupo, se debía mantener en espera en la zona entre los meridianos de Isla de los Estados y el Banco Burdwood. Para la segunda fase se introduciría el concepto de la interceptación de unidades enemigas y/o neutralización, actuando en coordinación con otros grupos de tareas.
Cronología
La tarde del sábado 1 de mayo, minutos después de las 20,00, el crucero recibió nuevas órdenes. El GT 79.3 se convertiría en uno de los brazos de una maniobra de pinzas que se abalanzaría contra los británicos desde el sur, mientras que el GT 79.2, conformado por el portaaviones25 de Mayo, sería el otro brazo de la maniobra.
El GT 79.3 se ubicaría hacia al este y tendría como misión desgastar al enemigo utilizando los misiles MM-38 Exocet transportados por los dos destructores, ocho en total. En el caso del crucero, su función sería la de rematar con sus cañones a los buques británicos dañados, ya que el alcance y pegada de sus torres de 6 pulgadas lo convertían en una herramienta válida.
Las órdenes dadas a los buques indicaban la previsión de movimiento hacia las 05:30 del 2 de mayo. Debido a problemas en el portaaviones por su baja velocidad y la escasez de viento suficiente en la zona, se obligó a retrasar el ataque.
La cancelación definitiva del ataque llegó a las 05,00 hs, sorprendiendo al GT 79.3 mientras estaba en pleno movimiento. Se recibió entonces un mensaje del Comando Superior donde se ordenaba un cambio de las operaciones planificadas con anterioridad. Ahora debía mantenerse en un área más hacia el oeste en espera de nuevas órdenes.
A las 15,20 el Belgrano se ubicó a 100 millas de la Isla de los Estados y a 35 de la zona de exclusión total.
El submarino HMS “Conqueror” había comenzado a seguir al “General Belgrano” el 1° de mayo por la mañana, y después de recibir autorización del gobierno de la premier Margaret Thatcher disparó los torpedos.
A las 16:02, el “General Belgrano” se sacudió violentamente como consecuencia de una poderosa explosión, seguida del cese inmediato de energía e iluminación. Este fue el primero de los tres torpedos MK-813 lanzados por el Conqueror desde una distancia de 5 kilómetros. Unos momentos después el segundo torpedo produjo una nueva explosión en la altura de la proa de la nave.
Este nuevo impacto provocó el desprendimiento de 12 metros de la proa del buque, que inmediatamente comenzó la inclinación a babor y hacia las 16:05, se dio la orden de zafarrancho de siniestro.
A las 16.23 el comandante Héctor Bonzo dio la orden de abandonar la nave; la marejada que había en ese momento dificultó la visión y la comunicación entre las balsas, por lo cual algunas quedaron sobrecargadas con 30 personas y otras subocupadas con no más de tres marinos.
A las 16.50 la escora de 60° preanunciaba el hundimiento, y en 10 minutos el crucero fue engullido por las aguas aproximadamente en el punto 55°24′S 61°32′O del Océano Atlántico.
El crucero tardó en total una hora en irse a pique a 4.200 metros bajo el mar, en el fondo de la cuenca de Los Yaganes, a 200 millas al sur de la Isla Gran Malvina.
El rescate
Una vez que la noticia del hundimiento de la nave llegó al continente, se dispuso un operativo de rescate que se extendió hasta el día 9 de mayo, verificando la imposibilidad de que quedaran más supervivientes o cadáveres en la zona.
Los buques recogieron un total de 793 de los 1.093 tripulantes, de los que resultaban 23 fallecidos en las balsas por las heridas, el frío o el oleaje, y otros 300 en el propio naufragio.
El 24 de abril de 1982 el buque con 1.093 tripulantes zarpó desde el puerto de Ushuaia con la misión de mantenerse fuera del área de exclusión vigilando las intenciones de las fuerzas enemigas.
Cuatro días más tarde, el día 28, se reunió al norte de Isla de los Estados con los destructoresPiedrabuenayBouchardy el petrolero de YPFPuerto Rosales, conformando así el Grupo de Tareas 79.3 Los destructores tenían la función de protegerlo, formar una cortina y tratar de ponerlo a salvo, tanto de enemigos de superficie, como aéreos o submarinos.
El General Belgrano, como nave capitana del grupo, se debía mantener en espera en la zona entre los meridianos de Isla de los Estados y el Banco Burdwood. Para la segunda fase se introduciría el concepto de la interceptación de unidades enemigas y/o neutralización, actuando en coordinación con otros grupos de tareas.
Cronología
La tarde del sábado 1 de mayo, minutos después de las 20,00, el crucero recibió nuevas órdenes. El GT 79.3 se convertiría en uno de los brazos de una maniobra de pinzas que se abalanzaría contra los británicos desde el sur, mientras que el GT 79.2, conformado por el portaaviones25 de Mayo, sería el otro brazo de la maniobra.
El GT 79.3 se ubicaría hacia al este y tendría como misión desgastar al enemigo utilizando los misiles MM-38 Exocet transportados por los dos destructores, ocho en total. En el caso del crucero, su función sería la de rematar con sus cañones a los buques británicos dañados, ya que el alcance y pegada de sus torres de 6 pulgadas lo convertían en una herramienta válida.
Las órdenes dadas a los buques indicaban la previsión de movimiento hacia las 05:30 del 2 de mayo. Debido a problemas en el portaaviones por su baja velocidad y la escasez de viento suficiente en la zona, se obligó a retrasar el ataque.
La cancelación definitiva del ataque llegó a las 05,00 hs, sorprendiendo al GT 79.3 mientras estaba en pleno movimiento. Se recibió entonces un mensaje del Comando Superior donde se ordenaba un cambio de las operaciones planificadas con anterioridad. Ahora debía mantenerse en un área más hacia el oeste en espera de nuevas órdenes.
A las 15,20 el Belgrano se ubicó a 100 millas de la Isla de los Estados y a 35 de la zona de exclusión total.
El submarino HMS “Conqueror” había comenzado a seguir al “General Belgrano” el 1° de mayo por la mañana, y después de recibir autorización del gobierno de la premier Margaret Thatcher disparó los torpedos.
A las 16:02, el “General Belgrano” se sacudió violentamente como consecuencia de una poderosa explosión, seguida del cese inmediato de energía e iluminación. Este fue el primero de los tres torpedos MK-813 lanzados por el Conqueror desde una distancia de 5 kilómetros. Unos momentos después el segundo torpedo produjo una nueva explosión en la altura de la proa de la nave.
Este nuevo impacto provocó el desprendimiento de 12 metros de la proa del buque, que inmediatamente comenzó la inclinación a babor y hacia las 16:05, se dio la orden de zafarrancho de siniestro.
A las 16.23 el comandante Héctor Bonzo dio la orden de abandonar la nave; la marejada que había en ese momento dificultó la visión y la comunicación entre las balsas, por lo cual algunas quedaron sobrecargadas con 30 personas y otras subocupadas con no más de tres marinos.
A las 16.50 la escora de 60° preanunciaba el hundimiento, y en 10 minutos el crucero fue engullido por las aguas aproximadamente en el punto 55°24′S 61°32′O del Océano Atlántico.
El crucero tardó en total una hora en irse a pique a 4.200 metros bajo el mar, en el fondo de la cuenca de Los Yaganes, a 200 millas al sur de la Isla Gran Malvina.
El rescate
Una vez que la noticia del hundimiento de la nave llegó al continente, se dispuso un operativo de rescate que se extendió hasta el día 9 de mayo, verificando la imposibilidad de que quedaran más supervivientes o cadáveres en la zona.
Los buques recogieron un total de 793 de los 1.093 tripulantes, de los que resultaban 23 fallecidos en las balsas por las heridas, el frío o el oleaje, y otros 300 en el propio naufragio.