Por Francisco Caputo
“Hola a todos, yo soy el “León”, rugen en Río Mayo. El club de la localidad homónima, que tiene los colores de la Argentina, está de aniversario. En la jornada de hoy, cumple ocho décadas de vida. Una entidad mítica, repleta de mística, celebra una existencia en plena actividad y en competencia oficial. Esta tarde habrá un acto.
Durante gran parte de su historia, Río Mayo no disfrutó de ese contexto. Fundado en 1944, recién en 2021 pudo jugar a nivel oficial. En 77 de sus 80 años, vio el fútbol oficial como espectador. Ubicado en el suroeste del Chubut, estuvo incluso a punto de desaparecer al no tener con quien jugar regularmente.
Posiblemente, Río Mayo sea la prueba más contundente que nunca hay que darse por vencido ni aún vencido.
No se trata solo de una pelota entrando a un arco. Es la más cabal muestra del derecho a existir. Quizás, eso sea el fútbol.
Es algo que las Sociedades Anónimas Deportivas ni sus defensores jamás podrán entender.
La historia
Río Mayo es cuna de grandes futbolistas. Patricio Barriga, jugador renombrado de estupendo paso en Germinal, es prueba de ello. Pero el club tenía una dificultad colosal. Está ubicado a gran distancia de las ciudades de Chubut. Por eso mismo, jamás había sido aceptado a nivel liguista.
Esto lo llevó a estar sin actividad entre los 90 y los inicios de la segunda década de este siglo. La historia cambió en 2012, cuando se reabrieron las puertas, con el deseo de jugar a nivel oficial. Morir nunca, rendirse jamás.
En el club, encontraron los obstáculos tradicionales. Al no poder incorporarse a ninguna liga, el ámbito de competencia quedó limitado a partidos relámpago, la Liga Centro Sur (NdR: torneo no afiliado a AFA que fue sostenido entre 2013 y 2015 por la provincia de Chubut) y la Copa Provincial 2015.
Pablo Toviggino
Frustrados pero no rendidos, en la entidad apelaron a una audaz carta. Mariano Moreira, presidente de Río Mayo, solicitó al Consejo Federal de AFA la posibilidad de participar en la Liga Norte de Santa Cruz.
En 2016, Pablo Toviggino asumió la presidencia del CF en un marco caótico. A mediados de año, la AFA fue intervenida. Reinaba el caos. Toviggino, hombre del Interior profundo, entendió a la perfección la problemática de Río Mayo. Y autorizó el cambio de jurisdicción deportiva, proceso que no es habitual.
Victoria total. La esencia del fútbol radica en el sentimiento, en la pasión y en el irrenunciable derecho a la vida deportiva, donde Boca y River tienen su importancia, pero donde clubes de las entrañas de la Argentina, como Río Mayo, son escuchados.
Y la AFA de Claudio Tapia entiende eso. Por eso mismo, por ejemplo, el presidente del club le entregó a Tapia una camiseta del “León” en San Juan, en el Segundo Encuentro de Dirigentes del Interior. Y sigue en pie la idea de nombrar Pablo Toviggino al estadio del club.
Los rituales
Tras esa crucial firma de Toviggino, quedó allanado el paso a la afiliación. Tras gestiones de Javier Treuque, secretario general del Consejo Federal, el sueño terminó por cumplirse. En 2021, Río Mayo debutó en la Subsede Noroeste de la Liga Norte. En Los Antiguos, debutó ante Estrellas Unidas el 10 de octubre.
Al primer año, hubo victoria en certamen femenino. Y al siguiente, en el torneo masculino de Primera.
Pero al margen de los títulos deportivos, hubo algo esencial. En Río Mayo, tras 77 años de espera y lucha, disfrutan de los clásicos rituales futboleros: ver el fixture fecha a fecha, ir a la cancha, comer un chori en la tribuna y gritar un gol de tu equipo. Además, los y las futbolistas empezaron a tener entrenamientos semanales, rutinas de prácticas y la posibilidad de representar al pueblo.
Eso se festeja en Río Mayo este día. Se celebra la vida, se celebra la resistencia, se celebra al fútbol en su estado más puro. “Todavía cantamos, todavía pedimos. Todavía soñamos, todavía esperamos”, era el espíritu reinante. De tanto luchar, el sueño se hizo realidad. Rendirse está prohibido. En Río Mayo pueden dar cátedra de eso. Y por eso, celebran.
Por Francisco Caputo
“Hola a todos, yo soy el “León”, rugen en Río Mayo. El club de la localidad homónima, que tiene los colores de la Argentina, está de aniversario. En la jornada de hoy, cumple ocho décadas de vida. Una entidad mítica, repleta de mística, celebra una existencia en plena actividad y en competencia oficial. Esta tarde habrá un acto.
Durante gran parte de su historia, Río Mayo no disfrutó de ese contexto. Fundado en 1944, recién en 2021 pudo jugar a nivel oficial. En 77 de sus 80 años, vio el fútbol oficial como espectador. Ubicado en el suroeste del Chubut, estuvo incluso a punto de desaparecer al no tener con quien jugar regularmente.
Posiblemente, Río Mayo sea la prueba más contundente que nunca hay que darse por vencido ni aún vencido.
No se trata solo de una pelota entrando a un arco. Es la más cabal muestra del derecho a existir. Quizás, eso sea el fútbol.
Es algo que las Sociedades Anónimas Deportivas ni sus defensores jamás podrán entender.
La historia
Río Mayo es cuna de grandes futbolistas. Patricio Barriga, jugador renombrado de estupendo paso en Germinal, es prueba de ello. Pero el club tenía una dificultad colosal. Está ubicado a gran distancia de las ciudades de Chubut. Por eso mismo, jamás había sido aceptado a nivel liguista.
Esto lo llevó a estar sin actividad entre los 90 y los inicios de la segunda década de este siglo. La historia cambió en 2012, cuando se reabrieron las puertas, con el deseo de jugar a nivel oficial. Morir nunca, rendirse jamás.
En el club, encontraron los obstáculos tradicionales. Al no poder incorporarse a ninguna liga, el ámbito de competencia quedó limitado a partidos relámpago, la Liga Centro Sur (NdR: torneo no afiliado a AFA que fue sostenido entre 2013 y 2015 por la provincia de Chubut) y la Copa Provincial 2015.
Pablo Toviggino
Frustrados pero no rendidos, en la entidad apelaron a una audaz carta. Mariano Moreira, presidente de Río Mayo, solicitó al Consejo Federal de AFA la posibilidad de participar en la Liga Norte de Santa Cruz.
En 2016, Pablo Toviggino asumió la presidencia del CF en un marco caótico. A mediados de año, la AFA fue intervenida. Reinaba el caos. Toviggino, hombre del Interior profundo, entendió a la perfección la problemática de Río Mayo. Y autorizó el cambio de jurisdicción deportiva, proceso que no es habitual.
Victoria total. La esencia del fútbol radica en el sentimiento, en la pasión y en el irrenunciable derecho a la vida deportiva, donde Boca y River tienen su importancia, pero donde clubes de las entrañas de la Argentina, como Río Mayo, son escuchados.
Y la AFA de Claudio Tapia entiende eso. Por eso mismo, por ejemplo, el presidente del club le entregó a Tapia una camiseta del “León” en San Juan, en el Segundo Encuentro de Dirigentes del Interior. Y sigue en pie la idea de nombrar Pablo Toviggino al estadio del club.
Los rituales
Tras esa crucial firma de Toviggino, quedó allanado el paso a la afiliación. Tras gestiones de Javier Treuque, secretario general del Consejo Federal, el sueño terminó por cumplirse. En 2021, Río Mayo debutó en la Subsede Noroeste de la Liga Norte. En Los Antiguos, debutó ante Estrellas Unidas el 10 de octubre.
Al primer año, hubo victoria en certamen femenino. Y al siguiente, en el torneo masculino de Primera.
Pero al margen de los títulos deportivos, hubo algo esencial. En Río Mayo, tras 77 años de espera y lucha, disfrutan de los clásicos rituales futboleros: ver el fixture fecha a fecha, ir a la cancha, comer un chori en la tribuna y gritar un gol de tu equipo. Además, los y las futbolistas empezaron a tener entrenamientos semanales, rutinas de prácticas y la posibilidad de representar al pueblo.
Eso se festeja en Río Mayo este día. Se celebra la vida, se celebra la resistencia, se celebra al fútbol en su estado más puro. “Todavía cantamos, todavía pedimos. Todavía soñamos, todavía esperamos”, era el espíritu reinante. De tanto luchar, el sueño se hizo realidad. Rendirse está prohibido. En Río Mayo pueden dar cátedra de eso. Y por eso, celebran.