A 45 años del gol más rápido del fútbol argentino

Fue un 18 de marzo de 1979 por la Zona A del Torneo Metropolitano. Carlos Dantón Seppaquercia hizo el gol más rápido de la historia de la primera división del fútbol argentino cuando a los 5 segundos puso el 1 a 0 de Gimnasia y Esgrima La Plata ante Huracán que, a la postre, iba a igualar el cotejo. A pesar del récord, el goleador no pudo evitar que en ese certamen el Lobo descendiera a la B en una dramática definición con Platense, Chacarita y Atlanta.

Carlos Seppaquercia y un gol inolvidable que quedó para la historia.
19 MAR 2024 - 20:33 | Actualizado 19 MAR 2024 - 20:49

“Dale, Tano. Tocámela que pateo”. Y pateó. Y fue gol. Y se convirtió en el tanto más rápido que la primera división del fútbol argentino puede recordar. Fue un 18 de marzo de 1979, por el Torneo Metropolitano de fútbol en La Plata. Más precisamente en la cancha de Gimnasia y Esgrima entre el local y Huracán de Parque Patricios.

¿El goleador? Con un segundo nombre extraño por estos lugares: Carlos Dantón. Y un apellido también particular: Seppaquercia. ¿La víctima?: Jesús Osvaldo Borzi; un arquero con pasado en el fútbol incipiente australiano de aquel entonces, por equipos medianos locales y otros por Chile; aunque su apellido se emparenta con un histórico guardameta de All Boys, allá lejos y hace tiempo.

“Dale, Tano… no era otro que Antonio García Ameijenda, cuyo apellido no hace homenaje precisamente a esa colectividad (como tampoco a su pasado Pincha); quién ante la orden del juez, esa tarde, se le dio -en el círculo central- a “Seppa” y este aprovechando la distracción de su arquero rival, que hacía las clásicas dos marcas en el área ante un eventual mano a mano, se la clavó -a los 5 segundos de juego- pegada al travesaño para poner, una obviedad, el 1 a 0 para el “Tripero”. Lejos el goleador, pensaba, en su fuero íntimo en que se convertiría en el hombre récord de una religión sin ateos en este país como lo es el fútbol.

Si bien no hay registros audiovisuales del gol histórico (sí fotos), Seppaquercia lo recuerda cada 18 de marzo. "Estaba por comenzar el partido y veo que el arquero estaba marcando la línea de cal, haciendo las rayitas que hacen los arqueros para orientarse en el área, conversaba con (Jorge) Carrascosa (histórico 3 del Gobito), dio dos pasos más adelante, cerca del punto penal, y seguían hablando. En ese momento, le digo al Tano García Ameijenda: 'Mirá cómo está paveando el arquero, está distraído, tocámela que pateo'. '¿Cómo vas a patear de acá? Tomátela', me respondió. Lo convencí y nos paramos al revés. Yo siempre era el primero en tocarla, pero esta vez le pedí que me la diera a mí. Me la tocó para el lado derecho y le pegué de una", relató por enésima vez en una entrevista con Infobae.


Seppaquercia quedó en la historia, pero el encuentro terminó igualado por el gol de Carlos Babington, de penal, para Huracán. Tampoco ese Guiness le sirvió mucho al Lobo. A pesar de tener un buen equipo, al menos en nombres, y contratar a un prócer como Antonio Ubaldo Rattin como técnico.

n aquel certamen finalizó penúltimo en la rueda de clasificación del grupo A y descendió a la B junto a Chacarita y Atlanta en una infartante definición con Platense, que por ese entonces (y a excepción de algún que otro torneo), acostumbraba a salvarse agónicamente.

Seppaquercia marcó 129 goles (aunque otros le dan145) goles en toda su carrera. Infló en la red en el ascenso, en Flandria, en River y Gimnasia y terminó en Deportivo Italiano; otra vez en el ascenso, donde tuvo su mejor versión.

Se retiró a los 31 años luego de una fractura de codo, tras chocar en un partido de reserva contra Hugo Tocalli, quien atajaba en Quilmes. Sin embargo, el recuerdo de él, perdura como una letanía. La sola mención de su extraño nombre nos hace recordar que hace 45 años, se convertía el gol más rápido de todos los tiempos en la elite del balompié nacional.

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Carlos Seppaquercia y un gol inolvidable que quedó para la historia.
19 MAR 2024 - 20:33

“Dale, Tano. Tocámela que pateo”. Y pateó. Y fue gol. Y se convirtió en el tanto más rápido que la primera división del fútbol argentino puede recordar. Fue un 18 de marzo de 1979, por el Torneo Metropolitano de fútbol en La Plata. Más precisamente en la cancha de Gimnasia y Esgrima entre el local y Huracán de Parque Patricios.

¿El goleador? Con un segundo nombre extraño por estos lugares: Carlos Dantón. Y un apellido también particular: Seppaquercia. ¿La víctima?: Jesús Osvaldo Borzi; un arquero con pasado en el fútbol incipiente australiano de aquel entonces, por equipos medianos locales y otros por Chile; aunque su apellido se emparenta con un histórico guardameta de All Boys, allá lejos y hace tiempo.

“Dale, Tano… no era otro que Antonio García Ameijenda, cuyo apellido no hace homenaje precisamente a esa colectividad (como tampoco a su pasado Pincha); quién ante la orden del juez, esa tarde, se le dio -en el círculo central- a “Seppa” y este aprovechando la distracción de su arquero rival, que hacía las clásicas dos marcas en el área ante un eventual mano a mano, se la clavó -a los 5 segundos de juego- pegada al travesaño para poner, una obviedad, el 1 a 0 para el “Tripero”. Lejos el goleador, pensaba, en su fuero íntimo en que se convertiría en el hombre récord de una religión sin ateos en este país como lo es el fútbol.

Si bien no hay registros audiovisuales del gol histórico (sí fotos), Seppaquercia lo recuerda cada 18 de marzo. "Estaba por comenzar el partido y veo que el arquero estaba marcando la línea de cal, haciendo las rayitas que hacen los arqueros para orientarse en el área, conversaba con (Jorge) Carrascosa (histórico 3 del Gobito), dio dos pasos más adelante, cerca del punto penal, y seguían hablando. En ese momento, le digo al Tano García Ameijenda: 'Mirá cómo está paveando el arquero, está distraído, tocámela que pateo'. '¿Cómo vas a patear de acá? Tomátela', me respondió. Lo convencí y nos paramos al revés. Yo siempre era el primero en tocarla, pero esta vez le pedí que me la diera a mí. Me la tocó para el lado derecho y le pegué de una", relató por enésima vez en una entrevista con Infobae.


Seppaquercia quedó en la historia, pero el encuentro terminó igualado por el gol de Carlos Babington, de penal, para Huracán. Tampoco ese Guiness le sirvió mucho al Lobo. A pesar de tener un buen equipo, al menos en nombres, y contratar a un prócer como Antonio Ubaldo Rattin como técnico.

n aquel certamen finalizó penúltimo en la rueda de clasificación del grupo A y descendió a la B junto a Chacarita y Atlanta en una infartante definición con Platense, que por ese entonces (y a excepción de algún que otro torneo), acostumbraba a salvarse agónicamente.

Seppaquercia marcó 129 goles (aunque otros le dan145) goles en toda su carrera. Infló en la red en el ascenso, en Flandria, en River y Gimnasia y terminó en Deportivo Italiano; otra vez en el ascenso, donde tuvo su mejor versión.

Se retiró a los 31 años luego de una fractura de codo, tras chocar en un partido de reserva contra Hugo Tocalli, quien atajaba en Quilmes. Sin embargo, el recuerdo de él, perdura como una letanía. La sola mención de su extraño nombre nos hace recordar que hace 45 años, se convertía el gol más rápido de todos los tiempos en la elite del balompié nacional.