Estas son mis reflexiones.
- Triunfazo
Triunfazo porque le cuesta ganar de visitante, triunfazo por la calidad del rival y triunfazo por cómo ganó el partido.
Es cierto que en el primer tiempo, Ferro generó más situaciones de peligro y “La Banda” convirtió en gol, la única clara que tuvo. Pero, en el segundo periodo, jugó en muy buen nivel y justificó la victoria, a partir de la entrega y la inteligencia táctica con la que “bancó” los estériles embates del equipo local.
- Mauro es una bendición
Brown perdía 1 a 0 y era superado por Ferro en todas las líneas. Pero a los 39 minutos, Mauro Fernández recibió la pelota por izquierda, cortó hacia adentro con pelota dominada y sacó desde el borde del área un remate majestuoso que se incrustó en el ángulo superior derecho del arco de Ferro.
Un golazo más, de un jugador “distinto”, que marca la diferencia en cualquier momento del partido.
El delantero fue también el constructor del segundo gol de Brown y sus intervenciones siempre están marcadas por su enorme jerarquía. Con Mauro en cancha, cualquier cosa buena puede pasar.
- Mauro y varios más
De las genialidades de Fernández hemos hablado desde el comienzo del torneo. La buena noticia para Brown es que esta vez, Mauro no jugó solo, sino que tuvo muy buena compañía en ataque. Machado fue el complemento perfecto. A su reconocida generosidad le agregó un poco más de profundidad y fue un dolor de cabeza para los defensores de Ferro. Coronó con un golazo lo que fue una estupenda jugada colectiva. El otro destacado fue Galeano, cuyo ingreso en el segundo tiempo fue fundamental para Brown. Se lo vio potente, guapo y generoso para “pelear” cada pelota, como si fuera la última.
- Solidez defensiva
Después del gol de Machado, Ferro buscó el empate adelantando sus líneas y sumando jugadores a la ofensiva. Sin embargo, sus llegadas carecieron de verdadero peligro. Brown defendió con solvencia y con una concentración notable en todas las líneas.
Los centrales, Bazzana y Riquelme, estuvieron muy prolijos y los laterales cumplieron la mejor performance del torneo, especialmente Torres, que además se proyectó por su lateral con mucho predicamento.
En el medio, fue enorme el trabajo de Funes, cuyo despliegue e inteligencia lo convirtieron en un verdadero baluarte de la victoria.
- La mano del entrenador
El presupuesto de Brown no es de los más altos del campeonato y la falta de grandes figuras implica para el director técnico el desafío de encontrar una idea de juego en el que sustente el trabajo de sus jugadores.
Se necesita también exprimir al máximo los talentos de sus individualidades y al mismo tiempo, descifrar las cualidades del rival para saber cómo debe jugar cada partido. Frente a Ferro, Leonardo Lemos consiguió todo eso.
Brown ganó por la estrategia del entrenador, que supo cómo atacar al rival, cómo defenderse, y qué cambios hacer para afrontar las vicisitudes que el juego le imponía.
Los jugadores son los que resuelven, pero son los entrenadores los que definen el plan de juego y también los que mueven las piezas para que esa idea se pueda cumplir.
Estas son mis reflexiones.
- Triunfazo
Triunfazo porque le cuesta ganar de visitante, triunfazo por la calidad del rival y triunfazo por cómo ganó el partido.
Es cierto que en el primer tiempo, Ferro generó más situaciones de peligro y “La Banda” convirtió en gol, la única clara que tuvo. Pero, en el segundo periodo, jugó en muy buen nivel y justificó la victoria, a partir de la entrega y la inteligencia táctica con la que “bancó” los estériles embates del equipo local.
- Mauro es una bendición
Brown perdía 1 a 0 y era superado por Ferro en todas las líneas. Pero a los 39 minutos, Mauro Fernández recibió la pelota por izquierda, cortó hacia adentro con pelota dominada y sacó desde el borde del área un remate majestuoso que se incrustó en el ángulo superior derecho del arco de Ferro.
Un golazo más, de un jugador “distinto”, que marca la diferencia en cualquier momento del partido.
El delantero fue también el constructor del segundo gol de Brown y sus intervenciones siempre están marcadas por su enorme jerarquía. Con Mauro en cancha, cualquier cosa buena puede pasar.
- Mauro y varios más
De las genialidades de Fernández hemos hablado desde el comienzo del torneo. La buena noticia para Brown es que esta vez, Mauro no jugó solo, sino que tuvo muy buena compañía en ataque. Machado fue el complemento perfecto. A su reconocida generosidad le agregó un poco más de profundidad y fue un dolor de cabeza para los defensores de Ferro. Coronó con un golazo lo que fue una estupenda jugada colectiva. El otro destacado fue Galeano, cuyo ingreso en el segundo tiempo fue fundamental para Brown. Se lo vio potente, guapo y generoso para “pelear” cada pelota, como si fuera la última.
- Solidez defensiva
Después del gol de Machado, Ferro buscó el empate adelantando sus líneas y sumando jugadores a la ofensiva. Sin embargo, sus llegadas carecieron de verdadero peligro. Brown defendió con solvencia y con una concentración notable en todas las líneas.
Los centrales, Bazzana y Riquelme, estuvieron muy prolijos y los laterales cumplieron la mejor performance del torneo, especialmente Torres, que además se proyectó por su lateral con mucho predicamento.
En el medio, fue enorme el trabajo de Funes, cuyo despliegue e inteligencia lo convirtieron en un verdadero baluarte de la victoria.
- La mano del entrenador
El presupuesto de Brown no es de los más altos del campeonato y la falta de grandes figuras implica para el director técnico el desafío de encontrar una idea de juego en el que sustente el trabajo de sus jugadores.
Se necesita también exprimir al máximo los talentos de sus individualidades y al mismo tiempo, descifrar las cualidades del rival para saber cómo debe jugar cada partido. Frente a Ferro, Leonardo Lemos consiguió todo eso.
Brown ganó por la estrategia del entrenador, que supo cómo atacar al rival, cómo defenderse, y qué cambios hacer para afrontar las vicisitudes que el juego le imponía.
Los jugadores son los que resuelven, pero son los entrenadores los que definen el plan de juego y también los que mueven las piezas para que esa idea se pueda cumplir.