Este domingo se cumplen 30 años del incendio que se cobró la vida de 25 bomberos y cadetes en Puerto Madryn. En este nuevo aniversario desde la Asociación de Bomberos Voluntarios se planificaron diferentes actividades para seguir contribuyendo a la memoria de los mártires.
En el marco de las actividades que se realizarán para homenajear a los 25 mártires se colocará en el barrio Mapú Ngefü, ubicado frente al aeropuerto El Tehuelche, el monumento denominado “Gloria a las víctimas del viento y del fuego”.
El mismo fue realizado por la artista plástica Esther Baruel, en el mes de marzo del año 1994 y emplazado en el predio del Mercado Central de Buenos Aires, en homenaje a los 25 caídos. Ante el paso del tiempo y su falta de mantenimiento, como así también su estado de abandono, sufriendo también algunos hechos de vandalismo sustrayéndose todas las placas conmemorativas que homenajeaban a los héroes bomberos y todo su sistema de emplazamiento; es que se iniciaron las gestiones para trasladarlo a la ciudad del Golfo y poder darle el valor que se merece.
“Me parece que la veo en todo momento”
Tres décadas pasaron desde aquel 21 de enero de 1994 a la actualidad. Para Nicolina Ivanoff, mamá de Alicia Giudice, ese tiempo no transcurrió porque todavía está presente la imagen de su hija saliendo por la puerta de casa para correr al cuartel tras escuchar la sirena llamando a los bomberos ante una emergncia.
A 30 años ella pide a los madrynenses y a los chubutenses que no se olviden de sus hijos y propone que en las escuelas se puedan dar clases para mantener viva la memoria.
Los años fueron dejando las secuelas propias de la vida en cada uno de los padres que reconocen la preocupación que el paso de los años vaya dejando en el olvido a los “chicos”, como los nombra Nicolina Ivanoff en su relato.
“Me hace muy feliz que todavía recuerden a los chicos a 30 años” expresó, evidenciando el sentir que los atraviesa porque “los papás que todavía estamos queremos que la memoria siga viva y que se acuerden de los chicos. Eso nos da una satisfacción a los papás y a los hermanos”.
Esas palabras están ligadas a una realidad que se aprecia año tras año y que es una menor participación de la comunidad en los actos donde se recuerda y rinde homenaje a los 25 mártires de la ciudad del golfo.
“En los actos es menor la gente que concurre” reflexiona Nicolina, quien no oculta su sentimiento porque “eso genera miedo a que se olviden de los chicos”. Esta preocupación está cimentada en la falta de conocimiento que las nuevas generaciones expresan sobre lo acontecido el 21 de enero de 1994.
Para contrarrestar esto, la mamá de Alicia Giudice plantea que se puedan realizar charlas en las escuelas donde se comente lo sucedido. “Este accidente está dentro de la historia Argentina y creo que en la provincia deberían dar una charla en las escuelas para que a los chicos se los continúe recordando cuando nosotros ya no estemos” comentó la mamá.
Asimismo, remarcó que lo sucedido con los 25 bomberos voluntarios “está dentro del libro de la historia de la Argentina”. Desde allí que remarcó que “se podría dar una charla anual a los alumnos de nivel primario en memoria de los chicos. Esa es mi idea porque hay menores que no saben que pasó y por qué está el monumento ahí. Son nuestros niños y no saben lo que sucedió”.
Ivanoff expresó el sentimiento que la atraviesa y la preocupación porque los años vayan dejando atrás lo sucedido con su hija y el resto de los compañeros.
“Pienso que la comunidad se olvidó un poco de los chicos pero para mí fue ayer el accidente aunque ya pasaron 30 años” aseguró entre lágrimas la mujer. Más aún dijo, con voz entre cortada, que “la recuerdo como si fuera ayer. Me parece que la veo en todo momento a Ali (N del redactor Alicia Guidice Ivanoff) corriendo. Vivíamos en la calle Marcos A.Zar y sonaba la sirena y ella salía corriendo. Son recuerdos que están muy frescos en la memoria de los papás”.
A 30 años de la tragedia las emociones emergen constantemente, en especial cuando la sirena del cuartel vuelve a sonar llamando a los bomberos. “Que me pasa....es terrible lo que me pasa. No puedo dejar de emocionarme cada vez que sueña la sirena... no puedo. A veces trato, sacó fuerzas desde donde no tengo pero es imposible” sentenció la mamá de Alicia Guidice.
“Hay que recordarlos y no faltarles el respeto”
Por aquellos años los incendios de campos eran recurrentes y las coberturas periodísticas así lo reflejaban. Esa tarde del 21 de enero de 1994 José Luis Lázarte, reportero gráfico de diario Jornada, estaba realizando una cobertura de una nota en la zona portuaria cuando divisó una columna de humo negro que provenía de la zona oeste del ejido urbano.
“En ese tiempo, prácticamente, todos los días nos veíamos con los chicos porque había incendios de campos, accidentes de tránsito o algo donde se los llamaba a bomberos” recuerda. Retrotrayéndose a ese 21 de enero manifestó que “ese día estaba en la playa haciendo el trabajo para el diario y ahí veía una columna de humo y escuchaba por el Handy que enviaban al móvil tal. Yo me decía otra vez el campo, otro incendio más con este calor”.
Como la nota en la playa se demoraba tomó la decisión de ir hasta la zona del incendio para tener el registro fotográfico y luego regresar a la zona del puerto. Esa decisión permitió tener un registro de ese momento.
“Cuando voy por la ruta pasó los dos móviles de bomberos. Al llegar a la ruta 3 me quedé esperándolos para saber para donde iban. Ahí estaba Tito (Oyarzú) que abrió la tranquera y entramos donde hicimos las primeras fotos y volví. Todo sin pensar lo que ocurriría” relata Lázarte.
La tarde transcurría con la rutina en la agencia de diario Jornada hasta que en un momento el día se convirtió en noche producto de la nube de humo que tapó a Puerto Madryn. Allí la tragedia se había comenzado a desatar.
“Cuando salgó del laboratorio de fotografía vi todo oscuro porque el humo ya estaba en la ciudad. Cuando salimos con Marcelo Bravo a la vereda, nos sorprendimos los dos sin comprender que pasaba. Ahí comenzó toda la historia” comenta José Luis Lázarte.
Cuando regresaron al campo se encontraron con otros periodistas realizando la cobertura en un escenario donde “no se veía nada” agradando “todo era un caos por el humo, el fuego hasta que nos sacaron porque el viento había rotado y volvimos a la ruta. No se podía creer lo que veíamos. A esa hora ya nos habían dicho que a las 17:15 habían perdido el contacto”.
“Hay que mantener viva la memoria” afirma el fotográfo.” En mi caso no me abandonan y la tragedia del 21 de enero es parte de mi vida. En mi cabeza tengo muchas imágenes que las tendré hasta que me vaya de este mundo. Hay que recordarlos y no faltarles el respeto porque dieron su vida por todos nosotros” concluyó José Luis Lázarte.
Fotos: José Luis Lazarte
Este domingo se cumplen 30 años del incendio que se cobró la vida de 25 bomberos y cadetes en Puerto Madryn. En este nuevo aniversario desde la Asociación de Bomberos Voluntarios se planificaron diferentes actividades para seguir contribuyendo a la memoria de los mártires.
En el marco de las actividades que se realizarán para homenajear a los 25 mártires se colocará en el barrio Mapú Ngefü, ubicado frente al aeropuerto El Tehuelche, el monumento denominado “Gloria a las víctimas del viento y del fuego”.
El mismo fue realizado por la artista plástica Esther Baruel, en el mes de marzo del año 1994 y emplazado en el predio del Mercado Central de Buenos Aires, en homenaje a los 25 caídos. Ante el paso del tiempo y su falta de mantenimiento, como así también su estado de abandono, sufriendo también algunos hechos de vandalismo sustrayéndose todas las placas conmemorativas que homenajeaban a los héroes bomberos y todo su sistema de emplazamiento; es que se iniciaron las gestiones para trasladarlo a la ciudad del Golfo y poder darle el valor que se merece.
“Me parece que la veo en todo momento”
Tres décadas pasaron desde aquel 21 de enero de 1994 a la actualidad. Para Nicolina Ivanoff, mamá de Alicia Giudice, ese tiempo no transcurrió porque todavía está presente la imagen de su hija saliendo por la puerta de casa para correr al cuartel tras escuchar la sirena llamando a los bomberos ante una emergncia.
A 30 años ella pide a los madrynenses y a los chubutenses que no se olviden de sus hijos y propone que en las escuelas se puedan dar clases para mantener viva la memoria.
Los años fueron dejando las secuelas propias de la vida en cada uno de los padres que reconocen la preocupación que el paso de los años vaya dejando en el olvido a los “chicos”, como los nombra Nicolina Ivanoff en su relato.
“Me hace muy feliz que todavía recuerden a los chicos a 30 años” expresó, evidenciando el sentir que los atraviesa porque “los papás que todavía estamos queremos que la memoria siga viva y que se acuerden de los chicos. Eso nos da una satisfacción a los papás y a los hermanos”.
Esas palabras están ligadas a una realidad que se aprecia año tras año y que es una menor participación de la comunidad en los actos donde se recuerda y rinde homenaje a los 25 mártires de la ciudad del golfo.
“En los actos es menor la gente que concurre” reflexiona Nicolina, quien no oculta su sentimiento porque “eso genera miedo a que se olviden de los chicos”. Esta preocupación está cimentada en la falta de conocimiento que las nuevas generaciones expresan sobre lo acontecido el 21 de enero de 1994.
Para contrarrestar esto, la mamá de Alicia Giudice plantea que se puedan realizar charlas en las escuelas donde se comente lo sucedido. “Este accidente está dentro de la historia Argentina y creo que en la provincia deberían dar una charla en las escuelas para que a los chicos se los continúe recordando cuando nosotros ya no estemos” comentó la mamá.
Asimismo, remarcó que lo sucedido con los 25 bomberos voluntarios “está dentro del libro de la historia de la Argentina”. Desde allí que remarcó que “se podría dar una charla anual a los alumnos de nivel primario en memoria de los chicos. Esa es mi idea porque hay menores que no saben que pasó y por qué está el monumento ahí. Son nuestros niños y no saben lo que sucedió”.
Ivanoff expresó el sentimiento que la atraviesa y la preocupación porque los años vayan dejando atrás lo sucedido con su hija y el resto de los compañeros.
“Pienso que la comunidad se olvidó un poco de los chicos pero para mí fue ayer el accidente aunque ya pasaron 30 años” aseguró entre lágrimas la mujer. Más aún dijo, con voz entre cortada, que “la recuerdo como si fuera ayer. Me parece que la veo en todo momento a Ali (N del redactor Alicia Guidice Ivanoff) corriendo. Vivíamos en la calle Marcos A.Zar y sonaba la sirena y ella salía corriendo. Son recuerdos que están muy frescos en la memoria de los papás”.
A 30 años de la tragedia las emociones emergen constantemente, en especial cuando la sirena del cuartel vuelve a sonar llamando a los bomberos. “Que me pasa....es terrible lo que me pasa. No puedo dejar de emocionarme cada vez que sueña la sirena... no puedo. A veces trato, sacó fuerzas desde donde no tengo pero es imposible” sentenció la mamá de Alicia Guidice.
“Hay que recordarlos y no faltarles el respeto”
Por aquellos años los incendios de campos eran recurrentes y las coberturas periodísticas así lo reflejaban. Esa tarde del 21 de enero de 1994 José Luis Lázarte, reportero gráfico de diario Jornada, estaba realizando una cobertura de una nota en la zona portuaria cuando divisó una columna de humo negro que provenía de la zona oeste del ejido urbano.
“En ese tiempo, prácticamente, todos los días nos veíamos con los chicos porque había incendios de campos, accidentes de tránsito o algo donde se los llamaba a bomberos” recuerda. Retrotrayéndose a ese 21 de enero manifestó que “ese día estaba en la playa haciendo el trabajo para el diario y ahí veía una columna de humo y escuchaba por el Handy que enviaban al móvil tal. Yo me decía otra vez el campo, otro incendio más con este calor”.
Como la nota en la playa se demoraba tomó la decisión de ir hasta la zona del incendio para tener el registro fotográfico y luego regresar a la zona del puerto. Esa decisión permitió tener un registro de ese momento.
“Cuando voy por la ruta pasó los dos móviles de bomberos. Al llegar a la ruta 3 me quedé esperándolos para saber para donde iban. Ahí estaba Tito (Oyarzú) que abrió la tranquera y entramos donde hicimos las primeras fotos y volví. Todo sin pensar lo que ocurriría” relata Lázarte.
La tarde transcurría con la rutina en la agencia de diario Jornada hasta que en un momento el día se convirtió en noche producto de la nube de humo que tapó a Puerto Madryn. Allí la tragedia se había comenzado a desatar.
“Cuando salgó del laboratorio de fotografía vi todo oscuro porque el humo ya estaba en la ciudad. Cuando salimos con Marcelo Bravo a la vereda, nos sorprendimos los dos sin comprender que pasaba. Ahí comenzó toda la historia” comenta José Luis Lázarte.
Cuando regresaron al campo se encontraron con otros periodistas realizando la cobertura en un escenario donde “no se veía nada” agradando “todo era un caos por el humo, el fuego hasta que nos sacaron porque el viento había rotado y volvimos a la ruta. No se podía creer lo que veíamos. A esa hora ya nos habían dicho que a las 17:15 habían perdido el contacto”.
“Hay que mantener viva la memoria” afirma el fotográfo.” En mi caso no me abandonan y la tragedia del 21 de enero es parte de mi vida. En mi cabeza tengo muchas imágenes que las tendré hasta que me vaya de este mundo. Hay que recordarlos y no faltarles el respeto porque dieron su vida por todos nosotros” concluyó José Luis Lázarte.
Fotos: José Luis Lazarte