Según la agencia para la infancia de la ONU, Unicef, casi 20.000 criaturas nacieron desde el 7 de octubre, cuando estalló el conflicto, lo que "significa que un bebé nace en esta horrible guerra cada 10 minutos", indicó la portavoz Tess Ingram.
"Convertirse en madre debería ser un momento de celebración. En Gaza, es un nuevo niño nacido en el infierno", afirmó Ingram a los periodistas en Ginebra por videoconferencia desde Omán, tras un reciente visita a la Franja de Gaza.
"Ver a recién nacidos sufrir, mientras algunas madres se desangran, debería quitarnos el sueño", añadió.
El sangriento ataque del movimiento islamista palestino Hamas dejó unos 1.200 muertos en Israel el 7 de octubre, en su mayoría civiles, y cerca de 240 secuestrados, entre ellos una veintena con nacionalidad argentina.
Israel prometió "aniquilar" a Hamas y respondió con una ofensiva aérea y terrestre que ha matado a al menos 24.762 palestinos en Gaza, la mayoría de ellos mujeres, niños y adolescentes, según el Ministerio de Salud del enclave.
Ingram describió encuentros "desgarradores" con mujeres atrapadas en el caos, como una mujer identificada como Mashael, que estaba embarazada cuando su casa fue alcanzada por un bombardeo. Su esposo quedó sepultado por los escombros durante días y su bebé dejó de moverse.
"Dice que ahora, un mes después, está segura de que el bebé está muerto, (pero) sigue esperando atención médica", explicó Ingram, y añadió que Mashael le dijo que es mejor que "un bebé no nazca en esta pesadilla".
También relató la historia de una enfermera llamada Webda, que dijo que realizó cesáreas de urgencia a seis mujeres muertas en las últimas ocho semanas.
"Las madres se enfrentan a desafíos inimaginables para acceder a una atención médica, nutrición, protección adecuadas antes, durante y después del parto", afirmó Ingram.
"La situación de las embarazadas y los recién nacidos en la Franja de Gaza es inconcebible y exige acciones más intensas e inmediatas", añadió.
La portavoz señaló que el hospital emiratí de Rafah atiende ahora a la gran mayoría de las embarazadas de Gaza.
"El personal, en condiciones de saturación y con recursos limitados, se ve obligado a dar el alta a las madres tres horas después de una cesárea", indicó.
"Estas condiciones ponen a las madres en riesgo de abortos, mortinatos, partos prematuros, mortalidad materna y trauma emocional", explicó.
También denunció que las mujeres embarazadas, las que amamantan y los niños viven en "condiciones inhumanas, incluso en refugios improvisados, con una nutrición deficiente y agua insalubre".
"Esto pone a unos 135.000 niños menores de dos años en riesgo de desnutrición grave", declaró.
"La humanidad no puede permitir que esta versión distorsionada de la normalidad persista más tiempo. Las madres y los recién nacidos necesitan un alto el fuego humanitario", subrayó.
Según la agencia para la infancia de la ONU, Unicef, casi 20.000 criaturas nacieron desde el 7 de octubre, cuando estalló el conflicto, lo que "significa que un bebé nace en esta horrible guerra cada 10 minutos", indicó la portavoz Tess Ingram.
"Convertirse en madre debería ser un momento de celebración. En Gaza, es un nuevo niño nacido en el infierno", afirmó Ingram a los periodistas en Ginebra por videoconferencia desde Omán, tras un reciente visita a la Franja de Gaza.
"Ver a recién nacidos sufrir, mientras algunas madres se desangran, debería quitarnos el sueño", añadió.
El sangriento ataque del movimiento islamista palestino Hamas dejó unos 1.200 muertos en Israel el 7 de octubre, en su mayoría civiles, y cerca de 240 secuestrados, entre ellos una veintena con nacionalidad argentina.
Israel prometió "aniquilar" a Hamas y respondió con una ofensiva aérea y terrestre que ha matado a al menos 24.762 palestinos en Gaza, la mayoría de ellos mujeres, niños y adolescentes, según el Ministerio de Salud del enclave.
Ingram describió encuentros "desgarradores" con mujeres atrapadas en el caos, como una mujer identificada como Mashael, que estaba embarazada cuando su casa fue alcanzada por un bombardeo. Su esposo quedó sepultado por los escombros durante días y su bebé dejó de moverse.
"Dice que ahora, un mes después, está segura de que el bebé está muerto, (pero) sigue esperando atención médica", explicó Ingram, y añadió que Mashael le dijo que es mejor que "un bebé no nazca en esta pesadilla".
También relató la historia de una enfermera llamada Webda, que dijo que realizó cesáreas de urgencia a seis mujeres muertas en las últimas ocho semanas.
"Las madres se enfrentan a desafíos inimaginables para acceder a una atención médica, nutrición, protección adecuadas antes, durante y después del parto", afirmó Ingram.
"La situación de las embarazadas y los recién nacidos en la Franja de Gaza es inconcebible y exige acciones más intensas e inmediatas", añadió.
La portavoz señaló que el hospital emiratí de Rafah atiende ahora a la gran mayoría de las embarazadas de Gaza.
"El personal, en condiciones de saturación y con recursos limitados, se ve obligado a dar el alta a las madres tres horas después de una cesárea", indicó.
"Estas condiciones ponen a las madres en riesgo de abortos, mortinatos, partos prematuros, mortalidad materna y trauma emocional", explicó.
También denunció que las mujeres embarazadas, las que amamantan y los niños viven en "condiciones inhumanas, incluso en refugios improvisados, con una nutrición deficiente y agua insalubre".
"Esto pone a unos 135.000 niños menores de dos años en riesgo de desnutrición grave", declaró.
"La humanidad no puede permitir que esta versión distorsionada de la normalidad persista más tiempo. Las madres y los recién nacidos necesitan un alto el fuego humanitario", subrayó.