Editorial / La democracia, el balotaje y los gestos

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Un gesto de unidad. La placa que instituye el nombre de Raúl Alfonsín al viejo edificio de los espías en Trelew.
11 NOV 2023 - 20:22 | Actualizado 11 NOV 2023 - 20:36

Esta noche se empieza a definir casi todo. El último Debate Presidencial que mostrará en escena a Sergio Massa y Javier Milei será crucial de cara a la última semana antes de que hablen las urnas.

Según muchos de los analistas que vienen midiendo día a día la puja, se está en una zona de “empate técnico”. Inclusive, algunos le dan unas centésimas de diferencia a favor del candidato libertario. Tal vez, el Debate de esta noche sea lo que el candidato de Unión por la Patria esté necesitando a esta altura para terminar de convencer a los que dudan.
A Massa se le hizo cuesta arriba en la semana de la crisis del combustible, que golpeó especialmente al interior del país, pero remontó haciendo lo que mejor le sale y más parece gustarle, que es mostrarse seguro y solvente ante cualquier auditorio. Desde empresarios o jubilados, hasta estudiantes o sindicalistas. El tigrense está dejando todo en la cancha. Ni siquiera los periodistas “independientes” afines a Mauricio Macri han logrado desestabilizarlo.

Del otro lado, la campaña de Milei volvió a parecerse en los últimos días más a la de las PASO, cuando consiguió ser el más votado. Volvieron las propuestas delirantes como la venta de órganos, la dolarización con los ahorros de la gente o la ausencia total del Estado en un gobierno libertario; o los mensajes negacionistas y decididamente provocadores de la candidata a vice, Victoria Villarruel, que sigue sin tener empacho en defender a la dictadura y sus personeros, o afirmar sin ponerse colorada que “con Videla estuve dos veces, tal vez tres”.

A esta altura, los convencidos de uno y otro lado ya tienen definido su voto. En el medio hay todavía varios millones de argentinos que son los que definirán el resultado. Hay un dato que no se puede soslayar: en un balotaje pesan mucho más los errores propios que los del adversario con su accionar. Por eso Milei intentó hasta último momento cambiar las reglas del Debate para que le permitan leer. La inestabilidad del libertario le puede jugar en contra con los indecisos.

Hay otro aspecto no menor en una segunda vuelta: suele ir menos gente a votar que en una elección general porque muchos votantes no quiere tener que elegir a ninguno de los dos. Además, las sanciones por no emitir el voto son tan irrisorias que el “voto obligatorio” se transformó apenas en una entelequia.

Entonces, en una elección en donde sólo importarán los votos afirmativos válidos (o sea, lo que son para uno y otro candidato), quienes voten en blanco, lo impugnen o no vayan a votar porque que no comulgan con ninguno de los dos no tendrán mayor relevancia en el conteo final, más allá del cuestionamiento a la desidia y actitud poco cívica del que se la pasa reclamando un país mejor pero siempre evita aportar una gota de sudor para conseguirlo.

Gestos

Lejos de la escena nacional en donde se están definiendo grandes cosas, el viernes hubo en Chubut un acto sencillo, emotivo y muy significativo. La decisión de denominar “Raúl Ricardo Alfonsín” al ex edificio de la SIDE en Trelew, a cuarenta años del retorno de la democracia, es un gesto simbólico de enorme trascendencia. Además, que esa decisión haya nacido de un gobierno peronista le da ya mayor relevancia.

Al acto en el que se descubrió una placa a las puertas del edificio ubicado en la Avenida Hipólito Yrigoyen asistieron dirigentes peronistas, radicales, de organismo de Derechos Humanos, sindicalistas y militantes de a pie. A poco más de una semana para el balotaje, en donde los mensajes de unidad nacional se contraponen a los adoradores de la grieta, ver en el lugar al impulsor de la idea, el diputado nacional electo José Glinski; al gobernador electo, Nacho Torres; al histórico dirigente radical Mario Cimadevilla; y al líder de Luz y Fuerza, Héctor González, entre muchos otros, fue un gesto de concordia y convivencia democrática acorde a los tiempos que corren. Al gremialista le reconocieron haber impulsado en su momento el Ateneo “Perón-Balbín” con la idea de hacer confluir los ideales democráticos más allá de las disidencias ideológicas.

Torres reivindicó la figura de Alfonsín, al que llamó “el padre de la democracia”, e instó a buscar puntos de encuentro con la oposición. Y no tuvo problemas en reconocerle a Glinski el gesto de haberlo convocado. El titular de la PSA respondió el elogio con un mensaje de madurez política: “Vamos a ser opositores a tu gobierno pero no va a haber mezquindades”, prometió.

De esta convivencia entre peronistas, radicales y sectores del PRO debería surgir algo más para seguir construyendo, inclusive después del balotaje. De lo que hay que estar seguros es que nada de esto se podrá cimentar con mensajes mesiánicos y divisionistas como los que destila Milei y su troupe de odiadores seriales, con Mauricio Macri manejando los hilos desde las sombras.

Es necesario otro país, pero no el que proponen los libertarios.#

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Un gesto de unidad. La placa que instituye el nombre de Raúl Alfonsín al viejo edificio de los espías en Trelew.
11 NOV 2023 - 20:22

Esta noche se empieza a definir casi todo. El último Debate Presidencial que mostrará en escena a Sergio Massa y Javier Milei será crucial de cara a la última semana antes de que hablen las urnas.

Según muchos de los analistas que vienen midiendo día a día la puja, se está en una zona de “empate técnico”. Inclusive, algunos le dan unas centésimas de diferencia a favor del candidato libertario. Tal vez, el Debate de esta noche sea lo que el candidato de Unión por la Patria esté necesitando a esta altura para terminar de convencer a los que dudan.
A Massa se le hizo cuesta arriba en la semana de la crisis del combustible, que golpeó especialmente al interior del país, pero remontó haciendo lo que mejor le sale y más parece gustarle, que es mostrarse seguro y solvente ante cualquier auditorio. Desde empresarios o jubilados, hasta estudiantes o sindicalistas. El tigrense está dejando todo en la cancha. Ni siquiera los periodistas “independientes” afines a Mauricio Macri han logrado desestabilizarlo.

Del otro lado, la campaña de Milei volvió a parecerse en los últimos días más a la de las PASO, cuando consiguió ser el más votado. Volvieron las propuestas delirantes como la venta de órganos, la dolarización con los ahorros de la gente o la ausencia total del Estado en un gobierno libertario; o los mensajes negacionistas y decididamente provocadores de la candidata a vice, Victoria Villarruel, que sigue sin tener empacho en defender a la dictadura y sus personeros, o afirmar sin ponerse colorada que “con Videla estuve dos veces, tal vez tres”.

A esta altura, los convencidos de uno y otro lado ya tienen definido su voto. En el medio hay todavía varios millones de argentinos que son los que definirán el resultado. Hay un dato que no se puede soslayar: en un balotaje pesan mucho más los errores propios que los del adversario con su accionar. Por eso Milei intentó hasta último momento cambiar las reglas del Debate para que le permitan leer. La inestabilidad del libertario le puede jugar en contra con los indecisos.

Hay otro aspecto no menor en una segunda vuelta: suele ir menos gente a votar que en una elección general porque muchos votantes no quiere tener que elegir a ninguno de los dos. Además, las sanciones por no emitir el voto son tan irrisorias que el “voto obligatorio” se transformó apenas en una entelequia.

Entonces, en una elección en donde sólo importarán los votos afirmativos válidos (o sea, lo que son para uno y otro candidato), quienes voten en blanco, lo impugnen o no vayan a votar porque que no comulgan con ninguno de los dos no tendrán mayor relevancia en el conteo final, más allá del cuestionamiento a la desidia y actitud poco cívica del que se la pasa reclamando un país mejor pero siempre evita aportar una gota de sudor para conseguirlo.

Gestos

Lejos de la escena nacional en donde se están definiendo grandes cosas, el viernes hubo en Chubut un acto sencillo, emotivo y muy significativo. La decisión de denominar “Raúl Ricardo Alfonsín” al ex edificio de la SIDE en Trelew, a cuarenta años del retorno de la democracia, es un gesto simbólico de enorme trascendencia. Además, que esa decisión haya nacido de un gobierno peronista le da ya mayor relevancia.

Al acto en el que se descubrió una placa a las puertas del edificio ubicado en la Avenida Hipólito Yrigoyen asistieron dirigentes peronistas, radicales, de organismo de Derechos Humanos, sindicalistas y militantes de a pie. A poco más de una semana para el balotaje, en donde los mensajes de unidad nacional se contraponen a los adoradores de la grieta, ver en el lugar al impulsor de la idea, el diputado nacional electo José Glinski; al gobernador electo, Nacho Torres; al histórico dirigente radical Mario Cimadevilla; y al líder de Luz y Fuerza, Héctor González, entre muchos otros, fue un gesto de concordia y convivencia democrática acorde a los tiempos que corren. Al gremialista le reconocieron haber impulsado en su momento el Ateneo “Perón-Balbín” con la idea de hacer confluir los ideales democráticos más allá de las disidencias ideológicas.

Torres reivindicó la figura de Alfonsín, al que llamó “el padre de la democracia”, e instó a buscar puntos de encuentro con la oposición. Y no tuvo problemas en reconocerle a Glinski el gesto de haberlo convocado. El titular de la PSA respondió el elogio con un mensaje de madurez política: “Vamos a ser opositores a tu gobierno pero no va a haber mezquindades”, prometió.

De esta convivencia entre peronistas, radicales y sectores del PRO debería surgir algo más para seguir construyendo, inclusive después del balotaje. De lo que hay que estar seguros es que nada de esto se podrá cimentar con mensajes mesiánicos y divisionistas como los que destila Milei y su troupe de odiadores seriales, con Mauricio Macri manejando los hilos desde las sombras.

Es necesario otro país, pero no el que proponen los libertarios.#


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