El caniche negro que se había escapado de una peluquería el sábado pasado, apareció el miércoles a las 15 horas en el barrio Arturo Illia.
Romeo, con el pelo recién cortado, ya está con su dueña, Marta Sánchez, quien agradeció infinitamente a Jornada Web, a la veterinaria, que la acompañó en la búsqueda, y a todos los vecinos que la ayudaron.
El perro fue entregado a la mujer por un vecino que lo encontró en las calles Mapú y Artigas. Estuvo perdido cuatro días desde el sábado al mediodía, y lo encontraron en buen estado.
“Daniela, la dueña de la veterinaria, era mi apoyo logístico, se movilizó todo el tiempo. No quiero dejar de reconocer que ella se involucró en la búsqueda de Romeo del día uno. Estoy agradecida con su familia. También con toda la gente que se involucró. Estoy feliz”, comentó.
La historia de Romeo, un caniche de dos años, que no sabía cruzar la calle, comenzó el sábado al mediodía cuando Marta, una vecina del barrio Los Pensamientos, recibió el mensaje que nunca hubiera querido escuchar.
Romeo, el “negrito”, “el petisito” de los caniches -así lo definía su dueña-, se había escapado de la veterinaria del barrio Padre Juan donde lo había dejado hacía un par de horas.
Marta Sánchez, para quien Romeo y “Pepo” -su otra mascota- son sus “hijos perrunos”, mientras caminaba las calles de noche, tuvo que enfrentar los fantasmas de que su “caniche rebelde” tuviera el peor final.
Hace unos días “Luzbelito”, otro caniche del mismo color, escapó de otra peluquería canina, recién bañado, y apareció muerto en la Murga y Oris de Roa.
Pasadas 72 horas de la desaparición, Marta Sánchez ofreció una recompensa de 100.000 pesos a quien le devolviera a Romeo con vida.
La familia de "Luzbelito" también había ofrecido ese mismo monto para quien se lo devolviera. Para esa altura, creían alguien podría tenerlo retenido.
Marta también suponía que el perro, que no está acostumbrado a andar solo, podía llegar a estar recluido en alguna casa.
La mujer, sin dormir, con las piernas cansadas y la voz tomada, nunca dejó de buscar al perro que es como un integrante más de su familia.
El domingo de elecciones, a Marta le llegaron pistas que Romeo habría estado en una concesionaria, y luego se habría ido por los barrios Codepro y Santa Catalina.
La mujer emprendió una intensa búsqueda por los vecindarios, pero Romeo no estaba. En medio de esto, aparecieron algunos caniches negros extraviados, pero ninguno era el perro buscado.
El miércoles, cuando todo hacía suponer lo peor, llegó el llamado. Romeo estaba ahí, moviendo la cola, con la lengua afuera y el pelo recién cortado.
No era la imagen peluda que ella conservaba de su Romeo.
Tampoco iba a conformarse con ese último recuerdo.
Romeo se veía diferente, pero era el mismo de siempre.
Y Marta estaba ahí para contarlo.
El caniche negro que se había escapado de una peluquería el sábado pasado, apareció el miércoles a las 15 horas en el barrio Arturo Illia.
Romeo, con el pelo recién cortado, ya está con su dueña, Marta Sánchez, quien agradeció infinitamente a Jornada Web, a la veterinaria, que la acompañó en la búsqueda, y a todos los vecinos que la ayudaron.
El perro fue entregado a la mujer por un vecino que lo encontró en las calles Mapú y Artigas. Estuvo perdido cuatro días desde el sábado al mediodía, y lo encontraron en buen estado.
“Daniela, la dueña de la veterinaria, era mi apoyo logístico, se movilizó todo el tiempo. No quiero dejar de reconocer que ella se involucró en la búsqueda de Romeo del día uno. Estoy agradecida con su familia. También con toda la gente que se involucró. Estoy feliz”, comentó.
La historia de Romeo, un caniche de dos años, que no sabía cruzar la calle, comenzó el sábado al mediodía cuando Marta, una vecina del barrio Los Pensamientos, recibió el mensaje que nunca hubiera querido escuchar.
Romeo, el “negrito”, “el petisito” de los caniches -así lo definía su dueña-, se había escapado de la veterinaria del barrio Padre Juan donde lo había dejado hacía un par de horas.
Marta Sánchez, para quien Romeo y “Pepo” -su otra mascota- son sus “hijos perrunos”, mientras caminaba las calles de noche, tuvo que enfrentar los fantasmas de que su “caniche rebelde” tuviera el peor final.
Hace unos días “Luzbelito”, otro caniche del mismo color, escapó de otra peluquería canina, recién bañado, y apareció muerto en la Murga y Oris de Roa.
Pasadas 72 horas de la desaparición, Marta Sánchez ofreció una recompensa de 100.000 pesos a quien le devolviera a Romeo con vida.
La familia de "Luzbelito" también había ofrecido ese mismo monto para quien se lo devolviera. Para esa altura, creían alguien podría tenerlo retenido.
Marta también suponía que el perro, que no está acostumbrado a andar solo, podía llegar a estar recluido en alguna casa.
La mujer, sin dormir, con las piernas cansadas y la voz tomada, nunca dejó de buscar al perro que es como un integrante más de su familia.
El domingo de elecciones, a Marta le llegaron pistas que Romeo habría estado en una concesionaria, y luego se habría ido por los barrios Codepro y Santa Catalina.
La mujer emprendió una intensa búsqueda por los vecindarios, pero Romeo no estaba. En medio de esto, aparecieron algunos caniches negros extraviados, pero ninguno era el perro buscado.
El miércoles, cuando todo hacía suponer lo peor, llegó el llamado. Romeo estaba ahí, moviendo la cola, con la lengua afuera y el pelo recién cortado.
No era la imagen peluda que ella conservaba de su Romeo.
Tampoco iba a conformarse con ese último recuerdo.
Romeo se veía diferente, pero era el mismo de siempre.
Y Marta estaba ahí para contarlo.