El gabinete de Nacho Torres: el final del partidismo

22 SEP 2023 - 12:08 | Actualizado 22 SEP 2023 - 13:37

- Por Esteban Gallo

Un peronista será el Ministro Coordinador de Gabinete de la provincia, cuando “Nacho” Torres asuma la gobernación del Chubut.
La inclusión del dirigente de Comodoro Rivadavia Guillermo Almirón en el gabinete no es una sorpresa, ya que fue el compañero de fórmula de Ana Clara Romero en la última elección municipal. De hecho, se sabía que su desembarco en Juntos por el Cambio no era circunstancial y que, en caso de ser derrotado, lo esperaba un cargo importante en Rawson.

Almirón nunca se despegó del Justicialismo, al punto tal que, en sus declaraciones actuales, sigue reivindicando las banderas del partido en el que militó toda la vida.

Esa pertenencia partidaria al peronismo no fue óbice para que “Nacho” Torres decidiera ubicarlo por encima de los restantes ministros del futuro gabinete.


Que un gobernador no peronista elija como jefe de la cartera política a un peronista no tiene muchos antecedentes en la provincia y tampoco a nivel nacional.

En ese sentido, el gobernador electo rompe con el esquema de la política tradicional de armar equipos de gobierno con dirigentes del mismo palo. Y al mismo tiempo cumple con lo que dijo reiteradamente en campaña, en el sentido de que convocaría a todos los sectores de Chubut y que armaría sus equipos de trabajo con hombres y mujeres de diferentes espacios políticos.

La inclusión de referentes del peronismo en el gobierno de Juntos por el Cambio no termina con Almirón. Es un hecho que el actual ministro de Educación, José “Pepe” Grazzini, ocupará un cargo relevante en la estratégica Secretaría General de la Gobernación.
Probablemente esta forma de hacer política escandalice a algunos sectores tradicionales, para quienes la pertenencia a un sector es cuestión sagrada. Sin embargo, la corriente del pensamiento de la sociedad, desde hace tiempo, va para otro lado. A la gente no le importa si el gabinete de “Nacho” Torres se integra con radicales o peronistas. Le interesa que los cargos sean ocupados por funcionarios calificados, competentes, responsables, sensibles y eficientes.

La integración de un gabinete con personas de diferentes espacios no debería ser un problema, al contrario. La diversidad de opiniones y perspectivas en el gobierno deberían ayudar a una mejor toma de decisiones y debería despertar un apoyo mayor de la ciudadanía, porque un gobierno de mente y manos abiertas puede ser percibido como menos partidista y más centrado en el interés público.
La política es el arte de los acuerdos. La inclusión de personas de diferentes espacios puede facilitar la capacidad del gobierno para arribar a consensos y avanzar en la agenda política de manera más efectiva.

No obstante, al final, todo dependerá de las virtudes del funcionario elegido, sea del signo político que sea. No es la pertenencia partidaria a un sector u otro, lo que garantizará la calidad de los futuros ministros. Almirón tendrá que dar la talla y no se lo juzgará por peronista sino por sus cualidades y eficiencia. Y con la misma vara se medirá a Ball, Punta, Wisky, Lapenna, Alvarez de Céliz o el que venga.

Mientras tanto, que Nacho Torres abra el juego y sume extrapartidarios al gobierno es un gesto de madurez y un mensaje a la política y a la sociedad, de que las cosas están cambiando.

Los resultados se verán con el tiempo. Porque como en todos los órdenes de vida, en la cancha se ven los pingos.

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22 SEP 2023 - 12:08

- Por Esteban Gallo

Un peronista será el Ministro Coordinador de Gabinete de la provincia, cuando “Nacho” Torres asuma la gobernación del Chubut.
La inclusión del dirigente de Comodoro Rivadavia Guillermo Almirón en el gabinete no es una sorpresa, ya que fue el compañero de fórmula de Ana Clara Romero en la última elección municipal. De hecho, se sabía que su desembarco en Juntos por el Cambio no era circunstancial y que, en caso de ser derrotado, lo esperaba un cargo importante en Rawson.

Almirón nunca se despegó del Justicialismo, al punto tal que, en sus declaraciones actuales, sigue reivindicando las banderas del partido en el que militó toda la vida.

Esa pertenencia partidaria al peronismo no fue óbice para que “Nacho” Torres decidiera ubicarlo por encima de los restantes ministros del futuro gabinete.


Que un gobernador no peronista elija como jefe de la cartera política a un peronista no tiene muchos antecedentes en la provincia y tampoco a nivel nacional.

En ese sentido, el gobernador electo rompe con el esquema de la política tradicional de armar equipos de gobierno con dirigentes del mismo palo. Y al mismo tiempo cumple con lo que dijo reiteradamente en campaña, en el sentido de que convocaría a todos los sectores de Chubut y que armaría sus equipos de trabajo con hombres y mujeres de diferentes espacios políticos.

La inclusión de referentes del peronismo en el gobierno de Juntos por el Cambio no termina con Almirón. Es un hecho que el actual ministro de Educación, José “Pepe” Grazzini, ocupará un cargo relevante en la estratégica Secretaría General de la Gobernación.
Probablemente esta forma de hacer política escandalice a algunos sectores tradicionales, para quienes la pertenencia a un sector es cuestión sagrada. Sin embargo, la corriente del pensamiento de la sociedad, desde hace tiempo, va para otro lado. A la gente no le importa si el gabinete de “Nacho” Torres se integra con radicales o peronistas. Le interesa que los cargos sean ocupados por funcionarios calificados, competentes, responsables, sensibles y eficientes.

La integración de un gabinete con personas de diferentes espacios no debería ser un problema, al contrario. La diversidad de opiniones y perspectivas en el gobierno deberían ayudar a una mejor toma de decisiones y debería despertar un apoyo mayor de la ciudadanía, porque un gobierno de mente y manos abiertas puede ser percibido como menos partidista y más centrado en el interés público.
La política es el arte de los acuerdos. La inclusión de personas de diferentes espacios puede facilitar la capacidad del gobierno para arribar a consensos y avanzar en la agenda política de manera más efectiva.

No obstante, al final, todo dependerá de las virtudes del funcionario elegido, sea del signo político que sea. No es la pertenencia partidaria a un sector u otro, lo que garantizará la calidad de los futuros ministros. Almirón tendrá que dar la talla y no se lo juzgará por peronista sino por sus cualidades y eficiencia. Y con la misma vara se medirá a Ball, Punta, Wisky, Lapenna, Alvarez de Céliz o el que venga.

Mientras tanto, que Nacho Torres abra el juego y sume extrapartidarios al gobierno es un gesto de madurez y un mensaje a la política y a la sociedad, de que las cosas están cambiando.

Los resultados se verán con el tiempo. Porque como en todos los órdenes de vida, en la cancha se ven los pingos.


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